Capítulo 4: poco a poco
No estoy seguro de qué hora marca el reloj, ni tampoco era capaz de hacerme una idea de lo tarde que era, mi mente se encontraba completamente relajada mientras oía de lejos el cantar de unos pájaros. Sabía que me estaba despertando lentamente, pero no deseaba hacerlo, sentía mi cuerpo cansado e incluso me sentía somnoliento por culpa de las horas de sueño que perdí con Allan.
Pensé en dormirme inmediatamente, sólo que oí el peculiar sonidito de un arma siendo cargada por lo que rápidamente abrí mis ojos visualizando a mi objetivo a un par de pasos de mí. Allan me estaba dando la espalda, él estaba vestido como si fuese a salir a una misión, por ello, no tardé en hablarle queriendo retrasarlo.
Si se aleja no podré vigilarlo, ni tampoco podría ver si está involucrado con la misión del omega secuestrado, así que era fundamental retrasar su partida sí o sí.
–¿Dónde vas? –pregunté con tal de llamar su atención.
Por supuesto que lo conseguí, estoy desnudo sobre la cama mientras suaves sábanas blancas cubren mi entrepierna y parte de mi cuerpo, la cama es completamente mía ahora mismo, lo que me permitió ponerme de forma horizontal sobre ella tomando una postura más sensual.
Quería ver sus ojos clavados en mi cuerpo como estaban hace relativamente poco, de todas formas, nos dormimos en el amanecer luego de bañarnos, no quiero entrar en detalles, sé que no es relevante, pero averigüé que no es la clase de chicos que se sacia con una ronda, además parecía un animal en celo por la forma en la que devoraba mi cuerpo dejando marcas por todos lados.
–Me ausentaré unos minutos– dijo poniendo su pistola cargada en la funda que tiene en el cinturón de su pantalón, antes de acercarse a mí.
–¿Y cómo te irás? –dije gateando hasta la orilla para estar más cerca de él.
Como Allan se acercó, pude deslizar mis manos por su pecho para así ponerme de rodillas y envolver mis brazos alrededor de su cuello. Lo curioso es que sus manos no se acercaron a mi cuerpo, lo que significaba que no deseaba distracciones de ningún tipo.
–Tomaré prestado tu auto– me dijo mirando por la pequeña ventanilla que había cerca de la cama. No pude evitar sonreír cuando visualicé mi auto, de todas formas, es el único medio de trasporte que ahora mismo tenemos.
–¿Con qué autorización? –pregunté con diversión.
–No la necesito–me respondió rozando la boca de su pistola por mi abdomen, antes de subirla poco a poco por mi cuerpo.
–¿Y qué? ¿Planeas matarme y robarte mi auto? –pregunté despreocupado, sé que la pistola está cargada, pero claramente no le conviene matarme ahora.
Allan subió la pistola hasta mi boca, además una sonrisa divertida se formó en sus labios frente a mi pregunta que parecía tentadora, sólo que de forma coqueta entreabrí mis labios deslizando mi lengua por el cañón mientras deslizaba en el proceso mi mano por su pene masajeando la zona lentamente.
Todo pasó muy rápido cuando alejé mi lengua del cañón, no me dio tiempo a cerrar siquiera la boca justamente porque él soltó el arma con tal de besarme apasionadamente rozando su lengua con la mía de una forma lujuriosa. Por supuesto que yo solamente buscaba distraerlo, una vez que soltó el arma le quité el cartucho y me aseguré de arrojar el arma hasta el otro extremo del remolque, no deseaba correr el riesgo de que una bala me hiriera accidentalmente.
Por otra parte, como necesito irme con él, me aseguré de inclinarme hacia atrás para que cayera encima de mí y así lo encarcelaba con mis piernas. Mi interior no está en las mejores condiciones para hacerlo otra vez, claramente me duele, sin embargo, era la única forma para retrasarlo e irnos juntos.
Como estoy cansado, no busqué un jugueteo previo, sino que directamente saqué su pene y aproveché que yo estaba desnudo para así rozarlo en mi entrada mientras nos besábamos. Quería que su boca me distrajera, sabía que me dolería, pero sí, lo ayudé a penetrarme mientras cerraba los ojos con cierta fuerza ahogando el dolor.
Por suerte las caricias que acompañaban sus embestidas se lograban sentir bien, incluso me daba placer en medio de apasionados besos que no nos dejaban hablar, cada gemido era liberado en la boca del otro, era como si no quisiéramos perder el tiempo para tocarnos lujuriosamente.
Su olor nuevamente me seducía, incluso sentía cierto cosquilleo en el vientre del cual no deseaba preocuparme, más bien culpaba a sus feromonas quitando toda posible explicación absurda que involucrase sentimientos. En esto no puede haber esa clase de cosas, él sólo es parte de mi misión, nada más.
–Haah...–jadeó tras cortar el beso para mirarme a los ojos segundos antes de acercarse a mi cuello para besarlo– estás más apretadito que hace unas horas...–murmuró acelerando sus embestidas– ¿tanto lo deseabas...? –preguntó haciéndome reír.
–O está inflamado...–dije sintiendo cómo deslizaba sus manos por mis piernas para abrirlas un poco más y así rozarse con más velocidad dentro de mí– ah... nnng...–gemí aferrándome a su cuerpo con cierta fuerza.
–Y...–se acercó a mi oído–¿Cuál es tu excusa para estar así de empapado...? –preguntó mientras rozaba aquel punto que logra nublar mis pensamientos.
