Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capitulo 4

Ya se había cantado el cumpleaños, la comida se estaba acabando y la mayoría de los invitados se estaba yendo, yo me senté en una mesita del jardín a esperar a Alex y a Ana que fueron a despedir a unos amigos, comía mi porción de pastel con deleite, estaba riquísimo y el rubio le había conseguido un gran trozo

–adoro el chocolate –comente en lo bajo feliz escuchando unos pasos detrás de mi –lo siento pero me comí su pedazo de torta –dije sonriente volteándome, enseriándome luego al notar que era Javier y no la pareja quien había llegado.

-Al parecer no soy bienvenido, si quieres llamo a Alex para que mantengas la sonrisa –dijo serio.

Yo le di la espalda siguiendo con lo mío.

–no hace falta, de seguro está muy bien con Ana, feliz cumpleaños –dije serena.

Apoyo su cabeza en mi hombro colocando sus manos en los reposa manos de la silla

–hueles exquisita, estas usando el perfume que te regale –dijo complacido olfateando mi cuello.

-Javier, aquí no, podrían vernos –proteste.

-ya no queda nadie y Alex no vendrá por ti –dijo mordiendo mi cuello suavemente –estas hermosísima esta noche y pensar que me desafiaste de esta manera – dijo arrancándome el chal -eres completamente mía –murmuro alejándose de mí, apoyándose ahora en la mesita mirándome fijamente –no me gusto que estuvieras tan feliz con Alex –admitió tomando un sorbo de mi copa de vino –así como no me gusta que estés tomando tanto – dijo acabándose lo que quedaba de ella.

Yo suspire, ¿Por qué siempre tenían que tomarse mis bebidas en frente de mí?

–es obvio que con cualquiera que no seas tú estaría feliz, cariño, y yo decido cuando bebo y cuando no, cielos eres muy controlador –proteste jugando con mi cabello sin mirarlo a la cara.

-oh, así que cualquiera puede hacerte feliz menos yo –comento levantándome el rostro –que alegría, tu presencia fue el mejor de los regalos –dijo sonriendo.

-no fastidies Javier –bostece –tengo sueño, ya que todos se fueron yo me devuelvo a mi habitación de seguro tus esposas te están esperando para darte tu regalo –dije poniéndome de pie caminando con cuidado sobre la grama para no caerme ya que gracias al alcohol estaba muy mareada.

-eres muy valiente para darme la espalda así –dijo atrapando mi cintura -dime, donde más te toco Alex para borrar su rastro –decía manoseando todo mi cuerpo sobre el vestido.

-basta, estás arruinando mi vestido –proteste intentando detener sus manos.

-no me hagas reír, tu lo arruinaste todo, al ocultarlo, ¿no sabes lo molesto que estaba al verte entrar con es cosa tapándolo? –dijo serio quitándome los guantes a tirones-. dime, ¿acaso lo besaste?, ¿acaso te aprovechaste de su problema, o tu le ofreciste tu cuerpo?, ¡dime! –grito tirándome al suelo montándose encima de mi aprisionando mis manos con las suyas.

-¡no!,! no me toco ¡ Alex jamás me tocaría, aunque yo me le insinuase tu sabes bien que el jamás tocaría a una mujer, ¡maldición!, así no Javier -proteste pataleando.

-¡mientes!, yo vi como se miraban, ¡yo los vi! –grito molesto, celoso a más no poder.

-estas más loco que nunca Javier, tu hijo no toca ni a su propia esposa ¿Cómo crees que podría tocarme a mí?, por dios, entra en razón, tu mejor que nadie sabe del problema de Alex, ¿para qué coño tienes tantas cámaras y gente vigilándome? – le reclame ya sin dejar de forcejear –maldita sea contigo, deja de ver fantasmas donde no los hay – mire a los lados asegurándome de que no hubiera nadie.

-tú no entiendes, tú eres la que no entiendes, para mi tú eres mi todo, solo quiero tenerte a ti, me enloquece ver cómo le sonríes a otro hombre, como besas a otro, como otro te toca, como otro disfruta el tiempo contigo –me dijo serio acariciando mi rostro.

-entonces, ¿Por qué simplemente no me dejasteis tranquila en mi habitación?, ¿Por qué tenias que obligarme a bajar con Alex?, ¿Por qué tenias que decirle a todo el mundo que éramos amantes?, tu eres el que no me deja comprenderte Javier, tú mismo me alejas de ti –le dije sintiendo algo de empatía por él.

-quería que estuviera conmigo en mi celebración –dijo ocultando su rostro en mi cuello.

-Javier –murmure abrazándolo, acariciando su cabello –felicidades por este nuevo año en tu vida –le dije con vista fija en el cielo nocturno.

-aprovechemos que no hay nadie cerca – dijo levantándome la falda del vestido con rapidez quitándome la ropa interior a tirones, se abrió el pantalón sacando su sexo erecto y antes de que pudiera protestar me penetro con fuerza.

-ah- solté un quejido de dolor, intente incorporarme, pero me atrapo de nuevo con sus manos inmovilizándome con su cuerpo –bestia –dije, mientras el dolor iba abriendo paso al placer conforme aumentaba el ritmo de sus estocadas.

-oh, nena, tu cuerpo es lo máximo –dijo introduciendo su nariz en mi pecho, llevo mis manos sobre mi cabeza apretándomelas con su mano derecha mientras que con la otra deshacía el nudo del corcel liberando mis senos, devorándolos con vehemencia sin detener sus embestidas.

-ah, basta, basta, así no, así no, duele –protestaba por como mordía mis pezones.

-así, nena, grita para mí –dijo incorporándose, me volteo obligándome a ponerme en cuatro.

–agárrate con fuerza –me advirtió tomando mis pechos con las manos y me embistió con fuerza casi haciéndome perder el equilibrio.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*--*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

El rubio estaba con su esposa encerrado en el cuarto de los monitores de vigilancia.

–no sé porque quieres ver esto – dijo sin apartar la vista de monitor donde la morena era violad* por su padre.

-¿es así siempre? – inquirió la rubia sin apartar la vista de monitor.

-no –bajo la mirada –a veces es peor, tú misma lo viste, la cadenas en su habitación, las marcas en su cuerpo, me apena que te enteraras de esto –dijo dándole la espalda.

Ella lo abrazo.

–¿tu quieres ayudarla? –inquirio apoyando su frente en su espalda.

-a veces, pero luego me doy cuenta que es imposible, y me aterra algún dia poder convertirme en él – dijo apretando los puños con fuerza.

-entiendo, yo… - no dijo mas puesto que perdió el equilibrio mientras su esposo se desplomaba en sus brazos desmayado, habian pasado el tiempo limite de proximidad, Alex no pudo soportarlo mas y perdio el conocimiento, Ana suspiro resignada a que siempre tendria que mantener esa dolorosa distancia de su amado–. se que esta mal, pero te lo mereces por estar mas cerca de mi esposo que yo –dijo mirando el monitor donde aparecían su suegro y la morena

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.