Capítulo 4
Luego de un par de horas más, suena el timbre que indica el receso. Mi lindo novio, que estaba en una clase diferente a la mía, se me acerca.
—¿Vamos a la cafetería? —pregunta.
Sonrío.
—Claro.
Dejamos las cosas más pesadas que hay en nuestros bolsos en los casilleros y empezamos a caminar. Cuando llegamos al comedor, agarramos una bandeja y nos acercamos a la barra donde por suerte no hay fila para servirnos.
Veo que Fred se sirve bastante comida.
—Alguien tiene mucha hambre... —me río— Lo siento, fue mi culpa que no desayunaras —digo, porque temprano, aunque le dije que pasaríamos comprando algo en el camino, no pudimos hacerlo.
—No te preocupes, ¿pero qué fue lo que sucedió? Me habías invito a desayunar en tu casa.
Con una pinza de emplatar tomo un puñado de ensalada y la pongo en mi plato.
Suspiro.
—Es que discutí con mamá porque me castigó injustamente por la hora en la que llegué.
—No fue injustamente, hubiese hecho lo mismo si fuese ella. Yo me quería ir después de lo de Kendra, pero tú y Ash insistieron en ir a la casa de Aidan.
—¿Tienes cuarenta, o diecisiete? ¡Ponte en mi lugar, me van a cancelar las tarjetas! —lloriqueo.
Nos sentamos en una mesa.
—¿Qué se hizo Ashley?
—Está con Brianna, poniéndose de acuerdo con lo de Biología; me digo que vendría en un momento —informo—. Es una lástima que no hayamos quedado juntos en el proyecto tú y yo. Hubiese sido perfecto.
Freddie se rasca la nuca.
—Sí, una lástima...
—¿Pero sabes qué?— mastico el último bocado de mi ensalada— Se me acaba de ocurrir una idea; le diré al profesor Marshall que quiero intercambiar parejas con Mary. Así tú quedas conmigo, y ella con el idiota de Drew.
—Eleanor, es más que obvio que no te va a hacer caso.
—¿Por qué?
—No va a cambiar a cambiar los equipos solo porque a ti no te gusta el tuyo.
—Sí lo quiero, lo tengo —aseguro—. Sabes que puedo ser muy insistente cuando algo se me mete entre ceja y ceja. Será pan comido, porque tú eres su favorito y cuento con tu apoyo.
—No cuentas con mi apoyo —dice al instante que termino de hablar.
Enarco una ceja.
—¿Cómo?
—No estoy de acuerdo con lo que quieres hacer, Elle.
—A ver, déjame ver si entendí bien, ¿acaso prefieres ponerte con otra antes que con tu novia?— le pregunto sin evitar sonar tan ofendida como lo estoy.
¿Dónde está Ashley cuando la necesito?
Freddie rueda los ojos, cosa que me hace molestar aún más.
—¡Por Dios! Eres una dramática, ¿de dónde sacas eso? No quiero que lo hagas porque la verdad, solo es otro estúpido capricho tuyo. Y aparte, me sentiría mal dejando a Mary en la boca del lobo.
Frunzo el ceño.
—¿La boca del lobo?
—Me refiero a Andrew —explica—. El picaflor ese querrá conquistarla y no quiero, bueno, mejor dicho, me da lástima que le rompa el corazón.
—¿Hola?— digo sarcásticamente— ¿Eso por qué te debería de importar?
—No es que me importe, solo quiero hacer lo correcto.
Frunzo el ceño de nuevo —Entonces, ¿me estás diciendo que lo mejor es dejarme a mí en manos de ese patán?
—A ti no te hará nada.
—Al contrario, mi amor, sabes que a mí sí me intentará conquistar, porque yo sí le gusto y no sé si lo notaste, pero esa tal Mary claramente no es su tipo; es fea, pobre, ¡y tiene el cabello grasoso!
Miro mi reloj de pulsera y veo que queda poco tiempo de receso, por lo que debería estar en mi cita de estudio con Drew.
Me levanto de la mesa.
—Me tengo que ir. Voy a la biblioteca a reunirme con el lobo. Espero que recapacites y llames pronto para pedirme perdón por ser un desleal— me despido de Freddie molesta.
Que mi novio no me apoye e intente proteger a una desconocida en lugar de ponerse celoso porque yo me ponga con otro (que claramente tiene interés en mí) hace que mi sangre hierva y me sienta furiosa.
Es más, ya hasta se me quitaron las ganas de hacer ese bendito proyecto con él.
