Capitulo 3 parte 2
No había caído en cuenta de lo tan expuesta que estaba hasta que el frio de Toronto me hizo retroceder un poco. El aire apenas limpio, del que ya me había acostumbrado, al menos me dio un poco de alivio, que pronto se disipó al ver al grupo de personas de espaldas a mí que estaban inmersas en un furioso debate algunos metros más adelante. Todos vestían chaquetas verde oscuro con el símbolo de los exploradores: dos flechas plateadas cruzadas bajo un fondo que marcaba el norte, sur, este y oeste. Se supone que debería envidiarlos, eso de viajar sin ningún problema, sirviendo a cualquier instituto científico o gobierno sin represalias.
Se supone que después del acuerdo internacional, Los guardianes inmigrantes deberían de servir como un grupo de apoyo para la investigación y la exterminación de sujetos infectados y mucha más charla política… Pero ninguno de esos grupos había logrado salir vivos o enteros de los dominios de Jack.
Los creían unos soplones, unos espías encubiertos, o a lo menos una pérdida de recursos.
- No hables. – me ordenó Nick mientras me empujaba gentilmente más cerca del equipo. No tenía intención de hacerlo, no después de escuchar la razón de su pequeña conversación.
- No, me niego. No llego a tragarme esa historia de que será bueno para nosotros. – escuché las quejas que una de las chicas le lanzaba a todas voces a quien sea en el centro del círculo.
- Estamos falta de personal pero creo que tenemos suficiente con dos psicópatas en el equipo.
- ¡BASTA YA! – Ambos, Nick y yo, nos sobresaltamos por la voz que demandó silencio. La misma voz que hace un par de horas había intentado sonar gentil y persuasiva, mostrando su verdadera cara.
- Deberías de interrumpir. – le susurré a Nick, quien todavía se encontraba pegado a mi sin hacer movimiento alguno. Frunció el ceño en desacuerdo y se aclaró la garganta con fuerza para llamar la atención de los otros, dejando suficiente espacio entre nosotros para que no se viera raro.
Al menos 5 Smookers y 3 Lighters, todos observando en mi dirección primero sin mucho interés y luego como si en cualquier momento fueran iniciar una masacre, hasta caer en cuenta de mi deplorable estado. Ver la lastima en sus ojos fue lo peor.
- Les presento a nuestra nueva compañera. – anunció Nick como si hiciera falta para que el ambiente se volviera más tenso. Lykar por fin salió desde el centro del grupo observándome como si hubiera llegado su premio.
- y aquí esta ella. Su nombre es Maia Scott, su nueva compañera. Denle la bienvenida. – dijo en voz alta señalándome con las manos abierta como si fuera su campeona. Mi pa-ciencia estaba al límite con él. Y no estaba ayudando mucho.
- Que se pudra, Dejaste que matara a Ángelo ¿y esto es lo que recibe? – le recriminó una de las mujeres Smookers en el grupo.
- sí que las escoges guapas, ¿eh Lykar? Parece una infectada. – no me resultaba raro que los que más críticas lanzaban eran Smookers, mientras que la mayoría de los Lighters se mantenían imperitos, analizándome con la miraba de una manera demasiado detallada.
Lykar levantó la mano haciéndolos callar al unísono y se concentró en mirarme con una sonrisa.
- Este es tu nuevo equipo, déjame que te los presente.- señaló animadamente a un sujeto Smooker demasiado cargado y agresivo para ser un buen compañero, por la miraba de poca cosa que me daba sabía que yo tampoco le daba buena espina.
Creo que había dicho que su nombre era Mark, pero me llamó más la atención la mujer a su lado, quien le había reclamado a Lykar, Scar: Smooker de ojos grises a su derecha, muy hermosa a de-cir verdad. Hacia buena pareja al lado de Mark con ojos negros como un pozo sin fondos, un claro Smookers. De aquellos a los que apenas si me había salvado antes.
Su hermana a su otro lado, Valery, también Smooker. Y el único Lighters que me pareció importante porque no lanzaba cuchillos con sus ojos hacia mí, Ferz.
- Este es Ferz, encargado de armamento. – el chico sonrió hacia mí pero me mantuve im-perita a su obvio encanto. Era una total belleza. Rubio, con ojos de un dorado intenso como si fuera la representación humana del más bello otoño sobre la tierra.
Lykar siguió la presentación con unos tantos más que no eran ni lo mínimo de importantes como lo hacía los anteriores mencionados. No me interesaban los esclavos cuando podía tener a los jefes, y ya empezaba a notar cuales eran.
Terminó su presentación, satisfecho con que lo hubieran dejado terminar pese a su poca receptividad hacia mí.
Para su desgracia, las cosas no resultarían como esperaba.
