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Capítulo 4

Eso me puso algo nerviosa.

—Wouh —dice él.

—¿Si? —me sonrojo un poco.

—Jamás había visto que una chica comprará tanta comida —se ríe.

—Es por una cena especial. —me reí.

—¿Deseas impresionar a alguien? —me pregunta y asentí—. ¿Qué le tienes preparado?

—Tenia pensado en hacer Kunafa, ensalada fattoush, mini shawarna más el baba ganoush, pozole, taquitos y de postre Jericallas.

—Eso es mucha comida.

—Será en pocas cantidades para degustar —le expliqué.

—Entiendo, ¿qué es el pozole?

—Es un platillo típico de México.

—¿Eres de allá?

—Ajá.

—¿Sabes? Nunca he probado comida mexicana.

—¿Cómo no? Es una de las cosas que tienes que hacer antes de morir.

—¿Qué?

—¿Acaso no tienes una lista de las cosas que tienes que hacer antes de morir?

—Ehm no, porque no estoy pensando en la muerte.

—Pero hoy estamos y mañana no sabemos.

—Así que, si tienes una lista, ¿Harías todo hoy por si mañana te mueres?

—Por supuesto que no lograría hacerla toda, pero al menos ya va por la mitad y si muero mañana, al menos estaré feliz de haber cumplido gran parte.

—Perfecto, entonces cómo eres quien me está recomendado tener una lista y además agregar comida mexicana en ella, ¿qué me recomiendas probar primero? A menos que lo quieras preparar tu en sorpresa.

¿Está coqueteando conmigo? ¿acaso no ve mi anillo? Con mi pulgar tocó mis dedos, no tengo mi anillo puesto, normalmente me lo quito cuando voy a casa de un cliente porque hago trabajo duro, así que para no ensuciarlo o dañarlo, lo guardo, eso solo lo hago cuando se me olvidan los guantes.

—Me encantaría cocinarte comidas tradicionales de mi país, pero me tengo que ir —miro la hora en mi celular, ya era tarde.

—¿Vienes muy seguido?

—¿Serás mi compañero de compras? —bromeo.

—Solo quiero conocerte antes de sonar atrevido pidiendo tu número, no quisiera ser tan rápido.

Si está interesado en mí.

—¿De verdad quieres comer esa comida mexicana, no? No te culparía, una vez que la pruebes, te encantará y si lo comes en México, Dios, no hay nada más rico que comer la comida en su país de origen. —dije con tanto gusto la comida.

—Tal vez me estas convenciendo de ir, pero antes debo probar una muestra para convencerme del todo, ¿no? —se muerde el labio inferior.

—Yo… de verdad me tengo que ir. —Muevo el carrito y antes de que me vaya completamente, regreso—. ¿Me pasas la leche? Por favor.

—Si, claro. —Se veía incómodo.

Me alcanzó la leche y luego me la dio, haciendo tacto con nuestras manos.

—Gracias. —le doy media sonrisa.

—De nada. —suspira.

Me voy de ahí no antes sin volver a buscar huevos nuevos, luego me tocó pagar y él se encontraba al frente de mí en la otra caja pagando. Yo quería que la chica se apurara, por alguna razón quería salir de ahí rápido y no porque necesitaba tiempo para preparar todo.

Es que ese chico, me puso muy nerviosa, no hicimos nada, pero tenía tiempo que alguien no coqueteaba conmigo y pues cuando solo le dedicas 10 años de relación a tu pareja, ¿por qué miras a tu pareja? Me siento tan culpable como si le fuera infiel a Blake.

Finalmente tengo todo listo y salgo del supermercado con el carrito, lo acerco a mi auto y meto las bolsas en los asientos traseros, un chico se lleva el carro de compras y yo me subo rápidamente de piloto, me pongo el cinturón de seguridad, enciendo el auto y lo pongo en retroceso, pero me detengo cuando golpeó algo.

—¡Oye! —se queja el mismo chico que había visto.

Mierda Kath, casi acabas con su hermosa vida, baje mi ventana.

—Lo siento. —le dije sin mirarlo.

—¿Estás bien? —cambia su tono, tal vez pensaba que era otra persona.

—Si, es que… —quedo sin palabras—. No me fijé en los retrovisores, estoy algo apurada, necesito llegar para cocinar todo.

—Oh ok, estaba a punto de ofrecerte mi ayuda, pero creo que tienes todo bajo control.

—Así es… —aprieto mis labios.

—Bueno, espero que nos volvamos a ver compañera de compras.

—No sabía que eso era seguro.

—Pero puede pasar si nos reencontramos y si pasa, así me explicas un poco de como se hace la comida mexicana.

