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Capítulo 3

La mujer, que me imagino que es una de las secretarías de Coordinación, sale del aula dejando a la chica nueva parada frente a la pizarra, con la mirada perdida sin saber que hacer.

Pobrecita. Se ve que es muy tímida y en este salón no abundan las personas amables, precisamente. Nunca me ha tocado ser la chica nueva, porque sin contar el kínder, siempre he estudiado aquí, pero supongo que debe ser duro, sobre todo cuando no cuentas con una personalidad extrovertida.

Como sea, no es mi problema.

—Señorita, ¿no se piensa presentar?— le pregunta el profesor.

La chica, que se encontraba con la mirada baja, alza la cabeza y empieza a hablar.

—Sí. Este... mi nombre es Mary Gilbert.

—Bienvenida a Presscot Valley, Mary. Puede proceder a tomar asiento.

Mary inspecciona con su mirada el salón de clases en busca de un puesto libre, el cual consigue en el fondo. Fue cuestión de segundos, pero logro percibir como al hacerlo posó su vista en Ashley por más tiempo, cosa que se me hace curiosa.

—Como les venia diciendo— continua el profesor—, ya que no harán un examen final, tendrán que realizar un proyecto y yo asignaré las parejas.

Los mismos que antes celebraban, ahora le reclaman al profesor, quien a pesar de las súplicas de muchos, se negó rotundamente a dejar que nosotros mismos elijamos a nuestra pareja. Es eso o el difícil examen final. No tenemos otra opción.

Cuando empieza a decir las parejas yo cruzo mis dedos para que me toque con alguien que me caiga bien o al menos, sea inteligente.

—Ashley Roberts con Brianna Di Stefano.

Genial, no me toca con mi mejor amiga.

¿Acaso el universo entero está en mi contra hoy?, pienso.

Sigo escuchando atentamente a todas las parejas hasta oír mi nombre.

—Eleanor Taylor, tú estás con Andrew Van Der Pelt.

Ahora sí me mato. ¡¿De todos los malditos cerdos que pueden haber en esta clase justo tenía que tocarme con Van Der Pelt?!

Andrew Van Der Pelt, o Drew, como lo apoda la mayoría, es un idiota descerebrado que podría entrar en el Guinness World Records por ser el hombre joven más estúpido.

Cuenta la leyenda que ha salido con la mitad de la escuela, y no dudo que acostado también. Yo, en lo personal, no lo soporto; y a mi distinguida lista de amistades tampoco le cae bien.

Desafortunadamente para mí, por alguna razón que no conozco pero odio, desde primaria siempre nos colocan en la misma sección, así que lo he visto crecer y volverse cada vez más imbécil con el pasar de los años.

Si pudiera, demandaría al profesor, porque es totalmente injusto que me ponga con él. No soy la más inteligente, pero me esfuerzo y hago todo lo posible por dar lo mejor de mí, mientras que él es uno de los peores del colegio.

—Mary Gilbert...—dice el fanfarrón que nos da clase sonriendo de forma odiosa— solo porque eres nueva te pondré con uno de los mejores de la clase, Fred Roberts. Pero le tienes que colaborar, ¿de acuerdo?

Sí, definitivamente todos están en mi contra hoy.

¿Qué hice para merecer este karma?

Drew se para de su puesto para sentarse en el que está al lado del mío.

—¿Tenemos que sentarnos juntos?— le pregunto al profesor.

Olvidaba mencionar que Drew no deja pasar ninguna oportunidad para acercarse a mí. Siempre le he gustado y cree no lo sé porque se comporta como un cretino conmigo, pero cualquier persona con un poco de lógica se daría cuenta.

—Sí, señorita, es lo más conveniente. ¿Tiene algún problema con sentarse al lado de su compañero Andrew?

Asiento.

—Me da miedo que me contagie una infección, o algo por el estilo.

—Creo que para eso tendríamos que hacer otra cosa tú y yo— me responde con burla Drew y todos empiezan a reír.

El doble sentido de su comentario hace que mi cutis se ponga rojo de vergüenza.

—¡Silencio!— grita el profesor— Deben respetarse. Para mañana quiero que traigan el tema que eligieron y tres capítulos adelantados.

—¡¿Qué?! ¡Eso es demasiado, y apenas es el primer día! —se queja alguien y tiene toda la razón.

—Les recuerdo que su etapa en preescolar terminó hace mucho tiempo. En unos meses, si tienen suerte, entrarán a la universidad y tienen que prepararse, porque ahí sí que no habrán excusas que valgan.

Pongo los ojos en blanco. Parece el hermano perdido de mi mamá.

Recoge sus cosas y sale del aula. Todos hacemos lo mismo.

Decido abordar a Drew antes de que se me escape.

—Andrew— pongo una mano en su pecho para detener su camino hacia la puerta.

Él sonríe de lado.

—Dime, hermosa.

—Quita esa cara de coqueto —le ordeno—. Te espero en la biblioteca después de almuerzo —aviso.

—¿Qué? ¿Segura? Podría contagiarte o algo así...

Río sin gracia —Muy gracioso. Estoy

hablando en serio, ya escuchaste al profesor. Necesitamos un tema y tres capítulos listos para mañana. Así que haz lo que te digo porque ni pienses que haré todo el trabajo sola.

—Entendido, mi Capitán.

—Más te vale, porque no me va a dar lástima dejarte sin nota si no haces nada. Y enseriate, ¿quieres?

Me doy la vuelta y lo dejo con la palabra en la boca.

—Vaya, ¿qué fue eso, chica ruda?— me pregunta Ashley cuando nos vemos en la puerta y deduzco que escuchó todo lo que le dije a Drew anteriormente.

Suspiro —Es mejor agarrar al toro por los cuernos. ¿Dónde está tu hermano?

—Creo que se adelantó con Dean al estudio de arte. ¿No te parece genial que me tocó con Brianna?

—No, porque no te tocó conmigo y a mí me pusieron con el bruto de Andrew. Cambiando de tema, ¿qué opinas de la nueva? Me da la impresión de que le gustas.

Mi amiga se ríe y me da un leve golpe en el brazo —¿Estás loca? ¿Qué te hace pensar eso?

—No lo sé, intuiciones mías. Es que a mi parecer te miraba mucho.

—Es lo normal, cariño. Muy pocos se pueden resistir a mi belleza —bromea—. Y hablando de ella, muero por ver qué harán para su iniciación.

—¿Mary es becada?— pregunto.

—Obvio, ¿no la viste bien? Su cabello grasoso deja en evidencia que es pobre.

Frunzo el ceño.

—¿Qué tiene que ver el cabello de una persona con su situación económica?

—Mucho. Para mí, que alguien aparezca en público con el cabello grasiento es como decir a gritos «miren, no me alcanza para comprar un buen champú». Digo, porque, ¿a qué chica en su sano juicio le gusta andar así?

Analizo su explicación.

—Oye, es cierto. No lo había pensado —le digo.

Presscot Valley es uno de los colegios privados más prestigiosos de Denver y la colegiatura es bastante cara; en pocas palabras: los que estudiamos aquí tenemos dinero. Por supuesto, estudian algunos becados, pero son pocos, porque cuando cuando llega uno, le hacen una iniciación que consiste en alguna broma muy pesada para probar si soporta estar aquí o no.

Yo no apoyo mucho esa costumbre, estudiar en un colegio de ricos y ser pobre, no debe ser nada fácil, para que de paso hagan esa maldad. Sin embargo, me reservo mi opinión, al fin y al cabo, no soy defensora de nadie.

Me pregunto cómo será la iniciación de Mary Gilbert.

Ojalá no la jodan tanto.

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