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Empezamos a tocar y recitamos toda la película Titanic. Mandy pasó tiempo abrazando a Aoron y jugando con nosotros. Es una buena chica, Leroy no solo es como la historia de Mandy, sino que también es linda.
— Leroy ¿me acompañas a la boutique del tercer piso, quisiera que vieras algo?
— Por supuesto — dijo la pequeña de su amiga. Nos dedicaron una gran sonrisa y nos dejaron allí solos. A mi celular llegó un mensaje.
Vista de Anastasia
Estaba acostado en la cama, incapaz de contestar el mensaje que Smith me había enviado. Ella me llamó una "niña". Una cosa rara en él. Rara vez me hace cumplidos. Tal vez ha cambiado. Michelline durmió. Después de un breve debate y una sensación de ahogo, decidí salir a ventilar. Todavía uso la misma ropa porque aún no me he cambiado. Subí a bordo y estaba en el timón de la proa (cerca de donde empezaba el barco). Noté que los chicos estaban jugando allí, parecían ser amigos de Cristian y del loco camarógrafo. "Desde que me llamaste 'chica', has sido raro. Al principio me trataste como un bicho raro y ahora me dices palabras dulces". - Yo envié.
Empecé a hacer fotos con mi teléfono móvil. Aunque los píxeles y la resolución son pequeños, obtuve algunas buenas fotos de la luna rebotando en el mar. Muchos corrieron detrás de mí. “Ya te dije que no soy lo que piensas ni lo que buscas. Pero… el hombre que dijiste estaba loco por tratarte como un bicho raro. No tienes que tratar así a una mujer.
Cuando me dijo que no era quien yo pensaba que era. Dudo el número que saqué de la noticia. Miré las publicaciones antiguas sobre el número de Smith y estaba seguro de que no era su número. Me equivoqué.
"Escucha, no sé quién eres, pero... lamento que me hayas enviado todo esto, ahora... te envié algo personal y... Discúlpame. Envié rápido.
Estaba completamente avergonzado porque le confesé mi amor a un completo extraño. Mi rostro estaba completamente desnudo y mi corazón latía con fuerza. Caminé hacia la puerta que me conducía por el pasillo y choqué con el asesino de la cámara. Quien escribió algo en su celular.
— Oh — comencé yo — Lo siento — dije apenada. Él me miró sorprendido y bajó su celular.
— No te preocupes –dijo sonriéndome, yo aún estaba acalorada por lo de los mensajes.
— Oye... — todos sus amigos nos observaban, caminé hacia un lado y él me siguió — Lamento... el berrinche que hice... con lo de la cámara — dije mirando hacia el mar.
— No te preocupes... yo tuve la culpa — dijo tocando su cabeza.
— Bueno... es que se supone que tiene una correa con la que se cuelga al cuello y debía de tenerla así sujeta, pero... no me la puse.
— Errores que pasan — dijo tratando de ayudarme.
— Bueno... adiós — dije y caminé un poco hacia la puerta, él me tomó de un brazo y sonrió apenado.
— ¿Cómo... te llamas? — preguntó.
— Anastasia — dije sonriéndole. Entré y ni siquiera esperé a que él me mencionara su nombre, recuerdo a Andér diciendo que era Gabriel. Fui a mi habitación y me acosté. Cuando me fui a la cama, recibí un mensaje.
"No te preocupes. No tengo nada que escuchar en una situación así, digamos que vivo como tú. Tengo que dormir ahora, pero no te preocupes por personas así, siempre se encontrará una convulsión. Tú". Ten cuidado y... descansa".
Cuando escuché que esta persona estaba interesada en lo que yo pensaba, me quedé asombrado. Tal vez no sea una mala persona. Está bien, eso puede ser peligroso, pero... me interesa tu opinión. "Gracias…" comencé. "Lo siento, me he esforzado tanto en tu vida. Fuiste tan amable que me dijiste todo esto. Si lo que me dijiste es verdad, creo que... también puedes encontrar a alguien que sea bueno para ti". " "Descansa" le envié.
Me sonrojé un poco. No sé qué pensar al respecto. Mi móvil nunca ha enviado varios mensajes a la misma persona y tiene varios caracteres en una página. Casi siempre dicen: "hola, no, sí, no quiero, está bien o me voy". “Sí, entraste en mi vida, pero no te preocupes en el mejor momento. Ya sabes… va a sonar mal, pero… quiero ser un hombre por tus disculpas por un rato. Bueno, de tu palabra, cómo puedes reconocer y disculparte por los errores, lo quieres ".
Me sonrojé por su informe. Él no me conocía todavía y ya estaba coqueteando conmigo. Me muerdo el labio inferior, lo que hago cada vez que me da vergüenza. Encendí mi celular y respondí luego de que una sonrisa saliera de mis labios.
“Le pido disculpas, aunque no se lo merezca, me cuesta despedirme de mi ayer. Puedo estar loco, pero… así es como siempre me siento”.
Me arrodillé sobre mi estómago y traté de conciliar el sueño. Puse mi celular en play, y mientras escuchaba una canción en Simple Plan - I can wait forever, sentí que el celular vibraba, señal de otro mensaje.
"Fue realmente difícil separar sus antecedentes, pasé mucho tiempo". No solo tú. Eres único y no único, ¿verdad?
Cuando lo leí, no pude evitar reírme. Era cierto, ni siquiera sabíamos si éramos un hombre y una mujer o una mujer y una mujer.
"Sí, niña. ¿Paz o tranquilidad? - Yo pregunté.
Mi corazón no dejaba de latir rápido. Perdí mi sueño y miré por la ventana, agua y solo oscuridad. Mi cama estaba un poco arrugada.
"Sí, soy hombre. Espero que no mientas. Pues sería una gran decepción saber que estoy platicando con un hombre de 50 años y que me puede robar." – solté una carcajada. Mi hermana despertó y me miró extrañada pues yo estaba sentada y tapada con la sábana hasta la cabeza. Me vio sonriente y no pudo evitar preguntarme el por qué.