Sinopsis
Ethan West (Alfa) es un agente secreto fiel a su trabajo, por ello, cuándo su jefe le ordenó investigar a Allan Miller (Alfa) otro agente de su organización y para variar su competencia, no dudó en aceptar dicha orden, a pesar de que eso implicara utilizar su cuerpo como método de seducción: -Debes hacer lo que sea necesario para ganarte su confianza, si eso implica acostarte con él, entonces hazlo. Ethan tendrá que involucrarse en cuerpo y alma para conseguir extraer la información que necesita, incluso decir o hacer cosas que él considera humillante, pero ¿Será Ethan capaz de no involucrarse sentimentalmente? Y si lo hiciera, en caso de que Allan sea culpable ¿Será capaz de darle los detalles a su jefe aún manteniendo sentimientos por Allan? ADVERTENCIA: Esta es una historia entre Alfa y Alfa, no necesariamente me centraré en las reglas del "Omegaverse" por lo que, no se sorprendan si me escapo un poco de las reglas básicas de este género.
Capítulo 1: Un chico irritante
¿Quién diría que un simple "Cállame" podría complicar tanto las cosas durante una misión? Normalmente, me encargo de ser una persona irritante, es mi pasatiempo favorito, de esta forma me aseguro de no relacionarme con el resto de agentes de la compañía, sin embargo, no pensé que sería besado luego de haber dicho "cállame" en medio de una discusión.
Mi nombre es Ethan, trabajo para una agencia privada especialista en el espionaje y mi favorita, aunque no está establecida, es la caza de recompensas. Bajo mi punto de vista, es increíble poder cazar a sujetos que se creen impunes, además siempre es terapéutico golpear a alguien durante una misión, o al menos a un par de ellos.
Hace unos días recibí la misión de encontrar a un omega, aparentemente es hijo de un empresario multimillonario que dará una recompensa muy generosa si logran encontrar a su hijo, por ello, como mi agencia fue contratada por aquel sujeto me encomendaron la misión de buscarlo, sin embargo, había otra clase de hombres a cargo de una misión parecida.
Mi objetivo es recuperarlo, mientras que el objetivo de otra organización es matarlo, aún no entendemos qué clase de importancia tiene el chico, es uno de los tantos hijos de empresarios multimillonarios, sin embargo, que su secuestrador se haya tomado tantas molestias para atraparlo, es sin duda curioso.
Lo normal es secuestrar, pedir una recompensa y devolverlo, pero en esta misión se tomaron demasiadas molestias sólo para secuestrarlo, ellos no tienen intenciones de devolverlo, por lo que suponemos que hay temas personales involucrados, seguramente el chico se metió con quién no debía, o bien, su padre ha subestimado a chicos muy malos.
Lo peor es que, la agencia para la que trabajo envió a varios agentes en su búsqueda, pero no contó con el hecho de que nos molestaríamos mutuamente, todos son muy competitivos, todos desean completar la misión, pero es de esperarse que sólo uno podrá hacerlo, es por esto que, fuimos reunidos en una sala de conferencias en donde nuestro jefe nos dio cada uno de los detalles sobre la misión.
Su frase de inspiración fue "que gane el mejor" y claramente todos deseaban ser el mejor agente, es sin duda divertido ver los rostros enfadados de tus compañeros cuando tienes algo que ellos no tienen, pero lo que no esperaba era escuchar un "trabajaran en pareja" justo cuando pensábamos retirarnos de la sala de conferencias.
En ese momento todos nos giramos para encararlo, ninguno estaba de acuerdo con sus palabras y lo peor es que nuestro jefe lo sabía, ya que con cierto nerviosismo fingía que leía unos documentos.
La agencia como todas se clasifica por secciones, todas son diferentes, por ejemplo, hay agentes de un nivel inferior que trabajan en pareja, así que la recompensa se divide en dos, mientras que el nivel en el que nos encontramos, nos permite el hecho de trabajar solos y recibir la recompensa completa.
Por supuesto que varios nos intentamos oponer, por no decir que directamente todos intentamos hacer cambiar de opinión a nuestro jefe, sin embargo, él dijo que la decisión ya había sido tomada.
Mi compañero es Miller, un sujeto complicado, no nos llevamos bien, constantemente nos estamos insultando o fastidiando, de hecho, una vez su misión coincidió con la mía, él estaba en el mismo lugar que yo, así que delaté su posición y varios tipos con armas lo persiguieron dejándome el camino libre para completar mi misión. Eran dos diferentes, pero como dije, coincidimos en el mismo sitio.
Yo sólo deseaba vengarme, en una misión anterior él destruyó mi auto, por lo que vi como varios millones eran destruidos en cosa de segundos, mientras que él comía palomitas observando su "obra maestra" con orgullo.
Desde aquel entonces cada vez que me subo a un auto, me aseguro de revisar que no tenga una bomba instalada, algo que él también hace, ya que también destruí su auto, pero me esperé a que se comprara un nuevo auto, así le dolía el doble de lo que a mí me dolió perder mi auto favorito.
