CAPITULO 1 Las tomo y empujo mi maleta con mi mochila en mi hombro hacia las escaleras.
—Gracias —susurro haciendo que ella sonría.
—Mañana tendrás el recorrido por la universidad y podrás conocer algunos de tus compañeros, el código de ingreso es 5819 —asiento y ella se gira para dejarme sola una vez.
Camino hacia las escaleras subiendo los pocos escalones que nos separan del siguiente piso donde hay dos puertas metalizadas que dejan ver un par de pantallas donde asumo que debo ingresar el código que me dio. Una vez lo hago las puertas se abren e ingreso. Presiono el ultimo botón y en cuestión de segundos estamos subiendo.
Cuando las puertas se abren me recibe un amplio espacio, en el que solo hay una cama, una mesa de noche, un estante al otro lado y una lámpara. Camino por el lugar suspirando porque esto es deprimente, al menos en la prisión en la que estaba tenía más cosas. Sin pensarlo demasiado me dirijo hacia la cama y me dejo caer cerrando mis ojos de inmediato.
No estoy cansada, ni tengo sueño, pero necesito dormir si quiero que todo salga bien por lo que tomo el bolso y saco el frasco de píldoras que me ayudaran a dormir. Una vez las trago me deshago de la ropa que llevo puesta y quedo simplemente en bragas para tumbarme nuevamente en la cama y dejar que estas hagan efecto.
DARKO
Golpeo con fuerza el saco que sostiene el tío Zarek para mí al mismo tiempo que me mira con el ceño fruncido. Me conoce demasiado bien como para saber que algo no va bien, pero se limita a ayudarme a entrenar como de costumbre.
Una vez termino con el saco, me giro y echo andar hacia uno de los bancos donde reposa una toalla y una botella de agua.
—¿Y bien? —pregunta el tío Zarek a mi espalda.
No respondo de inmediato por lo que insiste.
—Darko.
Me giro para verlo, y suspiro lleno de frustración.
—Kaja no debería asistir a la universidad —lo suelto finalmente y Zarek ríe suavemente antes de acercarse a mí.
—Entiendo que te preocupe, pero es una decisión que ya está tomada y no puedes hacer nada, tus padres lo decidieron y ella estuvo de acuerdo —bufo exasperado.
—No, esto es una locura tío, sabes perfectamente como yo como es el mundo allá afuera —Zarek me observa serio y asiente.
—En eso estamos de acuerdo, pero Kaja es tan capaz como tú de cuidarse sola, tiene sueños y metas que alcanzar como tú —me tenso y niego con la cabeza.
—Puede estudiar de forma online —en ese momento la puerta del gimnasio se abre y me giro para ver a mi hermana ingresar con un conjunto deportivo demasiado ajustado.
—No pienso estudiar online mientras tú lo haces en una institución como una persona normal —la asesino con la mirada mientras camina hacia Zarek y le sonríe para luego darle un beso en la mejilla— hola tío.
—Hermosa —le saluda y bufo cuando él pone sus brazos en posición de combate y ella lo imita.
Ambos se lanzan golpes, pero ninguno de los dos los recibe mientras ríen.
—Es una locura —suelto entre dientes y Kaja vuelve a reír en mi dirección.
—Siempre será una locura Darko, somos hijos de dos de los criminales más importantes en la historia y no por ello vamos a dejar de vivir —sus ojos se humedecen— ninguno de los dos querría que dejemos de hacerlo.
Presiono mis manos en puños mientras Zarek niega en mi dirección y rodea sus hombros para conducirla hacia el cuadrilátero y así iniciar el entrenamiento con ella. Mientras ellos dos calientan un poco sobre el yo salgo del gimnasio obstinado. Esto no me gusta, pero no puedo hacer nada. Me dirijo hacia mi habitación y allí tomo una larga ducha antes del primer día de clases.
Una vez estoy listo abro el cajón de mi armario y tras quitar algunos calcetines tomo el arma que reposa al final de este. Reviso que este cargado y suspiro tras colocarlo en la parte de atrás de mi pantalón. Tomo mi cazadora de cuero negra y me hecho andar hacia la puerta. Una vez en el recibidor del apartamento que comparto con mi hermana tomo las llaves de mi motocicleta y salgo sin esperar por ella.
Hace casi 6 años que mamá y papá decidieron que estaríamos mejor fuera del radar, por lo que nos enviaron lejos de ellos. Desde entonces vivimos con una especie de familia sustituta que básicamente consiste en el tío Zarek su novia, el tío Claus y Max. Cada cierto
tiempo se turnan para cuidar personalmente de nosotros. Al frente un grupo de hombres custodia día y noche nuestra casa.
Uno de ellos me saluda cuando me ve dirigirme hacia la motocicleta, un par de ellos se dirige a la camioneta que esta junto a esta para seguirme de cerca una vez salgo del edificio. Se mantienen a una distancia prudente, pero siempre siguiendo mis pasos, incluso en la universidad hay personas encubiertas cuidando de mí y ahora de mi hermana.
Aumento la velocidad molesto con las decisiones que toman a mi alrededor, decisiones que podrían ser catastróficas para nuestra familia. Podríamos perder a Kaja si algo sale mal. Cruzo en la siguiente intersección aumentando la velocidad saltándome un semáforo y finalmente dejo atrás la camioneta que me sigue y pocos minutos después me alcanzan. Unos metros antes de ingresar a los terrenos de la universidad.
