CONSEQUENCES:
Cuando se comete un error, las opciones son pocas y entre esas la más obvia, sería asumir y enfrentar lo que se ha hecho mal, el problema es, cuando la decisión afecta a más de una persona, y en consecuencia, el sufrimiento es inevitable, pero, ¿a qué costo?.
CAPÍTULO II: CONSECUENCIAS:
Y, ¿qué harás con las consecuencias?.
Aprenderé a vivir con ellas.
LEONEL CASSELL
La noche avanzaba y el sol amenazaba con dar paso a su presencia, hacía frío, las temperaturas en Londres comenzaban a ser precarias, incluso para él que amaba el invierno empezaba a pesar sobre su piel, así que ahora allí, solitario y preocupado, entre las paredes que comprenden el pasillo de hospital, rezando a todo lo que existente y nunca había tenido siquiera fe, cerraba los ojos y suspiraba mientras se aferraba a la positiva posibilidad de que todo saldría bien.
Leonel sintió los pasos, y levantó la vista, por el pasillo iban entrando Ellian Davies junto Dean Johnson y su novio, Lucius Taylor los tres parecían alterados e incluso tan abatidos como él, miró sus vestimentas, pijamas, abrigos e incluso pantuflas, eran las 3 am, a ninguno le había dado tiempo a vestirse.
—¿Cómo está?—preguntó Ellian en cuanto lo vio y acercó a él, estaba pálido y nervioso, incluso sus manos temblaban, vio como Dean le dejaba caer la mano en el hombro y apretaba ligero como apoyo a lo que el castaño negó alejándose, caminando de un lado al otro—Él está bien, ¿lo está verdad?—preguntó mirando a nadie en particular.
De los recién llegados y quitando a Leonel, Ellian era la persona más cercana a Alexandre, apegados de una forma que ni siquiera el pelinegro podría explicar como si supieran los más íntimos secretos del otro y por un largo tiempo a Leonel eso le provocó pesadillas, le molestaba y jodía el hecho de que Alexandre parecía demasiado apegado a otra persona que no era él, y se lo hizo saber al rubio logrando sólo molestia por parte del mismo, con el paso del tiempo logró tolerarlo y ahora casi que lo agradece, la presencia de Ellian siempre distraía a Alexandre al manos lo suficiente para desconectarlo de su persona y a él del peso que le proporcionaban a veces sus decisiones.
—Familiares de Alexandre Dubois—anunció el médico recién llegado, junto a una enfermera, ambos con papeles en mano y rostros serios, Leonel se levantó junto con Ellian nos prácticamente corriendo hacia el personal de salud gritando "Nosotros"—El paciente está estable, sufrió un intoxicación etílica muy grave, estuvo a nada de un coma, lo mejor será que esté lejos del alcohol por un tiempo.
—¿Despertará pronto?—preguntó Ellian con ojos irritados, el médico asintió.
—En cuanto lo haga y revisemos su estado consciente podrán pasar a verlo, hasta entonces, que estén bien.
El silencio se esparció entre los cuatro, Lucius quien se había mantenido en silencio hasta el momento se acercó a Leonel cuando le vio dejarse caer en los incómodos asientos con rostro abatido, y a Dean llevarse a un reacio Ellian, a por un café y algo dulce, el menor padecía de los nervios y bajo situaciones de estrés su estómago sufría los estragos por lo que tener algo en él, ayudaría mucho.
—¿Algo que quieras contar?—preguntó sin mirar al pelinegro, este con la vista perdida en algún punto del suelo negó y respiró hondo, el rubio a su lado asintió incluso si sabía que sí, que detrás de este desastre había alguna razón que envolvía como siempre a Alexandre y Leonel, a Leonel y a Alexandre—¿Quieres decir que él sólo decidió tomar alcohol porque sí?. ¿Alexandre?, el chico que con una cerveza cae rendido—negó—No insultes mi inteligencia.
—No lo hago, de verdad Lucius, no sé porqué...
—Le dijiste que te casarías con Rose, ¿verdad?—no fue una pregunta, Lucius le miraba enojado y Leonel, como hace mucho no pasaba, se sintió como un niño regañado.