Trabajé meses por conseguirlo, sin duda me esforcé muchísimo, sin embargo, él en cosa de segundos destruyó todo mi esfuerzo y prácticamente quemó todo mi dinero.
Allan Miller es un alfa fastidioso, pero es atractivo y suele aprovecharse de ello constantemente. Su cabello es castaño oscuro, sus ojos color amatista son sin duda muy raros, además detesto que mida cinco centímetros más que yo.
Yo también soy un alfa, nuestros cuerpos son biológicamente parecidos, sólo que yo soy más guapo, mi cabello es de color negro, mientras que mis ojos son de un tono gris esterlina, si bien mido 1.85, me gusta creer que soy más alto que él.
Lo malo es que no me gusta perder contra él, no soporto el hecho de ver aquella sonrisa victoriosa que se forma en sus labios cuando tiene una victoria, sin embargo, creo que le di la victoria definitiva hace poco.
Nosotros estábamos discutiendo sobre la misión, como fuimos emparejados nos estábamos insultando mutuamente hasta que él dijo "Cállate" y yo respondí con un "Cállame" ¡y el maldito me calló con un jodido beso! ¿Qué se supone que debía hacer? No esperé que un alfa me besaría, además lo peor es que me quedé callado sin saber cómo reaccionar.
Eso naturalmente le dio la victoria, pero hoy nos volvíamos a encontrar, de hecho, cuando lo vi a lo lejos recostado en el tejado de un edificio con un franco entre sus manos, sabía que no era buen momento para molestar, así que me recosté a su lado queriendo ver a quién tenía en la mira.
–Shh...–me dijo concentrado en su objetivo.
–Creí que estaríamos buscando al omega ¿Qué haces aquí? –pregunté empujándolo un poco, quería ver por la mirilla del franco, pero él la estaba usando.
–Las cámaras registraron a ese hombre de blanco– me dijo dándome espacio para ver, así que fui buscando el punto que me dio con tal de visualizar al sujeto–por lo que vi, tiene varios contactos.
–¿Y por qué no lo estamos interrogando? –pregunté mirándolo a los ojos.
–Como ya te dije, tiene varios contactos, atacarlo sería una estupidez– me aseguraba mientras que yo me sentaba en forma de indio mientras en mi reloj holográfico se proyectaba el mapa del lugar en donde estamos, e incluso hacía un escaneo rápido de la cantidad de hombres armados que había dentro de una superficie de 500 metros al cuadrado.
–No creí que serías una gallina– comenté con diversión.
–Nuestra misión es recuperar al chico con vida, sería problemático causar disturbios ahora– me aseguraba.
Yo no le hice caso, de la misma manera en la que nosotros nos encontramos aquí, también hay agentes siguiendo a ese sujeto, por ello, me alejé con cierta velocidad con tal de llegar al sujeto de blanco.
En mi auto tenía unas cuantas cosas para defenderme, me faltaban un par de cartuchos en mi pistola para encargarme de todos, sin embargo, ellos también tienen armas, si logro quitársela a un par, tendré de sobra.
Antes de ingresar al edificio en donde el sujeto de blanco se encontraba, me aseguré de ponerme un pequeño audífono inalámbrico que me serviría para más tarde, además que estaba conectado al audífono de Allan, si algo sale mal, él podría escucharlo.
–¡Está repleto de hombres, sal de ahí! –oí que me decía por el audífono.
–No me digas cómo hacer mi trabajo–dije ignorándolo completamente.
Lo divertido de mi trabajo es que puedo golpear a hombres muy malos, incluso tengo libre acceso para disparar. Yo no soy policía, conmigo no funcionan las leyes de ciudadanía, si alguien a quien considere peligroso se atraviesa por camino o interfiere en mi misión, tengo libre acceso para eliminarlos.
El reloj de mi pulsera es construido con la mejor tecnología que existe en el mercado, no sirve sólo para dar la hora, más bien puedo hacer llamadas, este suele proyectar a la persona con la que estoy hablando, también sirve como mapa y mi favorito es el escáner. Este hace un escáner rápido del lugar dándome las localizaciones de todos, además si alguien muere, se encarga de borrar de los registros a esa persona, es como si nunca hubiese existido y la agencia se encarga de limpiar las escenas. Tiene muchas más funciones, pero mis favoritas son esas, las otras son útiles, sólo que las utilizo con menor frecuencia.
Al momento de ingresar en el edificio, me aseguré de investigar el paradero del sujeto de blanco, deseaba saber qué hacía en aquel sitio, así que con ayuda del reloj logré verlo a través de una proyección, por otro lado, podía oír la conversación que estaba teniendo.
–"Has hecho un excelente trabajo en traerme al muchacho, como recompensa puedes festejar en la mejor suite de la ciudad"–le decía un sujeto por teléfono.
Intenté rastrear el paradero de aquel bastardo, pero finalizó la llamada a los segundos después de haber hablado.
–Miller, ¿no quieres ir a una fiesta? –pregunté a través del audífono.
–¿De qué estás hablando ahora? –preguntó un poco agitado– ¿y dónde demonios estás?
