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Capítulo 06

Estar con él es algo agobiante, pero aun así divertido; aunque sea algo difícil de instruir, nunca antes la había pasado tan bien con un hombre, ya que mi única amiga es mujer. Bueno, también está Brent, pero no sé si aún sea mi amigo, no después de que lo rechacé. Es solo que mi mamá no me permite tener novio, no hasta que esté completamente segura que sea una persona de bien y no quiera hacerme daño. Brent nunca me haría daño, pero mi mamá no comprende eso. A mi si me gustaba Brent, aún me gusta, pero mi mamá no entiende eso.

A veces es demasiado sobreprotectora, cosa que no me gusta del todo. Por eso mismo es que no le conté que de ahora en adelante le enseñaré matemáticas a Harry, prácticamente un desconocido, porque sabría cómo reaccionaría si le contara, y claramente no me daría permiso.

El tiempo con Harry en su casa hasta el momento ha sido un tanto extraño para ser honesta, fue divertido de cierta forma ya que él es muy bromista y carismático, pero existen ciertas ocasiones en que se comporta de forma distinta. Realmente no sabría cómo describir estas situaciones, no quisiera catalogarlo con un nombre ya que eso me da un poco de ansiedad, porque quizá lo que pienso es algo que no es verdad y solo es producto de mis desvaríos, o quizá sí sea algo totalmente real y lo que llega a mi mente en esos momentos lo estoy interpretando bien; es solo que nunca había pasado por algo así, nunca antes alguien me había mirado de esa forma en la que me mira, nunca me habían sonreído de esa forma en la que él me sonríe cuando actúo nerviosa ante sus provocaciones, es como si quisiese algo de mí, algo más, como si desease algo más.

De tanto pensar en todo lo sucedido, el tiempo se pasó deprisa. Ya era hora de regresar a casa, en aproximadamente veinte minutos llegaría mi mamá del trabajo y si no estoy allí para entonces, sé que me irá muy mal.

—Ya tengo que irme— Le avisé mirando la hora en mi móvil, levantándome de mi asiento.

—Pero si aún es temprano— Dijo marcando su ceño observando cómo me ponía de pie.

—Lo sé, pero si llego tarde a casa mi mamá va a regañarme— Expliqué formando una mueca de disculpa.

—Yo te llevo más tarde, de seguro tu mamá entenderá— Ofreció imitando mi acción previa—. Necesito que esto me quede muy claro— Dijo suplicante.

—Ehm...— Exhalé—, tú no conoces a mi mamá, y aparte ella no sabe que estoy aquí.

—¿No le contaste?— Inquirió a lo que yo negué—. ¿Estás aquí sin permiso?— Sacudí la cabeza en asentimiento.

Sonrió sagazmente mientras negaba lentamente con la cabeza y me miraba de arriba abajo con detenimiento.

—Eres una chica mala, eh— Más que palabras se asemejaban a susurros roncos y casi inaudibles—. No obedeces a tu mamá, y eso solo lo hacen las chicas malas— Me miró de pies a cabeza una vez más antes de sonreír y decir en un murmuro-: Me gusta.

—N-no, yo no soy eso— El nerviosismo se apoderaba de mi boca haciendo que las palabras se escucharan temblorosas al pronunciarlas.

—Siempre hay una primera vez para todo, ¿no crees?— Dijo en el mismo tono de antes. Me ceñí de hombros en respuesta.

El silencio sepulcral se apoderó de la habitación. Un silencio insoportable que hacía el momento mucho más incómodo y aumentaba mi ansiedad e inquietud a niveles que soy incapaz de comprender.

Noté como relamió sus labios causando un leve espasmo en todo mi cuerpo. No podía seguir soportando esto mucho más tiempo, tengo que salir de aquí, tengo que por lo menos un momento descansar y liberarme de esta tensión que provoca su sola mirada posada en mí, en mi cuerpo.

Nunca antes alguien me había mirado de esa manera. Su mirada era como el filo de una navaja recién aguzada, como un torrente poderoso que desfila a toda velocidad e impacta contra mi cuerpo con fuerzas inimaginables. Era tan penetrante y lasciva que me era imposible mirarle a los ojos sin caer en un abismo sin término, me era imposible mirarle sin sentir cómo mi cuerpo se desvanecía poco a poco.

