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5

En cuanto me asomé hacia el pasillo, me di cuenta de que no estaba. Mi madre, me había dicho que eran bienvenida a mi casa. Así que empecé a empacar.

Yo guardé todas las cosas que podía en una maleta grande, y después todos mis recuerdos personales en otras. Empecé a tomar mis dos maletas con mi simplemente empecé bajar las escaleras.

Por fortuna Esteban no se encontraba. Tomé un papel, una nota que se encontraba en la mesa de la entrada y le dejé una nota.

Mensaje:

"Lo lamento, sé que seguramente te incómodo. Sé que seguramente me odias y te doy asco. Te borraré esos sentimientos.

De igual forma, no no me debes nada, ni siquiera nos hemos casado. No somos más que dos desconocidos en este momento y lo demostramos a diario sin hablarnos, sin decirnos nada.

Ya no lo soporto, no soporto que no me mires de la manera en que antes lo hacía. Simplemente dejé la nota la entrada, toda mis maletas y me marche.

Había pedido que mi mamá me viniera a buscar.

También le había tenido que informar a la policía de mi cambio de domicilio. El oficial me miraba con confusión, después de haberlo explicado una y otra vez los motivos de irme. Después de subirme al vehículo, lo único que podía hacer es llorar.

Mi madre, me miraba con confusión desde el otro extremo. Solamente sin entender muy bien las decisiones que yo tomaba en ese instante. Pero no podía hacerlo de otra manera.

O sea que otra manera no sentirme así.

—Cariño, tranquila en casa estarás tranquila ¿Que ha pasado?

—Solo lo decepcioné mamá. Seguramente le doy asco por todo lo que hice con Julián.

—Cariño no fue tu culpa. Y seguramente que él necesita tiempo para sanar.

—Lo sé, pero tampoco podemos estar sin hablarnos mamá, sin mirarnos y el simplemente me ignora.

—Cariño, me has dicho que él siempre se queda velando tus sueños , esos amor. Tal vez no lo quiere demostrar, tal vez tiene el orgullo de hombre herido pero seguramente te ama.

—No importa, de igual forma ahora me marcharé es , si él no tendrás que lidiar conmigo. Lo dejaré ser libre, lo dejaré en paz. Yo solamente soy una carga para el, empecé a llorar.

Pude sentir la mano de mi madre, acariciando mis hombros. Minutos más tarde, llegamos a la que era mi casa.

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Mire con sorpresa todo. Acaricio mi vientre, y no pude evitar sonreír. Recordando mi niñez, en cuando ingrese, mi madre me llevo hacia lo que era mi habitación. , siempre, estaba intacta. Mi madre nunca había querido redecorar esa habitación. Aunque le dije una y otra vez que lo hiciera. De igual forma había más habitaciones, la casa era bastante grande.

—Gracias mamá.

—Siempre va a ser tu casa —comentó y se alejo...

Tomé mis dos maletas, empecé a guardar la ropa. Lo hice con tanta calma, con una calma que hace mucho tiempo no sentía.

En ese instante particular, me sentía bastante feliz.

No sabía de qué otra manera sentirme, a decir verdad era de las cosas que más sentía cariño hacia mi madre.

Mi papá, el mismo aún no había llegado, porque estaba trabajando y haciendo unas compras. Cuando termine se había hecho muy tarde. Pude sentir que mi teléfono suena una y otra vez. Esteban me estaba llamando. Pero no quise atenderlos, tal vez estaba haciendo bastante cobarde en este momento. Pero tampoco, sabía que decirle .s que le diría:

"Hola, me marche porque ya no soporto que no hablemos"

"Hola me marche, porque me doy asco y tengo sueños eróticos con mi ex"

No lo sabía, así que simplemente deje sonar el teléfono una y otra vez.

Y en ese instante, me sentí muy triste. Suspiré dando un gran y sonoro suspiro.

En ese momento, lo único que quería, era huir. Irme lejos y simplemente no sentir todas las estaciones que estaba sintiendo. No quería, para nada en el mundo sentirme de la manera en la que me estaba sintiendo.

Me había dado cuenta, con el paso del tiempo, que todo, venía para mejor. Aunque lo largo de mi vida, lo único que había querido en este momento, sentirme feliz.

Me sentí triste, porque en ese instante no veía otra cosa más que a mí misma. Después de llorar amargamente, por varios minutos, me di cuenta de que tenía que seguir adelante.

El problema fue, que mi madre se había marchado para ir a buscar a mi padre.

Me había quedado sola, escuchó un leve golpeteo en la puerta. Confundida, abri la misma y me encontré con Esteban.

Un Esteban enojado, entro al interior. Lo mire sin entender muy bien Qué es lo que hacía aquí.

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