Capítulo 4. ¿Seguís siendo actriz?
Por Antonella
Éramos muy jóvenes cuando salíamos, pero él siempre fué un mujeriego empedernido.
Me doy cuenta que nunca dejé de amarlo, luego de esos encuentros en que me convertí en su amante, algo muy fuerte se formó dentro de mí, pero él eligió que nos dejemos de ver y quedarse con cierto nivel económico y con ella…
Como me gustaría que solo conmigo pueda apagar su apetito sexual.
Que tenga ganas de mí.
El silencio de mi habitación acompaña a mi tristeza.
Siento mucha impotencia.
Muero por Fabrizio, tal vez Marcelo nunca supo o nunca quiso conquistarme, llenarme, adorarme…
Yo solo busco amor, un amor completo, de esos por los que muchas mujeres suspiran cuando ven las telenovelas en donde trabajo.
Jugué con fuego y me quemé.
Jugué, sabiendo, desde un principio que iba a perder, porque con Fabrizio perdía siempre.
Con él me quemaba de tanto amor.
En un principio de mi matrimonio puse todo de mí, pretendí que Fabrizio no me importaba, es que estaba casado y era padre.
Yo misma no lo quise perdonar la segunda vez que me engañó.
Tal vez si lo hubiese perdonado esa vez….
Me río sola.
Si lo hubiese perdonado esa vez, hubiera habido una tercera y una cuarta y miles de veces donde él me hubiese engañado.
Aunque ahora parece más tranquilo, trabaja con su suegro.
Está más grande, a lo mejor tiene que ver con eso, habrá madurado…
Tal vez está muy enamorado de ella.
Las lágrimas ruedan por mis mejillas.
Soy una fracasada.
Lo único bueno, es que cuando me vean triste, muchos van a pensar que es por que me separé.
Los que me rodean, saben que Marcelo nunca me dió el lugar de esposa.
Si hubiese sido distinto conmigo, tal vez yo no hubiera vuelto a los brazos de Fabrizio.
Me dí una ducha, sobre todo para tranquilizarme.
No podía dejar de pensar que las cosas tendrían que haber sido distintas, recojo mis recuerdos y los guardo muy dentro mío.
Salí del baño, por suerte las habitaciones eran en suites, no todas, la casa tenía más de una docena de habitaciones, seis o siete si tenían baño incorporado y el proyecto de mi prima, era anexar un baño privado a cada una de las habitaciones que aún no tenían.
La que solía usar yo, tenía baño y también balcón, eso lo tenían todas, el balcón era compartido, ya que rodeaba la planta alta, pero estaba delimitado por cada habitación.
La puerta de mi dormitorio se abrió de par en par y entraron Mya y Kate.
—¡Tía! Que suerte que estás levantada.
—Sí, dale cambiate y bajá con nosotras.
Veo pasar a Fabrizio, la puerta había quedado abierta y él miró para adentro, lo hizo sin disimulo.
Pero siguió su camino.
—Chicas, cierren la puerta que me tengo que cambiar.
—Bueno, nosotras bajamos, pero no tardes.
Se los prometí.
Me puse una bikini fucsia fluo, bastante llamativa y sobre la malla me puse un solero blanco, era cortito pero suelto.
Estaban todos desayunando, parecía que yo había bajado última a propósito, ya esperaba un comentario de Teresa, sobre eso.
—Al final tu marido se fué solo.
Dijo Teresa, cambió sobre lo que me iba a cuestionar.
—No entiendo como no cuidás tu matrimonio.
Yo tomé un sorbo de mi café con leche.
—Es un buen hombre, tendrías que ser más considerada.
Insiste y creo que a esa altura, hasta Silvia, mi otra tía, está esperando que yo le conteste mal.
—Perdón tía, pero no sabés cómo suceden las cosas en el matrimonio de Anto, hay que ponerse en lugar de ella, para saber porqué hace lo que hace.
Dice Sandy.
Se adelantó a contestar, porque sabe que la estoy pasando mal.
Pía no dejaba de hacerle caritas y llamar la atención de Fabrizio en todo momento.
Parecía querer demostrar que era de ella.
Sí, lo era, yo no tenía dudas sobre eso.
¿La besará igual?¿Tendrá esa pasión arrolladora que le salía de sus mismas entrañas?
Yo lo alejé de mí, lo dejé partir, él pretendía normalizar sus engaños.
¿Tendrá muchas amantes?
Yo fuí una de ellas.
Hasta que él decidió que ni siquiera podíamos ser amantes.
¿Llegará el día en que ya no piense en él?
¿Se terminará alguna vez mi amor por él?
¿Podré amar a alguién que me corresponda?
Veo muy lejano ese momento.
Tengo mucha pena dentro de mi corazón.
—Tía no te preocupes porque el tío se fué, nosotras te vamos a abrazar y vamos a dormir con vos todas las noches.
Yo le sonreí a Mya.
—¿Vamos al agua?
Me pregunta Kate.
—Chicas, dejen respirar a la tía, no es la niñera.
—Pero nos encanta estar con ella.
—Las amo.
Les digo.
—Sos la mejor.
Dice Mya.
Los demás no abrían la boca, mi tía Silvia sabía lo que sus nietas me querían, creo que estaba un poco celosa, pero por otro lado, le encantaba como yo adoraba a sus nietas.
Silvia tampoco era que tenía un amor terrible por mí, entre Pía y yo, posiblemente yo estaba más cerca de su corazón, pero aparte de ser su sobrina, porque Pía era la hija de su prima, no de su hermana, era muy cercana a Sandy.