Acelero mis pasos camino a la biblioteca; conociendo a Andrew Van Der Pelt, sé que es capaz de irse si se aburre de esperarme, sin importarle un carajo el proyecto de biología. Sin embargo al llegar lo encuentro dormido en uno de los muebles que se supone que son para que las personas se sienten a leer.
—Andrew, despierta— le digo sacudiéndolo.
Drew abre sus ojos lentamente y se incorpora bostezando.
—Hasta que por fin llegas. Pensé que me habías dicho que viniera solamente por joder y dejarme embarcado.
—Por supuesto que no. No te cité porque quería, sino por lo del proyecto —contesto sería.
—Uy, al parecer alguien está de mal humor. ¿Problemas con tu novio?
No respondo nada.
—No me digas —vuelve a decir—, ¿se puso celoso porque te tocó hacer el proyecto conmigo?
Ojalá fuese eso.
El idiota Drew finge un gesto de preocupación, sin ni siquiera hacer el intento de ocultar su sonrisa. De seguro le agradaría mucho la idea, sobre todo porque Fred y él no se llevan para nada bien; pero no, ese no es el caso.
—Ay, Drew, deja de decir estupideces... —pido— Vamos a una mesa, nos tenemos que poner de acuerdo rápido porque falta muy poco para que entremos a clase.
Nos sentamos y yo saco mi cuaderno de apuntes.
—¿Qué opinas sobre hacer una investigación sobre cómo el uso de las piscinas puede afectar la salud de las personas?— propone Drew luego de pensar por minutos que hacer para el proyecto.
—¿Las piscinas pueden afectar la salud?
Drew rueda los ojos, como si estuviera hablando con la persona más estúpida sobre la Tierra. Maldito arrogante. La persona más estúpida sobre la Tierra es él.
—Sí, son como junglas de gérmenes, sobre todo las públicas. Lo leí en una revista de ciencia.
—Oh, así que sabes leer...
—Muy graciosa. ¿Entonces, qué dices?
—Ugh, paso. ¿No puede ser algo no tan asqueroso?
—Bueno, cariño, es biología, no creo que podamos hacer algo que no sea asqueroso. Prácticamente todo lo que abarca la materia lo es.
—Estaba pensando en que podemos formular una crema hidratante con antioxidantes únicamente con ingredientes orgánicos.
—Eso es común y aburrido. En los proyectos de Biología siempre le dan la calificación más alta a los más originales.
Estoy apunto de agregar algo cuando noto que los demás que estaban en la biblioteca se van corriendo hacia afuera.
—¿Qué pasa? —pregunto.
Drew se encoge de hombros.
—No sé, pero voy a ver.
Se levanta y yo hago lo mismo. Cuando salgo, veo a una multitud amontonada cerca de donde están los baños, como si una celebridad estuviese allí y se estuvieran acercando para conocerla.
Haciéndome paso entre la gente, empujo a algunos para ver que es lo que llama tanto la atención, encontradome con Mary tirada en el piso, llorando, toda despeinada y siendo consolada por la mujer con la que llegó a clase temprano.
—¿Qué le habrá pasado?— pienso en voz alta.
—Su iniciación. La encerraron en el baño con cuatro serpientes— me responde una chica que no conozco.
¡¿Cuatro serpientes?!
Vaya, eso es una broma muy pesada. Quienes sean que planeen estas iniciaciones nunca se habían atrevido a algo tan extremo, mucho menos el primer día luego de las vacaciones de verano.
La secretaria de Coordinación levanta a Mary del piso.
—¡Quien o quienes sean responsables de esto vayan sabiendo de una vez que serán expulsados! —amenaza. Pero es inútil, nunca se sabe quien hace estas cosas porque de alguna forma siempre logran hackear el sistema de circuito cerrado para borrar las grabaciones de seguridad.
Se va y lleva a Mary con ella a otra parte, por lo que todas las personas vuelven a sus asuntos.
Estoy a punto de hacer lo mismo y volver a la biblioteca para buscar mis cosas debido a que tengo que entrar a una clase, pero me jalan por el brazo bruscamente.
Cuando veo que es Freddie quien lo hizo, me sorprendo, porque él no suele realizar movimientos agresivos y nunca lo había visto tan molesto como luce.
—¡¿Cómo pudiste atreverte a hacer eso, Eleanor?!— pregunta.
Me libero de su agarre.
—Primero, baja ese tono; y segundo, ¿de qué me estás hablando?
—No te hagas la tonta. ¿Ahora también eres de esos que les gusta hacer iniciaciones?Imagino que convenciste a Andrew para que te ayudara con la de Mary.