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De pronto, alguien me tocó con sutileza el brazo.
Al despertarme, me doy cuenta que se trata de Julián. Aterrada, camino hacia atrás.
Empieza a rodear la mesada, y tomo el tenedor, intentando defenderme.
—Te dije que te encontraría —comentó y me tomo de la mano.
Aterrada, empezaba a temblar... Pero él empezó a besarme. Lo hice con cuidado, lo hizo con tanta pasión que simplemente me deje ir. Puede sentir , sus labios besaban con cariño cada rincón.
Pude sentir sus manos tocarme el trasero, el cual estaba debajo de un pijama.
—Julián, no —comenté suplicante.
Pero el, me tomo de las caderas y me puso encima de la mesada. Empezó a acariciar mis piernas, esta vez desnudas porque había quitado el pijama. Ya luego te deseo comento y empezó a tocarme. Introdujo su mano por debajo de mi ropa interior y empezó a tocarme.
Seguí en contra de sus labios. Segui besandolo, lo hice con desesperación. Y empecé a gemir , una y otra vez cuando sentí que su mano entera. Qué empezó bombardearme dentro de mi.
—Julian, no por favor —supliqué.
Aunque estaba gimiendo.
—¿De verdad quieres, qué pare? ¿quieres que te deje de meter la mano? —quiso saber.
Entonces él se apartó, lo miré en ese instante.
Lo miré mordiéndome los labios apretándome mi vagina con mis piernas.
Quería que siguiera, pero estaba cansada de dejarme llevar por lo sexual.
Además de que seguramente, me llevaría de nuevo.
<<¡A la mierda todo!>>
—Sigue —supliqué porque no lo soportaba, él tenía su miembro afuera y se empezó másturbar.
Con su otra mano libre, empezó a tocarme una y otra vez el botón. Empecé a iris arme, sintiendo muchas corrientes de calor en mi vagina. Lo apretaba con tanta fuerza que estaba gimiendo sin...
Él me daba hacia atrás, sintiéndome muy placentera. El, mientras se masturbaba, empezó a chuparme.
Succiono con mucha fuerza mi clítoris, empezaba a enloquecerme. Mientras que con su lengua empezó a pasarla arriba abajo por mí vulva. Sus manos siguieron penetrando mi una y otra vez.
—Qué rico —comenté dejándome ir y sintiendo a mis piernas flojas dejando que él me hiciera lo que quisiera.
—Quiero penetrarte por detrás —comentó yo abrí los ojos sorpresa sin entender muy bien.
De pronto me bajó de la mesada, me obligó a poner mi rostro en contra de el frío material, estremeciendola.
40 5
Me desperté, al parecer había tenido un sueño bastante erótico con Julián. Me dio un cachetazo ambiental, porque seguía pensando en el.
Porque a pesar de la distancia, de saber en dónde estaba, aún seguía soñando con el.
¿Estaba loca?
Llore más amargamente. Sintiéndome en ese instante una idiota. Incluso tenía mi vagina mojada, debido al sueño.
Estaba excitada, y lo peor de todo es que estaba sudada.
Fui corriendo a bañarme, me sentí en ese instante un poco más penosa de lo necesario.
Avergonzada de mí misma, y con el corazón en un puño. En ese instante, sin saber muy bien que hacer o qué decir. Me sentía vacía, sin saber muy bien de qué manera poder accionar.
Lloré amargamente, lo hice durante tantos minutos. De los cuales mi corazón empezó a acercarse poco a poco. Llore con más fuerza, porque en ese instante lo único qué quería cómo era sentirme feliz y era muy difícil para mí hacerlo.
No sabía ciencia cierta, si algún momento todo esto sentimientos se irían.
Unas horas más tarde, Esteban regresó. Yo había preparado el almuerzo.
Lo había hecho con bastante cariño, para recibirlo.
Suspire, y en ese instante particular de las cosas que más añoraba con manera de sentirme un poco mejor. Esteban en cuanto llego, dejó su maleta un costado y simplemente se acercó a mi.
—¿Cómo te ha ido en el día de hoy? —quiso saber el.
—Creo que bien —comenté, recordando en ese instante, lo que había soñado.
Sintiéndome avergonzada en mí misma y en ese instante sin saber muy bien que decir.
Esteban no dijo nada, simplemente se apartó de mi lado mientras seguía cocinando.
—Esteban, lamento todo —dije con sinceridad, intentando poder arreglar las cosas en este momento . que al parecer parecía más difíciles de lo que yo misma pensé.
Me sentí completamente triste y devastada. Sabía que tarde o temprano, todo podía llegar a solucionarse pero en ese instante no . Esteban, me ayudó a poner la mesa y yo simplemente empecé a servir la comida.
—Gracias, se ve muy rico —dijo con una falsas un risa.
—Gracias —comenté y simplemente empecé a comer en silencio.
Nunca antes, parecíamos dos desconocidos. Esteban no me hablaba y yo tampoco a el.
Cuando terminamos, él empezó a levantar los platos para lavar los; y yo simplemente me alejé en dirección a la televisión.
—¿Quieres que veamos una película?
—Estoy cansado —comentó Y cuándo terminó de lavar los platos simplemente desapareció sos hacia su habitación.
Lo miré con sorpresa, esperaba que aunque sea el quisiera solucionar las cosas; pero al parecer Me estaba equivocando. Entonces me pareció una buena idea irme.
¿Por qué motivo me quedaría aquí?
¿Por qué motivo intentaría, algo con alguien a quien le fallé y me odia?
Esteban, ni siquiera me habla. No hace ningún intento para que yo, me quedé. Apago el televisor, borrando todas mis ganas de poder ver alguna película.
En ese instante, lo único que pude hacer sentirme muy triste. Lloré con disimulo, mientras llegaba a mi habitación. Mis padres, me habían venido a visitar días anteriores. En realidad lo habían hecho tanto tiempo, que yo un poco me sentía contenida por ellos.
Envío un mensaje a mi mamá, si podía irme a vivir con ellos un tiempo. Suspiré, lo único que quería, borrar todos los recuerdos que sentía.
No volver a soñar con Julián, no volver a pensar en él nunca más. Lloro amargamente, hasta que finalmente me quedé dormido. Cuando me desperté, por primera vez después de todo ese tiempo... Esteban no estaba custodiando mi sueño.