Librería
Español

Secuestrada por mi ginecólogo

7.0K · En curso
Gi Dominguez
7
Capítulos
345
Leídos
9.0
Calificaciones

Sinopsis

Giselle, pensaba que su vida volvía a estar bien. Hasta que un día, se encuentra atrapada en las manos de su ginecólogo ¿El problema? No podía evitar disfrutar de sus caricias.

SEXOHistoria PicanteMatimonio por ContratoTriángulo amorosoSegunda Chance SecuestroProhibido

1

Matías me miró con sorpresa.

—Vamos —comentó me tomo de la mano, empezamos a ir en forma rápida en dirección hacia el vehículo.

Cerramos la reja, y simplemente no podía creer que había sido tan fácil. Había subido al vehículo, y yo me escondí.

—Escóndete. Aunque seguramente ya nos vieron a través de la cámara. Hay que huir de aquí —comento.

Empezó a acelerar.

Fuimos en la ruta, lo hicimos de forma tan rápida: que pensé en cualquier momento me volaría hacia atrás. En cuanto nos acercamos un par de metros, hacia un cartel enorme y cuál daba la invitación hacia una ciudad.

Me di cuenta de que estaba sumamente lejos de mi lugar. Me sentí triste, desolada y en ese instante un poco más de esperanza.

La policía, patrullando la zona y nos detuvo. Estaba completamente aterrada, no quería que viniera a Julián.

—¡Auxilio, me han secuestrado y él me ha salvado! —comenté.

—¡Usted es la señorita que salía en todos los noticieros! —comentó el policía y yo asentí.

Fuí corriendo y se comunicó por radio.

Me subí a la patrulla de policía, con Matías y fuimos a gran velocidad. Dejó el auto estacionado y pude ver cómo se hacía más pequeño, detrás de nosotros, habían unos autos de color negro.

<<Seguramente Julián vendría por mí>>

Aterrada le dije al policía que acelere.

El mismo asintió y de pronto había más móviles de policías.

En ese instante, me sentí un poco menos temblorosa.

Llegamos a un pueblo, era bastante distante al parecer. Simplemente llegamos a la estación de policía.

Varios policías me dieron, medio y rodeado de tantos colores azules , amarillo. Que incluso podría llegar a jurar que estaba mareada.

Me arroparon con una cobija Y yo empecé a llorar amargamente. Un policía, me introdujo a su oficina al parecer. Empezó a interrogarme.

—¿Quién la tenía? —comentó.

—Julián él era mi ginecólogo —comenté con pesar.

—Cuéntame cómo fue que escapó.

—La reja estaba abierta, no estaba el mismo guardia de siempre. Entonces aproveche y empecé a correr. Matías, el cartero me ayuda a poder salir de ahí.

—Me alegro mucho por usted señorita, necesitamos un informe explícito de todo lo que hago ocurrido en esa casa.

Asiento llena de nostalgia Y él empezó a grabar.

—Al principio, el intentó tocarme más de una vez. Yo, simplemente empecé a negarme. El qué quería violarme, pero después me dijo que la única forma de en el que él me penetraría: sería si yo le decía que lo amaba. Así yo le suplicaba. Con el paso de los días y del tiempo, él no hacía más que provocarme, y sabía que mis hormonas de embarazo estaban disparatadas. Empezó a seducirme, me tocaba cada vez que podía , el principio con vergüenza lo digo, me mantuve reacia. Después empecé a suplicar que él me tocará, quería que me hiciera suya —hice una pausa con los ojos llenos de lágrimas —Lo lamento, sé que doy asco: que estoy casi casado y soy una vergüenza...

—Señorita, usted ha estado secuestrada, no es su culpa. Pues, el sujeto es un manipulador —comentó el policía.

Yo lloré amargamente.

Llora amargamente, viendo que más tarde tenía que volver a declarar.

Seguramente Esteban, vendría a buscarme. No lo sabía con exactitud, pero de lo que sí estaba destrozada... estaba destrozada.

En ese instante, lo único que quería era olvidar.

Lo peor de todo, es que lo había disfrutado enormemente tener sexo con dos hombres a la vez.

Suspiré, sintiéndome en ese instante muy penosa.

No dejaban entrar a Matías, simplemente por una cuestión de seguridad. A él también lo entrevistaron c y en parte no sabía muy bien que hacer con el.

Decirle que él había sido pagado para que sea y prostituto. No sabía con exactitud que hacer, la verdad que estaba entre la espada y la pared. Porque seguramente lo podrían llevar preso por eso.

Mis miedos fueron ciertos .s llevaron a Matías arrestado, lejos de mi vista y él iba con la cabeza agachada. Me sentí mal por el, pero al parecer el mismo había confesado lo que había ocurrido. Unas horas más tarde, alguien me despertó.

Al parecer, me había quedado dormida: ni siquiera me había dado cuenta en el momento en el que me había quedado dormido. Al abrir los ojos, me doy cuenta que se trata de Esteban.

Lo abrazo con fuerza.

—Amor, sabía que te iba a encontrar —comentó con tristeza.

—No me toques, solamente cuando te enteres todo lo que pasó te voy a dar asco —dije con sinceridad.

—No el era un manipulador, no te sientas mal.

—Ya luego cuando escuches todo lo que yo tengo que decir... Seguramente me vas a odiar —dije y él me prometió.

—Yo siempre voy a estar aquí para ti. Te amo —comentó y me beso en los labios.

Una hora más tarde, de nuevo estaba frente a unos policías, que tenía que comentar todo el detalle de lo que me había ocurrido. Empecé a hacer los, seguramente pensando en el que Esteban me estaba escuchando.

Había un gran vidrio oscuro, pero empecé a hablar:

—Entonces, hice un trío. Un trío con Matías y con Julián. Matías me penetraba, mientras que Julia me tocaba. Julián, nunca me metió nada dentro mío, solamente las manos. Él decía, que solamente tendría sexo conmigo en el caso que yo lo amara. Eso es lo que decía una y otra vez, siempre que podía durante todo el día me hacía sexo oral; me tocaba y masturbaba. Siempre intentaba provocarme, hasta que un día apareció con Matías. Lo había contratado para que tuviera sexo conmigo, y yo estaba desesperada. Necesitaba sentir algo dentro mío, así que empecé a hacerlo con Matías. Todos los días, ya veces lo hacíamos por tantas horas en el cual me dolía mi vagina. Sinceramente lo disfruté, o eso es lo que pensé en su momento. Lo lamento Esteban, seguramente estás escuchando y si cómo te fue infiel una y otra vez. Lo lamento...