Capítulo 4: Celos y romance
Es extraño sentir una argolla en el dedo anular de mi mano izquierda, además suele llamar la atención dentro de la universidad, algo que no me sorprende, ya que es extraño que un chico de mi edad esté casado, incluso inventaron rumores sobre mí que lógicamente no se acercaban a lo que realmente ocurría, claro, también había otros que suponían cosas que efectivamente ocurrían, solo que siempre fallaban en un tema, aquel que involucra esto con el amor.
No sé cómo lo hicieron algunos, pero lograron averiguar quién era mi esposo y creaban más rumores sobre ello. En lo personal, a mí no me interesa, mis amigos suelen enfadarse cuando hablan de mí, sin embargo, no es algo que me importe, después de todo, este matrimonio tiene los días contados.
Lo bueno es que ya no quieren matarme o secuestrarme, o al menos eso quiero pensar, ya que no he recibido un nuevo ataque y Daniels tampoco. Parece que se han tranquilizado las cosas, no estoy seguro si debería confiarme al 100%, pero no puedo vivir con el miedo de que me van a secuestrar, prefiero vivir como si nada hubiese pasado con tal de vivir mi vida como siempre.
Lo curioso es que Daniels sigue siendo el mismo tipo de siempre, no obstante, mi comportamiento cuando se acerca cambia de cierta forma, incluso me ha obligado a irme a otro lado únicamente para evitarlo, de esta forma creo que no se dará cuenta de que mi corazón se acelera cada vez que se me acerca y que mis mejillas se tornan calientes cuando me mira más de la cuenta.
Daniels casi nunca está en casa cuando yo estoy, solemos vernos por las mañanas o a veces durante las noches, por tanto, es fácil evitar todo contacto con él, sin embargo, cuando me busca para algo específico es cuando comienza mi problema.
No quiero suponer que me está comenzando a interesar, un sujeto como él ni siquiera debería de gustarme, pero hay algo en él que me gusta, no me malinterpreten, no me gustan los chicos malos, prefiero a alguien más empático y dulce, incluso diría que detallista, sin embargo, por alguna razón no he podido dejar de pensar en él, incluso me he llegado a preocupar por lo que le pueda estar pasando.
Es un chico que está constantemente en peligro, es normal que me preocupe por su seguridad a pesar de que sabe defenderse bastante bien, soy consciente de que es temido por muchos, aunque también es odiado por otros cuantos que simplemente desean lastimarlo.
–Señorito ¿A dónde exactamente vamos? –preguntó Titán mientras caminábamos por los pasillos de un centro comercial.
–Estoy buscando una tienda que antes había por aquí– le respondí– pero creo que me he perdido, este lugar es muy grande y hace años no vengo.
–¿Una tienda de qué? –quiso saber.
–De juguetes sexuales– le respondí viendo cómo me miraba con sorpresa– no te creas– dije riendo– una tienda de batidos.
–No sé cómo lo hace, pero siempre consigue sorprenderme– me dijo por lo que reí– ¿por qué esa tienda es importante? He visto varias.
–En esa tienda hacen mi batido favorito, sé que también en otros lados, pero por alguna razón allí es mejor.
Titán comenzó a buscarla conmigo, le di el nombre de la tienda y al cabo de media hora conseguimos encontrarla en el lado opuesto de aquel gigante centro comercial. Yo estaba feliz, pedí dos batidos, quería que Titán lo probara conmigo, así que luego de pagar por nuestro batido nos fuimos bebiendo el delicioso contenido.
Estaba demasiado rico, a Titán también le gusto, así que me aseguró que vendría con su hijo más tarde, ya que le prometió un regalo por sacarse un sobresaliente, a mí me parecía algo muy tierno, sinceramente me hubiese gustado tener un padre como Titán, él carcajeó cuando se lo dije, Titán no pensaba que hacía un trabajo excepcional, aunque a mí me resultaba increíble la forma en la que cuidaba a su hijo.
En fin, luego de darme por recompensado con mi batido, nos planeábamos marchar para que no hubiese problema, normalmente suelo regresar temprano para evitar problemas de cualquier tipo, así que Titán se alejó para pagar el ticket del estacionamiento mientras yo permanecía de pie frente a la entrada del centro comercial, había mucha gente que entraba o salía, por ello me senté en unos bancos frente a una gigantesca fuente, no estaba haciendo gran cosa, aunque por alguna razón miré en dirección al estacionamiento ¡Daniels estaba aquí!