Lucius era alguien cercano a él, que resultó enamorado de Dean en algún punto de su vida, aunque anteriormente vivía metido entre las piernas de cualquier chica que le pareciera lo suficiente atractiva, según él, se descubrió a sí mismo cuando conoció a Dean, porque nunca había sido más feliz, Leonel lo aceptó, lo apoyó y continuó su amistad, no era homofóbico y junto al rubio habían sido grandes amigos por años, así que ver esa mirada de enojo, y reproche no era satisfactorio, a Leonel no le gustaba ser juzgado, porque aunque lo negara, le importaba mucho la opinión ajena.
—Yo...
—¿Le dijiste al hombre que te ha amado por años y aguantado todos tus desplantes que te vas a casar?.
Leonel boqueo como pez fuera del agua y tragó nervioso, no tenía miedo, pero por alguna razón su cuerpo temblaba como hoja de árbol frente al viento, le dolía las palabras porque con ella venía la imagen de un Alexandre herido en una cama de hospital y los junto con los peores diagnósticos y regresaba con ello la tortura que se había auto impuesto durante la hora que estuvo esperando por noticias.
—Respóndeme. ¿Se lo dijiste?—el pelinegro miró al suelo y asintió, parecía pequeño, débil y Lucius gruñó levantándose de la silla.
Él no era el mejor amigo de Alexandre, ese papel se lo dejaba a Ellian e incluso a Dean, pero le tenía aprecio y le quería como al hermanito menor que siempre se aferra a tu pantalón y pide consejos porque te ve como un ejemplo a seguir, un ser puro que no merecía una mierda, sin embargo también era el mejor amigo de Leonel y por eso le cabreaba aún más.
—No puedo creerlo—Leonel no le miró, de hecho se mantuvo con la vista en el suelo como si esa fuera la única forma de mantenerse estable en sí mismo.
—Esto no es mi culpa.
—¿Me estás jodiendo?—Lucius estaba furioso, colérico, y cansado más por saber que su amigo, Leonel era un hijo de puta y bastardo sin corazón—¡Claro que es tu culpa!.
—¡No lo es!—negó—Yo no le dije que se emborrachara, yo...
—¡Le diste una razón para hacerlo!—explotó intentando controlarse al recordar que estaban en un hospital, se pasó la mano por el rostro, parecía exasperado—Maldito hijo de perra.
—Esto no es mi culpa.
—¿Es que acaso eres ciego?—le preguntó como si realmente existiera la duda en sí—Alexandre lleva años enamorado de ti.
—¿Acaso yo se lo pedí?—el rostro de Lucius pasó de la furia a la sorpresa—Siempre he sido un amigo para él, no es mi jodida culpa.
—Eres un maldito hijo de puta—ambos rostros giraron encontrando un muy pálido Ellian—¿Sabías que Alexandre estaba enamorado de ti?. ¿Lo sabías y aún así... Aún así...
—Ellian.
—¡No me toques!—gritó interrumpiendo a Lucius—Eres un jodido bastardo de mierda, todos estos años, ¿cómo logras mirarle a la cara?, ¿¡cómo!?—para ese entonces todo se había salido un poco de control.
Ellian estaba perdiendo sólo un poco los estribos, Alexandre era como un hermano para él, de hecho posiblemente lo único que realmente quería y le importaba en la vida, le vio sufrir amargamente por Leonel, y apelando al hecho de que el pelinegro sufría de inocente a todo, nunca quiso meterse en medio, sin embargo, al parecer estaba equivocado todo este tiempo.
—¿Por qué todos me gritan como si fuera un jodido monstruo?. ¡No he hecho nada malo!.
—Eres increíble—dijo esta vez Dean, calmado y apacible, por dentro ardiendo en rabia, pero sin perder el control, era el más centrado de los tres—Sólo espero, que comprendas lo que ha hecho tú silencio, Alexandre es un tonto por enamorarse de un egoísta como tú, pero tú eres una completa mierda por usar sus sentimientos en contra de él y manipularlos a tu conveniencia.
La enfermera apareció y notó los ojos llorosos y el ambiente tenso antes de pedir que le acompañaran, sin embargo todos se negaron a entrar, pidiendo a Leonel ir primero puesto que no sabían si podrían controlarse al ver al rubio.
—Puedes ir y mirarle a los ojos como si nada—dijo Lucius lo suficiente alto—pero recuerda que tú eres la causa de su dolor. Sólo dejarle antes de que lo perdamos por completo— mirando a su amigo, Leonel casi ríe ante tales palabras.