Sabía que tras conocer la ubicación de la suite todo sería más sencillo, por ello, esperé pacientemente a registrar un poco más de información antes de salir sin haber golpeado a nadie, de hecho, nadie me notó. Cuando me acerqué a mi auto Miller se encontraba allí, esperándome mientras parecía desconcertado por verme en perfectas condiciones.
–¿Qué averiguaste? –me preguntó mientras ambos nos subíamos a mi auto– espero que no hayas puesto nada extraño aquí– añadió poniéndose el cinturón de seguridad mientras que yo sonreía.
La verdad es que sí hay una bomba, pero por ahora no tenía la intención de activarla, así que fingí que no había puesto nada mientras le hablaba sobre la misión. Ambos debíamos entrar encubiertos a la suite, incluso buscamos un buen traje para ser un par de trabajadores del lugar.
–Seguramente habrá varios sujetos– comentó mientras observaba su móvil.
–Pero en menor cantidad, no seas miedoso– comenté haciéndolo enfadar.
–Realmente eres muy fastidioso– me aseguraba.
–El mismo truco para callarme no te funcionará dos veces– le aseguré tras sentir su mirada centrada en mi rostro.
–Podría intentarlo– murmuró.
Ambos nos encontramos sentados en mi auto esperando desde la distancia la llegada de aquel sujeto. No tardó demasiado, más bien al cabo de dos horas llegó junto a cuatro hombres que lo cuidaban, pero teníamos que esperar un poco más con tal de dejar que se emborrachen.
Eran aproximadamente las dos de la madrugada, ya no había gente en los pasillos que nos causaran problemas innecesarios, así que subimos al último nivel de la suite y con ayuda del reloj, abrimos la cerradura sin tener que forzarla.
Miller y yo nos separamos mientras nos asegurábamos de dejar al sujeto completamente solo, podíamos oír gemidos y sin duda olía a sexo, algo normal, siempre para este tipo de fiestas hay prostitutas, por ello, una vez que nos encargamos de sus cuatro matones, dejamos salir a las asustadas chicas que estaban en los lugares menos oportunos.
Limpiar el lugar fue fácil, todo es muy sencillo cuando disparas directo a la nuca y ¡bom! Sangre por todos lados y una suite prácticamente vacía.
–No lo mates hasta que consigamos un nombre– le advertí a Miller antes de abrir la puerta con fuerza.
El bastardo estaba con una chica, así que tras verlos desnudos era evidente que estaban desarmados, además debido a que lo estábamos apuntando, se quedó completamente inmóvil a medida que la chica se mantenía en cuatro sobre la cama con aquel bastardo detrás de ella.
–¿Qué tal? Supongo que sabes a qué hemos venido– comencé diciendo mientras me recostaba en la cama completamente despreocupado.
–No les diré nada– me aseguraba con nerviosismo.
–Que lastima, pensaba ahorrarme la tortura– dije haciéndole una señal a Miller para que lo inmovilizara sobre la cama, dejando ir a la chica– ¿Sabes? Me gusta ser el jefe–dije mientras que él esposaba al sujeto en una silla luego de movernos de sitio.
–No eres el jefe– me dijo rápidamente.
–Oye imbécil, cuando estas en un momento de tensión tu pene no debería estar levantado– dije ignorando a Miller– venga, ayúdalo– dije riendo con tal de molestar a Miller– a ti te gustan los alfas.
–A mí no me gustan...
–Oh... ¿sólo te gusto yo? Eso es muy romántico– murmuré interrumpiéndolo.
–Qué asco– dijo aquel sujeto con cierta repulsión.
Lo normal es alfa y omega, incluso se puede permitir estar con una beta, sin embargo, el hecho de juntar a dos alfas masculinos es considerado una abominación, incluso se suelen referir a ellos como "imperfectos". Hay muchos alfas que no sienten atracción por omegas, claro que no son aceptados a pesar de que técnicamente es lo mismo, siguen siendo dos hombres, pero por alguna razón, solamente está permitido cuando uno es omega.
No pude evitar sentir diversión tras darme cuenta de que aquel bastardo sentía asco por esa clase de alfas, así que como debía vengarme de Miller, aproveché el momento para tomarlo del cuello de su camisa y besarlo de la forma más apasionada que conocía.
Él evidentemente estaba sorprendido, de hecho, en los primeros segundos no me contestaba el beso, pero lo hizo dejándome incluso jadeante frente aquel sujeto que trataba de moverse. Él tenía miedo de que se le pegara esta clase de "enfermedad" y sinceramente, deseaba reírme a carcajadas, sin embargo, opté por mantener una postura seria asegurándole al bastardo que ahora sería su turno.
Jamás había pensado que esta clase de situación sería una tortura para alguien, sin embargo, apliqué la fuerza e hice varias heridas en su cuerpo hasta que cuando amenacé con cortarle el pene, me dio un nombre.
–¡Por fin! –dije apuntándolo con mi arma– muchas gracias por tu participación– añadí antes de disparar.
–¿Era necesario besarme? –preguntó Miller cuando pensaba irme.
–No, pero sé que te gustó– bromeé antes de que el maldito disparara en mi dirección, así que tuve que irme corriendo.