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Rechazados

Después de visitar a su abuelo, Jessica cumplió su palabra, aceptó salir con Reynaldo esperando que cumpliera su condición de mantenerse callado y que no la volviera a chantajear de esa manera.

Jéssica visitó el restaurante de comida italiana Luigi's.

—¿Ya tenías alguna reserva lista para este lugar? Se que es uno de los más exclusivos y no importa cuántos millones tengas, no hacen excepción.

—No necesito reservar para entrar.

Justo cuando ellos iban a entrar, un vehículo se detuvo en la entrada principal, acaparando toda la atención.

El chófer descendió y abrió la puerta del pasajero, saliendo Cristopher y Damaris del auto.

Jéssica continúo su camino y un mesero la estaba esperando para guiarla hacia el privado. Para su mala suerte Damaris los vio y quería venganza por lo sucedido en el centro comercial.

—Jessica, querida, veo que ya has encontrado una nueva pareja tan rápido, o quizás ya tenía al pretendiente y por eso es que firmaste el divorcio.

Los reporteros que estaban cerca empezaron a escuchar lo que Damaris estaba diciendo, se preguntaban quién era el exesposo de Jessica.

—Gracias por recordarme sobre el divorcio, Cristopher, solo te recuerdo que en dos días salen los papeles, así que posterior a eso puedes hacer pública tu relación con Damaris, así nadie la señalará de que es una rompe hogares y que por su culpa terminó nuestro matrimonio.

—¡Jéssica! Te ordeno que te calles, sabes que nuestro matrimonio fue arreglado.

—Si, como tú digas, quizás a ella si logras satisfacerla en la cama, hasta llegué a pensar que tenías algún problema.

Los reporteros no dejaban de tomar fotos y grabar todo lo que estaba sucediendo, se sorprendieron al saber que Cristopher era el exesposo de Jéssica y no era tan bueno en la cama. Pero se preguntaban cómo Reynaldo Ruiz conoció a Jessica.

Damaris se arrepintió de haber dicho eso delante de muchos reporteros, ya que ahora ella queda como una rompe hogares.

—Cristopher, todo esto está siendo grabado y te he ocasionado un daño a tu imagen, lamento mucho todo esto

—No te preocupes por eso, yo me encargo.

Cristopher solo le hizo una señal a Francisco y este entendió. Se dirigió hacia los reporteros con algunos guarda espaldas.

—Quiero que me entreguen todo el material referente al señor Graham, de no hacerlo tengan por seguro que serán despedidos de sus trabajos y no encontrarán trabajo con facilidad.

Los reporteros se quedaban viendo, conocían el poder que tenía Cristopher y sabía que sus amenazas se cumplen.

—Ademas, no quiero ver en las redes sociales alguna publicación referente a la señora Damaris, de hacerlo no solo perderán su trabajo, sino también su empresa se irá a la quiebra.

Todos los periodistas temerosos empezaron a entregar las tarjetas de memoria que ocuparon ese día, sin embargo, había un infiltrado que grabó todo y cambio la tarjeta en último momento, por lo que pudo guardar esa noticia.

Tras el escándalo, el propietario del restaurante fue a recibir a Jessica, no quería que ella se viera en vuelta en una situación tan vergonzosa.

—Quiero que te encargues de ellos —Ordeno Jessica al propietario.

—Entendido.

El propietario se acercó a Cristopher y Damaris.

—Señores, lamentablemente no puedo recibirlo en mi restaurante, han ofendido a quien no debían ofender y por lo tanto ya no son bienvenidos aquí.

Damaris se quedó sorprendida, nunca antes le habían dicho que no era admitida en un sitio tan exclusivo, era una vergüenza escuchar esas palabras.

—Reynaldo, ¿es así como pretendes ganarte a Jessica? Simplemente pidiendo favores a otros.

Reynaldo no sabía a lo que Cristopher se refería, pero si era algo que perjudicaba a Cristopher, él encantado dejaría que se atormente.

Cristopher se acercó a Francisco.

—Quiero que compres este sitio, tienes una hora para eso y quiero ver saliendo a Reynaldo y Jessica de la forma más humillante posible.

Francisco comenzó a llamar a todos sus contactos, pero cuando por fin empezó a tener resultados se encontró con una noticia desagradable.

Cristopher y Damaris esperaban en el auto, cerca del restaurante, esperando la confirmación de Francisco.

Francisco llega al vehículo y se sube al asiento del chófer, su mano temblaba de miedo al tener que darle la noticia a su jefe.

—Señor, hablé con varios proveedores importantes, al igual que con los principales bancos, pero todos me respondieron lo mismo, no harán nada que perjudiquen al restaurante, además que la información financiera del restaurante se encuentra protegida y no hay forma de comprarlo.

—Cariño, que sucede, porque te siento tan inquieto —dijo Damaris.

—Hoy pasó lo mismo en el hotel Alemán... Quiero que investigues la relación que tiene este restaurante y la familia Alemán.

Francisco se puso en acción nuevamente, pero sin encontrar ningún vínculo con la familia Alemán.

—Estoy seguro que Reynaldo debe de estar influyendo en la familia Alemán, pero porque está con esa mujer, si no tiene donde caer muerta.

—Tal vez fue ella provocó ese acercamiento, así como tú te tuviste que casar con ella por tu padre, quizás ella durmió con él y ahora lo está chantajeando —dijo Damaris.

—Averigua dónde se está quedando Jéssica, hablaremos con ella, le haremos entrar en razón.

Francisco llamó a otro chófer para que llevará a su jefe, en cambio el se quedaría vigilando hasta que Jéssica saliera.

—Cariño, ¿que piensas hablar con esa mujer?

—Estoy seguro que se debe de estar quedando en algún lugar de quinta, le daré una suma mayor y que se vaya de esta ciudad, quizás estando lejos Reynaldo se deje de interesar por ella y ya ni siga interfiriendo.

Cristopher no dejaría ir fácilmente a Reynaldo, a pesar de que debía de respetarlo, no le importaba, lo único que quería hacer es ganar poder y estatus, algo que de continuar el ritmo actual él perdería acceso a muchos sitios.

Francisco se quedó afuera del restaurante, hasta que horas después vio salir a la pareja. Ella se subió a su auto y luego se dirigieron al hotel.

Cristopher recibió la notificación, dejó a Damaris en su casa y luego se dirigió al hotel.

Conocía el tipo de mujer que era Jéssica y sabía que con una suma tan grande no dudaría en aceptarlos. El único inconveniente es que anteriormente había sido expulsado del hotel y no podía entrar por la entrada principal sin ser reconocido.

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