Capítulo 2
Dexter DeCostello
New York
–Ya Dominic, por favor – Le pidió Charlie – No regañes a Dex, él ya se va y nosotros como buenos hermanos que somos, lo iremos a llevar al aeropuerto, no lo podemos dejar a su suerte.
Nuestra hermana, sabía que a mí no se me podía obligar a nada y razonar en estos momentos cuando había tomado la decisión sin importarme nada más, era peor, así que tenía que relajarse, Dominic, era tan papá, en vez de mi gemelo, parecía el de él, me acomodé bien en la silla del copiloto y miré hacia el frente, que era donde se encontraba mi destino.
–Ustedes, se han vuelto locos los dos – Dominic, se llevó las manos a la cabeza – No puedo creer que no vas a enfrentar tus problemas y que vas a huir como un cobarde, Dexter. Además, ¿Qué les diremos Charlie y yo, a nuestros padres, cuando pregunten por ti?
La verdad, yo no tenía por qué ocultar mi vida, yo era libre de hacer lo que me diera la gana, estaba feliz de poder irme, además yo no me iba por molestar a nadie, me iba porque así lo deseaba, debían relajarse un poco y tener por lo menos un poco de confianza en mí, por lo menos darme el beneficio de la duda.
–Ya, relájate Dominic, por favor, puedes hacerte pasar por mí y hacerla de ambos – Me reí – Por eso, es bueno tener un gemelo. No ya en serio, quiero hacer esto por mí, por favor tengan un poco de confianza, en que podré salir adelante solo ¿Acaso no somos los tres mosqueteros?
Éramos muy unidos, siempre nos estábamos apoyando, ahora no era el momento de empezar a tenernos desconfianza, a mí no me iba a pasar nada, de eso estaba seguro, y les podía asegurar que si tenía un fracaso, no iba a regresar con el rabo entre las patas, me levantaría y seguiría intentándolo, no me importaba cuantas veces lo tuviera que hacer, por eso era un DeCostello Janssen, lo traía en la sangre.
–Sí, lo somos – Dijo Charlie – Y aunque temo por tu vida, al menos yo, voy a confiar en ti.
Siempre podía contar con mi hermana mayor, la favorita del señor Eryx DeCostello, y aunque sabía yo que ella podía hablar con nuestro terco padre, ahora no debía preocuparse por eso, que las cosas me iban a salir bien, yo tenía mucha fe en mí mismo, nuestra madre así nos había educado, que nadie te hiciera menos y te dijera que tú no podías.
–También yo, Dex – Terminó accediendo Dominic – Espero que, aunque esto parezca una locura, termine saliéndote bien, porque en buen problema que nos dejarás a Charlie y a mí.
Ellos les podían decir lo que gustaran, no me estaba escondiendo de nadie, sabían con quién me iría y aunque Luis, se iba de vacaciones, yo ya había oído hablar tanto de Puerto Vallarta que ya era como si lo conociera en vivo y además Luis, tenía muchos contactos allá, así que no me iba a ojos cerrados, no me iba nada más porque sí.
–Gracias, por eso los amo – Les dije a ambos.
Mis hermanos bajaron conmigo en el aeropuerto y me ayudaron con mi equipaje. Ellos y mi madre, eran lo único que me dolía dejar, pero ya no había marcha atrás, ya tenía todo conmigo para irme a México y mi amigo Luis, ya me estaba esperando en el aeropuerto, con boletos y todo. Se quedó un poco impactado, de ver a mis hermanos conmigo, ya que se suponía, que nadie iba a saber que yo iba a irme con él a México, pues mi amigo no quería problemas con mis padres, quienes lo tenían en alta estima.
–Luis, lo siento por el retraso – Me disculpé con mi amigo – Espero que no te moleste, que mis hermanos vinieran a decirme adiós.
Yo no pude negarme, en primera porque ya no tenía transporte y Charlie, me estaba haciendo el favor y en segunda, porque me los había encontrado justo saliendo de la casa de nuestros padres, así que aquí estaban para despedirse de mí, y por lo consiguiente, también de él, pero había sido cosa de la suerte que ellos estuvieran ahí.
–No, para nada Dex – Respondió Luis – Hola Charlie y Dominic, ¿Cómo están?
Esperaba no meter en problemas a Luis ahora que volviera de sus vacaciones, pues nada tenía él que ver con mis decisiones, que había tomado para darme un respiro y dárselo también a mis padres, que estaba segur se iban a sentir más tranquilos, o eso es lo que pienso yo, pues de parte de mamá, se iba a quedar muy preocupada.