—Creí que querías que te la cocinara.

—Y vi que eso te incomodo, así que prefiero no molestar y lo entiendo, un extraño que conoces en un supermercado pidiendo que le cocines algo de tu país es muy raro.

Reí levemente.

—Ya me tengo que ir.

—Claro, si lo siento.

Se hace a un lado y yo muevo mi auto, doy una última sonrisa más y me voy.

Apenas llegué al edificio, baje las bolsas y subí con ellas por el ascensor, me baje en mi piso y me adentre al apartamento, el arreglo de flores, lo había dejado en mi oficina, así cada vez que lo vea, me recordara a él.

Cuatro horas aproximadamente todo estaba listo, la comida en el horno para mantenerla caliente y el postre en la nevera.

Para la celebración habían pétalos de rosas en suelo, de la puerta hasta la mesa de nuestra cena, la mesa era redonda y tenía un mantel blanco, una vela y un jarrón con un ramo de flores. En el techo había colocado globos en forma de corazón y la pared había globos en letras que decían “Feliz décimo aniversario”.

¿Está muy simple? Creo que debí comprar chocolates o algo más, ¿qué falta? Oh claro, la champaña, me voy al bar y pongo a enfriar esta.

Ahora sí, creo, comida lista, decoración lista, vestido listo y maquillaje también, mi vestido es de seda, es un regalo que me dejó Blake, cuando entré a la habitación, se encontraba la caja con una nota, ¿No es maravilloso?

Me siento en las sillas altas que están en el desayunador a esperar a mi esposo, no quería arruinar la decoración, la habitación también estaba lista y en tal caso de querer una ducha, los materiales para el jacuzzi estarían listos, como el jabón y las velas aromáticas, eso sería llevar esta noche al siguiente nivel.

Veo la hora en el reloj de cocina y es unos minutos tarde, va a llegar, él me lo aseguro, pero puede que llegue tarde su vuelo debe estar a punto de aterrizar y solo necesita tomar un taxi hasta acá.

Mi pierna se mueve impacientemente, la impuntualidad me molesta y Blake lo sabe. Tomo mi celular y reviso si tengo algún mensaje, aunque este suene cuando llega uno, tenía ganas de verlo igual, estaba paranoica, él jamás me había hecho esto y probablemente me hace pensar que la pasado algo, esto me preocupa.

Eso me puso algo nerviosa.

—Wouh —dice él.

—¿Si? —me sonrojo un poco.

—Jamás había visto que una chica comprará tanta comida —se ríe.

—Es por una cena especial. —me reí.

—¿Deseas impresionar a alguien? —me pregunta y asentí—. ¿Qué le tienes preparado?

—Tenia pensado en hacer Kunafa, ensalada fattoush, mini shawarna más el baba ganoush, pozole, taquitos y de postre Jericallas.

—Eso es mucha comida.

—Será en pocas cantidades para degustar —le expliqué.

—Entiendo, ¿qué es el pozole?

—Es un platillo típico de México.

—¿Eres de allá?

—Ajá.

—¿Sabes? Nunca he probado comida mexicana.

—¿Cómo no? Es una de las cosas que tienes que hacer antes de morir.

—¿Qué?

—¿Acaso no tienes una lista de las cosas que tienes que hacer antes de morir?

—Ehm no, porque no estoy pensando en la muerte.

—Pero hoy estamos y mañana no sabemos.

—Así que, si tienes una lista, ¿Harías todo hoy por si mañana te mueres?

—Por supuesto que no lograría hacerla toda, pero al menos ya va por la mitad y si muero mañana, al menos estaré feliz de haber cumplido gran parte.

—Perfecto, entonces cómo eres quien me está recomendado tener una lista y además agregar comida mexicana en ella, ¿qué me recomiendas probar primero? A menos que lo quieras preparar tu en sorpresa.

¿Está coqueteando conmigo? ¿acaso no ve mi anillo? Con mi pulgar tocó mis dedos, no tengo mi anillo puesto, normalmente me lo quito cuando voy a casa de un cliente porque hago trabajo duro, así que para no ensuciarlo o dañarlo, lo guardo, eso solo lo hago cuando se me olvidan los guantes.

—Me encantaría cocinarte comidas tradicionales de mi país, pero me tengo que ir —miro la hora en mi celular, ya era tarde.

—¿Vienes muy seguido?

—¿Serás mi compañero de compras? —bromeo.

—Solo quiero conocerte antes de sonar atrevido pidiendo tu número, no quisiera ser tan rápido.

Si está interesado en mí.

