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Capítulo 08

Toda la noche estuve pensando en cada una de las cosas que me ha dicho, en cada una de las miradas que me dedicó, en cada uno de los gestos que formó en su rostro al verme; y todas me llevan a una misma pregunta:

¿Está interesado en mí?

Si, suena ridículo que alguien de más de veinte años le atraiga una chica de quince, teniendo a su alcance a muchísimas chicas de su edad que le puedan ofrecer mucho más que yo. Porque, ¿Qué puedo ofrecerle en primera instancia? No me cabe en la cabeza la idea que me he planteado sobre su persona.

No creo que alguien como él pueda llegar a ser uno de esos tipos enfermos que acosan a niñas de mi edad o a menores. Se me hace absurdo el solo pensar en eso y en que él pueda tener esa terrible y repulsiva afinidad. Es solo que al verlo a los ojos no veo esa oscuridad y esa perversidad que tienen esos tipos.

Debo de dejar de hacerme ideas estúpidas con todo esto. Quizá solo dijo todo eso en broma y yo estoy juzgándolo sin siquiera estar segura de lo que pienso. Eso no está bien. Tengo que dejar de crearme historias y enfocarme en lo que verdaderamente importa.

—Tierra llamando a Mary— Las cavilaciones en mi mente fueron retiradas cuando una mano fue sacudida frente a mi campo de visión—. ¿Está todo bien allí dentro?— Pregunta mi amiga en tono burlesco. Parpadeé un par de veces antes de sacudir mi cabeza en asentimiento.

—Sí, todo está bien—. Le regalé una sonrisa descuidada.

—De acuerdo..., entonces, ¿Qué piensas sobre lo de Chad?— Pregunta. Un brillo especial iluminaba sus ojos.

—¿Qué pasa con Chad?— Le pregunté con confusión.

Bufó y rodó los ojos al cielo en señal de frustración y dijo, más como una afirmación que como una pregunta—: ¿No escuchaste lo que dije?

—Ahm...— Pronuncie haciendo una mueca de disculpa.

—Ay, Mary...— Regañó.

—Lo siento— Me disculpo. Mi voz vibraba debido a mi temblor interno a causa de todo eso que pensé sobre Harry.

— ¿Te pasa algo?— Pregunta con algo de preocupación.

—No, nada, ¿por qué debería de pasarme algo?— Me encojo de hombros en un intento por actuar despreocupada, pero fracase terriblemente.

Noto como Dali escanea mi rostro con sus dictaminadores ojos como si buscase algún rastro que me delatara.

—Ya dime, ¿Qué te pasa?— Pregunta cambiando su tono de voz a uno serio.

—Nada, nada, ya te dije.

—Mary, te conozco desde el jardín de infancia, sé cuándo algo te pasa— Habla con suficiencia.

Abro mi boca para hablar, pero esta no produjo sonido alguno. Lo intenté una vez más, y fracasé.

—Dime qué es lo que te pasa, has estado muy rara este día, ¿está todo bien?— Aumentó su preocupación y curiosidad.

—Sí, no te preocupes— Le regalé una sonrisa tranquilizadora.

—Bien..., entonces te volveré a contar lo de Chad— Bufó con fingido exhausto—. Hace una semana, más o menos, él me dijo que...

Eso fue todo lo que alcancé a escuchar porque de allí en adelante, ya no la escuché más. Aún pensaba en todo eso que dijo e hizo Harry ayer cuando le di mis asesorías. Estoy tan confundida, necesito que alguien me ayudé y me diga que todo lo que estoy pensando sobre él es una tontería y no tiene sentido.

Si se lo digo a Dalila probablemente me saque de mi duda, o quizá sea capaz de demandar a Harry o hacer que le den una orden de alejamiento y no pueda acercarse a mí. Bueno, eso sería algo extremista porque él no me ha hecho nada malo, solo son miradas y palabras que me confunden.

No sé si deba contarle a Dali, quizá deba actuar un poco y no decirle que eso me pasa a mí, sino a alguien más, y mucho menos sacar a relucir el nombre del susodicho en la conversación.

—Dalila...— Le llamé.

—Y luego él me dijo que...— Calla al escucharme pronunciar su nombre y me encara con una expresión confundida— ¿Qué pasa?

Me sentí un poco mal por no haberla escuchado y tan solo hundirme en mis pensamientos, pero no pude evitarlo, no cuando tengo tantas dudas que abordan mi mente y amenazan con darme un fuerte dolor de cabeza.

— ¿Te puedo preguntar algo?— Inquiero tratando de no sonar ansiosa.

—Claro— Contesta con desasosiego.

Solté un suspiro y cerré los ojos un momento intentando ordenar mis ideas y pensar qué decir para no meter la pata y que todo salga mal.

—¿Qué pensarías si alguien te dice: "tu abajo y yo arriba"?— Pregunté tras unos segundos, citando las palabras que me dijo Harry ayer por la tarde.

Por un momento me arrepentí de lo que le acabo de preguntar, ahora quizá comience a sospechar cosas y no quiero que se entere que fue Harry quien me dijo esa frase, de seguro pensaría que debería alejarme de él pero... no lo sé.

Ella se quedó cavilando un tiempo, frunciendo su ceño pensando en una respuesta.

—No lo sé— Frunció su boca—. Depende en qué sentido lo diga..., ¿por qué?

—Curiosidad— Me limité a contestar encogiéndome de hombros— ¿Qué te imaginas con eso?

