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Capítulo 4: El equipo

En cada misión de este tipo hay que empezar de cero: Nueva escuela; nueva casa; nuevo nombre; nueva historia. Porque si, para cada misión se me asigna un nombre nuevo y un nuevo apellido, además de que se inventa una nueva historia de vida para mi "personaje”.

Mi nombre ha sido Gemma, Anne Rose, Alison, Letizia, Meghan, Elisabeth, Hanna, y podría seguir enumerándolos todo el día…Una vez me nombraron Hardmony. Cada vez me realizo un cambio radical de imagen, así que he tenido el cabello de todos los colores (rosa, azul, castaño, negro, rubio platinado, rubio amarillento, verde...es vez fue extraña), y mis ojos han tenido todos los tonos, naturales y no tan naturales.

Por eso mientras estoy fuera de las misiones, rara vez toco mi aspecto. Cuando estoy en casa me gusta llevar mi aspecto natural, con mi propio tono de rubio, y mis propios ojos verde esmeralda.

El cambio también abarca la personalidad, por lo que he adoptado miles de personalidades: fui la bravucona que te molesta en los pasillos, la nerd a la que le pides todas las respuestas, la chica obsesionada con la moda, la típica porrista líder de colonia; He sido la más popular, y he estado en la base de la pirámide social.

Practiqué todos los deportes y participé en todos los clubes: Porristas, gimnasia, natación, baile, lacrosse, voleibol, y básquetbol. Además del equipo de debate y el consejo estudiantil.

Por manual, la metodología utilizada en las misiones es siempre la misma: llegamos al lugar (que puede o no ser una escuela), nos acercamos al objetivo, fraternizamos, y, cuando la misión es completada, desaparecemos del mapa con alguna excusa como; "a mis padres los transfirieron", "me mudó por x razón", "me voy a un intercambio", etc., etc. Se pierde total comunicación y listo, salimos de sus vidas.

Esta vez, nos toca hacer de niñeras de dos adolescentes.

¡Yey!, las misiones que incluyen aguantar niñatos son mis favoritas…Sobre todo cuando sus padres tienen tanto dinero como el señor Decker, no quiero darme a malinterpretar porque he conocido muy buenos chicos en estas misiones, pero, realmente escasean.

Aunque debo pensar que esta en particular tiene una salvedad. Una bastante grande.

Conseguir la captura de Ángelo Giordano sería un mérito enorme, pero llegar hasta su jefe...No se imaginan lo satisfactorio, personalmente, que sería eso.

— ¿Delancy, podrías probar esto?, prometo que sabe a fresas— Escuché la voz de Madison detrás de la puerta.

— ¡Por supuesto! — Le respondió aquella chica chillona que muchas veces escucho hasta en mis pesadillas.

— Esto tiene que ser una puta broma.

— Siempre tan linda hermana…. — Ryan se rio de mi mientras abría la puerta.

— No es buen momento para empezar con tus tonterías— Contesté, entrando en nuestra oficina, temiendo lo peor.

La oficina de mi equipo se encontraba en el primer subsuelo de la central de la A.P.M, y como pasamos mucho tiempo aquí metidos la decoramos como una especie de sala de descanso contando así con un mini refrigerador, una consola de videojuegos, un televisor, y varios pufs además de la mesa alargada con sus respectivas sillas y proyector holográfico.

Al entrar, me encontré con el cabello castaño de los Horsley. En un lado de la habitación Peter se mantenía en una esquina de la sala jugando videojuegos mientras que Madison, con el mismo tubo de hace una hora en la mano, encaraba a Delancy Lansbury, la recluta más chillona de toda la academia.

Delancy es la hermana pequeña de uno de los miembros de mi equipo, y novio de Maddie, Andrew, quien por cierto estaba sentado junto a Peter con una mano en la cabeza.

Andrew tiene 21 años, y es uno de los mejores estrategas y agente de campo con el que cuenta la agencia. Es muy buen chico, y además de ser él que siempre nos salva el pellejo, es el cable a tierra del equipo. Es él quien planea muchas de nuestras operaciones, y por tanto es el más sensato de nosotros. Lo conocí hace mucho, en la academia, y fue gracias a él que llegué hasta los Horsley, que como ya dije, son “los cerebritos del grupo”.

Apreció mucho a Andrew, pero no puedo decir lo mismo de su hermana Delancy.

Delancy y Andrew comparten el mismo tono de cabello castaño, pero ella, a diferencia de mi amigo que los tiene azules, tiene los ojos marrones; ella tiene mi edad, pero —aunque se empeñe en decir lo contrario—, sigue en la academia y aún no está certificada ni de ningún modo calificada para participar en misiones.

Normalmente la academia son cuatro años, para chicos de una edad estimada de los 14 a los 18. Por cuestiones de la vida yo ingresé y me gradué mucho antes de esas edades. Delancy, intentó hacer lo mismo, pero se lo denegaron, creando así un injustificado resentimiento hacía mí. Ella está cursando el último año, y déjenme decirles que no debería ir presumiendo sus notas.

En el último global (un examen general para todos los estudiantes, dónde cada año que pasa los reclutas deben ser capaces de contestar cada vez más preguntas para, en el último año, ser capaz de completar correctamente las 100 preguntas). Sé, por boca de Andrew, que sus resultados fueron pésimos, y que erró en preguntas de primer año.

— Yo no tomaría eso en tu lugar— Advirtió Ryan cuando pasó a su lado para sentarse en la mesa. Yo suspiré, sin moverme de la puerta.

— ¿Por qué n...?

— Delancy, vete por favor— pedí amablemente. —Tenemos que trabajar.

— ¡Oh! No no no, me quedaré— declaró ella, Madison a su lado enarcó una ceja— Será una experiencia muy educativa y didáctica participar en una reunión oficial de mi futuro equipo.

Por el rabillo del ojo vi como Peter contenía una carcajada y Andrew suspiraba.

¿Ella en mi equipo?, ni en un millón de benditos años.

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— Delancy, querida, ¡Me encantaría que te quedaras! —Empecé con mi tono más dulce provocando su sonrisa, y que me dedicara una mirada altiva. Esta chica me saca de mis casillas. — Pero, lamentablemente— hice énfasis en esta palabra—, vamos a discutir cosas que un estudiante de último año no entendería, así que tengo que pedirte que, por favor, te retires de nuestra oficina. Gracias.

Esa sonrisa de altivez desapareció de su rostro, siendo remplazada por una expresión de enojo. Dignamente me encaró, y, soltando un último bufido de indignación se retiró de la sala, a la vez que Peter estallaba en carcajadas.

—¡Ay Dios mío!¡Eso fue genial Emm!

— Lo sé, Horsley, lo sé— me regodee — Ahora, déjate de payasadas que tenemos nueva misión.

Pronto, tuve la atención de todos.

— ¿Tenemos nueva misión? — Cuestionó Maddie, aún con el brebaje en la mano, Ryan asintió— ¡Genial! ¡Me muero del aburrimiento aquí adentro! —Pegó un pequeño saltito— ¿A dónde vamos?

Creó que no tengo que decir que a Maddie le encanta viajar— ¿Alguna vez has paseado por Central Park?, dicen que cerca de ahí venden unos hotdogs espectaculares...

— ¿Nueva York? ¡¿Vamos a Nueva York?! — Cuando asentí, Maddie volvió a pegar un salto, derramando todo el líquido que tenia dentro del frasco sobre Ryan. — ¡Ups!

—¡Que Ups!¡MADISON!

— ¡Preparen sus cosas salimos en hora y media!

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