No Todo Es Lo Que Pareciera Ser
Me encontraba con la señorita en la habitación de la casa de citas, tenía un estilo muy antiguo pero moderno la habitación, ella se escoria tras un panti rosado muy llamativo y atractivo a la vista era un conjunto hermoso, se acercó a su tocador encendió la música que seguramente era la que ella se sabía a la perfección para el show, pero para mí era muy exagerada esa clase de música por lo que le pedí que colocara un clase de música distinta y con menos volumen, quizás era la primer persona que le pedía algo tan singular a lo que accedió, quiso moverse al rito de la música pero de inmediato le exclame: ¡Ven siéntate! No deseo que bailes, entonces ella me dijo: ¡Quieres ir directamente a la acción! ¿Qué te gustaría que te hiciera primero? Me dijo con una voz algo cálida y esperando a que mi respuesta a la de muchos hombres que seguramente habían estado con ella en esa habitación, le pregunte su nombre y ella dijo: ¡Elise! Le conteste, bueno supongo que no es tu verdadero nombre pero, está bien te diré Elise, y comencé la conversación con ella:
Alberto:
Escucha lo que te voy a decir y espero no te sorprendas o me acuses con el de afuera, no te hare ni quiero nada raro, solo quisiera que me digieras unas cosas antes que se termine el tiempo, entiendo si no lo deseas hacer por cualquiera que sea el motivo, pero realmente no quiero que suceda algo aquí en este momento solo deseo que me puedas decir o me puedas razón de alguien que seguramente trabaja aquí.
Elise:
¿Ese alguien es tu novia? O ¿Tú esposa? Porque aunque no lo fuera la verdad es que tenemos estrictamente prohibido dar información de cualquiera que pertenezca a este local, primero por seguridad de nosotras y segundo porque la confidencialidad es muy importante y solo estamos aquí para servir a personas como tú.
Alberto:
Entiendo y comprendo lo que me dices, pero de igual manera quisiera dejar en claro que no soy como cualquiera y quizás hasta pueda causarte gracia o risa pero aun soy virgen no me avergüenza en lo absoluto, pero yo no vine a este lugar a buscar placer o a quitarme la virginidad, solamente quisiera saber si por casualidad tú conoces a “Rosario”
Elise:
Eso de causarme gracia, pues aunque no lo creas suelo ser muy profesional y me ha tocado muchos chicos estrenarlos, por lo que no serias el único ni el último, respecto a lo otro pues si es quien creo que es, pues si la conozco.
Alberto:
¿Podrías decirme por favor si trabaja aquí? ¿Así como tú? Me refiero a que si es dama de compañía, bailarina y todo eso.
Elise:
¿Qué relación tienes con ella? Porque chico de verdad que eres muy atrevido pagar un servicio y solo venir y preguntar por eso, créeme que si te hubiese tocado cualquier otra mujer de aquí de inmediato te hubieran descubierto y ya no estaría aquí, por lo que te vuelvo a preguntar ¿Qué relación tienes con ellas? ¿Eres su novio? O ¿Su amante?
Alberto:
La verdad es que ni siquiera tenemos una amistad y si pregunto por ella, es porque la conocí fuera de aquí, la pude ver un par de veces de cerca y otras más cuando quizás era de menor edad siempre por aquí, pero la verdad es que ella me movió el piso como dicen muchos, y me dijeron mis amigos que ella trabajaba aquí porque la han visto entrar casi a diario y hoy tuve la dicha de verla antes de venir hacia aquí por la mañana en el supermercado comprando unos preservativos, me le acerque para hablarle pero de inmediato me corto la inspiración y no quería venir aquí porque no quería cortar ese sentimiento que me nació por ella y no quería marchitar la magia que siento por ella en venir a buscarla, pero mis amigos insistieron y aquí estoy, pero a la vez que la he estado buscando, he tratado a toda costa de no encontrarla para no desilusionarme que si trabaja en lo que todas aquí trabajan lamentablemente, y no lo digo con el afán de ofenderte ni nada porque sinceramente me parece muy duro el que ustedes tengan que trabajar de esto por las pocas oportunidades que hay en el mundo de afuera, y pues comprendo si no puedes o no quieres decirme nada, y pues creo que puedes quedarte con lo demás del tiempo para que no lo sigas perdiendo conmigo.
En ese momento me levante de la cama, tome mi chaqueta y comencé a caminar hacia la puerta cuando ella dijo: ¡Ven, regresa te contare algo! Y de inmediato se me encendió el corazón al saber que me contaría o me sacaría de la duda si trabajaba ahí y de que trabajaba.
