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5

MARGARET

El llanto y el sufrimiento había cesado, de esa forma mi mente se había aclarado un poco, tuve la idea de atar sábanas tras sábanas y de esa forma escaparme a través de la ventana, sonaba un poco loco, pero era la única solución que había encontrado, sólo espero que no me atraparon en el intento.

DAMIÁN

—Me siento muy orgulloso de ti, hijo, todo este tiempo te hemos enseñado el buen camino y hasta el día de hoy has acatado todo lo que las leyes de nuestra tribu dice, hace tantos años eras un niño y hoy eres todo un hombre, eres el líder de todos nosotros y te respetamos, ahora te doy mi bendición para que, tú, seas Un hombre de bien y siempre des, el ejemplo a los demás—mi padre se había situado frente a mí dándome su bendición, como teníamos de costumbre al momento de unir nuestras vidas en matrimonio.

—Yo también me siento orgullosa de ti, hijo mío— mi madre me estaba obsequiando una cadena de oro y diamante— ahora dirígete a tu habitación, tu esposa te está esperando con muchas ansias—lo dijo y en interior sabía que las cosas no eran así, sin embargo, caminé hacia mi habitación, el reto más grande se aproximaba, era la primera vez que tendría que ver a esta mujer y a decir verdad me sentía un poco nervioso.

MARIA

Al llegar a la casa me sentía con mi conciencia sucia por lo que había hecho, sabía que en mi interior no había actuado de la forma más justa, mi hija apenas había llegado acá con la ilusión de ver a su madre y yo le estaba tratando muy mal, simplemente me sentí avergonzada e incluso deseé la muerte para mí, yo no merecía que me trataran con el término de, mama.

—Hermana—le pregunté—¿crees que hemos hecho algo malo con haber dejado a mi hija en esa casa? —estábamos en el comedor, yo estaba llorando y ella estaba tratando de consolarme.

—¡Por supuesto que no! créeme que tu hija mejor no pudo haber estado en su vida, se ha casado con, Damián, su familia es rica y nada le faltará en esa casa, la trataran bien.  

MARGARITA

—¿Cómo puede ser posible que llevo horas tras horas llamando a Margaret y no me contesta? no sé dónde diablos está metida, pero necesito hablar con ella—desde que mi esposo había venido, yo no sabía absolutamente nada de ella, marqué y me estaba volviendo loca todo este tiempo tratando de llamar, Sin embargo, nadie levantaba el bendito teléfono.

—¡Calma, cariño! no te preocupes, ella está suficientemente grande para no cuidarse muy bien, además las personas que estaban ahí nos trataron de maravilla, quizás salió a pasear un poco y quizás no tiene buena señal, o no se ha percatado que la has estado llamando, tú sabes cómo son los jóvenes de hoy en día.

—¿Como me puedes decir eso? cuando tú, la dejaste sola y sólo por dinero, como siempre, Alex, te importa más el dinero que cualquier otra cosa—pues, él se había regresado de Afganistán sólo por cerrar algunos contratos.

—Déjame aclararte una cosa, querida, ese dinero que tú dices, son muchos millones y por si no lo sabías, tú, llevas una vida de lujos y creo que no te gustaría llegar a perder toda la riqueza que hemos logrado todo este tiempo o, ¿sí? — se creía el más importante de la casa sólo por ser el mayor proveedor—de igual forma está con sus verdaderos padres, déjala un poco que se divierta, después de todo también se lo merece.

Una vez más intenté llamar, ésta sería la última vez y afortunadamente, Roberto su padre me había contestado.

—Hola, ¿quién habla? —pregunto.

—Soy yo, Margarita, la madre de, Margaret ya hace mucho tiempo estuve llamando al teléfono celular de ella, sin embargo, no me ha respondido así que llamé a su casa y quería saber un poco de lo que estaba pasando por allá, ella no se ha comunicado conmigo y, tú, sabes cómo somos los padres de preocupados con nuestros hijos.