En cuanto lo vi, me sentí nervioso, ahora que estaba solo me ponía aún más nervioso saber que quizás podría verme, solo que eso no ocurrió, ya que él le abrió la puerta del auto a una chica muy atractiva, su belleza era tal que varios se volteaban a verla, bueno, quizás sea por su belleza o por su llamativa vestimenta que le hacía lucir sus esbeltas piernas y su llamativo busto.
Debo decir que me sentí extraño cuando vi la sonrisa de Daniels, supongo que ese es su gusto de mujeres, aunque obviamente un chico como yo jamás podría tener ese cuerpo, además la idea de cambiarme de sexo no me llama la atención.
Claro que eso no fue lo que me sorprendió, después de todo, eso no tenía importancia, si bien la chica es linda, eso no significa absolutamente nada, aunque que la chica inicie un beso con él es lo realmente sorprendente. Titán llegó justo cuando la chica planeaba subirse a su coche dispuesta a correr, sin embargo, Daniels la detuvo.
–Señorito...–dijo con cierto nerviosismo– deberíamos irnos.
–Sí...–dije acercándome a él– supongo que se puede salir con otras personas...–agregué con cierta tristeza.
–Pero usted no quiere salir con otras ¿verdad? –me preguntó.
–No– respondí bajando la cabeza.
Creo que me afectó más de lo que debería, aunque Titán supo hacerme sentir un poco mejor tras abrazarme, realmente lo valoré, me sentía muy triste y sé que en realidad no debería importarme, Daniels no me debe nada, esto es solamente un acuerdo netamente económico, así que algo como esto no debería de afectarme, ni siquiera sé por qué me afecta, aunque lastimosamente Daniels malinterpretó lo ocurrido tras vernos abrazados frente al auto.
–¿Qué estás haciendo? –preguntó con enfado– eso no es parte de tu trabajo, Philip– agregó.
–Estaba...
–Tú vienes conmigo– dijo tomándome del brazo con cierta brusquedad antes de obligarme a irme con él.
Daniels nuevamente estaba enojado, me obligó a subirme a su auto con cierta brusquedad, aunque no dije nada, simplemente bajé la cabeza y en todo el camino me mantuve callado mientras él se mostraba enfadado. Yo no hice nada malo, aquí el enfadado debería ser yo.
Claro que eso no fue nada, ser regañado de camino a su casa no significaba nada, ya que cuando llegamos me tomó del brazo obligándome a caminar casi arrastras hasta su habitación, él estaba enfadado, incluso me tiró a la cama sin importarle si caía bien o mal, después de todo, algo tan insignificante como eso no le importa a un tipo como Daniels.
–Supongo que aún no has entendido tu papel en esta casa– dijo subiéndose sobre mi cuerpo e inmovilizó mis muñecas para que no pudiera forcejear mientras él iniciaba un beso que yo no deseaba.
Este beso no era como los otros, este era dominante, me sentía sumiso e insignificante, era casi como si pudiese demostrarme quien manda ahora mismo y no era de una forma atractiva, yo estaba asustado, no podía mover mis manos, deseaba apartarlo, pero Daniels apretaba con fuerza mis muñecas mientras que con su mano disponible abría mi camisa.
Esto daba miedo, mi cuerpo estaba temblando y no era de placer, estaba realmente asustado de lo que pudiese hacerme, tanto que las lágrimas se hicieron presentes tras sentirme presionado, realmente no deseaba hacer este tipo de cosas en una situación como esta, él estaba enojado, no me gustaba la idea de conocer su enfado en un momento que se supone debe ser más dulce y divertido.
Para variar, las palabras no me salían, él se dirigió a mi cuello en donde fue besando y dejando marcas de beso con las que pensaba marcar dominio, aunque cuando pude articular palabras él me miró.
–P-Por favor, detente– le dije con la voz quebrada.
Daniels me miró con cierta sorpresa, incluso podía ver arrepentimiento en su mirada tras verme tan asustado, parecía que ahora si estaba siendo capaz de pensar apropiadamente, ya que se apartó inmediatamente de mi cuerpo, mientras que yo doblaba mis piernas y ocultaba mi cabeza entremedio de ellas haciéndome bolita a medida que sollozaba.