—Bueno, podría ser que lo diga como con superioridad, diciendo que estas abajo porque estas hundida o derrotada, y él está arriba porque triunfó—. Habló con sugestión. Pero no creo que se trate de eso. —O también—. Continuó—, podría ser que esté hablando de..., de una posición.

— ¿Una posición?—. Indagué con desconcierto.

—Sí, ya sabes..., una posición sexual— Susurró lo último para que ningún curioso escuchase lo que acaba de decir.

¿Una posición sexual? Entonces, ¿puede ser que sea cierto lo que pensé?

Oh, no.

Mis manos comenzaron a temblar y un peso se instaló en mi pecho impidiéndome respirar con normalidad con el solo hecho de pensar que lo que dijo Dali y lo que pensé pueda llegar a ser verdad.

— ¿Eso crees?—. Inquirí al no poder aceptar lo que había dicho.

—Eso es lo que me imagino— Se encogió de hombros—. ¿Por qué me preguntas esto?— Preguntó con confusión una vez más.

Solté un suspiro para lograr tranquilizarme un poco antes de decir—: Y-ya te dije, curiosidad solamente— Me lindé a esboza una sonrisa para tratar de convencerla, pero no funcionó.

—Eso no es simple curiosidad, Mary. No es algo que sale de tu mente de un momento a otro, mucho menos de la tuya— Declaró. Sinceramente, no sé como sentirme respecto a sus últimas palabras—. ¿Por qué lo preguntas?— Insistió— ¿Alguien te lo dijo o...

— ¡No!, claro que no— Me apresuré a negar para que no sospechara—. Solo tenía esa duda, eso es todo— Me expliqué, pero algo en su mirada me decía que no me creía del todo.

—No creo que te surjan esas dudas así de la nada, ¿alguien te lo dijo cierto?— de pronto, sus ojos se abren como platos y suelta un suspiro ahogado—. ¿Fue mi vecino?

Sentí como la sangre abandonaba mi cuerpo y me hacia desvanecer. No... no, no puede ser.

¡¿Por qué tuve que preguntarle?!

—Marylise dime si fue él porque si te dijo eso está muy mal, se puede denunciar por acoso, le digo a mi mamá que nos acompañe para no ir solas y...

—No Dalila, no es así— Me apresuro a decir, interrumpiéndole de tajo.

¿Denunciar? Claro que no, mi mamá va a enterarse y no quiero tener problemas, ella no puede enterarse de nada, no puede. Además, no es seguro que Harry tenga esas..., intenciones conmigo, realmente lo dudo porque no creo que se arriesgue a tener algo con una menor, no creo que se haya fijado en mí en ese sentido, alguien como él, un hombre adulto que de seguro tiene a tantas chicas a su disposición porque, no puedo negarlo, es una persona atractiva y yo, yo no estoy segura de lo que soy.

Por muchas razones dudo que lo que sea que piense Dalila sea verdad, no puedo armar un escándalo por tan poco, no puedo acusarle sin conocerlo de verdad.

— ¿Entonces, qué fue?— Interrumpe sus pensamientos con su pregunta brusca—. No lo estés ocultando Marylise, puede ser peligroso.

—No Dali, él no me ha dicho nada sobre eso, solo le doy asesorías de matemáticas como me lo pidió, algo de lo más normal, no te hagas ideas que no son.

Por un momento me sorprendo de lo bien que me escuché al decir eso, tan claro y preciso, a pesar del torrente de emociones que me invadía en ese momento.

—Entonces si no te lo dijo ni él ni nadie, ¿Cómo te creaste esa duda? si se puede saber— Dijo con algo de ironía en su tono de voz.

—Lo vi en un programa y no entendí a lo que se refería, así que...— Dije tras unos segundos de haber pensado en una mentira lo suficientemente creíble, dejando la frase al aire al final.

Hizo una pequeña mueca y soltó un suspiro cansado. No me gusta esto.

—De acuerdo— Asintió con la cabeza, pero en su expresión podía notar que no me había creído—. Pero por cualquier cosa que pase o llegue a pasar ya sabes, solo corre y cruza la calle, ¿si?

Le sonrío cálidamente y asiento con la cabeza en respuesta.

Fue entonces cuando el silencio se apoderó de la situación. Ella me miraba atentamente, su ceño estaba fruncido mientras lo hacía mientras una mueca de disgusto se apoderaba de su boca. Al cabo de unos segundos no pude mantenerle la mirada, así que me lindé a observar mis pies que se movían nerviosos al igual que mis manos sobre mi regazo.

Entonces me di cuenta que era mejor dejar las cosas así o ella terminaría por descubrirme. No aclaré mis dudas completamente, solo quede mucho más confundida que antes. Creo que fue una pésima idea decirle esto a Dali, ahora ella sospecha algo, y no creo que eso sea bueno.

— ¿Y qué pasa con Chad?— Le pregunté tratando de cambiar el tema y sosegar el tenso ambiente que se ha creado.

Su rostro cambio de uno receloso y examinador, a uno emocionado y, me atrevería a jurar, algo nervioso, antes de contarme todo sobre él y lo que pasó.

Esta vez sí puse total atención a sus palabras ya que quería que por lo menos eso me distrajera del debate que se desarrolla en mi interior.

Al final me enteré que Chad está interesado en Dali y le ha pedido conocerse un poco mejor. Eso me llena de felicidad porque, ella es una de las mejores personas que he conocido en mi vida y se merece lo que le está pasando. Chad también es un buen chico, no lo he tratado mucho aún, pero me he dado cuenta de ello. Harían una linda pareja juntos.

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