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Capítulo 4

Recogí las últimas bolsas y bajé, Vitto ya estaba en el auto con el conductor, antes había llamado a mamá para avisarle del viaje repentino.

Metimos nuestras cosas en el maletero y yo me subí al coche, Angelo lo puso en marcha y nos llevó al hangar donde nos estarían esperando.

Para la mafia, era mucho más seguro alquilar un avión o jet que viajar en vuelos nacionales y pasar por toda esa seguridad en el aeropuerto, ya que la mayoría llevaba armas y, a veces, incluso drogas en sus maletas.

En menos de media hora ya estábamos en el hangar, algunos empleados fueron inmediatamente a buscar nuestras maletas mientras Vitto y yo subíamos al avión.

Elegí mi asiento y ya tomé los auriculares que estaban en mi bolso, puse mi lista de reproducción y esperé el despegue, Victor intercambió algunas palabras con el piloto, a pesar de hablar serio era bastante hablador, cualquiera que lo molestara se pondría entusiasmado

Ni siquiera me di cuenta cuando me quedé dormido en Ariana Grande, el vuelo completo tomaría horas, así que tuve mucho tiempo para dormir.

Después de unas horas me desperté con Vitto riendo a mi lado con la azafata, abrí los ojos y él ya sentía la mirada mortal sobre él, ¿por qué no me despertó si quería reír?

Le pedí a la chica que se fuera y me quedé mirándolo, un Leo y un Escorpio la guerra era fea pero claro siempre gané

- ¿Prohibido reír ahora? - preguntó tomando un sorbo del vaso de whisky

- Si la mujer no es su esposa, está prohibido, sí, señor Victor Mazza - dije levantándome y yendo al baño.

Recogí mi neceser y retoqué el maquillaje que me hice antes, en unas horas llegaríamos a Cancún, quería llegar al menos ordenada después de largas horas de vuelo.

Salí del baño y me senté nuevamente, pero esta vez a su lado, apoyé mi cabeza en su hombro mientras él hacía café y escribía algunas cosas en su celular, ciertamente ocupándose de las cosas desde lejos.

No lo culpo por ser así, obsesionado con lo que hacía, él y toda su familia, toda la mafia dependía del esfuerzo de cada uno, no se permitiría ningún desliz. Mientras yo jugaba con muñecas o salía con amigos cuando era adolescente, a él lo capacitaron y enseñaron a ocuparse de los negocios desde temprana edad.

Así que reconocí que cada esfuerzo que hacía para tener un matrimonio lo más normal posible era tan importante para mí como lo era para él.

amaba a ese hombre

Vacaciones en Cancún

Habíamos llegado la noche anterior, fuimos directos a un hotel reservado para aliados de la mafia, por cansancio terminé yendo a dormir mientras Victor pasaba la noche hablando por teléfono con sus capos.

A la mañana siguiente me levanté muy temprano, quería aprovechar las playas, hice mi aseo personal, me duché y me puse el bikini, Vitto seguía durmiendo, ciertamente nunca había descansado tanto en diez años.

No quería molestarlo así que lo dejé durmiendo y fui a explorar los alrededores del hotel, estaba segura que esa mañana haría unos cuantos grados, lo cual era perfecto para tomar el sol y broncearse.

Encontré una piscina no tan concurrida y decidí quedarme allí, puse mis cosas en la mesa de al lado y me senté en la tumbona a tomar el sol. En casi dos horas allí ya había leído revistas, revisado Instagram y hasta tomado unas copas, mi favorita era la Michelada, necesitaba estas vacaciones.

Mi celular empezó a vibrar en mi bolso y de inmediato contesté.

- que pasó ?

-¿Qué quieres decir con qué pasó? Me despierto y tú desapareciste de la habitación - dijo Vitto preocupado

- sin este amor estamos de vacaciones, yo estoy en la piscina - dije como si fuera obvio

-un día me matarás Daria – colgó

Que matar a alguien, el que me mataría algún día sería él, ya que este terrible estado de ánimo desde el principio arruinaría el aura de cualquiera. No pasó mucho tiempo antes de que estuviera parado frente a mí en pantalones cortos.

Confieso que me quise reír al ver esa escena, el hombre siempre vestía traje, como mucho un pantalón sastre y ahora lo veo en shorts, la cosa realmente cambia.

- deja de mirarme - dijo sentándose a mi lado

No pude evitarlo y me eché a reír.

- amor - suspiré tomando el aire - te ves muy linda

- Ya basta Daria, que raro – dijo con el ceño fruncido.

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Cuatro días en Cancún

Eran casi las diez de la noche y regresábamos de una cena temática con tradiciones específicas allí, yo estaba un poco borracho y Vitto me cargaba por los pasillos del Resort.

- intenta levantarte – dijo, sacando la llave de su bolsillo para abrir la puerta mientras yo me equilibraba en la pared de nuestro chalet.

- Yo.. creo que voy a.. - Ni siquiera terminé la frase y corrí al baño y tiré todo.

realmente bebí mucho

- Te dije que no te lo bebieras todo - dijo sujetándome del cabello - ven - me agarró de la cintura levantándome y llevándome a la cama

Me acosté en la cama y esperé a que Victor buscara algunas medicinas en su bolso, escuché un teléfono vibrar en la mesa de noche pero no presté atención.

Si fuera tan grave volverían a llamar en otro momento.

- bebe esto - me dio un vaso de agua y una pastilla que ni siquiera sabía que era

Al menos no tenía estas ganas de verme muerta.

Victor se acostó a mi lado y me quedé dormida sobre su pecho por los efectos de la medicina, lo sentí acariciar mi espalda a lo lejos, a pesar de no expresarse bien me cuidó mucho, cumplió mis órdenes, fue un buen marido.

Me desperté con ruidos en la habitación, Vitto tenía el teléfono en la oreja y estaba empacando todas las bolsas que había en la habitación, mi visión aún estaba un poco borrosa pero de lejos pude verlo arrojar su ropa al azar en ellas.

No sabía lo que estaba pasando y ni siquiera tenía fuerzas para intentar razonar, se dio vuelta y me vio despierta y me sacó de la cama con un brazo.

-Vamos, intenta despertar en el camino, tenemos que salir de aquí ya – me dio una sudadera y me la puse

- Qué sucedió ? - pregunté preocupada

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