–No tengo... e-excusa para eso...–susurré en su oído deslizando mis dedos por su espalda mientras leves gemidos acompañaban mis palabras– p-pero definitivamente tú... ah... eres el responsable... mmmh... –añadí sintiendo cómo su erección crecía en mi interior.
Nuestros jadeos resonaban dentro de aquella pequeña habitación en donde me lograba complacer, nuestra única testigo era la cama que debido al movimiento de su pelvis chocando contra mi trasero, hacían resonar los resortes.
Esta clase de sexo nos gustaba por igual, no puede negarlo justamente porque puedo sentir el deseo que siente por mí gracias a las embestidas que me da, lo peor es que en vez de liberarse, parece que aquel deseo aumenta con cada segundo que pasamos devorándonos vivos.
Por supuesto que, a pesar de estar excitado debía controlarse y correrse fuera, no deseaba recibir su corrida justamente porque no quiero sacarla más tarde en la ducha, sería sin duda demasiado vergonzoso, sobre todo porque tengo planeado que se duche conmigo.
Ambos nos corrimos a la vez, él cuando estaba a segundos de correrse se alejó de mi agujero para así frotar su erección contra la mía logrando que, su semen y el mío se mezclaran en mi abdomen.
–Haah...–jadeé tratando de controlar mi respiración a la vez en la que él lo hacía.
–Eso estuvo...
–Excelente...–dije sin pensar, de hecho, me sentí avergonzado por haber terminado su frase.
–Sí...–dijo con una sonrisa antes de besarme con más ternura.
Una vez que nos controlamos, caminamos hacia el baño y nos alistamos con tal de irnos juntos, claramente cumplí con mi objetivo, sólo que al final me llevó a un sitio para desayunar.
Era evidente que él no tenía este plan, pero al menos disfruté de un desayuno delicioso que me ayudaba a reforzar nuestra "amistad", por otro lado, recibimos órdenes de seguir a un posible sospechoso, por lo que luego simplemente trabajamos como de costumbre.
Pasó una semana y aún no encontraba nada sospechoso que lo involucrara con el secuestro, de hecho, nos estábamos volviendo un poco más cercanos a pesar de no tener sexo, más bien luego de aquella vez en el remolque, simplemente nos hemos dado "miraditas" que hablaban por si solas.
Hoy pensaba ir a su casa, mi excusa era buscar información sobre el omega, pero en realidad planeaba revisar un poco el lugar, seguramente en su casa debe haber algo, es mucho más grande que aquel remolque, es casi imposible que no logre encontrar nada.
Allan estaba de acuerdo en verme hoy en su casa, no tuve que esforzarme demasiado para convencerlo, algo que me hacía levantar sospechas, pero al menos parecía fingir muy bien sus intenciones conmigo.
Me tomó un poco de tiempo encontrar su casa, las luces estaban apagadas, así que por un momento pensé que no estaría, al menos hasta que toqué el timbre con mis cosas en un maletín y él salió a mi encuentro. Me habría gustado verlo sin camisa como aquellas típicas escenas de películas, no obstante, estaba vestido.
–¿Quieres comer algo? –me preguntó una vez que me adentré hasta el salón de su casa para acomodar mis cosas en la mesita de centro– puedo pedir la cena.
–¿Y si mejor me preparas la cena? –pregunté recibiendo su atenta mirada en mis movimientos, ahora mismo sólo estaba centrado en acomodar mis cosas.
–No se me apetece cocinar– me respondió con cierto fastidio.
–Venga– dije acercándome a él– cocíname...–pedí de una forma dulce.
Allan me miró a los ojos, incluso deslizó su mano por mi mejilla quedándose unos segundos en silencio, creí que me diría que no, pero sorpresivamente accedió y mientras él cocinaba, yo me mantenía sentado en las butacas de la isla para trabajar, o al menos fingía que trabajaba mientras hablábamos.
Únicamente estábamos hablando sobre la misión, incluso conseguimos unir lazos de los sospechosos eliminados con otros sujetos tras robarle información a nuestros compañeros. Normalmente luego de una misión debemos rellenar informes que se suben al almacenamiento de la empresa, así que allí podía leer la información del resto.
Yo no suelo hacer este papeleo, normalmente se acumula y un novato lo hace por mí, cualquier agente nuevo es presa fácil para mí, además de paso refuerzan sus conocimientos.
Según el informe del equipo 004, hay 7 sujetos involucrados, dos de ellos estaban muertos, así que sólo quedan cinco. Su informe decía que habían encontrado a uno, se planeaban infiltrar y exponer al sujeto.
–¿Pusieron un nombre? –preguntó Allan acercándose a mí para leer la pantalla de mi laptop.
–Sí, deberíamos hacerle una visita también– le sugerí mientras él leía concentradamente el informe.
El rostro de Allan estaba cerca del mío, cuando giré mi rostro para mirarlo no pude evitar sentir aquel cosquilleo que siento cuando me impregna con sus feromonas, así que como estaba muy concentrado, le robé un beso para molestarlo un poco, sólo que, hace tiempo que el besarnos ya no es una molestia para ninguno de los ojos.
De hecho, Allan adentró su mano por mi rostro para así besarme de una forma más calmada, parecía que deseaba ir poco a poco esta vez, sin embargo, mi plan es investigar su casa, no tengo tiempo para ir poco a poco.