Capítulo 3
Narra Grace
Hasta ahora he conocido pocas personas que cada vez que abren su boca dicen frases que de inmediato se convierten en filosofías de vida, son tan inteligentes que piensan con profundidad cada cosa, llevo acumulando en mi cabeza muchas de esas frases que el señor Nicholas dice, es interesante su forma de ver la vida, es admirable.
- Sabe que le tengo mucho aprecio y que he valorado su trabajo, ¿verdad? – dice mi jefe mirándome a los ojos desde su posición.
- Si señor, me lo ha mencionado muchas veces y le agradezco – digo recordando la infinidad de gestos amables que ha tenido conmigo y mis hermanas, pues él me ayudó a conseguirles una beca en una de las mejores preparatorias de mi ciudad, claramente ellas deben mantener un promedio académico, las mataría si pierden alguna asignatura.
- Bueno, primero que todo, lamento haberme involucrado en su vida personal, no le he preguntado con mala intención sobre sus situaciones, solo que recuerdo el día que vino para la entrevista y se lo importante que es su familia para usted, también como una forma de agradecer su excelente trabajo hago todo lo que hago.
Se a lo que se refiere, ha tenido atenciones conmigo que nunca ha asumido con otro empleado, quizás por la cercanía que se logra conseguir al compartir el mismo espacio por tanto tiempo, pero claro que no puedo contarle a los demás, que ha hecho cosas como adelantarme los dos primeros meses de pago para poder enviarle dinero a mi madre, de darme bonos que uso para comprar comida y sobrevivir hasta tener algo de dinero, que me facilita muchas cosas cuando estoy en apuros, pero a la vez siento que me lo he ganado por mi buen desempeño, hasta con su familia me porto de manera incondicional, si su esposa me pide ir a la escuela de su hija menor para hablar con la maestra lo hago, de buscar los informes de notas, etc.
- A lo que quiero llegar es que me tomé el atrevimiento de indagar sobre una deuda que usted tiene, se me hizo un poco sorprendente que siendo tan joven tuviera una deuda tan grande, pero recordé su historia y todo tuvo sentido y es aceptable, también yo haría cualquier cosa por las personas que amo.
No comprendo a lo que quiere llegar, ya eso de que el revisa la vida de sus empleados lo sé, he encontrado por accidente un expediente con hasta el registro de nacimiento de muchos de los que están aquí. También encontré una hoja sobre un acta de divorcio del jefe de seguridad en su escritorio, ese día entendí por qué el pobre Rigoberto andaba tan deprimido, su esposa lo había dejado por otro sujeto y quiso divorciarse, así que mi jefe hizo un sorteo de unas vacaciones que misteriosamente se ganó Rigo, sabía que fue planeado para ayudarle con su mal rato de tristeza, a partir de allí y muchas cosas más he notado el ángel que es.
- Tengo un amigo con quien estoy hablando, quiero hacer un acuerdo con él, me ha pedido hacer negocios desde hace un tiempo así que usé esa oportunidad para tratar de ayudarle – sigue el señor Brown
- ¿Cómo así señor? – pregunto al no comprender nada, no sé qué tienen que ver sus negocios conmigo
- Estamos llegando a un acuerdo, de reducir por lo menos a un cincuenta por ciento su deuda de la hipoteca de su casa y los bienes que fueron la única herencia que recibió su madre – responde sin rodeos.
¡Santo Dios! Me quedo en shock por un instante, el corazón se baja hasta mi estómago y las manos me empiezan a sudar, primero por lo que ha dicho y segundo por como esculcó mi vida crediticia; esa parte de la historia nunca antes la había contado a nadie; mi madre recibió de mi abuela materna un par de propiedades antes de morir, era la granja en la que ellos vivían cuando eran niños, pero al estar en un momento tan crucial todo lo que estaba a nombre de mi madre fue usado para ser hipotecado, ya nosotros perdimos las esperanzas de recuperar esa granja, nos hemos preocupado más por nuestra casa no solo por el valor sentimental sino también porque la cantidad adeudada es menor.
- Señor, de verdad no sé qué decirle
- Grace, lo que le digo aplica para todo, para que usted pueda también recuperar la granja de su abuela; es un proyecto que está en discusión pero que será bueno para ambas partes, abriremos otro punto de Brown Wine y las ganancias serían muy buenas, estoy dispuesto a dar lo mejor de mí y aceptar a este amigo como socio únicamente si accede a esa petición que hice, reducir el cincuenta por ciento de su deuda, también de quitar de las subastas la granja y que usted pueda seguir pagando solo el cincuenta por ciento también de esa cantidad.