—¿De verdad quieres comer esa comida mexicana, no? No te culparía, una vez que la pruebes, te encantará y si lo comes en México, Dios, no hay nada más rico que comer la comida en su país de origen. —dije con tanto gusto la comida.

—Tal vez me estas convenciendo de ir, pero antes debo probar una muestra para convencerme del todo, ¿no? —se muerde el labio inferior.

—Yo… de verdad me tengo que ir. —Muevo el carrito y antes de que me vaya completamente, regreso—. ¿Me pasas la leche? Por favor.

—Si, claro. —Se veía incómodo.

Me alcanzó la leche y luego me la dio, haciendo tacto con nuestras manos.

—Gracias. —le doy media sonrisa.

—De nada. —suspira.

Me voy de ahí no antes sin volver a buscar huevos nuevos, luego me tocó pagar y él se encontraba al frente de mí en la otra caja pagando. Yo quería que la chica se apurara, por alguna razón quería salir de ahí rápido y no porque necesitaba tiempo para preparar todo.

Es que ese chico, me puso muy nerviosa, no hicimos nada, pero tenía tiempo que alguien no coqueteaba conmigo y pues cuando solo le dedicas 10 años de relación a tu pareja, ¿por qué miras a tu pareja? Me siento tan culpable como si le fuera infiel a Blake.

Finalmente tengo todo listo y salgo del supermercado con el carrito, lo acerco a mi auto y meto las bolsas en los asientos traseros, un chico se lleva el carro de compras y yo me subo rápidamente de piloto, me pongo el cinturón de seguridad, enciendo el auto y lo pongo en retroceso, pero me detengo cuando golpeó algo.

—¡Oye! —se queja el mismo chico que había visto.

Mierda Kath, casi acabas con su hermosa vida, baje mi ventana.

—Lo siento. —le dije sin mirarlo.

—¿Estás bien? —cambia su tono, tal vez pensaba que era otra persona.

—Si, es que… —quedo sin palabras—. No me fijé en los retrovisores, estoy algo apurada, necesito llegar para cocinar todo.

—Oh ok, estaba a punto de ofrecerte mi ayuda, pero creo que tienes todo bajo control.

—Así es… —aprieto mis labios.

—Bueno, espero que nos volvamos a ver compañera de compras.

—No sabía que eso era seguro.

—Pero puede pasar si nos reencontramos y si pasa, así me explicas un poco de como se hace la comida mexicana.

—Creí que querías que te la cocinara.

—Y vi que eso te incomodo, así que prefiero no molestar y lo entiendo, un extraño que conoces en un supermercado pidiendo que le cocines algo de tu país es muy raro.

Reí levemente.

—Ya me tengo que ir.

—Claro, si lo siento.

Se hace a un lado y yo muevo mi auto, doy una última sonrisa más y me voy.

Apenas llegué al edificio, baje las bolsas y subí con ellas por el ascensor, me baje en mi piso y me adentre al apartamento, el arreglo de flores, lo había dejado en mi oficina, así cada vez que lo vea, me recordara a él.

Cuatro horas aproximadamente todo estaba listo, la comida en el horno para mantenerla caliente y el postre en la nevera.

Para la celebración habían pétalos de rosas en suelo, de la puerta hasta la mesa de nuestra cena, la mesa era redonda y tenía un mantel blanco, una vela y un jarrón con un ramo de flores. En el techo había colocado globos en forma de corazón y la pared había globos en letras que decían “Feliz décimo aniversario”.

¿Está muy simple? Creo que debí comprar chocolates o algo más, ¿qué falta? Oh claro, la champaña, me voy al bar y pongo a enfriar esta.

Ahora sí, creo, comida lista, decoración lista, vestido listo y maquillaje también, mi vestido es de seda, es un regalo que me dejó Blake, cuando entré a la habitación, se encontraba la caja con una nota, ¿No es maravilloso?

Me siento en las sillas altas que están en el desayunador a esperar a mi esposo, no quería arruinar la decoración, la habitación también estaba lista y en tal caso de querer una ducha, los materiales para el jacuzzi estarían listos, como el jabón y las velas aromáticas, eso sería llevar esta noche al siguiente nivel.

Veo la hora en el reloj de cocina y es unos minutos tarde, va a llegar, él me lo aseguro, pero puede que llegue tarde su vuelo debe estar a punto de aterrizar y solo necesita tomar un taxi hasta acá.

Mi pierna se mueve impacientemente, la impuntualidad me molesta y Blake lo sabe. Tomo mi celular y reviso si tengo algún mensaje, aunque este suene cuando llega uno, tenía ganas de verlo igual, estaba paranoica, él jamás me había hecho esto y probablemente me hace pensar que la pasado algo, esto me preocupa.

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