Capítulo 5: Como una sirvienta
Salia, al escuchar la palabra “cuñadita” su rostro se puso sombrío y serio y lanzó una mirada fulminanate a su hija.
Yadira se mordió los labios y pensó: ¿Acaso ese "Fidelio" quiere que me maten?
Salia la llevó de la mano hasta el salón, una vez ahí, soltó su mano con con frialdad. Con un rostro palidecido miro fijamente a Yadira y dijo: -¿Ese hombre que te llamó cuñadita hace un momento? ¿Es primo de Delfino?-
Yadira asintió con la cabeza y dijo: -Sí.
¡ZAS!
De repente, se escucho una bofetada.
Salia la abofeteó con tanta fuerza que a Yadira le zumbaron los oídos.
-¡Qué tan desvergonzada puedes ser! Te estás tirando al primo de tu esposo en el primer día después de tu boda. ¡Acaso quieres que nos maten! ¡Si quieres morir, por favor, no arrastres a nuestra familia contigo!
Yadira cerró sus párpados y levantó la mano para tocar su adolorido y entumecido rostro, luego, con una mirada indolente dijo a Salia: -¿Por qué no me preguntas si soy yo quien lo seduce o es al contrario?-
Siempre es lo mismo, cada vez que pasaba algo, su madre la regañaba y castigaba primero sin siquiera preguntarle el motivo.
-Uno tiene la cara dañada e incapacitado, y el otro, es normal y sano, acaso no es obvia la respuesta. ¿La anterior noche, no lo habrás pasado con ese ¨primo¨?
Se escuchó una dulce voz femenina que provenía desde el piso de arriba, suave, pero llena de malicia.
Tan pronto como Salia vio bajar a Perla Jiménez, la saludó apresuradamente y le preguntó preocupada: -Perlita, ¿ya estás mejor?-
-Mamá, estoy mucho mejor.- respondio Perla con una suave sonrisa, y luego caminó hacia Yadira, diciendo: -Yadira, aunque puedo entender tus sentimientos, tienes que pensar en la familia Jiménez. Será mejor que no nos decepciones.- Estando arriba, vi a Yadira y a un hombre besándose en el coche. Nunca se imaginó que Yadira, siendo tan estúpida y fea, tuviera la habilidad de ligar con los hombres.
Cuando terminó de hablar, se volvió hacia Salia y dijo coquetamente -Mamá, ¿no tengo razón?-
Salia sonrió y respondió: -Claro que sí Perlita, tienes toda la razón.-
Yadira apretó sus manos con fuerza, mordió los labios y no dijo nada.
Las personas que no saben la historia de su familia, pueden pensar que Perla y Salia son madre e hija biológicas.
Pero durante muchos años, Salia siempre ha querido ganarse su puesto en la familia Jiménez. Intentó de todo para complacerlos, pero al final su hija biológica parecía ser la adoptada.
Salia dejó de sonreír y miró a Yadira con una cara seria, diciendo: -Yadira, ya que te casaste con el hombre de la familia Dominguez, debes cumplir con tu deber y no nos avergüences.-
Yadira bajó la mirada, cubriendo el ridículo en sus ojos. Su rostro se veía como si estuviera sufriendo, luego dijo en un tono tranquilo. -Me acabas de recordar que si un día soy infeliz y hago algo sorprendente. No sé si la familia Dominguez estará tan enojada que toda la familia Jiménez será destruida juntos.-
Perla no esperaba que Yadira, quien siempre había sido estúpida y sumisa, dijera esas cosas. Ella frunció el ceño y dijo: -¿Qué quieres decir?-
-Lo que escuchaste, "perlita".- Yadira levantó la cabeza sin mirar directamente a su hermana, sus ojos se veían exactamente iguales a los de siempre.
¿Creen que me darán órdenes como si fuera una sirvienta?
En el pasado, Yadira los obedecía sin chistar ya que todavía tenía expectativas de su madre. Pero, después de que la obligaron a casarse con aquel hombre de la familia Dominguez en lugar de su hermana, sus expectativas se habían ido.
-¡Tú!-
Perla estaba acostumbrada a insultar a Yadira y la obligaba a hacer cosas. Esta fue la primera resistencia de Yadira.
Ella miró a Yadira con enojo, luego se volvió para mirar a Salia, -Mamá, le aconsejo amablemente a Yadira, ¿por qué está haciendo esto?-
Salia ciertamente escuchó la amenaza en las palabras de Yadira. Pero cuando pensó que en el pasado Yadira se comprometería con ella pase lo que pase, naturalmente usó su cocheridad y gritó con severidad: -¡Yadira, discúlpate con tu hermana!-