Tomé mis pertenencias de la mesa desapacible y nerviosamente para meterlas a mi mochila.

De repente, oí el sonido de su voz muy cerca de mi cuello, demasiado cerca, haciendo que soltara un suspiro ahogado de completa aprensión y dejara caer mis cosas al piso. Mi pecho vibró debido a los latidos huracanados de mi corazón que amenazaban con perforarme el tórax.

¿Qué creé que hace?

——Quédate aquí unos minutos más-. Pidió en un susurro—. Por favor.

Me alejé en un efímero movimiento y le encaré para ver sus acciones y no darle la espalda como una presa indefensa.

—¿Qué pasa?— Preguntó con preocupación acercándose a mí mientras yo me alejaba—. Solo necesito que lo que me enseñaste hoy me quede claro. Quédate y así me ayudas con eso— Ofreció con una sonrisa.

—N-no— Negué con la cabeza mientras retrocedía.

—¿Por qué no?— Pregunta, con cierto tinte divertido en su voz, avanzando un par de pasos hacia mi, mismos que yo retrocedí.

—P-porque tengo que irme ya— Le digo, casi a modo de súplica. Por un momento dudo que me haya entendido por el titubeo tan marcado que existe en mi voz.

—¿Me tienes miedo?— Preguntó con aflijo acercándose más a mí. Dejé de retroceder cuando mi cuerpo se encontró con la pared evitando que me alejara más de él—. Yo no voy a hacerte nada malo— Prometió con voz apacible acariciando mi mejilla con la parte posterior de su dedo índice. No pude evitar sentir un estremecimiento ante su contacto—. Sino todo lo contrario— Declaró con una sonrisa traviesa dibujada en su rostro.

¿Todo lo contrario? Eso significa que todo lo que me hará será bueno, ¿a qué se refiere con eso?

—Y-ya tengo que irme— Hablé titubeante. Soltó un suspiro y se alejó un poco dándome espacio.

—¿No vas a quedarte?— Inquirió con algo de desilusión en su voz.

Me atreví a negar con la cabeza una vez más. Hizo una mueca de desánimo y soltó un suspiro pesado antes de asentir.

—Está bien, entonces, ¿nos veremos mañana?

No contesté a su pregunta. Estaba tan conmocionada y aturdida por el momento que ni siquiera pude contestar.

No estoy muy segura de querer venir de nuevo.

Su rostro cambio, pude notarlo. Pasó de divertido y risueño a exacerbado y serio.

—Nos vemos mañana— Dijo lentamente en un mascullo, está vez más como una afirmación que como una pregunta. Asentí rápidamente con la cabeza temiendo a lo que podía pasar si me negaba.

—Bien— Sonrió—. Entonces vamos, te llevaré a tu casa— Dijo volviendo mágicamente a su lado risueño y alegre, cosa que me dio un poco de miedo y a la vez me desconcertó.

¿Por qué cambió tan prontamente?

Asentí para evitar más problemas que me confundan aún más. Él bajó al piso y juntó las cosas que había tirado debido a mi sobresalto antes de entregármelas. Le agradecí en un susurró que ni siquiera yo fui capaz de escuchar, pero él pareció comprender ya que asintió con la cabeza y sonrió en respuesta.

Me acerqué a mi mochila en la mesa y metí todas mis pertenencias dentro lo más rápido que pude para salir de allí.

A veces me da un poco de miedo el solo hecho de pensar que pueda hacerme daño, que pueda secuestrarme o algo mucho peor que eso, por ello es que quiero cancelar esto para no volverlo a ver, pero a la vez me acobardo y pienso en las secuelas que pueden llegar a ocurrir si le digo eso. He notado que es una persona muy impredecible y algo impulsivo, quizá no lo acepte o quizá me entienda y termine por asentir. No lo sé, no sé qué pueda pasar, y eso es lo que me aterra. Es un tipo intimidante.

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