Capítulo 07
Tomé mi mochila y la coloqué sobre mi hombro antes de caminar hacia la puerta. Él la abrió dejándome salir primero. Mientras Harry bloqueaba la puerta de su casa, me dirigí a su auto y entré en este para esperarlo. Unos cuantos segundos después, él también entró y puso en marcha el auto para dirigirnos a mi casa.
Solo espero que el viaje sea rápido y no haga preguntas que me pongan aún más incómoda.
-¿Por qué me tienes miedo?-. Preguntó tras el previo silencio.
Confirmo que el universo me odia.
—No te he dado motivos para que me temas..., ¿o sí?— Inquirió dedicándome una mirada rápida mientras yo deseaba que el auto fuese más ancho para así poderme alejar más de él.
Es un hombre de más de veinte años que le dice cosas extrañas a, prácticamente, una niña de casi dieciséis, ¿quién en mi situación no temería de él?
—Si hice o dije algo que te incomodó, solo dímelo— Pidió, pero no hubo respuesta de mi parte.
La mayoría de las cosas que han salido de su boca han sido incomodas para mí.
Soltó un suspiro antes de hablar-: Perdón si te incomodé, no era mi intención.
—E-está bien— Le sonreí tímidamente para darle a entender que no importaba, aunque importara mucho. Giré de nuevo mi vista hacia la carretera para no estarlo viendo a los ojos.
Le escuché soltar una ligera risa nasal y cuando le encaré, vi que sonreía, quería saber por qué sonreía, así que le pregunté—: ¿Qué?
—¿Hm?— Pronunció al no comprender mi pregunta.
—¿Por qué sonríes?— Me osé a preguntar, aún mi cuerpo y mi tono de voz no se recuperaban de todo lo pasado.
Una luz roja intensa iluminó el auto y por consiguiente este se detuvo. Él me miró, ya me había mirado así un par de veces, y justo en esas veces fue cuando mi corazón se aceleró en un instante y sentía como la respiración me faltaba. Me recorrió el cuerpo con la mirada mientras yo sentía que en cualquier momento comenzaría a convulsionarme.
—Es solo que eres tan inocente—. Declaró con la misma sonrisa de antes. No pude evitar sentir una corriente eléctrica que me recorrió el cuerpo al escucharlo—, Y eso me gusta, ¿sabes?
Abrí mi boca para hablar, pero la cerré de golpe al notar que de esta no saldría nada coherente ante eso. Me dediqué a mirar mis manos que se movían como si fuesen peces fuera del agua sobre mi regazo para no verlo y evitar que me ponga más mal.
Me acaba de pedir disculpas por hacerme sentir incomoda antes, y ahora dice esto, ¿enserio?
El auto comenzó a moverse cuando supongo el semáforo cambio. Solo espero que mi casa esté cerca de aquí.
—Bueno, cambiemos de tema.
Le agradecí internamente por haber dicho eso porque no creo que pueda soportar más cosas como lo previo.
—Quiero saber más de ti, dime, ¿a qué universidad piensas entrar?— Preguntó, mirándome un par de segundos antes de seguir enfocando su vista en la carretera.
—No lo sé todavía— Aún los nervios se apoderaban de mí y eso se notaba en mi habla.
—Pero, falta poco para que te gradúes, tienes que decidir pronto.
—Si casi tres años te parecen poco...— Dije en tono irónico contrayéndome de hombros.
—¿Qué? ¿Tres años?— Inquirió con impresión. Me lindé a asentir con la cabeza. Soltó un suspiro frustrado. —Espera..., ¿Cuántos años tienes?— Preguntó con desconcierto.
Le miré extrañada. Su ceño estaba fruncido en confusión y su boca ligeramente abierta.
No entiendo por qué le importa tanto mi edad, no es algo que importe mucho si solo estudiarás matemáticas, ¿o sí?
—T-tengo quince— Confesé.
—¿Qué? ¿Quince?— Preguntó con desconfianza. Asentí—¿No tienes diecisiete?— Inquirió—. ¿O dieciocho?— Niego con la cabeza en respuesta—. Estás bromeando ¿cierto?— Hablo con mordacidad.
—¿Por qué tendría que bromear con mi edad?— Dije con confusión en mi tono de voz.
Soltó un bufido y hecho su cabello hacia atrás con una mano antes de mascullar una maldición que no alcancé a comprender. Cosa que hizo que mi confusión creciera. No entiendo por qué reaccionó así, no creo que mi edad sea algo que importe mucho.
—¿P-por qué te afecta que tenga quince?— Sondeé con desconcierto.
—Pensé que eras más grande, que tenías dieciocho o estabas a punto de cumplirlos— Bufó antes de mirarme—. Te ves más grande de lo que pareces.
¿Me veo de más edad? Según yo me veía más chica.
—Pero ya casi cumplo los dieciséis— Notifiqué, intentando sonreír para aligerar la situación extraña, pero lo hice terrible.
Soltó una risita escasa de humor antes de hablar—: Eso no cambia nada, Marylise— Indicó con hastío en su tono de voz.
— ¿Cambiar qué?
—El hecho de que eres muy chica aún, no estás lista— Suelta una exhalación pesada, me mira por unos segundos por el rabillo de su ojo y vuelve la vista al frente, antes de murmurar algo que apenas y entendí.
No sé si haya dicho lo que creo que escuché, es solo que no comprendo por qué diría eso. No entiendo por qué diría que "aún soy prohibida". ¿Prohibida por qué? Realmente no lo logro comprender al cien por ciento, pero no sé si me agrada.
— ¿L-lista para qué?— Me atreví a preguntar, escuchándome nerviosa y a la vez curiosa por lo que acabo de escucharle murmurar.
Él simplemente se lindó a asentir dejándome con la duda.
—Es aquí donde vives, ¿no?— Preguntó. Su voz se escuchaba apagada y algo brusca, un gran contraste entre su tono de hace unos minutos y la de ahora.
¿Qué le pasa?
—Eh, si— Afirmé titubeante al observar a mí alrededor y ver mi casa—. Gracias por traerme— Le dije con una sonrisa tímida situada en mis labios.
—Por nada— Contestó en el mismo tono de antes.
Abrí mi boca para hablar, pero de esta solo salió un suspiro. Me confiné a salir del auto, pero antes de cerrar la puerta le dije:— Nos vemos mañana entonces.
—Sí— Contestó sin siquiera mirarme.
Iba a decir otra cosa, pero me arrepentí al darme cuenta que él ahora no estaba de ánimos para contestar. Así que me lindé a cerrar la puerta. Unos cuantos segundos después, arrancó el auto emprendiendo su camino sin siquiera decir un adiós.
¿Por qué cambiara tan rápido de actitud?
Hay tantas cosas que me intrigan de él, como por ejemplo que diga cosas tan raras como lo que me ha dicho, que me mire de esa manera tan asediadora o simplemente lo que acaba de pasar; hay tantas cosas que no entiendo, quisiera poder saber que pasa por su mente cada vez que hace o dice esas cosas.
Sinceramente no entiendo por qué cambio tanto de actitud al decirle mi edad, ¿por qué le afecta tanto? ¿por qué es tan importante para él que yo sea mayor como pensaba? ¿por qué piensa que aún soy muy chica?
No logro comprender nada, no me gusta esta sensación, quisiera que contestara a todas mis preguntas, quisiera que disipara todas mis dudas, pero eso no va a pasar, sé que no me atreveré a preguntar una vez teniéndolo enfrente y también sé que no responderá, aunque lo haga.