Capítulo 4: La misión, el plan y ¿acaso hace calor?
– ¿No nos estas jodiendo verdad? – pregunto mi hermano por elección. Egan.
–¿Crees que tendría esta sonrisa si fuera mentira?
Egan corrió hacia mi y me levantó del suelo, abrazándome muy fuerte.
– Bájame, doble del idiota original. Recuerda que soy tu superior – inmediatamente me regresó al suelo.
– Lo siento, Lore. Fue la emoción, es que todavía no me la creo – se llevó sus palmas a los costados de su cara. Parecía un niño al que le acababan de dar un dulce.
Yo niego con mi cabeza levente, pero con una notoria sonrisa.
– Ey, Lore. No sonrías asi porque si ya nos tienes enamorados no te imaginas como nos vas a tener si sigues sonriendo – dijo jugando Nyx.
– Oigan, pónganse serios – alegó Apolo –. Explícanos que es lo que vamos a tener que hacer.
Mire unos milisegundos a los coroneles y note que no apartaban su mirada de mí. Genial, ahora me siento más que observada. Tome una bocanada de aire profunda antes de comenzar.
– Tres palabras – comencé a decir –. Fiesta de máscaras, identidades secretas y sumisas – mi equipo asintió entendiendo el plan. Escuche como uno de los coroneles tamborileaba sus dedos sobre la mesa. Era el coronel Thomas ¿Por qué siguen aquí? –. ¿Le disgusta algo, mi coronel? – traté de que mi tono fuera lo más respetable posible, pero creo que fue todo lo contrario.
–¿Solo dirá eso y por arte de magia su equipo va a saber qué hacer? – preguntó el coronel Sebastián.
–¿Está juzgando mis métodos de liderazgo, señor? – pregunto ofendida.
– No, lo que digo es que no entiendo la razón por la que dice palabras claves si eso no les da a sus subordinados información suficiente para la planeación de la misión – respondió con tono rudo y pude sentir un poco de obviedad en su tono, como si fuera claro lo que él quería dar a entender con sus palabras.
Yo le transmití la mirada más ruda y fuerte de mirar que tenía. Voy a hacer que estos idiotas cierren sus malditas bocas. Nadie juzga mi trabajo sin saber primero de que va.
– Nyx, dime el lugar, día y hora del operativo – le dije a una de mis mejores amigas sin dejar de ver a los tres idiotas, pero sexys, que se encontraban frente a mí.
– Lugar, mansión de los Ivanov, allí es donde se llevan a cabo la mayoría de los pocos eventos sociales que realiza la Bratva en Moscú. Dia y hora, catorce de septiembre a las diecinueve horas – respondió inmediatamente después de mi pedido.
– Kavinsky, ¿Qué tiene que ver la fiesta de máscaras y las sumisas? – le pregunte a Egan.
– Es la venta anual de sumisas de la Bratva donde se ponen en puja a las mejores sumisas dentro de la organización y la temática de este año de la ocasión, es fiesta de máscaras, temática favorita del líder de la Bratva, ya que la considera una manera sensual y misteriosa de enfrentarse a sus enemigos y socios – respondió de la misma manera de Nyx. Rápido y decisivo.
Para este punto los coroneles ya se estaban acomodando incomodos en sus asientos. Cada vez que dudan o suponen algo de mí, los estoy dejando callados y es algo de lo que me puedo acostumbrar si quiero llegar a donde ellos están. Porque si, algún día seré coronela, seré hasta la puta presidenta de toda la FICE.
Kira siguió el argumento de Egan: – En cuanto a los papeles que cumpliremos cada uno, obviamente, Lore será la puta ama. Kea y Nyx serán sumisas que se supone que estarán a la venta. Yo seré la sumisa que Lore llevará a la fiesta.
Kea continúa relatando el papel de cada uno: – Apolo y Egan se harán pasar por los esposos de Lore, ya que ella se hará pasar por Lena Romanova, una de las personas mas influyentes de la Bratva, ya que no es solo una de las mejores traficantes de la organización criminal, sino también perteneciente a una de las familias más respetadas de Rusia.
– La elegimos a ella, debido a que nunca ha sido vista en público. Siempre manda a sus lacayos ha que hagan el trabajo por ella, pero ahora no será el caso – termino de relatar un resumen muy efectivo del plan.
–¿Les quedo claro del por que somos considerados el mejor escuadrón de toda la central, mis coroneles? – die con tono creído.
Ellos se me quedaron mirando con rabia. Eso es lo que estaba buscando que les hirviera la sangre de la molestia.
–Tenientes, salgan del salón. Después continuaremos la planeación de cada uno de los detalles de la misión a mayor profundidad. Ahora necesito que me dejen a solas con los coroneles, por favor – pedí amablemente.
Apolo se me acerco antes de retirarse del salón para susúrrame algo.
– Las manos tranquilas, ¿entendido? Sé que eres capaz de matarlos si dicen algo que no te gusta, pero evítalo. Hazles creer que tienen todo el control – yo le asentí. Me dio un beso en la frente antes de salir de la habitación.
Esto va a ser interesante. Solo con estar sola con ellos me prende.
Sé que no debería, pero que me juzguen, sumado a su hermoso cuerpo solo me hace pensar en cogérmelos. Y creo que es lo que voy a hacer.
Me la estoy jugando, pero no he dejado de mirarlos y presiento que ellos piensan lo mismo que yo.