—Hola, Margarita, mucho gusto y claro si, Margaret, vino a la casa hace poco y se encuentra muy exhausta, creo que se encuentra en su habitación durmiendo, pero cuando despierte yo le pondré al tanto de lo que está pasando y prometo decirle que le regrese la llamada— adiós colgó.

—¿Que te dijo? —Alex estaba a la expectativa.

—Que todo está bien, me dijo que había llegado a la casa muy cansada y que en estos momentos se encontraba durmiendo.

—Te lo dije mujer, lo que pasa que, tú, nunca haces caso a lo que uno dice.

—De igual forma demostraste tener más interés por el dinero que por tu propia hija, Alex, —demandé.

—¡Por supuesto que no! te apuesto que yo amo mucho más a, Margaret, de lo que tú la amas—se levantó de la silla enfurecido y salió.

MARCOS

Luego de haberme casado, la noche había llegado y yo estaba entrando a la habitación en donde Karina estaba sentada a la orilla de la cama, me acerqué hacia ella, se miraba tan hermosa como siempre, pues ella era la mujer de mi vida y daría lo que sea por verla siempre feliz.

—¿Pasa algo, mi amor? veo que estás preocupada—me senté a su lado, realmente ella estaba un poco pensativa, deduje que quizás estaba así por su hermano.

—No pasa nada, cariño, sólo estoy pensando un poco nada más—tomó mi mano y la llevó a su pecho—eres el hombre a quien más amo y prometo estar contigo el resto de mis años en esta tierra—mi corazón se hizo pequeño cuando escuché esas palabras, sin embargo, al momento que ella sostuvo mi mano sentí que estaba temblando un poco. 

      

—Karina, llevamos mucho tiempo conociéndonos y siento que estás nerviosa, ¿no es así? —sostuve mis manos en las de ella—no te sientas mal por lo que ha pasado te apuesto que todo esto se solucionará y de la mejor forma, todos estaremos felices, eso te lo prometo.

DAMIÁN

Una vuelta, dos vueltas, tres vueltas. eso era lo que estaba haciendo, caminar en círculos antes de entrar a la habitación en donde se supone que estaría mi esposa, los nervios se estaban apoderando de mí poco a poco hasta que por fin tomé la valentía de entrar, tome el pomo y entré haciendo ese pequeño ruido de las puertas que hacen en las Películas de terror. A la orilla de la cama, exactamente al frente estaba una chica con un velo en su rostro, el cual no se podía distinguir muy bien, me acerqué lentamente hacia ella. ella se puso de pie frente a mí y el mayor de los sustos me lleve cuando levanté ese velo, pues era la misma chica que me había encontrado la vez que estaba en la fuente dejando las flores de mi esposa muerta, pero todo se vio envuelto en algo peligroso, pues ella tenía un puñal en mano e intentó darme una estocada en mi pecho.

—Oye, tranquila, ¿estás loca o qué? — tomé de su muñeca despojándola del cuchillo.

—¡Eres un animal, simplemente eres un monstruo! ¿cómo puedes tener la valentía y la decencia de casarte con una mujer a la cual tú ni siquiera has visto? — ella me golpeaba una y otra vez.

—¡Deja de comportarte de esa forma! hablemos como personas civilizadas— intenté hacerla entrar en razón, pero fue imposible, ella estaba histérica y salió de la habitación, corrí tras ella logrando tomar de su cintura.

—Tú y tus matones me obligaron a hacer esto, colocaron una pistola en mi espalda, que poca vergüenza tienes—me dijo y yo no sabía absolutamente nada de lo que estaba diciendo.

—¿De qué estás hablando? ¿quién te obligó a casarte conmigo? —quise saber, estaba totalmente confundido.

—Mi hermano Marcos y mi padre me trajeron a este país con la ilusión de ver a mi madre biológica por última vez, me dijeron que ella había desarrollado un cáncer y estaba apunto de morir, sin embargo, todo fue una mentira logrando así casarme contigo.

