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Capítulo 4

María antonela

Me visto cómodamente con una camiseta sin mangas y pantalones cortos y bajo a la cocina.

Tan pronto como entro en el set para dos, la isla está en el centro y preparo dos sillas para nosotros.

Esto es extraño de mi parte, ni siquiera con Thiago he tenido cenas así en casa.

¿Quizás el hecho de que tengamos los mismos gustos culinarios?

¿O tal vez porque me protegerá y quiero hacer algo?

¿O tal vez lo encuentro atractivo?

Seguro que lo es pero tengo que tener cuidado, tengo que seguir mi plan de escape, y mantenerlo calmado y ser amable no lo hará sospechar, no tengo que sentir nada por él, también porque yo...

Escucho pasos y lo veo vestido más cómodo con una camiseta sin mangas y pantalón negro, está muy guapo mientras me sonríe amablemente.

-¡bienvenido! ¡Siéntete libre de sentarte, en media hora estará todo listo!- le digo sonriendo

hay un perfume loco María Antonela- dice extasiado

-y solo se están friendo las papas, no las envasadas eh!- le digo mientras aso las hamburguesas de carne y preparo el pan con los condimentos y salsas - entonces si que sabes cocinar- casi se burla de mí mientras se acerca

mirando a su alrededor

-Sé hacer muchas cosas señor guardaespaldas, ¡no soy una princesita!- le digo riendo mientras le doy la vuelta a la carne

- tenemos tiempo para descubrirlo. Estoy aquí a propósito para saber todo sobre esta casa- dice mientras toma un vaso y se sirve un poco de coca cola para él y otro vaso me pasa -

para la cocinera-

-gracias, me encanta, pero nunca podré beber delante de papá porque... ¡María Antonela no es una bebida elegante!- digo imitando la voz de mi padre

- No me imagino qué hará si pierde en la votación - dice casi divertido - ¡

sí!.. ¡Aquí estoy ahora sazonando los sándwiches!- le digo mientras pongo la carne sobre los sándwiches tostados, luego añado el tocino, el cedro derretido y las salsas, luego pongo las papas cuidadosamente saladas y llevo todo a la

mesa- ¡disfruta tu comida!- le digo mientras me siento a su lado

- tú también... y sin especialmente cubiertos- dice mientras se sumerge en mi sándwich

-claro... Si te comes la hamburguesa y las patatas fritas con cubiertos, ¡te denunciaré a la policía!- le digo riendo. Él se ríe a carcajadas

y me guiña un ojo.

Aparto la mirada y me concentro en mi bocadillo, no No tienes que dejarte engañar por esos ojos... Y por todo lo demás

, ¡es realmente bueno! Los ingredientes que usa tu padre pueden estar tranquilos en las tiendas mientras que él debería probar platos como este. Vi que no tocaste comida antes en la cena- me dice con una mirada intimidante

-si es verdad... Casi nunca como en la mesa con él... Se me revuelve el estómago... Pero lo haré. ¡arreglalo aquí!- le digo mientras lo miro y me llevo a la boca unas patatas fritas después de haberla espolvoreado bien con mayonesa- ¿

y cómo harás la gala? Tu padre me dijo que tengo que acompañarte en todo menos en el baño-

-no te preocupes, no hay problemas, de todos modos me veo obligado a ir a estos eventos, ¡crees que debí hacer una exposición ese día!- le digo con tristeza - ¿y si lo muevo

? No necesariamente tienes que renunciar a lo que quieres- me dice mientras junta los platos -déjame

hacerlo... ¡Sí, puedo hacerlo, pero ese no es el problema Leandro!- le digo mientras empieza a lavar los platos despues de ponerse los guantes

- y cual entonces?- se acerca a mi con los brazos cruzados

-¡No quiero aburrirte, pobrecito, seguro que no te pagan por escuchar mis quejas!- le digo con dulzura-

¿y si las quejas tuvieran que ver con tus fugas? Tengo que saber- dice sarcásticamente

-¡no te preocupes no huiré, nunca más haré daño a nadie!- digo y se me quiebra la voz, quiero escapar claro, pero en el momento indicado y esta vez sin que nadie muera ni resulte herido

leandro

La miro sin entender esta frase suya que repite cada vez. Es como si sintiera la culpa del mundo sobre él.

- Maria Antonela que daño pudiste haber hecho?- le digo mientras le retiro un mechón de la cara

Ella se aleja de mi toque y me mira a los ojos con lágrimas

- ¡por mi culpa, mi madre fue asesinada! ¡Por mi culpa Thiago terminó en coma durante meses! ¡No parece mucho!- dice temblando.

Niego con la cabeza porque sé que no es así.

- no es verdad- le digo con seguridad

- ah pero si! yo estuve ahi sabes? Me protegieron y mira el resultado! ¡Mejor que nadie me quiera! ¡Es mejor que la gente se aleje de mí!- dice con seriedad mientras se limpia las lágrimas

- ambos gestos fueron programados- le digo haciendo que sus ojos se agranden

- créeme ciertamente fue así- le digo tratando de no hacerle entender más de lo que ya sé. Pero no quiero que la vean como perpetradora porque es una víctima.

- No estás seguro, ¿ves?... ¡Pero tienes que estar tranquilo! No haré nada que te ponga en peligro... Y podrás volver con tu familia... ¡O con tu prometida sana y salva!-

Asiento sin decir una palabra

-aquí... Tal vez sea mejor tener un postre, ¿te apetece?- me dice tratando de calmarme nuevamente

- claro que sí- le digo fría y distante

Ella me mira fijamente poniendo su cabeza a un lado

- ¿te ofendí?- me pregunta preocupada

- no no te preocupes- le digo mientras la veo dirigirse hacia el refrigerador

- esta es una tarta de queso Nutella y coco que hice junto con Olga nuestra cocinera, la hubiera visto, tiene unos sesenta años, cabello negro, ojos verdes!- ella me dice mientras lo pone en dos platillos y viene y se sienta a mi lado

- gracias...sisi conocí a todo el personal- digo mientras tomo un trozo con un tenedor y lo pruebo

-¿cómo está? ¿Te gusta?- pregunta con curiosidad mirándome fijamente desde muy cerca

- muy...- le digo tocando su labio manchado de chocolate y la escucho saltar

- estabas sucia- le digo con un aire fingido de inocencia.

Me gusta provocar.

-¡Disculpe! Como peor que un niño de seis años ¡lo sé!- me dice mientras agarra la servilleta e intenta limpiarse

le sonrío

- eres... diferente cuando estás despreocupado. Sin esquemas-

-¡tú también!- dice levantando una ceja y sonriéndome

- a veces las apariencias engañan- le digo antes de terminar el postre y veo que ella también se restablece con gusto

-¡es verdad! La gente se pone mascarilla, muchas veces para protegerse, ¡muchas veces porque no les queda otra opción!- dice seriamente después de beber un poco de agua

- exacto... bueno María Antonela muchas gracias por la cena. Una cena de verdad- le digo de frente

-¡pero por favor! ¡Gracias a ti por la compañía Leandro, suelo comer sola!- dice sinceramente-

de ahora en adelante nunca más... y espero que nunca me odies- le digo mientras la dejo frente a su habitación como un caballero pero en realidad es porque quiero

-¡Y por qué debería odiarte!- los escucho decir detrás de mí

me doy la vuelta y no contesto dejándola con dudas en su cabecita hermosa y en parte también en la mía.

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