2.1 Roce
JA.
Arrastro mis piernas lejos de la puerta y camino con rapidez. O algo similar a caminar. Cruzo todo el pasillo de las habitaciones hasta llegar a la cocina donde busco con desesperación el bolso que lleve a la piscina. Los pasos se oyen cercanos y se que el viene detrás de mi analizando todo lo que hago. Esta demente. Es un imbécil desquiciado.
Sigo cojeando y no esta en la cocina así que corro hasta la sala y mi respiración se corta al ver todo en perfecto estado. La pared a la que fui lanzada sin un rasguño. Ni sangre en el piso donde estuvo mi cabeza. Todo esta perfecto. Como si nada hubiera sucedido. Como si no me hubieran aventado sin ningún esfuerzo. Como si esto no fuera a atormentarme durante mucho tiempo.
Sigo caminando ignorando la presencia del desconocido. Busco entre el sillón mi celular y no lo encuentro. Ni logro ver el bolso así que me desespero y varias lagrimas resbalan por mis mejillas.
- Donde esta ese cacharro - murmuro y rebusco por todos lados mientras el ojos negros me observa cruzado de brazos apoyado en la pared.
- ¿No escuchaste lo que te dije? - pregunta gélidamente e inserta temor en mi, pero no se lo demuestro. Ni me detengo responderle. Oculto las lagrimas y las seco rápidamente con mis dedos.
- ¿A caso dije que era sorda? - contesto mientras miro detrás del sillón - ¿Me crees estúpida?
Me observa detenidamente como si le divirtiera el hecho de que este a punto de desplomarme.
- Te pido que te vayas de mi casa. Por favor. - suelto y cojeo hasta pararme en la puerta de entrada la cual veo sin seguro.
Sé lo que vi. Se que esa mujer está ahí afuera, esperando para venir a matarme. No sé que la detuvo pero no será suficiente para tenerla lejos por mucho tiempo. La lógica me golpea y recuerdo que nunca traje el bolso a casa. Esta en la caseta del guardia que vigila la piscina de noche. Podría ir a pedirle ayuda.
Empiezo a abrir la puerta...
- Frida Lenovo Cabales.- dice mi nombre completo en forma de regaño y yo me río de la broma.
- Ciertamente eres un acosador, ¿Cómo entraste? - pregunto y escondo el rostro en mi brazo respirando profundamente. Mi pierna duele y estoy empezando a sudar frio.
- Tu familia no estaba y la puerta no tenía seguro- se encoje de hombros- ¿Me dejarás explicarte?
- No. Ahora sal de mi casa. No soy una estúpida a quien vienes a tomarle el pelo con esas mentiras. No se que es lo que quieres conseguir, pero no te tengo miedo, psicópata .- tomo el pestillo y abro la puerta, para después hacerle ademán con la mano para que salga y este se encoje de hombros, dispuesto a salir sin poner peros.
Cierro la puerta en su nariz y le echo seguro. Me sorprende la velocidad de mis dedos al hacerlo. Mi cuerpo sigue temblando con espasmos leves y me recargo de la pared dejando que el dolor se extienda hasta mi cerebro para poder asimilarlo. Creo que podría desmayarme ahora mismo. Camino lento mientras cruzo el pasillo que da de vuelta a los dormitorios porque quiero quitarme el pantalón y mirar mi pierna.
Después de cambiarme saldré rápido a buscar mi teléfono y llamare a mis padres. No entiendo donde pueden estar mientras casi matan a su hija.
Abro la puerta de mi cuarto y enciendo la luz al entrar. Enciende perfectamente, la luz ha vuelto. Camino hasta sentarme en la cama, y una sensación de incomodidad se aferra a mi cuerpo. Respiro hondo dándome fuerzas mentalmente para poder moverme hacia el baño pero algo desagradable llama mi atención. El olor a cigarro vuelve a llegar hasta mi nariz.
Giro la cabeza en dirección a la ventana ,pero algo más que ella recibe mis ojos. Allí estaba él de nuevo, ojos negros, cabello negro y rasgos suaves, piel morena con cierto enrojecimiento en los pómulos hasta llegar al cuello y extenderse más abajo, donde su buzo gigante no me permite ver. Sus manos moldeadas por un par de guantes que no había notado se encontraban fijas sostenidas en la mesa, y piernas rellenas cubiertas por unos pantalones que llevaban un aspecto vintage muy marcado.
Se acerca suavemente hasta sentarse junto a mí con una sonrisa ladina. Alza una mano en mi dirección y cierro los ojos esperando el golpe.
Nunca llega.
Acomoda un mechón invisible de cabello detrás de mí oreja, y se ríe.
- ¿Me crees?- dice y un silencio tenso se apodera de la habitación .- Si te lo estás preguntando, no entré por la ventana. Antes de que cerraras la puerta, ya estaba dentro de nuevo.
- No. - le digo. Esto me parece una broma de muy mal gusto. Mi paciencia se esta acabando con este sujeto y creo que terminara muy mal si busco el bate de mi padre.
- ¿Qué mas tengo que hacer para que me creas?, aparecí ahora que me necesitas, vengo a protegerte. Sabia que algo así podría suceder desde hace varias semanas, pero no considere que aparecer fuese bueno. No planee esto. Muchos menos me imagine que un demonio de ese calibre se atreviera a visitarte. Exponiéndose y exponiéndote a ti, solo para sentirse mas poderoso.
