Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Cita

Jéssica regresó al hotel para darse una ducha y luego aplicarse una capa de maquillaje para ocultar la cachetada, pero al llegar pudo observar al asistente de Cristopher en la recepción.

Ella tomó su teléfono y envío un mensaje, minutos después, la reserva que había realizado Francisco fue cancelada, siendo un evento muy importante para Cristopher, ya que se reuniría con unos socios del extranjero.

—¿Cómo han decidido cancelar la reserva? ¿Sabes quién es mi jefe? ¿Acaso te puedes dar el lujo de ofenderlo?

—Lo lamento mucho, señor, pero son las indicaciones que hemos recibido desde nuestro superior, su jefe ya no puede ser atendido en este hotel o en cualquier otro de la cadena.

—Quiero hablar con tu superior o alguien que me pueda dar una explicación.

—Lo lamento señor, pero debo de pedirle que se retire del local, ya hemos cumplido en notificarle y por lo tanto lo que suceda posterior será bajo su responsabilidad.

Francisco entendió la amenaza que estaba recibiendo del gerente, por lo que empezó a buscar alternativas, pero solamente tenía un par de horas antes de la cita. Al ver que los hoteles que eran de alta clase le decían que no disponían de espacio, decidió notificar a su jefe.

—Señor, tenemos un inconveniente, el hotel Alemán ha decidido cancelar la reserva sin una justificación, de hecho lo han declarado una persona non grata, lo he intentado en otros hoteles, pero éstos simplemente no quieren dar el espacio requerido.

—Ultimamente te has vuelto incompetente.

Aunque sabía que su asistente lo llamaría únicamente cuando no puede solucionar, pero recordó el suceso en el centro comercial, llegando a considerar que fue Reynaldo Ruiz quien le está causando todo este daño.

—Comunicame con Reynaldo Ruiz.

Esa petición le pareció extraña a su asistente, pero siguió las órdenes.

Tras un breve lapso la llamada estaba enlazada.

—Sere breve contigo, no es profesional entrometerse en asuntos de otros.

—Señor Graham, vaya, la persona que menos espero me llame lo está haciendo, y justamente lo hace para darme un sermón. Creo que usted conoce su posición señor Graham, así que espero que esto no se repita.

—Deja de dar órdenes a los comercios para que no hagan relaciones conmigo.

—Ah, se trata de eso, sabe, que le vayan mal en los negocios no es mi culpa, la incompetencia suya es de nacimiento, de querer hacerle daño en 10 minutos su empresa estuviera en ruinas, que pase buen día señor Graham.

La llamada fue finalizada por Reynaldo, quien se estaba preparando para una reunión importante. Al ver a esa mujer en el centro comercial sintió una fuerte conexión, sabía que la conocía de algún lado, pero no recordaba de dónde.

A las 4 de la tarde Jessica estaba descendiendo al lobby para buscar un taxi, hasta que en la recepción le notificaron que un vehículo la estaba esperando.

Al llegar afuera reconoció el vehículo, era de la mansión Alemán.

—Señorita, su abuelo me ha enviado para recogerla.

—Entiendo.

Se subió al Rolls-Royce y se dirigieron hacia la mansión.

Al llegar todo el personal estaba esperando afuera, y su abuelo estaba ansioso.

—Hija, que alegría verte de nuevo.

—Gracias, abuelo, pero ¿porque tanto alboroto?

—Tenerte de nuevo en casa es un regocijo y hay que celebrar.

—No hay nada que celebrar abuelo, solamente me divorcié.

—Quiero que conozcas a alguien.

Su abuelo la dirigió hacia el salón principal y ahí se encontraba Reynaldo Ruiz, quien al verla se sorprendió demasiado.

Jéssica quedó anonadada de ver a Reynaldo en su casa, tenía que hablar con él, si por alguna razón se descubría que Cristopher cacheteó a Jessica, no habrá lugar donde Cristopher pueda esconderse.

—Señorita Jessica, es un placer.

—Abuelo, puedes regalarme un minuto con el señor Reynaldo, por favor.

—¿Ustedes ya se conocían?

—Algo así —respondió Jessica.

—En ese caso, iré al jardín, ahí los estaré esperando.

El abuelo se retiró y Jessica tomó asiento de frente a Reynaldo.

—Solo quiero pedirle un favor, señor Reynaldo, no comenté nada de lo que haya visto.

—Puedo mantener el secreto, pero a cambio pido un solo favor.

—Lo escucho.

—Que tengas una cita conmigo, creo que eso haría muy feliz a su abuelo y por lo veo es importante que nadie se de cuenta de lo que sé.

—¿Está intentando chantajearme, señor Ruíz?

—Solamente estamos negociando, creo que nuestro minuto ha pasado y si abuelo nos espera, de seguro querrá hablar bastante con usted.

Jéssica se queda pensando un momento, lo que menos quería era que supieran de que su matrimonio fue pésimo.

—Saqueme de este lío y luego acordaremos una cita.

—Esta noche, así usted tendrá tiempo de recuperarse de esa marca, que por cierto, debe de retocarse.

Ella se observa en el espejo y vé como se veía un poco.

—Esta bien, está noche, pero iremos donde yo le indique.

—Como usted ordene, ma'am.

Ambos se dirigieron al jardín, el abuelo se miraba muy contento, conocía a Reynaldo y sabía que sería un buen esposo para su nieta.

—Ya le he pedido al chef que cocine algo para nosotros.

—Abuelo, gracias por la invitación, pero el señor Reynaldo y yo nos tenemos que retirar temprano.

—Pero ¿porque? Si acaban de llegar, además, no hemos celebrado tu regreso.

—No te preocupes por eso, abuelo, estaré viniendo más seguido.

—Pense que te quedarías en casa, dime, ¿dónde te estás quedando?

—Me estoy quedando en el hotel...

—No, nada de eso, no quiero que te sigas quedando ahí, dime, ¿Acaso el matrimonio te dejó en ruinas?

Su abuelo sacó su teléfono y realizó una transferencia a la cuenta de Jessica.

Si no vivirás aquí, al menos no quiero que vivas en ese hotel.

Su abuelo le había transferido 200 millones de dólares, una décima parte de su patrimonio.

Jéssica cuando se retiró de la casa de Cristopher no tenía mucho dinero, pero ese lo fue solucionando en el transcurso del día y una vez que tomó control del hotel, también reactivo su cuenta, que contaba con varios cientos de millones de dólares.

Todas las ganancias de los hoteles Alemán le pertenecían a Jessica y desde una temprana edad ella fue amasando una fortuna.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.