Lo del parentesco no tendría mucho que ver, es decir, yo era más cercana, pero la verdadera diferencia existía entre mi prima y yo, con respecto a Pía.
Con Sandy parecíamos hermanas, éramos mejores amigas, me llevaba genial con su marido y adoraba a las pequeñas.
Me quedo pensando que en realidad, Teresa y mi tía, tienen el mismo parentesco que Sandy y yo y mi tía Silvia, también tiene el mismo parentesco con Pía, al igual que yo tengo con Mya y Kate, pero yo amo a las niñas.
Me encuentro comparando y componiendo, mentalmente las relaciones, soy una mujer adulta y madura, tengo que pensar como tal.
Quiero despejar mi mente, pero tenerlo tan cerca a él, nublaba mi razón.
Después del medio día, me llamó Marcelo, diciendo que había llegado hacía una hora.
No había calculado el tiempo, siento una indiferencia muy grande hacia él y eso me asusta, porque después de seis años, no me quedó nada.
¿Seré mala persona?
No me considero una persona egoísta, soy generosa en un montón de aspectos.
Marcelo saca la peor parte de mí.
A lo mejor yo también saco lo peor de él.
No se porque se separó de su ex.
Recuerdo que él creía que ella lo había engañado.
A lo mejor fueron solo celos de él, porque ella siempre lo negó todo.
De mí, nunca fué demasiado celoso ni posesivo.
Definitivamente, Bianca es el amor de su vida.
No puedo reclamar demasiado, porque Marcelo tampoco es mi gran amor.
Ya no le dije que Bianca no se subiera a mi auto, sabía que de todas maneras, lo iba a hacer.
Era mi auto y eso no lo entendían ni Marcelo ni Bianca.
Pasé la tarde jugando con las pequeñas y con el hijo de mi prima.
En un momento, durante la merienda, mi tía me reclamó, porque estabamos cantando canciones de niñas y no unisex, que su nieto no las conocía y se estaba quedando fuera del entretenimiento.
—No soy la niñera, aparte son solo canciones y canto las que recuerdo.
—Pero te acordás solo las que le gustan a las nenas.
Siento que es idiota todo lo que está planteando.
—Es que a las niñas las veo seguido y recuerdo lo que escuchan.
Era verdad.
—Eso porque siempre andan muy juntitas con Sandy.
—Sí, tía, Anto, aparte de ser mi prima, es mi mejor amiga.
Le contesta mi prima, ya está cansada de que nos cuestionen el cariño que nos tenemos.
Fabrizio estaba callado y Pía se estaba ocupando de su hijo.
Se armó un partido de truco, a Sandy mucho no le gustaba jugar a las cartas, después de varias manos, solo quedamos enfrentados con Pía y Fabrizio, la otra pareja la componemos Luca y yo.
Con el marido de mi prima, nos conocemos bastante en ese sentido, porque jugamos muchas veces.
—Anto, ¿Matás?
Me pregunta Luca.
—MMM, no sé, no creo.
Le contesté y ese mmm del principio significaba que sí.
Los demás jugaron cómodos y confiados y yo terminé ganando la mano y con eso, el partido.
—Sos una genia.
Dice Luca, riendo.
—Eso siempre, mi querido primo.
—Ustedes hacen trampa.
Dice Pía.
—¿En dónde está la trampa?
—Siempre hacen equipo ustedes dos.
—Sí y por eso ganamos, vos también conocés a tu novio y hacés equipo con él, no seas mala perdedora.
Le contesto, ya me esta cansando está situación.
—Tía, sos la mejor, cuando sea grande, quiero ser como vos.
Dice Kate.
—Tía, en esta novela te dan un beso.
Me dice Mya, trayendo su celular.
—¿Seguís siendo actriz?
Me pregunta Fabrizio.
—Sí, mi tía es actriz, mirá como la besan en la novela.
Le contesta Mya y le muestra el video a Fabrizio.
Realmente no es una escena recatada, pero tampoco es pornográfica, sino, no permitiría que las niñas la vean.
—Es conocido el actor.
Dice Fabrizio.
Estoy segura que él no sigue mi carrera, pero Pía sí lo hace, solo para tirarme malas vibras.
No me llegan sus malos pensamientos…en lo laboral, después de todo, es lo único que tengo.
El que está asombrado, es Fabrizio.
—Sí, es muy buen actor y buen compañero, aparte de ser conocido.
Le contesto.
No digo nada de mi próxima novela, porque si este actor es conocido, el protagonista de la próxima tira que voy a hacer, es el número uno y realmente, sin decir que somos amigos, porque no lo somos, nos llevamos excelente y hemos compartido algunas cenas, donde fué muy amable conmigo.
Los celos y la envidia de Pía se huelen a un kilómetro, sin embargo, ella es la dueña del corazón del hombre de mi vida.
Si Pía supiera todo lo que siento por Fabrizio, estaría muy feliz por mi sufrimiento.
El amor que le tengo a Fabricio, lo tengo escondido tan profundo, como el peor de los pecados.
Ella sabe que fuimos novios, aunque conociéndola, se va a hacer la ignorante, al menos delante mío.
Por otro lado, esa supuesta ignorancia, es conveniente para todos.
Estoy bien con eso, es una tranquilidad que finjamos que nada haya sucedido entre nosotros.
Me refiero a lo que pueda saber mi prima, es decir, que con Fabrizio hayamos sido novios en la adolescencia.
No estaríamos tan tranquilas ni ella, ni yo, si Pía supiera que fuí la amante de Fabrizio, cuando ella ya era su pareja.
Eso sí fué obra del destino.
Yo no puedo demostrar nada de lo que siento, porque él nada siente por mí.