Sinopsis
La hermana consanguínea no quería casarse con el prometido que se rumoreaba que era feo y carecía de capacidad sexual, por lo que su madre biológica se arrodilló y le suplicó, -Tu hermana se merece un hombre mejor. ¡Tienes que ayudarla!-Ella estaba amargamente decepcionada y se casó en lugar de su hermana. En la noche de la boda, el apuesto hombre frunció el ceño y la miró, -Es tan fea.-Ella pensó que se respetarían a partir de ahora, pero inesperadamente él la abrumó directamente y le dijo, -No importa lo fea que seas, también eres mi mujer. -Ella lo miró horrorizada, -Tú... no puedes ...-El hombre se quitó las capas de su disfraz, miró su rostro originalmente hermoso, sonrió con malicia, -Parece que tenemos malentendidos entre nosotros.-
Capítulo 1: Demasiado fea
Yadira Jiménez se sentó frente al espejo del tocador en un estado de trance, esperando que la estilista entrara para maquillarla.
De repente, la puerta se abrió y Salia Costa, su madre, entró ansiosamente.
Al ver que Yadira tenía el cabello desordenado y solo tenía puesto su larga chaqueta gris hecha de algodón, frunció el ceño y le replicó:
-La familia Dominguez ya está aquí. ¿Por qué ni siquiera te has cambiado de ropa?
Yadira empujó sus gafas de montura negra sobre su nariz, cerró sus párpados y algo aturdida dijo:
-Mamá, ¿de verdad quieres que me case con el prometido de mi hermana?
Salia pensó que su hija se iba a hechar para atrás, así que su rostro palideció de miedo.
Los guardaespaldas de la familia Dominguez ya estaban esperando fuera, de modo que un paso en falso podría arruinar a la familia Jiménez.
Su madre lo sabía, así que se arrodilló frente a Yadira y con desesperación dijo:
-Yadira, te lo ruego, tu hermana se merece un hombre mejor. ¡Tienes que ayudarla!
Al escuchar las súplicas de su madre, la mirada de Yadira gradualmente se tornó frío.
A pesar de que Salia era su madre biológica, esta entregó todo su amor a los hijos que tuvo su difunto esposo con su exesposa. Encima, ella sabía muy bien que el prometido de su hijastra era feísimo, de manera que ella no podría llevar una vida normal junto a él, con esto en mente, su madre obligó a Yadira a tomar el lugar de su hermana, obligñandola a casarse con él.
Uno de los sirvientes amablemente pidió que salieran, diciendo:
-Señora Salia y señorita Yadira, los guardaespaldas de la familia Dominguez ya están subiendo por las escaleras.
Yadira no ayudó a su madre a ponerse de pie, solo la miró y con indiferencia dijo:
-Levántate por tu cuenta, que yo me voy-.Esta vez, Yadira realmente estaba decepcionada.
Cuando ella abrio la puerta, vio la silueta de unos desconocidos esperandola fuera, estos eran los guardaespaldas enviados por la familia Dominguez para recogerla.
No hubo boda ni novio, pero ella ya se había casado.
-Vamonos-.dijo ella y se adelantó para bajar primero por las escaleras.
La familia Dominguez era una familia de primera en Ciudad Mar, teniendo como único heredero a Delfino Dominguez, este tenía la cara desfigurada como resultado de un secuestro ocurrido hace diez años, por lo que no pudo seguir viviendo con normalidad.
Después de lo ocurrido, Delfino no volvió a aparecer en público, en consecuencia, por los alrededores se exparcieron ciertos rumores que decían que él era un hombre horrendo, cruel y aterrador, y que todas las mujeres que fueron enviadas a su casa no habían salido con vida.
Como Yadira tenía el corazón roto en mil de pedazos por la treta de su madre, a ella no le importaba si Delfino fuese el mismísimo diablo.
...
Después de llegar a la villa de los Dominguez, los guardaespaldas la acompañaron hasta una habitación y se fueron.
No fue hasta que el cielo se tornó oscuro que la puerta se abrió de nuevo. Entonces, Yadira giró la cabeza y vio la silueta de un hombre alto entrando a la habitación, este cerró la puerta y encendió la luz.
El repentino cambio del ambiente hizo que ella levantara su mano para cubrir la luz, luego levantó su cabeza para mirar al hombre, después de un vistazo, ella quedó atónita. Esto último no era porque el hombre fuera feo y terrible, por el contrario, él era demasiado guapo.
Aquel hombre, que llevaba puesto un traje oscuro que cubría su robusto y erguido cuerpo, tenía las piernas largas y fornidas y su rostro presentaba una forma sólida y perfecta, como una obra de arte finamente elaborada. En resumen, él era excepcionalmente guapo, aunque daba a los demás una sensación de opresión.
Él, Delfino, se acerco y examinó detenidamente a Yadira durante unos segundos, para luego fruncir sus cejas y decir directamente: -Eres fea.
No se pudo distinguir alguna emocion en su tono de voz.
Ella, que estaba en un estado de trance, volvió a hacer funcionar su cerebro sin importarle mucho que él le dijera fea.
-¿Quién eres tú?- Preguntó ella con una mirada indiferente.
Aquel hombre, la miro con sus oscuros ojos y una mirada fría, y con voz profunda respondió con otra pregunta: -¿No sabes con quién te casaste?
A medida que él se acercaba, ella se estremecía por el aliento helado de Delfino. Un sentimiento agudo oprimió su pecho, pero aún así, ella se mantuvo erguida y respondió: -¡Por supuesto que sé con quién me case, su nombre es Delfino!-
La frialdad de aquel hombre desapareció gradualmente cuando escuchó su respuesta. Entonces, un rastro de luz apareció en sus ojos, ya que ella no parecía ser como las otras mujeres, que creían en los rumores.
A pesar de estar casada con un hombre “feo e incapacitado”, su expresión era demasiado tranquila, y dicha calma hizo que él sientiera cierto interés.
Así que Delfino, sonriendo pretenciosamente dijo: -Resulta que eres mi cuñada. Yo soy el primo de Delfino, Fidelio Dominguez. Supongo que en la noche de tus nupcias, no querrás pasarla con aquella persona DIS-CA-PA-CI-TA-DA.