Capítulo 5: Avergonzado
Antes de venir a su casa me he tomado un par de bebidas energéticas, no soy un aficionado de beber esta clase de líquidos, ya que la mayor parte del tiempo tengo mucha energía, sin embargo, cómo ya hemos tenido sexo, sé perfectamente que cansarlo me tomará tiempo.
Quiero investigar su casa mientras duerme, pero para esto necesito tener las energías suficientes como para no quedarme dormido junto a él, por otro lado, no puedo usar ninguna droga que me facilite mi objetivo, ya que como es un alfa las pastillas, alcohol o drogas no le generan un problema, de hecho, para conseguir que un alfa se vea afectado por lo anterior, se necesitan dosis excesivamente altas y poner varias pastillas en su bebida sería demasiado notorio.
La forma más fácil de agotar su cuerpo era luego del sexo, aunque evidentemente esta opción es un arma de doble filo, de hecho, es peor para mí.
–A-Allan...–susurré sobre sus labios fingiendo estar excitado por un beso apasionado– llévame a tu cama...–pedí dirigiendo mi mano a su entrepierna.
–¿Qué hay de la cena? –me preguntó viendo en dirección a la sartén que mantenía sobre la caliente superficie de vitrocerámica.
–Oh vamos, no te hagas el difícil ahora–pedí tratando de sacarlo de la cocina.
Por suerte lo conseguí, aunque antes apagó el fuego de la encimera para evitar todo posible accidente innecesario, aunque lamentablemente no me estaba llevando a su habitación, más bien me mantenía apoyando en una pared cerca de las escaleras mientras nos besábamos lujuriosamente.
En medio del beso abrí mis ojos notando que él los tenía cerrados, eso me daba ventaja para mirar mi alrededor sin que se diera cuenta, además como deseaba ver un poco más, fingí estar muy caliente.
Era obvio que estaba listo para tener sexo, antes de venir aquí me aseguré de preparar mi agujero, no quería que doliera, sin embargo, debo reconocer que fue muy vergonzoso prepararme para este momento.
Como sé que su pene es grande, tuve que usar juguetes sexuales que me permitieran dilatar mi entrada, algo que sin duda golpeaba mi orgullo, de todas formas, jamás pensé que usaría juguetes para prepararme.
El hecho de pensar en ello era tan vergonzoso, mis mejillas incluso se sintieron calientes tras recordar el horrible momento en donde yo mantenía un pene de plástico dentro de mí, además para variar aquel plástico vibraba logrando que experimentara lo que solían experimentar mis diversas parejas sexuales.
–nnnh...–gemí sobre su boca tras sentir como sus manos se deslizaban dentro de mi pantalón, saltándose mi ropa interior. Esta era mi oportunidad para subir a su dormitorio, así que corté el beso aprovechándome de mi propia vergüenza para sonar tímido– n-no tienes cámaras ¿verdad...? –pregunté fingiendo inseguridad.
–¿Por qué...? –preguntó en un susurró besando mi cuello– ¿te sientes tímido por la idea de que te esté grabando...? –añadió dejándome una marca en mi cuello.
–S-Sí...–suspiré– no quiero ser grabado mientras me follas...–agregué consiguiendo que sus ojos buscaran los míos.
–Sería interesante, pero no, no hay– respondió con una sonrisa maliciosa en los labios, creí que me molestaría, pero afortunadamente me dirigió hacia su cama dejándome ver una serie de puertas que planeaba recorrer más tarde, de todas formas, ya sé que no hay cámaras.
Por supuesto que cuando llegamos a su habitación, en el recorrido dejamos varias de nuestras prendas tiradas por el suelo, parecía un acto de calentura, pero no, mi plan era tener una excusa más tarde para abandonar su lado y si llega a despertar mientras investigo su casa, puedo usar la excusa de "buscar mi ropa"
Claro que, gracias a esto llegué a su cama prácticamente desnudo, sólo llegué con mi ropa interior, la cual me quitó y lanzó lejos asegurándose de que no pudiera alcanzarla fácilmente.