Él no estaba diciendo nada, estaba en un completo silencio mientras permanecía sentado a la orilla de la cama, seguíamos cerca, él estaba a mi lado dándome la espalda, incluso se inclinó hacia adelante apoyando sus codos en sus piernas para llevarse las manos al cabello con frustración.
–Lo siento– dijo al cabo de un largo silencio que me hizo levantar la mirada– no debí actuar de esa forma, solamente...–dejó escapar un suspiro de frustración tras no saber cómo explicarse– lo siento– repitió mirándome.
–Él únicamente me abrazo...–dije con la voz quebrada– ¿por qué te enfada eso si tú besaste a una chica? –pregunté viendo como me miraba con sorpresa.
–Yo no la besé, ella me besó, es diferente– me respondió acercando su mano a mi mejilla para secar mis lágrimas. Él fue gentil tras quitar mis lágrimas, su pulgar acarició mi mejilla de una forma casi tierna.
–La detuviste...–dije bajando la cabeza.
–Para dejarle clara nuestra relación– dijo viéndome a los ojos–ella solo es una modelo de la compañía familiar, alguien tan básica como ella no me podría gustar como para buscar otro beso– fue explicando.
–No te creo...–dije bajando la cabeza– aunque no importa, bien has dicho que esto únicamente es por negocio.
...Flashback de lo ocurrido...
–Bueno, ya estamos aquí, asegúrate de seguir haciendo el espectacular trabajo que has hecho hasta ahora– habló Jack abriéndole la puerta del auto.
–Por supuesto que lo haré, es un placer trabajar con sujetos tan atractivos– le decía la chica en un tono coqueto.
–Estoy casado– informó Jack con una sonrisa, aquella que Noah vio por primera vez dibujada en los labios de su esposo.
–Eso jamás me ha detenido– habló aquella chica tomándolo de las mejillas, dándole el beso que obviamente apreció Noah, solo que Jack lo cortó viendo como la chica sonreía dispuesta a subirse a su auto.
Jack la miró con seriedad, cuando la tomó del brazo para detenerla, la chica inmediatamente sonrió creyendo que había conseguido atrapar con su atractivo al hombre más inalcanzable de la empresa, sin embargo, su sonrisa se desvaneció cuando vio en el rostro de Jack una mirada sombría e incluso peligrosa.
–No te confundas, que sea cortés contigo no quiere decir que me pueda gustar alguien como tú, a decir verdad, estas mil veces por debajo de mi esposo, así que, si vuelves a besarme o intentar algo conmigo, no seré tan gentil– advirtió antes de soltarla y caminar en dirección contraria con tal de salir a buscar su auto, solo que se sintió celoso de ver como Philip estaba abrazando a Noah.
...Fin del flashback...
–Sí, solamente es un negocio– habló Daniels levantando mi rostro para que lo viera a los ojos–pero aun así eres mío hasta que esto termine y no me tomo las promesas a la ligera– agregó refiriéndose a la promesa de fidelidad que nos dijimos frente al altar.
No sé por qué, pero no pude ocultar mi sonrojo de su atenta mirada, me sentía muy avergonzado de sus palabras ¡algo absurdo! Es totalmente ilógico que algo como eso consiga sonrojarme, aunque no fue únicamente eso, ya que mi corazón se aceleró obligándome a sentirme nervioso, incluso quería hablar demás, sin embargo, me mordí la lengua para no molestarlo con sus propias palabras.
Eso es lo que suelo hacer, me gusta molestar a las personas, cuando estuvimos en mi casa era completamente diferente a como actúo ahora, me hace sentir muy avergonzado este cambio de actitud, no obstante, me hacía ligeramente feliz que en realidad él no pensara en estar con otras por ahora.
–D-Debería irme a mi habitación...–dije tratando de escapar o le diría algo tonto.
–Hablando de eso...–murmuró– mi padre dijo que debíamos compartir habitación, tu ropa fue traída aquí mientras no estabas– informó.
–¿Qué? –solté un poco aturdido– ¿es necesario? –pregunté.
–No fue decisión mía– me aseguró apartándose un poco de mí–en fin, por lo enfadado que estaba olvidé que debía cenar fuera– se llevó la mano al cabello, algo que lo hacía ver sexy.
–¿Por qué? –quise saber.
–Las sirvientas están en su día de descanso, solo trabajaban hasta el mediodía y regresarán el lunes– fue diciendo mientras se quitaba parte de su ropa para quedar con camisa y con sus pantalones, incluso se desabrochó unos botones de su camisa, algo que lo hacía ver mucho más sexy.
