Capítulo 3: Llegada a la Cuidad.
Logan.
Que extraño, todo está cuidad es extraña. Aunque he venido tantas veces de vacaciones con mis padres y conozca cada una de sus partes al pisar el corazón de la cuidad todo se me hace demasiado extraño. Nunca pensé que vendría aquí sin ellos, tampoco tengo la misma emoción que sentía cuando venía.
La verdad es que los extraño, su ausencia estos meses me a echo entender que el ser humano quiere más, mucho más pero no se da cuenta de las cosas preciadas que tiene, y no las aprovecha. Al recordar la última vez que los vi, la mirada de orgullo que tenían en sus ojos me hace sentir culpable.
Nunca les dije que sobornaba a los profesores para que me dieran calificación alta, sin embargo fingía ser estudioso con ellos. Solo quería hacerlos felices, pero se fueron creyendo algo que no es verdad. En el último tiempo he tomado enserio el estudio, con la ayuda de Liam aprobé todas las asignaturas.
Desde el accidente que he estado como un zombi, de la residencia a las clases, de las clases a la biblioteca a estudiar. Estuve vagando por los pasillos como un maldito psicópata, sin mis padres no me queda nada, y mi hermana está a demasiados kilómetros como para desahogarme con ella. Así fueron mis días hasta hoy.
Cuando Liam me dio la noticia de que se mudaba, lo vi como una vía de escape, escapar de esa cuidad me serviría para superar su muerte. Una cuidad nueva, Universidad nueva y con el único amigo que me queda. Todos se esfumaron después del funeral, a los que creí que eran mis amigos, a los que creí que estarían conmigo en las buenas y en las peores. Resulta que todos mentían.
Liam fue el único que estuvo conmigo en el funeral, y los días que siguieron, cuando le pregunte si podía ir con él sonrió y dijo; "¿Qué? creías que te iba a dejar aquí", y enseguida prepare los papeles del traslado y busque sitio en la cuidad.
Al bajar del avión lo primero que hice fue pedir un taxi, y venir hasta aquí.
Estoy sentado en una de las bancas que están junto al rio, este es mi lugar favorito de toda la cuidad.
Agarro mi maleta y me levanto para caminar un poco, las calles están tranquilas, ya es de noche como para que la gente pasee a sus perros, o ver niños jugando al baloncesto, hay un viento helado para mi camiseta pero me viene bien, aquí el aire es puro y limpio.
Camino, camino pensando en las cosas en las que pude haberme dado cuenta si hubiera abierto los ojos antes. No me hubiera enterado que Cloe me engañaba con Tom.
Los dos crecimos juntos, y en el último año del Instituto llego Cloe, los tres éramos inseparables. Nos fuimos a la Universidad, no queríamos que la amistad se fuera al garete, a mí me sentó de maravilla poder estar en el mismo sitio, con mi novia y mi mejor amigo.
Claro que toda esa emoción se esfumo cuando los descubrí en la cama juntos. Mi corazón se partió en mil pedazos esa noche, y jure nunca volver a mostrar mis sentimientos por nadie, enamorarse es para débiles, el amor te hace vulnerable.
Esa noche fui al bar de Joe y le conté lo que había sucedido, aún recuerdo su mirada triste y sus palabras. Él ya lo sabía, todos los demás también.
Todos sabían que Cloe y Tom tenían una relación hace meses, mucho antes de llegar aquí.
Que imbécil.
Que ciego.
Desde ese momento me aleje de todos, cambie mi apartamento por una residencia y allí conocí a Liam. No necesite contarle toda la historia para que me entendiera, pues él había pasado por algo similar.
Nos fuimos de copas al bar y fue cuando me conto que tenía una hermana melliza, pero desafortunadamente había tenido un accidente y ahora se encontraba dormida. Entre la quinta copa y el trayecto en taxi, me desperté la siguiente mañana con dos chicas en mi cama, me sentí extrañado y culpable, pero el sentimiento de culpabilidad se esfumo cuando las dos chicas se vistieron, tomaron sus pertenencias y se esfumaron. Me sentí atraído por los polvos de una noche. Nada de vínculo, nada de citas, solo sexo.
Al tiempo perdí a mis padres y ahora estoy aquí.
Me gustaría decir que fue una etapa difícil pero no voy a negar que me gustaba el polvo de una noche.
Mientras caminaba por la calle, llegue a parar en una esquina donde el fuerte ruido de la música, la risa de chicas llamo mi atención. Poco a poco me fui acercando a aquel lugar y llegue a parar al frente de un bar.
ARTEMIS
No lo pienso mucho y decido entrar.