Lo siguiente que hizo, fue ponerme en cuatro, pensé que no perdería el tiempo en un jugueteo previo, eso me aliviaba, ya que no lo deseaba, sabía que un jugueteo antes del "plato fuerte" sólo conseguiría agotarme innecesariamente, sin embargo, cuando sentí su lengua rozándose en mi entrada mi piel se estremeció.
Eso no me lo esperaba, lo peor es que inconscientemente me incliné en la cama alzándole más mi trasero para que pudiera juguetear con su lengua en mi entrada sin dificultad. La situación era vergonzosa, mis mejillas y orejas ardían, me sentía demasiado caliente, incluso mi entrepierna amenazaba con correrse por lo hábil que estaba siendo.
–nnnnngh... –gemí ocultando mi cabeza en su almohada, no quería que escuchara mis gemidos de placer.
–¿Por qué estás tan suave...? –preguntó con la respiración ligeramente entrecortada, mientras adentraba uno de sus dedos en mi interior.
Yo no quise responder, no quería decirle lo que había hecho, así que preferí humillarme desvergonzadamente para rogar un poco.
–U-Usa el tuyo... q-quiero el tuyo...–dije mientras prácticamente rogaba para que me penetrara.
Claro que, Allan me giró de improvisto viéndome con el ceño fruncido, parecía desconcertado por el hecho de que mi agujero aceptara sus dedos sin mayor dificultad.
–¿Por qué estás así? –preguntó con cierto enfado– ¿usaste tu cuerpo con alguien más? –continuó preguntando cada vez más enfadado.
Yo me sentí rápidamente avergonzado, no quería decirle lo que había hecho, por ello cubrí mis ojos con mi antebrazo para que no pudiera verme fácilmente. Realmente no quería decirle, pero como estaba enfadado, no me quedaba de otra.
–Y-Yo me preparé antes de venir...–respondí mientras que por dentro lloraba de la vergüenza– u-usé un dildo...–añadí.
Allan por un instante se quedó quieto, él no dijo nada, pero sabía que estaba sonriendo a pesar de que no lo estaba viendo. Imaginé que sonreía victorioso, con aquella típica sonrisa socarrona que utiliza para humillarme, por ello, no quise descubrir mi rosto, ni siquiera cuando sentí su cuerpo alejándoseun instante.
No quería verlo, mis mejillas ardían demasiado, sin embargo, cuando menos lo esperaba él me penetró estremeciendo cada parte de mi cuerpo, además como me embestía con cierta fuerza, dejé de cubrir mi rostro con tal de aferrarme a las sábanas viendo cómo su mirada estaba en llamas.
–¡ah...! Haah...–gemía avergonzado, ya que él se estaba acercando a mi rostro y me besó utilizando su lengua mientras en todo momento me miraba a los ojos.
Eso era aún más vergonzoso, ya que su erección se estaba rozando dentro de mí de una forma increíblemente deliciosa, además me di cuenta de que, en aquel momento en donde se alejó un poco de mí, él se había puesto un condón.
No podía mantener mis ojos centrados en los suyos, por ello los cerré sintiendo como en medio del beso sonreía, mientras que su erección se volvía más dura. Él parecía complacido, mientras que yo deseaba morirme de la vergüenza por haber confesado algo sin duda muy humillante.
Lo peor es que, cuando cortó el beso, se acercó a mi oído para susurrarme lo bien que se sentía estar dentro de mí. Yo quería morirme, él me estaba excitando demasiado, además un extraño cosquilleo recorría cada parte de mi cuerpo logrando incluso acelerar mis latidos.
–Ah... Ethan...–me nombró con cierta dificultad– dime... ¿Aquel dildo se sentía mejor que mi pene?
–Calla...–pedí avergonzado.