Lo que estaba escuchando simplemente me parecía increíble, no podía creer que su propia familia la había traicionado, me tomé de los cabellos y me retiré de ella un poco, necesitaba aclarar mi mente antes de tomar una decisión.

—Veo que estas sorprendido—se acercó a mí—acaso, ¿tú, no tenías idea de lo que estaba pasando?

—Para serte sincero no, ni siquiera sabía quién eras tú—observé hacia el cielo y todo esto me estaba generando más estrés.

—Entonces si tú también estás en las mismas condiciones que yo, ¿podrías dejarme ir o no?—imploró—yo tengo una vida en New York, una vida muy diferente a la de acá, tengo una familia, tengo amistades y tengo muchas metas que quiero lograr, vamos, te apuesto que mis padres son muy millonarios y creo que te pueden dar cualquier suma que tú quieras con tal de que me dejes ir, ya que seguro ellos no saben nada de lo que está pasando acá—tomó mi mano—por favor hazlo por mí, te apuesto a que no te gustaría estar con una mujer a quien no te ama, hay muchas mujeres que quizás quieran estar contigo realmente, pero por favor sólo quiero tomar un avión y déjame escapar de este lugar— yo sólo me había quedado en completo silencio, ese silencio que sólo yo podía comprender—Y dime, ¿lo harás? ¿harás lo que te estoy pidiendo? —me retire, sólo había una cosa por hacer.

Me dirigí a la cochera a tomar mi auto pues necesitaba hacerle una pequeña visita a alguien en especial.

—¿Dónde crees que vas? —ella vino detrás de mí, pero mis escoltas la habían detenido— ¡maldita sea! suéltenme en este instante—les ordeno, sin embargo, mis hombres sólo a mí me hacían caso—maldigo el día en que pisé estas tierras—fue lo último que escuché en cuanto, yo salí de mi casa enfurecido totalmente.

MARGARET

¡Maldición, maldición! una vez más, maldecía este lugar, las personas de acá estaban totalmente locas y ya estaba hartándome de sus leyes y de sus tradiciones, al regresar a la mansión estaba desesperada, volví a ver a todos lados y lo único que podía ver eran enormes paredes, esta mansión parece un laberinto y un laberinto sin salida, pues en cada puerta y en cada rincón había escoltas, no había forma de poder escapar simplemente estaba perdida. 

DAMIÁN

Estaba tan furioso que por poco tuve un accidente camino a la mansión de mi padre, pues el, seguro tendría información de lo que estaba pasando y mas sin embargo actuaron sin mi consentimiento, estaba totalmente furioso con él, porque él, era la persona que más confiaba.

Finalmente llegué, ni siquiera toque a la puerta, por poco y la tumbo de una patada, él estaba en su balcón como siempre lo hacía.

—Hijo, ¿qué es lo que pasa? ¿porque vienes tan enojado? pareciera que traes al mismísimo demonio dentro—me dijo como si al tal no sabía nada.

—Papá, ambos nos conocemos perfectamente y sabes porque estoy así—me paré frente a él y lo fulmine con mi mirada—esa chica que está en mi casa es inocente de todo lo que estaba pasando, ella ni siquiera sabía que hoy era su boda, no puedo creer lo bajo hemos caído, padre y no solo eso, sino que su propio hermano la amenazó con un revólver, ¿cómo es eso posible, padre? nunca me habías traicionado de esa forma.

—Ahora entiendo porque vienes así—claro, él ya lo sabía todo—pero baja un poco la voz, no quiero que los demás escuchen.

—No me importa quién me escuche en este momento, pero así no quería mi boda, esa chica tiene su vida en New York e incluso sus padres no saben nada de lo que está pasando, ¿te imaginas a la preocupación que tienen? simplemente somos unos desnaturalizados.