No pude evitar morderme el labio al mirarlo por detrás, yo aún estaba sobre su cama mientras que él se estaba poniendo más cómodo, aunque luego me miró con cierta seriedad antes de decir "Ven" mientras él salía de la habitación.
No sé a dónde íbamos, pero lo seguí hasta que entramos a la cocina, era una habitación espaciosa con una mesa pequeña en donde supongo que comen las sirvientas cuando están aquí, aunque también se podría comer en la isla, ya que había butacas de color blanco muy cómodas.
Yo no estaba seguro de que íbamos a hacer en la cocina, sin embargo, me sentí muy feliz tras saber que él me haría de cenar con tal de que no me quedara sin comer, fue extraño saber que le preocupaba, aunque no podía evitar mirarlo con una sonrisa en los labios mientras apoyaba mis codos en la superficie de la isla con tal de estar más cómodo.
Por supuesto que hay muchas cosas que no sé de Daniels, pero me sentía ligeramente emocionado tras saber que sabe cocinar y además muy bien, yo tampoco me quedo atrás, muchas veces tenía que cocinar en el orfanato así que sé hacerlo bastante bien, solo que me daba ilusión comer algo preparado por él.
–Toma– dijo poniendo mi cena frente a mis ojos– ¿qué quieres para beber? –preguntó acercándose a un mueble en donde estaban las diferentes copas– puedo ir al sótano a buscar vino.
–¿Tienen una bodega? –asintió tomando las copas de vino– creí que tenían un sitio de tortura– confesé, algo que lo hizo mirarme y estallar en carcajadas.
–Por supuesto que no– dijo riendo.
¡Cielos! Su risa es preciosa, es increíblemente masculina, además que mis labios tras oírlo reír inmediatamente crearon una sonrisa, después de todo me hacía feliz que estuviésemos siendo más "cercanos" aunque está claro que solamente es un decir, nosotros aún no somos cercanos, pero me siento ligeramente en confianza ahora que él no se mantiene a la defensiva, ni tampoco está enfadado.
Estaba siendo agradable toda esta situación, él me mostró el sótano donde claramente no era como me lo esperaba, incluso había unos asientos acolchados frente a una gran pantalla que simulaba un cine, la decoración era llamativa, incluso había una máquina de palomitas y un congelador con diferentes bebidas, tanto gaseosas como alcohólicas, por otro lado, la iluminación era perfecta, ni siquiera parecía un sótano debido a que era muy bonito. Claro que los vinos estaban en una bodega más apartada y oscura, allí había muchos vinos ordenados por fecha de fabricación.
–¿Cuál quieres? –me preguntó.
–Me da igual– respondí.
Daniels tomó uno cualquiera antes de salir de la bodega y caminar de regreso a la cocina, claro que apagamos todas las luces antes de subir a cenar. Por lo que Daniels me informó, su padre no cenaría con nosotros, así que simplemente abrió la botella de vino y me sirvió dejándome comer por fin.
Su cena estaba deliciosa, tenía un sabor delicioso, además la carne era suave y blanda ¡estaba deliciosa! Y la salsa que creó con la misma carne me hacía desear más, aunque mi estómago no tardó en llenarse con su espectacular cena, además el vino que eligió también estaba bueno por lo que lo inauguré como la mejor cena de mi vida.
Claro que me tocó lavar todo lo que se ensució, algo que él no deseaba hacer, ya que con una sonrisa divertida dijo "Tu limpia" para seguido marcharse dispuesto a ducharse para dormir, yo cuando limpiaba no dejaba de pensar en su sonrisa, sé que no es correcto hacerse ilusiones, aunque era algo que no podía evitar, después de todo tiene una sonrisa encantadora que me seduce.
Por supuesto que dejé de pensar en ello cuando recordé que debíamos dormir juntos, no estaba muy seguro con respecto a ese tema, aunque a pesar de sentirme avergonzado decidí entrar en la habitación cuando él salió de su cuarto de armario con un pantalón deportivo de color gris, su pecho estaba expuesto, no pude evitar centrarme en sus perfectos pectorales y aquella serie de abdominales ¡incluso se le marcaba la "v"!
Estaba muy bien físicamente hablando, solo que no era correcto quedarme mucho tiempo observándolo, por tanto, me dirigí hasta el cuarto de baño en donde tenía mis cosas, por lo que veo, trajeron literalmente todas mis cosas hasta esta habitación, algo que me hacía sentir ligeramente más cómodo, además el baño tenía una puerta que dirigía al cuarto de armario, lo que significa que no debía salir desnudo del baño.