- Ah, sobre eso. Debiste de preguntarme antes sobre que decidía. Porque creo que he re-capacitado y prefiero recibir mi castigo, me lo merezco, en serio. No se ofendan, solo es-toy mandando al diablo a él. -dije señalándolo con un movimiento de barbilla, como si no fuera la gran cosa.
Me había desquitado y no era la única feliz. Creo que había humillado solo un poco al líder frente a todos.
- Bueno, creo que es un caso cerrado. – dijo la chica a su lado, Scar.
- ¿Te crees demasiado buena para estar con nosotros o qué? – me interrogó el que pudo ser mi nuevo líder dando un paso hacia mí, tal vez tratando de lucir amenazador pero en realidad no sabía en lo que se estaba metiendo.
- No, espera. Creo que no lo has entendido bien, no sabes la cantidad de favores que tuve que pedir para sacarte de toda esta mierda en la que te has metido. Seguro podemos hablar un poco más de ello y llegar a un acuerdo – aseguró Lykar como si en serio intentara llegar a uno a pesar de su latente descontento. Hizo aparte a su chico a la vez que luchaba por mantener su dignidad arriba concentrando la miraba en mí.
- Lo sé, pero es sucio el que me hayas dejado matarlo sin hacer algo al respecto. No merezco tanta compasión, o devoción. - Lykar se vio al borde de su temperamento recibiendo ese golpe bajo, como quería. Hasta había empezado a enrojecer del enojo mien-tras los chicos a su alrededor lo observaban con una promesa de problemas. – me cono-ces, y sabes que yo no me tiro y ruedo simplemente porque alguien me lo pide.
Me mantuvo la miraba ignorando a los demás, y cuando se dio cuenta que no sacaría nada mas de mí se giró hacia su equipo.
- Espérenme en la nave. – les ordenó a todos, señalando hacia la nave casi al borde del edificio. Algo anticuada pero aun así me sorprendía que pudieran permitirse tener una.
- Un placer. – dijo otra de las Smooker, de largo cabello negro. Me despedí mientras enfilaban su camino lejos de nosotros. No se atrevieron a decir palabra, por el estado de ánimo de su líder.
- Nick, tú también. – le demandó. Me giré para observarlo y me sorprendió ver que no era la única que lo retaba con la miraba.
- Pensé que no guardábamos secretos entre nosotros, me lastimas. – dijo en un tono de fingido dolor.
- Nick…
- No, merezco una explicación. – bufé en serio divertida por el escándalo entre ambos y como Nick había sacado sus garras, más furioso de lo que se encontraba Lykar.
- Puede quedarse, él quería saber de qué se trataba todo esto. Así que disfrútalo. - me encogí de hombros tratando de alivianar la tensión entre los dos. Me concentré en ver a Lykar, verlo en serio.
- te lo preguntaré de frente, solo una vez, ¿Qué fue lo que te hizo Jack? – el rostro de Lykar paso de la ira pura a indescifrable. Había hecho la pregunta correcta pero tal vez temiera responder frente a Nick. Pero aun así, solo tenía este momento para probarme, intentar convencerme.
- no se de lo que estás hablando. – se encogió de hombros firmemente. Le sonreí atrapándolo en su propia mentira.
- Bien, si es lo que quieres. Acabas de perder tu voto de confianza. Mentiste bien ofreciendo todas esas cosas pero no llegué a este lugar de vacaciones y no creas que porque sabes una o dos cosas sobre mi voy a evitar correr. Sé lo que hombres como tú quieren de personas como yo y no lo tendrás, no puedes acercarte a ella. Así que puedes irte al infierno y mientras lo hacer intenta resolver tus asuntos con Jack por tu propia cuenta. No vas a utilizarme para hacerlo. - le aseguré dando un paso adelante para que viera cuanto en serio iba con esto.
Había visto lo que los hombres eran capaces por intentar ganarse su favor o intentar cobrarse venganza. Jack había ganado muchos enemigos, todos ellos buscando una forma para llegar donde estaba, pero para eso estaba yo; recolectar sus cabezas y mostrarle que Jack era más que un nombre y una cara bonita.
Lykar había caído en total silencio, con el semblante serio y las manos dentro del bolsillo de su chaqueta. Observé al chico a mi lado con un igual control sobre sus expresiones pero no se me escapaba como sus ojos brillaban de la sorpresa y la duda. Separó los labios como si quisiera ha-cer su duda evidente pero se arrepintió al instante.
- ¿Terminaste ya? – Lykar llamó de nuevo mi atención a lo que me limité a responder con un encogimiento de hombros. – no tienes opciones. No te dejare ir.
- ¿no la tengo? – enarqué una ceja levantando un dedo hacia él en un intento de verme más intimidante. – dijiste que puedo hacer tu mente volar con un chasquido pero ni si-quiera lo notarias. Ahora, ¿quieres probar a detenerme?