—Lo siento hijo, pero las cosas se tornaron de esta forma, ya no hay vuelta de hoja, tú sabes perfectamente que eres el líder del imperio que a mí me costó con sangre y sudor todos estos años para habértelo entregado a ti, así que lo único que puedo decirte es que, de ahora en adelante te hagas la idea de que ella es tu mujer y por nada del mundo intentes retar a nuestras tradiciones, porque tú sabes muy bien como se paga a las personas que traicionan nuestros reglamentos, ahora, sal y haz tu deber como marido—no tenía más opción que salir frustrado, mi padre ni siquiera me había dado la solución a esto.

Llegué a casa, mis escoltas estaban en la entrada, deje tirado el coche y entré, necesitaba idear un plan para que todo esto pudiera salir bien, conocía muy bien como se manejaban los asuntos acá y sabía que el matarme o el matar a cualquier otra persona era como respirar, la vida de esta chica también estaba corriendo riesgo, lo menos que yo quería es que una vida inocente se terminara.

—Hasta que por fin vienes—ella estaba esperándome, era muy noche, sin embargo, ella seguía despierta—necesito que me liberes, yo vengo de un país en donde las personas hacen lo que ellos quieran y no es justo que me tengas retenida acá, cuando yo no quiero—la tome de la cintura cargándola en mi hombro.

—Nos vamos—le dije llevándola a mi habitación, ella se había vuelto loca y me imploraba que la bajara, sin embargo, yo estaba totalmente seguro de lo que iba hacer, entre al cuarto y lo aseguré, la tiré en la cama, sostuve sus muñecas de forma que la dejé incapacitada de poder moverse.

—¡Por favor no me violes! te lo suplico, eso es lo último que quiero en la vida—estaba llorando, ella estaba llorando.

—No tengas miedo—la solté, tomé el puñal con el que intentó herirme y corté un dedo mío de manera que dejé sangre entre las sábanas y parte de la cama. 

—Pero, ¿qué diablos estás haciendo? ¿te has vuelto loco o qué? —ella se reincorporó y me quedó viendo asombrada.

—No te preocupes, ya te lo dije, de esta forma simularemos que tuvimos nuestra primera vez, pero te quiero aclarar una cosa antes de todo, en este lugar se cumplen tradiciones y leyes que han sido de generación en generación y nosotros solamente cerramos un pacto del cual si no lo hubiéramos hecho la vida de tu hermano y la vida de mi hermana no estuvieran, los hubieran matado, simplemente los hubieran matado.

—Entonces si dices que, tú, eres el jefe de toda estas personas, ¿Por qué, tú, no cambias todas estas leyes? —lloraba—¿cómo puede ser posible que tomen a las mujeres como objetos sexuales o para su beneficio propio? es inconcebible, esto es una total injusticia.

—Créeme que lo siento mucho, pero yo no creo las reglas, simplemente la sigo como cualquier otro líder.

—Quiere decir que, ¿no me dejarás libre, cierto? —pude sentir que sus esperanzas estaban rotas, me sentía un monstruo, pero yo también había sido una pieza en todo este juego.

—Lo siento mucho, aunque yo quisiera no podría, simplemente me clavarían una bala en mi cabeza si yo hiciera eso, discúlpame, jamás quise meterte en esta circunstancia, ahora tú eres mi esposa y eres parte de mi familia, en serio que lo siento mucho—quería consolarla, pero ni siquiera tenía la valentía de ponerle una mano en su cuerpo.

MARGARET

Cuando él, se fue de la habitación yo quedé destrozada lo más terrible que podía haber experimentado en mi vida había sido el momento en que las esperanzas se van, simplemente las ganas de vivir se esfuman y todo pierde sentido, estaba totalmente desanimada, ni siquiera sabía cómo iba a salir de este lugar y las posibilidades eran muy mínimas, Ni siquiera este chico que era el líder podía liberarse de las tradiciones que tenían estas personas, ahora, yo, una chica que prácticamente no valía nada en estas tierras tendría oportunidad de escaparse, creo que lo único que me quedaba a partir de ahora era resignación y más resignación.

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