Capítulo 2
Narra Grace
Si todas las personas tuvieran un manual que dijera sus instrucciones de manejo, de forma de ser, de intenciones, etc. No existirían personas malas en el mundo, tampoco nos equivocaríamos con aquellos nos rodean, lo pienso porque mi primera impresión del señor Nicholas Brown no fue la mejor, pero llevo dos años aprendiendo de la experiencia, sabiduría y profesionalismo de uno de los seres humanos más hermosos que la vida me ha podido permitido conocer.
Todos en forma general han sido muy generosos conmigo, las primeras semanas fueron duras porque el nivel de exigencia que se maneja es alto y las responsabilidades ni se digan.
En este periodo me he superado como profesional, he llegado a desarrollar habilidades de todo tipo porque en mi función como secretaria de un hombre importante y dueño de unas de las industrias vinícolas más grandes de Londres te lleva a que aprendas de todo un poco, eso me propuse, quería ser buena en mi trabajo y demostrarles que no se equivocaron en seleccionarme para este cargo, he cumplido al máximo mi función que me he convertido en la mano derechas del señor Nicholas, llevo casi que su vida laboral organizada de la manera más estructurada posible, muchas veces me ha manifestado lo bien que le ha venido mi apoyo.
En cuanto a las cosas en mi casa, mi madre ya está mucho mejor, mis hermanas están por terminar la preparatoria y eso me hace feliz; mi madre como una forma de aliviar mis responsabilidades económicas ha abierto un vivero precioso en el jardín, las plantas son como sus amigas y a la vez son como su terapia, a las personas cercanas les gusta su manera de hacer las cosas y le llevan plantas para que las reviva casi que de la muerte misma y otras compran las que ya tiene. Cuando me refiero al hecho de ayudarme con las responsabilidades económicas no es netamente ligado a ellas, es por los préstamos que hicimos cuando ella enfermó, estuvo a un punto de irse de nuestro lado y buscamos todas las alternativas posibles para que estuviera bien; fueron tiempos difíciles en los que no contábamos con nadie más, mis hermanas estaban pequeñas y no comprendían al cien por ciento lo que pasaba, a mi padre no lo conocí, así que no tuvimos nunca de su apoyo, nosotras no contábamos con fondos para asumir todos los gastos, mi madre fue despedida de su trabajo cuando los primeros síntomas aparecieron y no tuvimos otra opción que hipotecar nuestra casa.
Dos años después de tanto trabajo, esfuerzo y disciplina, he logrado ponerme al día con la deuda; por eso me siento tan satisfecha y agradecida por la confianza que tuvo mi madre al darme sus ahorros para que viniera aquí, ella sabía que yo podría ayudar, sabía que esa era mi intención y me alegra no haberla defraudado. Solo Dios sabe cuántas lagrimas se derramaron de mis ojos y cuantas veces me arrodille suplicando por una oportunidad que me cambiara la vida, nunca pedía riquezas, pedía tener lo necesario para estar tranquila, para no experimentar las horribles sensaciones de temor y ansiedad cuando el banco amenazaba con desalojarnos de nuestro hogar, ahora, luego de tanto, puedo dormir tranquila sabiendo que mi madre esta con vida, mis hermanas están felices con su compañía y yo, a pesar de no estar con ellas, me siento satisfecha de lo que he logrado.
- Señorita Henderson – dice el señor Brown desde su escritorio
- Si señor – respondo poniéndome de pie y llevando conmigo una agenda que nunca dejo, siempre tiene algo que decir y que yo debo recordar
- Por favor, pide que la reunión sea una hora antes de lo programada, dile a todo el equipo que es obligatoria y que no quiero peros – dice tocando su estómago y haciendo un gesto de dolor
- Claro, ya mismo le informo a todos – hago una pausa y dudo en si deba preguntar pero no se ve muy bien – Señor Nicholas, ¿Se encuentra bien? ¿Desea que le traiga un poco de agua o de te?
- Oh no, debe ser porque no he desayunado, es que creo que me está fallando el apetito – menciona acomodándose en su silla de nuevo para seguir trabajando.
No sigo con mis intentos de ayuda pues si él dice que está bien, es porque lo está.
Salgo de la oficina hasta la sala de conferencias para organizar la parte de logística, hasta esto aprendí, a conectar todos los dispositivos que se necesitan para las presentaciones de diapositivas o reproducciones que se hacen en las reuniones, mi deber es que todo siempre esté organizado y en perfectas condiciones para el señor Nicholas.
- ¿Por qué una hora antes? – dice Susan, mi única amiga dentro de la compañía, es la coordinadora del esquipo de marketing
- El señor Brown no se siente bien, creo que luego querrá ir a su casa – respondo a su pregunta
- Pero es la hora del almuerzo ¿acaso él no come?
- Susan, por favor, igual son ordenes, dijo que todos debe estar, en especial tu
Ella hace una mala cara y afirma con su cabeza
- Bueno, creo que voy a comprar algo en cafetería ahora porque ya sé que no tendré chance de comer después
La chica se va hacia la cafetería moviendo su largo cabello rizado, Susan puede ser algo coqueta y llamativa cuando se lo propone, pero igual así la amo, ha sido demasiado buena conmigo
Un rato más tarde me dirijo a la oficina para decirle a mi jefe que todo está listo, dejo mi escritorio organizado para cuando tenga que volver pueda seguir con mi trabajo sin perder el hilo de lo que estaba haciendo
- Señor, ya todos están en la sala de conferencia, está todo listo – digo tomando mi agenda, mi Tablet y el bolígrafo, llevo de todo porque un día me pasó que es una reunión importante la tableta se descargó y tuve que memorizar todo lo que el con sus socios hablaron por casi tres horas, fue terrible.
- Bien, entonces vamos – responde poniéndose de pie – Pero antes, quiero decirle algo, ¿Podrías regalarme un minuto? – cuestiona mi jefe sacando de su maletín unos papeles, lo miro y parece bastante serio, ¿habré hecho algo mal?
- Claro que si, dígame señor Brown – respondo esperando alguna observación o crítica constructiva porque no siempre hago las cosas a la perfección, he mejorado gracias a las sugerencias de mejora que me ha dado, así que pienso en todo lo que he hecho y no creo recordar que hice algo mal.