–Hola, Luis – Respondió mi hermana – Bien gracias, por favor cuida a Dex. Te lo encargo mucho y si necesitan algo, siempre pueden llamarme.
Mi hermana no me iba a querer perder de vista, estaba seguro de que nos íbamos a estar comunicando muy seguido, yo llevaba mi equipo de comunicación, teléfono, laptop, con todos los accesorios necesarios, así que la comunicación no se iba a perder.
–Hola, Luis – Dijo Dominic – Espero que cuando Dex conozca México, y no consiga todas las comodidades, sea capaz de valorar lo que tiene aquí, cuídense mucho y tengan buen viaje.
Dominic, vivía en la época de las cavernas, como si yo me fuera a ir a un pueblito, lejos de la mano de Dios, me iba a un lugar con toda la tecnología y las comodidades, debería interesarse más como está la cosa en otros países.
–Gracias, chicos – Dijo mi amigo – Todo estará bien, ya Dex hasta tendrá trabajo allá, mi tío, nos va a contratar a ambos, yo ya hablé con él. No se preocupen, de verdad.
De eso se trataba todo esto, Luis tenía todos los contactos, y si ya teníamos trabajo para el tiempo que él se iba a quedar allá, por lo menos iba a hacer todo lo posible por permanecer mucho más tiempo allá, eso me daría toda la experiencia que necesitaba, y de los estudios, había muchas maneras de terminar mi carrera, no me iba a detener por eso.
–De acuerdo, no nos vamos a preocupar – Dijeron mis hermanos – Pero, manténganse en contacto y que tengan buen viaje.
–Gracias, les daré unos momentos, para que se despidan – Dijo mi amigo dándonos espacio – Acá te espero Dex.
No quería que se fueran a poner a llorar, aunque Dom, se hiciera el fuerte, sabía que se iba a quebrar, nunca nos habíamos separado, éramos los tres muy unidos y nos gustaba estar siempre juntos, pero ahora yo iba a hacer que los tres mosqueteros se separaran, pero eso no iba a ser para siempre, yo no dejaría de venir a visitar a nuestra madre.
–Gracias, amigo.
Me despedí con un abrazo de oso con mis dos hermanos, Charlie, soltó unas lágrimas y Dominic, se quedó triste también. Agradecía que ambos, me apoyaran en todo, aun sabiendo que yo hacía mal en salir huyendo como siempre, de todos los problemas que causaba. Estaba agradecido con la vida, por los hermanos que tenía y también por mamá, que era la mejor del mundo. Saqué de mi bolsa de la chamarra, una carta para que mis hermanos se la dieran a mamá.
–Los amo, le dan esto de mi parte a mamá, por favor – Les pedí – Nos mantendremos en contacto y hablaremos diario, se los prometo, podemos comunicarnos en cuanto tenga un horario establecido.
–Más te vale – Me dijo Dominic – No quiero, que te quedes para siempre allá en México.
–Cuídate Dex, por favor – Dijo Charlie – Nosotros le damos la carta a mamá.
Me alejé de mis hermanos y caminé a dónde estaba Luis, hice todo el procedimiento de entregar mis maletas y después, en breve, pasamos a abordar un avión que nos llevaría a Ciudad de México y de ahí, nos iríamos a Puerto Vallarta. Yo estaba emocionado, quería conocer nuevas cosas y vivir nuevas experiencias, fuera de la burbuja, en la que había vivido siempre y ahora, gracias al problema que tuve con papá, me sentía libre por primera vez en mi vida, sentía que, al fin, podía ser quién soy.
–Dex, ¿Estás seguro de esto? – Preguntó mi amigo – Claro que, si no te gusta, siempre puedes volver.
Eso era lo lógico, yo no iba a dejar de venir a visitar mi país, la ciudad que me vio nacer, pero si me iba a vivir lejos, para eso me iba a quedar a Puerto Vallarta, donde esperaba encontrar mi nuevo hogar.
–Eso lo sé y claro que volveré, pero solo de visita – Sentencié – Es definitivo, que me estoy yendo, para siempre de New York. Quiero vivir mi vida a mi manera, no más trajes ridículos e ir a la empresa familiar, no más imposiciones de mi padre. Soy libre amigo.
–Espero que sepas manejar eso y que te adaptes al trabajo que mi tío Alan, nos dé allá.
Yo me iba a adaptar a lo que fuera, nos aferrábamos a nuestros ideales y el trabajo siempre iba a ser digno, fuera el que fuera.
–Aceptaré lo que sea, con tal de mantener mi independencia. Es todo lo que quiero.