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Capítulo 4

Trato de controlarme mientras la miro de nuevo, buscando similitudes entre ellos, pero solo veo a Alan cuando miro a Williams.

-Vamos a sentarnos- dice, práctico.

Presiento en silencio el intercambio de bromas entre los dos, quienes evidentemente no se han visto por un tiempo y mientras los escucho me doy cuenta de que Williams me trajo a conocer a su madre. Y no me lo había dicho. Tal vez no estoy bien vestido, tal vez debería hacerle preguntas, unirme a la conversación, no lo sé. A los padres de Mir nunca los conoció a pesar de que vivíamos juntos, porque no querían irse de Rusia. Con los chicos con los que salía antes de Mir no era un asunto serio y ni siquiera habíamos pensado en conocer a sus respectivos padres. Conozco a Alan necesariamente, pero Erika... el hecho de que Williams quisiera que la conociera es realmente de gran importancia para los dos.

Me quedo en silencio cuando es hora de pedir, porque Erika e Williams piden para los tres, así que solo tengo que asentir. Después de casi diez minutos, parecen darse cuenta de que me están ignorando y se vuelven hacia mí.

-Tienes que disculparnos, Olivia, pero hace meses que no nos vemos y por teléfono, bueno, no es como conocernos en persona, ¿verdad?- dice Erika. - Por supuesto, señora. Si Williams me hubiera avisado podría haberme quedado en el hotel, así que habrías tenido todo el tiempo- replico un poco picada.

-¡Pero yo quería conocerte!- exclama entonces. -Fuiste el primero en plantarle cara en años y seguro que a mi exmarido no le hace feliz que el hijo pródigo ya no siga sus instrucciones al pie de la letra.-

-Oh, en realidad Alan me dijo que Williams finalmente está interesado en alguien como yo. Que estaba preocupado porque estaba atrapado en cierto tipo de mujer.-

-¡Qué hipócrita! ¡Me empujó allí!- espeta Williams, interrumpiéndome.

-¿También te empujó hacia las dos secretarias que estaban delante de mí?- Pregunto en voz baja para no llamar la atención.

Inhala, frunciendo los labios. -Aquí, creo que quiso decir eso.-

-¿Y cuándo te habría dicho estas cosas?- preguntó.

-Cuando me dijo que habían encontrado a tu nueva secretaria y que podía ir al laboratorio para empezar el traspaso con el Dr. Severin- explico.

-No me dijiste- me acusa. -No me pareció importante. Y luego te enojas cada vez que se menciona a tu padre- le respondo.

Erika sonríe ante nuestras disputas, mientras Williams sigue hablando. -Es solo porque anda contigo, maldita sea, ¡te invitó a almorzar! ¡Dos veces!-

Parece un niño con un puchero, pero no quiero dejar el punto con él. -Tres. Al ultimo le dije que no para no enojarte.-

Aprieta el puño mientras sus ojos se abren. Erika toma la palabra, tratando de calmar las cosas y explicando a su hijo que para alguien acostumbrado a tener el control, Alan evidentemente entendió que había algo en mí diferente a las otras chicas que atraía la atención de Williams y por lo tanto su curiosidad.

-Williams la última vez parecías dos gallos peleándose por un gallinero, fue vergonzoso- espeto. -¡Porque tenía que entender que tiene que dejarte en paz!-

-Pero si te acabo de decir eso.. ¡oh, escucha, haz lo que quieras!- digo con un suspiro. No quiero discutir con él delante de su madre.

Erika por su parte veo que trata de no reírse, pero con dificultad. -¿Siempre sois así, vosotros dos?- pregunta ella, pero mientras él responde que no, yo digo que sí, haciéndola estallar en carcajadas.

-Lo siento- dice cuando deja de reírse -pero eres la primera chica que Williams me presenta después de Eleonor y tengo curiosidad. ¿Dónde vive? ¿Qué estudiaste?-

Registro ese nombre, asociándolo con la chica de la que Williams estaba enamorado, la que lo engañó con su padre, antes de centrarme en lo que me pedía.

-Ay, antes yo vivía en la ciudad, pero ahora vivo en un pueblito, o mejor dicho en el campo a las afueras de un pueblito como a media hora en auto de la ciudad- le digo, porque no creo ella lo sabe, no tendría sentido decirle el nombre del pueblo.

-Soy licenciado en química, razón por la cual postulé a Morris- digo comenzando a hablar de nuevo.

-¿Y no te encandiló inmediatamente mi hijo, como los demás antes que tú?- Solo tiene curiosidad, no escucho ironía en sus palabras. -Bueno, la primera vez que me vio- digo mirando a Williams, que frunce los labios -me preguntó si no me había comido a la secretaria y luego me despidió.-

Erika abre mucho los ojos, volteándose hacia su hijo con una expresión de reproche que me hace querer volver a ser mi adolescente e ir a ordenar mi cuarto. No quiero estar en sus zapatos.

-Seguro que te eduqué mejor que eso, joven caballero- lo regaña. -Pensé que era un truco de Alan para... ya sabes, para hacerme hacer lo que él quería de nuevo.-

-¿Y no fue así?- pregunta. -No. En realidad, la secretaria de Williams había renunciado en el acto y como yo tenía que empezar, me ofrecieron ocupar su lugar hasta que encontraran un reemplazo. La persona cuyo lugar tenía que tomar aún no se jubila- explico.

-Dos pájaros de un tiro, entonces. Parece que todos ganaron esta vez, ¿verdad?-

-Bueno, todavía no le he dicho a papá que quiero dejar la empresa- murmura Williams.

-Sabes que siempre estaré ahí, hijo, ¿verdad? Si se interpone en tu camino, estaré feliz de usar el poder que me quede para hacerle pagar.-

Lo dice con tanto cariño que decido que me gusta loco, esta mujer.

Estoy esperando un mensaje de Olivia o mejor aún, estoy esperando a Olivia, cuando termine con este trabajo piadoso que debería ser fingir que todavía está con su idiota ex, en beneficio del propietario. Fui al gimnasio para desahogar un poco el nerviosismo, pero aún no estoy feliz, lo quiero aquí. Y saber que no lo intentó. No me importa si ella me aseguró que lo explicó claramente, no confío en él.

Además, me gustaría verla, si estuviera en mi lugar esperando que la chica que ama regrese después de estar con su ex.

Un momento. No amo a Olivia. Imposible. Ni siquiera la conozco prácticamente. Me encanta follarla, me encanta discutir con ella y me encanta cuando hace eso con los dientes, cuando se los pasa por los labios mientras está concentrada, pero eso no significa... No, ciertamente fue un lapsus.

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