Entonces la conocía. Me lo estaba confirmando. Sabe quien es la mujer que me golpeo.
- ¿Demonio? de que estupideces estas hablando. Debes regresar al loquero, creo que hoy no te dieron tu medicina. - finjo no entenderlo porque me estoy negando rotundamente a creer esto tan absurdo. Nada de esto puede ser real. — Nada de esto es real, estas diciendo cosas que seguramente leiste en, no se, cualquier libro de ficcion. O los comics de tu abuela. A mi que me interesa.
- No estamos para sarcasmos en estos momentos.— responde serio — Te interesa lo mismo que ami, asi que no intentes rstarle importancia niña. Enfocate y cree lo que te edigo. Esa demonio es muy peligrosa, ademas de que esta chiflada de la cabeza. Va a querer volver en cualquier momento. Pero me encargare de ello.
- ¿Cómo averiguaste quién me atacó?, ¿La conoces cierto? Tu sabes quien es. Ella es amiga tuya. Entonces ambos se escaparon del loquero y justo entraron al condominio y me atacaron.—estoy entrando en negacion.
-El encuentro entre Hanbodian y tú, nos traerá problemas. Muchos problemas, querida Frida.
- ¡Eso no fue mi culpa! Esa mujer apareció de la nada y por poco me mata,¡¿Crees que yo la invité a tomarse un café conmigo, para luego acabar en matanza?!- le grito con una sonrisa amarga.
—¡Necesito que me escuches! — alza la voz y mis celulas se detiene asustadas dentro de mi cuerpo. No respiro.
Pero solo dura unos segundos porque me armo de valor enfrentandolo de nuevo.
— ¿Escucharte?,¡¿Escucharte?! — le digo estresada. — No puedo creer nada de lo que me dices. ¿Tu lo harias? ¿Creerias en alguien que llegue dieicndo estas cosas a tu casa? Porque yo no lo haria. Se me hace imposible creerte amigo. No puedo...hacerlo.
Un suspiro corto se escapa de mi y tomo aire intentando procesar todo. Nunca he sido de las que creen en cosas religiosas, y que tome en cuenta algo que me dice este hombre me hace mas desquiciada que el. Pero que sentido tendría mentir... no gana nada con eso. No puedo procesar que ya este creyendo en el.
- ¿Cómo sé que no vienes a matarme?, ¡Eres un jodido ángel!- grito en su dirección. — Esto me pone los nervios de punta. Me voy a morir. Voy a morir ahora mismo.
- Eres tan quisquillosa y drmatica - reprende y aprieto los puños. Niega con la cabeza y se pasa las manos por el cabello. Apoya los codos en sus rodillas.- Si tu mueres, sería perder la posibilidad de aprovechar tu poder, de descubrir lo que puedes hacer con el. Además, no tengo permiso para hacerte algún daño, mayor, claro. No voy a intentar matarte. Sería fallarle a...
- Entonces, ¡¿Que prosigue ahora?!, ¡¿Me convierto en tu mascota y tu corres a protegerme las veinticuatro horas del día?! - pregunto enojada. La herida en mi pierna cosquillea pero la ignoro.
Se levanta y da grandes zancadas hasta la puerta del cuarto para luego salir y mirar sobre su hombro con aire dominante en mi dirección.
- Primero; que dejes de hacer preguntas. Y segundo; quédate en casa y no salgas sino es completamente necesario, mascotita. - se burla y quiero matarlo. — Y te pido que no seas necia y que solo por llevarme la contraria salgas de aqui.
- Por supuesto,seguro cumpliré cada cosa que me digas. Porque es bastante normal llegar aquí y decir que eres un ángel. Soy mujer de ciencia, no de milagros. - me encojo de hombros y el también lo hace.
- Estas advertida. Volveré pronto. Al entrar tus padres, no salgas de la cama. Y deja la puerta sin pestillo, no quiero hacer ruidos. Iré por cosas para curarte. No vayas a ningun lado ok. Evita salir lo mas que puedas ¿Lo entiendes? ¿O debo explicartelo con palitos?
Una chispa de rabia se cruza por mi mente pero se desvanece cuándo el se para justo delante de mí, en un abrir y cerrar de ojos. Jadeo con sorpresa asustada por la accion y el se ríe de mi, burlandose sonoramente de mi quejido. Un sonrojo se extiende desde mi cuello hasta las mejillas y el lo nota porque su sonrisa se agranda aún más.
Anhelo su contacto.
¿Por qué?
Tengo que entender que esta sucediendo.
Lo miro desde mi lugar conectando con esos ojos abrumadores y casi no puedo mantenerle la mirada de lo pesada que es. Aunque no me asusta. Solo es algo que jamas he visto y mi consciencia toma por extraordinario. Pidiendo que lo mire mas. Obligandome a mantenerle la mirada mientras el se regodea sabiendo lo que causa en una humana simple como yo. El es tan extraño...
- Por cierto, humana chismosa, aquí esta lo que buscabas- me entrega el bolso con mis pertenencias y no dudo en abrirlo para sacar mi teléfono. - Y me llamo M - guiña un ojo y se va tan rápido como un pestañeo, apenas logro captar su beso en mi mejilla.
¿M?