Elise:
De antemano te pido que no cuentes nada a nadie y que todo se quede aquí, veo que tienes unos sentimientos muy tiernos, pero de antemano te digo, deberías de fijarte en alguien con menos problemas y que pueda corresponderte, porque no me parece justo que intentes algo de lo que quizás algún día te arrepientas.
Alberto:
No, está bien cuéntame yo no diré nada y pues supongo que si hay más de mil razones que no me permitan con seguir teniendo este sentimiento pues creo que reconsiderare mi vida y mi sentimiento.
Elise:
Pues ella, trabaja aquí desde muy joven, no precisamente en lo que nosotras hacemos día a día, desde el principio o desde que era joven, pero si aquí ha trabajado por los últimos 6 años de su corta vida y cuando la vi entrar aquí lo primero que pensé que era una hermosa jovencita que seguramente el destino de ella estar aquí como nosotras y lamente el día en el que ella comenzó a trabajar aquí limpiando habitaciones, en muchas de esas ocasiones encontrándose con preservativos tirados usados y muchas otras perversiones, me puse muy triste porque yo tengo una hija y me daría demasiada pena y lástima que mi hija tenga que verme en esto o que algún día ella por necesidad este en un lugar como este, pero la cuestión es que yo no sabía nada de su vida en ese momento y como teníamos prohibido andar por ahí preguntando de la vida de las demás pues simplemente lo deje pasar, pero un día como al mes de que ella estaba viniendo aquí, le di un papel con una dirección en donde quería que nos viéramos y ella llego después de haber salido de aquí, vi que llevaba algo de hambre por lo que comimos algo mientras le hacía preguntas y resulto que ella vivía con su padre, muy joven también, y le pregunte ¿Por qué su padre no la mantenía? A lo que ella me contestó que su padre había quedado en silla de ruedas y que a duras penas él se podía alimentar solo porque no podía mover a voluntad sus extremidades por un accidente que había sufrido en el trabajo y que la madre los abandono porque ella le dijo que no se iba a esclavizar con él y ella no se quiso ir con su madre, por la forma en que ella reacciono en ese momento, ella tenía 14 años cuando le sucedió eso y al verse sola con su padre que es lo que ella más ama, decidió buscar trabajo y comenzó limpiando casas y lugares así, pero el dinero no era suficiente por los gastos de medicina y alimentación y vivienda, y ahí me di cuenta que muchas veces uno se queja de lo poco que tiene cuando otras miles de personas tienen menos o nada y que como aquí en el bar le ofrecieron un sueldo fijo por solo venir a limpiar por las mañanas y antes de que entrara la noche y aparte le darían comida y algunas propinas por hacer compras, ella acepto sin pensarlo y como no tenía quien le ayudara con su padre ella sabía perfectamente que era lo que los hombres tenían en medio de las piernas porque aparte de todo ella tenía que cambiar a su padre a pesar que él se resistió desde siempre por la vergüenza y no fue sino hasta un día que el padre por rechazar la ayuda de ella se resbalo de donde estaba y se había fracturado la columna y desde ese entonces él depende directamente de ella en todo y aun le costaba al padre aceptar la ayuda de hija, pero lo acepto hasta que ella ya le podía pagar una enfermera que se encargara de él.
Alberto:
De verdad me parte el alma el escuchar todo eso, créame que me siento tan mal emocionalmente por esa situación tan deplorable por la que ha tenido que pasar ella.
Elise:
Por Dios mira la hora ya van a venir a tocar nos pasamos 10 minutos hablando y por lo regular dan 15 minutos extras y ya solo te quedan 5 minutos, si gustas podemos vernos mañana por la mañana y te puedo seguir contando sobre Rosario y pues talvez tu eres enviado con algún propósito para la vida de ella y créeme que me alegraría mucho que ella encontrara la felicidad con alguien tan tierno como tú.
Alberto:
¡Gracias! Bueno, esperare con mucha ansiedad el día de mañana le dejo mi número de teléfono para que seas tú la que me de el lugar y la hora ¿te parece?
Elise:
¡Si, perfecto! Bueno cariño, te veo mañana mientras yo me quito aunque sea algo de ropa para que no sospechen que no pasó nada aquí.
Me retire de ahí abriendo la puerta vi que ya venía el monigote del guardia a tocar y le dije a Elise: ¡Estuvo genial! Luego te volveré a visitar, y ella grito desde adentro ¡Gracias! Obviamente era para disimular y pues no puedo negar que era una mujer muy hermosa y quizás no pasaba de los 28 años, pero ya sin preocuparme de nada y de nadie porque ya tenía algo de lo que quería saber por lo que deje que los demás se quedaran con quien quisieran quedarse que yo me iría derecho a mi casa a esperar el día siguiente para seguir la conversación con Elise y ver que podía hacer de ahí en adelante con “Rosario”