Capítulo 2/2: Mi Sam.

Lexie.

Después de acabar de levantar la mesa, fregar los platos y ver un poco la tele, decidimos que lo mejor era irnos a descansar. Mañana nos espera un día atareado en la casa de verano. Y desde entonces eh estado tumbada en mi cama sin acostarme y mirando el techo, no logro dormir, quiero saber cómo están todos, quiero ver a Sam.

Después de media hora de dar vueltas por mi cuarto decidiendo que hacer, al fin me decido. Sé que Liam debe estar en la planta baja arreglando la habitación de su amigo y cuando bajo las escaleras él ya me está recibiendo con su sonrisa habitual.

—Quieres que te lleve ¿no? —dice más afirmando que preguntando.

—¿Cómo lo has sabido? —inquiero.

—Soy tu hermano Lex —responde encogiendo los hombros mientras se pone la sudadera— te espero en el coche.

Dicho esto pasa por mi lado y me besa la frente. Corro a mi habitación para cambiarme de ropa. Escojo un vestido amarillo que llega hasta la mitad del muslo y con corte de v en la parte de mis pechos. Me pongo la lentilla de color caramelo porqué Sam siempre ha dicho que le encantan mis ojos de ese color.

Me aliso un poco el pelo y agarro los tacones plateados que tanto me gusta, cuando veo que mi aspecto me gusta, salgo por la puerta.

Bajo a hurtadillas para que mis padres no me escuchen salir, y me reúno con Liam en el coche. Al cerrar la puerta veo que me está mirando con aire preocupado, pero como si se hubiera dado cuenta, pone una sonrisa falsa que no logro tragármela.

—Estas guapa —me sonríe.

—Gracias —respondo orgullosa dado que no me esmere tanto al arreglarme.

El transcurso en coche hasta ARTEMIS se me hace eterno, ya estoy deseando ver a Aleix y a los demás, se perfectamente que los viernes siempre se pasan por el bar después de una semana larga y dado que Aleix trabaja aquí sin duda lo veré hoy.

Aparcamos directamente afrente del bar y ya que tengo una tarjeta vip que me dio Aleix tengo pase libre. Es uno de los privilegios de tener un amigo que sea parte del bar más famoso de la ciudad.

Cuando me dispongo a tomar la manilla para bajarme del coche Liam me detiene, y me mira serio.

—Prométeme que cuando los veas no perderás los estribos —señala con la cabeza en dirección al bar.

—Son mis amigos Liam, no empieces y vamos —la verdad es que no sé a qué se debe esta actitud de él, pero tampoco me quedare a averiguarlo quiero entrar pero ¡Ya!

—Está bien. Pero no podré entrar contigo —afirma.

—Tranquilo. Ve a recibir a tu amigo, luego nos vemos en casa.

Asiente y pone en reversa el coche para volver por donde vinimos, las ruedas del coche chillan calle abajo y me quedo observando el asfalto con una sensación horrible en el pecho. Tengo un presentimiento extraño, algo me dice que no debería entrar.

Pero sin duda tengo que hacerlo, ellos no saben que eh despertado y estas semanas de recuperación han sido eternas, estoy emocionada y a la vez nerviosísima por verlos. Espero que su reacción sea agradable y espero que Sam se alegre de verme, porqué sin duda el mayor de mis motivos por el cual estoy esta noche aquí es por él. Mi Sam.