Paso alrededor de la plazoleta central y dirijo mi motocicleta hacia el estacionamiento, donde me detengo. Aun sobre esta quito mi casco y en la distancia veo a dos de mis amigos, ambos esperan cerca de un grupo de chicas que los miran y ríen. Malek y Nikolay son los únicos que saben sobre mi realmente, ya que ellos son hijos de socios de mis padres.
Malek me saluda con un gesto de su cabeza antes que Nikolay se incline y apague el cigarrillo en la suela de su zapato para echarse andar hacia mí. Ambos lucen amplias sonrisas en mi dirección. Estas vacaciones no nos vimos ni una sola vez.
—Darko —me saluda Malek tendiendo una de sus manos en mi dirección y luego abrazándome.
—Lek, Niko —saludo al otro con un apretón de manos. Siendo ruso es menos expresivo que cualquier persona.
—¿Qué tienes? —pregunta de inmediato tras dedicarme una mirada.
—Nada —suelto bajando de la motocicleta y llamando la atención de un grupo de chicas que pasa junto nosotros y todas sonríen con coquetería en nuestra dirección.
—Estas cabreado y hay una jodida arma en la parte de atrás de tu pantalón, no digas que no tienes nada bro —se queja Malek.
—Kaja inicia hoy —suelto entre dientes haciendo que sus expresiones se llenen de sorpresa y entendimiento.
—Ahora entiendo el numero descomunal de seguridad este año —agrega Niko y asiento.
Acomodo el arma en mi espalda dejándola debajo de la franela que llevo para que no se note y echo andar con mis colegas, mientras caminamos ellos hablan de sus vacaciones mientras yo reviso todo el puto perímetro en busca de cosas anormales. Todo parece lucir
normal cosa que en teoría está bien. Mis ojos se pasean hacia el área del edificio principal donde todos los nuevos ingresos se encuentran reunidos.
Caminamos junto a ellos y reviso cada rostro asegurándome de haberlos visto todos en los informes que Jasón tan amablemente consiguió para mí. Mi hermana aún no se encuentra entre ellos porque ella asistirá directamente a su clase a las 10 de la mañana. El recorrido no lo necesita porque se conoce la universidad como la palma de su mano me encargue de eso.
Sin embargo, justo cuando creo que todo está perfecto con los rostros que observo una cara desconocida se atraviesa en mi camino. Una chica de tez blanca corre en dirección al grupo, su cabello negro cae en cascadas alrededor de sus facciones, ojos ligeramente rasgados, labios rojos como la sangre y expresión inocente.
Nuestras miradas se encuentran un segundo antes que ella desvié sus ojos y se reúna con el grupo tras disculparse.
—¿Bro? —pregunta Lek cuando me detengo para ver su espalda.
—No pasa nada —susurro echando andar nuevamente seguro que ella no estaba entre los perfiles que estuve revisando.
Nos dirigimos al edificio de la facultad de ingeniería donde tendremos nuestra primera clase mientras reviso mentalmente una vez más todos los informes confirmando que ella no estaba entre ellos. Lek se aleja para saludar una de sus conquistas mientras Niko continúa andando conmigo hasta el salón.
—¿Quién era? —pregunta después de sentarnos en la fila más elevada.
—¿Quién? —pregunto frunciendo el ceño.
—La pequeña asiática que mirabas como si fuera un peligro —responde sorprendiéndome y sonrió.
Siempre olvido que estos dos se hicieron cercanos porque son muy similares a mí.
—No lo sé —su frente se frunce.
—¿Entonces?
—Ese es el problema, reconozco cada puto rostro en ese grupo excepto el de ella —sus hombros se tensan ligeramente.
—¿Investigaste a los nuevos? —asiento y el ríe suavemente.
—¿No crees que estas exagerando? —mis hombros se tensan porque está tomando la misma jodida actitud que todo el mundo a mi alrededor.
No respondo nada por lo que termina suspirando y negando con la cabeza, para luego fijar su atención en su teléfono última generación luego de unos segundos su ceño se frunce todavía más.
—¿Qué? —pregunto ya que no dice nada, pero continua con sus ojos fijos en la pantalla.
—No hay registros sobre ella —murmura y mi cuerpo se tensa.
—No es posible.
—Quizás sea un error del sistema —susurra— sabes muy bien que hacen actualizaciones con el inicio de cada semestre —asiento no muy convencido mientras espero que haga su magia— lo tengo —murmura después de unos segundos— se llama Ginevra Wang —mi ceño se frunce ante el apellido porque siento que lo he escuchado antes— fue una de las primeras en ser inscritas este semestre, sus notas son increíbles —susurra elevando sus cejas.
Gira la pantalla de su teléfono para que pueda verlas y me sorprendo al notar que sus notas son tan buenas como las mías. Cosa que llama todavía mi atención, justo cuando tomo el teléfono para revisar con más detenimiento ingresa nuestro profesor con Lek siguiéndolo de cerca quien se gana una mirada asesina por parte de este. Una vez se ubica junto a nosotros nos sonríe, pero su expresión desaparece cuando mi seriedad.
—¿Qué pasa? — susurra.
—Nazer ¿tiene algo para compartir con la clase? —lo interrumpe el profesor y mi amigo se tensa para luego poner su atención en él y sonreír.
—No, disculpe —el hombre asiente y se gira para iniciar la clase mientras yo le tiendo el teléfono de Niko para que vea por sí mismo lo que me tiene así.
Sus ojos se deslizan por la pantalla mientras la voz del profesor suena de fondo unos segundos después su expresión preocupada me mira.
—Tienes competencia colega —suelta para luego sonreír divertido y encogerse de hombros, para fijarse en la información que el profesor está dejando en la pizarra mientras yo me pierdo una vez más en mis pensamientos.