—Alexandre no es un puto suicida—Lucius asintió, sin embargo quien respondió fue un Ellian más calmado.
—Claro que no—sonrió triste—Alexandre sólo está enamorado.
Leonel nunca había tomado esas palabras en serio, ¿amor?, eso era algo que él cree sólo experimentó en el ámbito romántico cuando conoció a Rose, y si bien amaba a la pelinegra no creía volverse lo suficiente loco para echar rodilla en tierra y dejarse morir, por tanto puede que en algunas ocasiones y por la educación que recibió así como experiencias personales, Leonel fuera un poco obtuso, lo suficiente denso para costarle entender la complejidad o parte de la gran diversidad emocional del ser humano y como esta puede ayudarlo a crecer o destruirlo por completo.
Era diferente a Alexandre, quien siempre intentaba llevar todo con cuidado, Alexandre cuidaba demasiado las emociones ajenas, tanto que quizás, descuidó las propias, y el pelinegro lo sabía, estaba en la naturaleza del rubio cuidar a otros, vivir por otros, así que mientras Leonel habría la puerta y entraba, viendo el delgado cuerpo, allí, sobre las blancas sábanas, y el pitido constante del monitor marcando signos vitales estables, algo se instaló en su estómago.
Alexandre se veía raro, él chico lucía delgado, pálido y muy triste, ¿cómo alguien siquiera podría lucir triste mientras duerme?Leonel realmente no quería saber la respuesta sin embargo imaginó y podría jurar escuchar la voz de Alexandre diciendo.
Es porque su alma está triste, lo suficiente vacía para pedirle al corazón que se marchite y obligarle a ocultar su sonrisa.
¿Había sido él?, ¿el culpable había sido él?
Alexandre es un tonto por enamorarse de un egoísta como tú, pero tú eres una completa mierda por usar sus sentimientos en contra de él y manipularlos a tu conveniencia.
—Fue difícil, consumió mucho alcohol, podría haber muerto, al parecer también lo hizo con ciertas pastillas, mandamos sangre por exámenes al laboratorio, tiene suerte de estar vivo—la voz de la enfermera sonaba algo lejana, casi podría jurar que ni siquiera era lo suficiente nítida.
¿Por qué le dolía el pecho?.
¿Sabías que Alexandre estaba enamorado de ti?. ¿Lo sabías y aún así... Aún así...
No, no era su culpa, él no le pidió a Alexandre quererlo más allá de una amistad ni esperar como idiota a que mágicamente un día él se levantara cambiando su gusto de vaginas por pitos, eran a amigos, hermanos y no quería perderlo ni lo haría, el rubio en algún momento se olvidaría de él como hombre, y seguirían adelante, no podría perderlo...
Casi lo haces hoy, casi muere, le rezongo su consciencia mientras se acercaba a la cama y tomaba la pequeña mano, ¿por qué era tan delgada?, ¿acaso nunca notó que tanto había adelgazado Alexandre?.
¿Alguna vez siquiera lo haz hecho? ¿Le has notado lo suficiente?, volvió a preguntarle su consciencia.
Leonel nunca fue de llorar, de hecho lo había pocas veces y Alexandre siempre había estado ahí para él, y ahora, ahora el rubio estaba allí, tirado y adolorido, ¿por su culpa?.
Era verdad él siempre lo supo, pero, más que mantenerlo a su lado, pese a su enamoramiento, temía más perderlo, Alexandre era suyo joder.
—Lo siento tanto—susurró mirando su mano—No quería, juro que no quería llegar a esto, si lo hubiera sabido Alexandre, si tan sólo, alguna vez hubiera pensado en que podrías tomar esta decisión te habría alejado—lloró, se rompió—Eres mi mejor amigo, un hermano, mi pequeño mochi, y no sabes cuanto odio hacerte sufrir pero no quiero perderte, eres parte de mi, mi niño, aunque me ames, y yo...yo nunca podré hacerlo, pero por favor quédate, no me dejes, despierta y mírame a los ojos y dime que me quieres.
Leonel sólo sintió un sollozo, la voz quebrada y el llanto pesado y horrible, levantó la vista lento y en dirección al chico que hasta hace sólo segundos permanecía inconsistente, ahora con los ojos abiertos, llorando y tan roto, que Leonel realmente dudaba si lo que sea que se quebró, volvería a recomponerse.
Alexandre sólo está enamorado.