Mi baño fue un poco largo, me gusta limpiarme apropiadamente, así que disfruté de mi baño de tina hasta que me vi obligado a salir y me puse mi pijama, uno mucho más normal, ya que se centraba en un short corto junto a una camiseta larga que llegaba hasta mi muslo. Es muy cómodo, así que cuando salí me sentía limpio y fresco.
Daniels me miró de pies a cabeza mientras esperaba apoyado en el respaldar de la cama, algo que me hizo sentir avergonzado, aunque no dije nada y simplemente me metí en su cama para seguido apagar la luz de la lámpara que me correspondía, aunque aún faltaba la suya.
–Creí que eras más de dormir sin ropa– dijo apagando la luz de su lámpara– que decepción...–agregó, por lo que le di un ligero golpe que lo hizo reír.
–No voy a dormir desnudo– dije avergonzado– además mi pijama es cómodo.
–Y sexy...–murmuró en un tono silencioso, casi inaudible– en fin– agregó– no hagas nada raro.
–Eso debería de decir yo– dije acomodándome, su cama es muy cómoda, además su aroma es agradable e incluso seductor, no me fijé en qué clase de shampoo usa, pero huele muy bien– ¿ya te dormiste? –pregunté al cabo de mucho tiempo.
Daniels me daba la espalda, por lo que tras escuchar mi pregunta se giró para verme o al menos lo intentaba, ya que la habitación estaba completamente oscura, ni siquiera entraban los rayos de luz lunar, por otro lado, todo se mantenía muy silencioso, lo único que podía oír eran mis propios pensamientos.
–¿Qué quieres? –me preguntó.
–No puedo dormir– respondí.
–No es mi problema– dijo cansado.
–Tengo frío– dije solamente para molestar, aunque no pensé que acabaría soltando un suspiro cansado antes de abrazarme y mantenerme cerca de su cuerpo.
Esto era extraño, aunque muy agradable, no tardé en apoyar mi cabeza en su pecho tratando de oír los latidos de su corazón, solo que como no me dormía él fue acariciando mi espalda de forma gentil con tal de hacerme dormir, aunque sus acciones nos llevó a realizar algo completamente diferente, ya que por alguna razón sus labios terminaron sobre los míos.
No es lo que buscaba, pero el beso era completamente diferente al anterior, este era suave, pausado, incluso gentil debido a que me acariciaba en el proceso en donde nuestros labios se mantenían unidos. No sé cómo explicarlo, el sentimiento que se estaba forjando era confuso, aunque con aquel beso dimos inicio a muchos más que lo llevaron a posicionarse sobre mi cuerpo sin aplastarme.
Estaba siendo lindo, mi corazón estaba acelerado, incluso me atreví a envolverlo con mis brazos sintiendo que eso causaba que nuestros labios se buscaran de una forma diferente, una forma con cierta malicia que convirtió un beso tierno en uno apasionado, incluso excitante por la forma en la que su lengua se incorporaba en los besos.
No quiero confesar que me sentía ligeramente acalorado, pero sí, estaba sintiéndome más deseoso, incluso me sentía deseado por la forma en la que él perdía el control tras besarme, aunque eso solo me llevó a deslizar mis dedos por su espalda desnuda mientras jugueteaba con su lengua.
Estaba excitado, aunque él tomó mis manos y las entrelazó con las suyas manteniendo a ambas aun lado de mi cabeza, me sentía avergonzado, pero no era como antes, ahora si estaba dispuesto a dejarme llevar.
–Lo...–suspiró sobre mis labios con la respiración agitada por culpa de los besos–lo siento...–terminó de decir soltando mis manos e incluso se separó un poco de mí– no quería terminar así, por favor no te asustes.
Yo me sentí tonto, él estaba preocupado por mí, no pude evitar sonreír tras saber que efectivamente se sentía arrepentido por lo de antes, así que no pude evitar envolver mis brazos alrededor de su cuello y lo atraje a mi cuerpo con tal de besarlo, de esa forma le decía que no estaba asustado, incluso abrí mis piernas dejando que se acomodara entremedio de ellas.
Supongo que hoy, luego de una semana de estar casado, tendré mi noche de bodas, sinceramente me siento muy ansioso por la idea.