La verdad es que no sabía si podía hacerlo pero tenía que mantener mi actuación hasta al final, así que hice algo que si podía hacerlo y lo miré con todo el odio que en mi existía haciendo mi corazón latir con más ansias.
Lykar hizo una mueca despreocupada y sacó las manos de los bolsillos levantando un control re-moto pequeño como el que utilizaban los autos antes. No tuve tiempo de preguntarme para que sería cuando el dolor me atravesó como una bala, haciéndome caer de rodillas sin aire para mis pulmones.
Grité tan fuerte por todo el choque de dolor que apenas si pude controlarlo, mi espalda, sentía como si una bomba hubiera explotado dentro de mí dejando mis oídos zumbando del dolor.
Y se hizo peor, aumento un poco más antes de detenerse por fin dejando todo mi cuerpo convaleciente, sacudiéndose. Ahogué un grito, atragantándome con mi propia saliva y el sabor metálico que rondaba en mi boca. Por la caída me había golpeado la pierna herida y sentía todo el cuerpo tenso. Por más que trataba de acomodarme era como si hubiera perdido todo el control sobre mi misma.
Observé con los ojos inundados de lágrimas como Lykar se arrodilló frente a mí tomándome por los hombros para ayudarme a sentarme.
- ¿En serio creías que sería tan fácil deshacerte de mí? ¿Que podías irte así nada más? No puedes mentir, la única forma que entiendes es a través del dolor. – dijo apretando con fuerza mis hombros, como si no fuera suficiente todo lo que estaba sufriendo por den-tro.
Me obligó a mirarlo a los ojos y por fin verlo, como realmente era, como se estaba saciando de mi dolor y lo que le gustaba que no pudiera controlarlo.
- Ponte de pie, anda. Nick ayúdala. – se hizo a un lado para que un segundo después Nick estuviera encima de mi tomando con más gentileza de lo que había hecho Lykar para ponerme de pie, pero no podía sin apoyarme a él. Mientras que por dentro hervía de la ira, por fuera no era más que una gelatina que no se podía parar por si sola.
- No me mires así, es una criminal, el peor de los monstruos. Que su encantadora miraba no te engañe. – trató de defenderse de la miraba sorprendida y juiciosa que le daba Nick.
- eso espero, porque esto no te saldrá barato. – le espetó fulminándolo con la miraba.
Lykar se encogió de hombros como si no le temiera en absoluto a su actitud, como si a él también ya lo tuviera entre sus manos.
- Como sea, la primera fue una petición, una tregua, intenté ser amable y que me dieras un voto de confianza, pero ya entendí que es imposible que lo hagas. Eres más inteligente de lo que esperaba y tienes razón, es a Jack quien realmente quiero pero bien me serviría enviándote a ti y a tu noviecita en pedazos dentro de una caja. – dijo solo para que yo entendiera.
Le brinqué encima pero Nick me retuvo cerca de él, sin que lo pudiera tocar.
- Muerete.
- Oh, lo haré. Pero primero te llevaré conmigo. – dijo mostrando orgullosamente el control en su mano. – ahora obedece, compórtate y pon mejor cara. No lo hagas más difícil de lo que tiene que ser. Colabora conmigo y yo me olvidaré de este control.
Debió de avergonzarme como le gruñí pero apenas si podía pensar bien. Solo quería estrangular-lo con mis propias manos por todos los puntos de dolor que estaban encendido en mi cuerpo pero Nick me mantenía sujeta hacia atrás, sin que pudiera hacer mucho.
- Llévatela. – le ordenó despectivamente, como si ya se hubiera cansado de vernos a los dos luchando.
Nick me empujó por su lado sin darme más opción que seguirlo. Tuvo que arrastrarme con él hasta que lo dejamos muy atrás y aun así no pude soltarme hasta que me dio la opción de entrar por mi propio pie dentro de la nave o arrastrarme dentro y por la miraba que me daba Lykar des-de lejos sabía que de una u otra manera me haría entrar.
Así que preferí hacerlo por mi propio pie, aun cuando dolió más de lo que podía aguantar. No lloré, estaba muy lejos de cualquier lagrima o sentimiento además de querer matarlo, pero tal vez fue el helado aire o la convicción de que los otros no me vieran así que pude calmarme lo suficiente para entrar con la cabeza en alto y caminando por mí misma después de deshacerme de un empujón de Nick que me seguía muy de cerca. Mi pierna apenas si aguantaba mi peso pero hice mi camino hasta uno de los asientos libres y no dije palabra, no miré a absolutamente nadie mientras el maldito avión despegaba.
Lo único que podía hacer para ignorar el dolor físico era pensar en cómo había dicho las mismas palabras que había recibido toda mi vida de Jack y Henry.
Obedece, compórtate y pon mejor cara.