Capítulo 3: ¿Celos?
Los tres dioses griegos, los nuevos coroneles estaban a punto de tocar a mi puerta.
–¿Los puedo ayudar en algo, señores? – pregunto confundida.
– Nosotros más bien íbamos a venir a hablar con usted y con su amante – dijo el coronel Sebastián señalando a Apolo.
Yo ante sus palabras no pude evitar reír ante su suposición. ¿Acaso no notaba el parecido que había entre ambos? Apolo me acompaño en la sesión de risas.
– Esto no es un circo, capitán Creuse – dejamos de reír inmediatamente –. Nos parece que no debería tomar horas de trabajo para ir a fornicar con su novio, asi que le agradeceríamos que lo hicieran en hora no laboral – dijo en un tono algo molesto, como si estuviera ¿Celoso? No lo creo.
– Ahora vayan a hacer algo productivo, porque de lo contrario tendremos que tomar acciones contra usted capitán Creuse y contra … – no sabe quien es y esto es demasiado gracioso.
– Tranquilos, señores. No hace falta que hagan nada ¿verdad, Lolo? – dije con tono juguetón. Estaba disfrutando esto.
– Muy cierto, Lore – responde mi hermano siguiéndome el juego.
Asi que, si nos disculpan, mis coroneles el teniente Creuse y yo tenemos una reunión a la cual nos estábamos dirigiendo antes de que se interpusieran en nuestro camino – dije un poco juguetona, pero con tono decidido. No me iban a intimidar con esa superioridad que desprenden.
Sus caras reflejaron sorpresa y arrepentimiento por la forma en la que actuaron y supusieron la situación. ¿No es que eran los mejores en sus trabajos? Yo creo que son un poco impacientes. Pudieron preguntarle a cualquiera de aquí quien era el que me acompañaba, ya que todos lo saben.
Apolo y yo somos descendientes de una familia elite en la organización. Somos como celebridades y me parece poco estratégico que unos coroneles omitan la investigación en sus momentos de accionar. Hasta parece poco creíble que hayan llegado a tales cargos de esa manera.
Ojo, no digo que no lo hagan, pero parece raro. Actuaron por suposición y en el mundo militar y del crimen organizado eso es inadmisible.
Sin decir nada más, mi hermano y yo los rodeamos. Comenzamos a caminar directo a la salida del edificio para dirigirnos al edificio administrativo, pero antes de salir de su vista, encajo mi brazo con el de mi hermano y me pavoneo hasta la salida.
***
–¿Cuál es la próxima misión? – pregunta el impaciente de Egan.
–¿Tan emocionado estas de que te maten? – pregunta su mejor amigo. Mi hermano.
– No es eso. Es que la ultima vez estuvimos sin nuestra teniente-mejor amiga-hermanita, y no tengo muchas ganas de que se vaya de nuevo, asi que espero que esta misión que nos toque esta vez sea con todos juntos – Egan se hacia el macho machote, pero por dentro es la persona más familiar que conozco.
– Bueno, ya que estas muy emocionado por saber cual es nuestra próxima misión, te puedo decir que es muy int…– me quede callada y parte la mirada de Egan, al ver que alguien entra en el salón.
La cosa es que no es solo una persona, son tres. Los tres mosqueteros que no se separan ni para ir al baño.
Estoy un tanto molesta, para no decir que lo estoy mucho.
–¿Los puedo ayudar en algo, mis coroneles? – pregunto con voz ruda. Espero que noten mi molestia.
– No, capitán Creuse. Solo estamos haciendo control de las reuniones de todos escuadrones de la central. Queremos conocer con que equipos contamos y que tan eficientes son a la hora de la planeación de las misiones – dice el coronel James.
Todo el mundo en el salón esta callado, prestándole atención a los tres adonis. Nos tomaron tan de improviso que ni siquiera nos dio tiempo de hacer el debido saludo.
– Bueno, entonces tomen asiento – dije señalándoles las sillas libres que se encontraban entre Apolo y Nyx –. Entonces, como te decía Egan, la misión que tenemos para esta vez va a ser de todos juntos y no me la asignaron a mi nada más. Recuerda que ya no soy teniente, soy capitán y los que son tú, Lolo, Nyx, Kira y Kea, son tenientes ahora.
>> Por los momentos no se les darán misiones individuales, debido al reciente ascenso y la urgencia con la que necesita ser abordada esta misión.
– Por tu tono ya sabemos que va a ser algo grande, Lore, y no solo algo grande, sino que también lo vamos a disfrutar como los locos que somos, asi que solo suéltalo – dijo mi hermano.
– No te equivocas, Lolo – sentía la presencia de los coroneles, pero hacia como si no estuvieran aquí –. Lo voy a decir claro y sin más. Vamos a infiltrarnos en la Bratva – digo con una sonrisa.
Todos comienzan a aplaudir y a reír de felicidad. Somos lo mejor de lo mejor y nos dieron la mejor misión que alguna vez nos pudieron dar.