- Señor, no sé qué decirle, estoy sorprendida y a la vez demasiado feliz, mi madre se alegrará demasiado cuando sepa esta noticia.
- Por ahora no mencione nada, prontamente mi abogado se encargara de todo para que sea un hecho
El hombre me sonríe y no puedo evitar el impulso de acerca y darle un abrazo, el me da unos golpecitos en la espalda y sonríe, creo que he recibido más de mi jefe que de mi propio padre.
- Solo no vaya a llorar, los demás pensarán que la he regañado – el ríe y yo hago lo mismo, seco con disimulo y rapidez la lagrimilla que se ha desbordado y le agradezco por lo que hace.
Un rato más tarde, ya nos encontramos en la sala de conferencias, la reunión es acerca de la nueva imagen que usaran de la compañía, ya que han creado un vino que hasta ahora lo catalogan como el mejor del país, por lo que también necesita una imagen que llegue a su altura.
- Bien, estos colores son la propuesta inicial de nuestro equipo de diseño, teniendo en cuenta el concepto que nos han dado de este nuevo vino que viene a posicionarse en los primeros lugares, ahora estos son los diseños que tenemos con la marca de la compañía y los diversos anexos que lo acompañan – menciona la chica que dirige la ponencia en frente de los demás
- Me gusta – es lo que dice el jefe y ellos parecen satisfechos – Solo quiero para la próxima no me muestren bocetos, hagan de cuenta que mañana es el lanzamiento del vino y ustedes me van a mostrar resultados definitivos, porque así solo me hago ideas en mi cabeza que no se si son las que ustedes realmente quieren plasmar en su logo, lo que si me gustaría es otra opción de nombres, quiero algo más imponente – dice para terminar con su respuesta
- Bueno, creo que eso es todo – le digo al grupo de personas que ya están felices por terminar pues el hambre es más fuerte que cualquier cosa ahora, juro haber escuchado más de un estómago rugir como león
Anoto en mi agenda la fecha de la próxima reunión y me pongo de pie para desconectar los equipos, muchos van de inmediato a la cafetería para comer algo, el señor Nicholas regresa a la oficina y Susan se queda conmigo a esperarme para comer.
- Vaya que fue larga esa ponencia, no sé porque se dan mala vida en escoger unos dibujitos, lo que interesa es un excelente nombre, que llame la atención y mucha publicidad – dice Susan algo estresada, es muy buena en su trabajo solo que con hambre no funciona.
- Me causa curiosidad en probar ese nuevo vino, algunos han dicho que es casi como la sangre cristo – digo exagerando un poco
- Lo vamos a probar, no te preocupes, por ahora solo mueve esas manitos que tengo hambre – sigue mi amiga desesperada
- Si quieres ve pidiendo mientras dejo esto la oficina, te alcanzo en un rato
Susan se va a la cafetería y yo subo a la oficina para dejar mis cosas en el escritorio, al llegar veo la puerta abierta y a mi jefe en su silla de reyes sentado.
- Pensé que estaba almorzando señor – digo colocando en la mesa mi agenda y la tableta
- No tengo hambre – dice con voz baja – Creo que mejor voy a casa a descansar, cancela por favor las reuniones que tenga.
Me asombra un poco lo que pide porque no es costumbre de él hacer ese tipo de cosas, debes estar muy agotado entonces. El señor Brown se pone de pie, toma su móvil y lo guarda en su bolsillo, toma su maletín y se dispone para salir, dejo de mirar lo que hace para continuar organizando mi mesa, pero un fuerte estruendo me hace girar nuevamente hacia él, estaba tendido en el piso, estaba desplomado en el medio de la oficina.
- ¡Dios! ¡Señor Nicholas! – grito corriendo hasta el, me desespero por un instante al moverlo un poco y ver que no reaccionaba – ¡Ayuda! – grito también tirada en el piso mirando alguna señal de que estuviera vivo, en ese instante de pánico no encontraba su pulso y no podía notar si respiraba.
- ¿Qué sucede? – dice Rigo, el jefe de seguridad que pasaba en el momento
- No lo sé, solo pide una ambulancia – digo con la voz temblosa por los nervios.