–Venga...–insistía– cuéntame... ¿Cómo jugabas...? –preguntaba acelerando sus embestidas– ¿se sentía así de rico...?
–nnngh... no...–respondí envolviendo su cuello con mis brazos, se sentía demasiado bien, tanto que me estaba corriendo poco a poco mientras aquel cosquilleo se intensificaba en mi interior– e-el tuyo es mejor... ♥︎–respondí sin pensar.
–Haah...–jadeó acelerando sus embestidas– enséñame...–susurró con dificultad– enséñame como te tocabas...–añadió frenando lentamente sus embestidas.
Mi cuerpo estaba demasiado caliente, por ello me aferré con cierta fuerza a su cuello mientras con mis piernas lo envolvía asegurándome de retenerlo en mi interior.
–No... nnnh... no pares...–le pedía excitado, moviendo mis caderas para que su erección no dejara de rozarse en mi interior.
Como sentía que estaban disminuyendo sus embestidas, lo empujé hacia atrás trepándome enseguida sobre su cuerpo para ser yo quien creara el roce de su erección, sin duda era excitante ver como el calor de su cuerpo lograba ruborizar levemente sus mejillas, además la vista que le estoy entregando es sin duda privilegiada, ya que me mantengo casi de cuclillas con las piernas muy abiertas.
Mi plan no era este, pero la excitación junto a sus feromonas mezclándose con las mías eran sin duda algo que me volvían loco, incluso sentía mi mente en blanco, no era capaz de pensar en nada que no estuviese relacionada con mi placer.
{......}
Cuando volví a mis casillas, eran aproximadamente las seis de la madrugada, nosotros antes de dormir nos duchamos e incluso cambiamos las sábanas para recostarnos en la cama exhaustos. Mis piernas temblaban, sin duda mi interior se sentía sensible, hemos gastado sin exagerar 2 cajas de condones, de aquellas que traen 12 unidades cada una.
Estoy agotado, mi mente no pensaba en trabajar cuando estaba entre sus brazos, sin embargo, como tenía sed me alejé de su cuerpo y de paso, investigué un poco las habitaciones, asegurándome de buscar cualquier cosa fuera de lo común.
Abrir la puerta de su despacho sin duda fue sencillo gracias al reloj, además logré escanear muchos documentos que guardaba en una base de datos que más tarde leería. Tenía que ser rápido, Allan podría darse cuenta de que no estoy a su lado, por ende, leía de forma rápida su documentación, al menos hasta que encontré la fotografía del omega secuestrado.
Me sentí muy confundido, jamás nos entregaron fotografías del omega en lo que parece ser un maletero, ni tampoco nos dejaron ver la matrícula de ningún auto, por ende, me preocupó el hecho de que Allan si estuviese involucrado en el secuestro.
Por supuesto que, antes de salir de su despacho, me aseguré de dejar todo igual a como estaba, de esta forma no levantaba sospechas y podía regresar a la habitación. Por suerte él seguía dormido, de hecho, no logró darse cuenta de que me alejé de su lado.
No estoy seguro en qué me estoy metiendo, pensar en que Allan no es "uno de los buenos" me hace sentir muy confundido, ya que cometer esa clase de errores no sería propio de un agente, mucho menos de un agente tan experimentado como él.
¿Qué estará ocultando? O más bien ¿qué pasaba por su cabeza en aquel momento en el que cometió esos errores? No es propio de él, pero quizás los nervios le jugaban en contra y olvidó borrar aquella información, o quizás su plan era justamente este.
¿Qué tal si trabaja con alguien más? Quizás desea que la atención de nuestro jefe recaiga en él, para así dejarle libre acceso a su compañero...
Ag... joder, entre más pienso, más ansioso me siento por investigar, quisiera darles respuesta a todas mis preguntas, pero supongo que debo esperar y fingir que no sospecho de él, tal cual he hecho hasta ahora.