Capítulo 3/1: ¿El odio de Liam hacia Noah?
Ainhoa.
Por primera vez en la semana llegue a tiempo a mis clases, ayer luego de encontrarme con Liam en la calle logre terminar un trabajo de improvisación que escribí.
Logre escribir algo luego de haber tenido un bloqueo monumental.
Mi mini historia se titulaba "tú y yo bajo un farol".
Trataba de una chica que se escapaba del psiquiátrico en el que la habían encerrado por un error y se escapaba cada noche a sentarse en la banca iluminada por el farol a unas calles del centro.
Esperaba y esperaba que la persona que la había metido allí viniera por ella, pero ella nunca volvía. Se sintió tan sola los días que estuvo esperando hasta que un día quiso irse, salto por la ventana y corrió y corrió lejos de ese lugar hasta que sintió como un pitido horrible que por poco le reventaba el oído.
Luego un dolor provenía desde detrás del cuello hacia su brazo izquierdo. Se retorció de dolor haciéndola retroceder unos pasos hasta que el dolor pasó.
"—Duele ¿verdad? —Le dijo el chico sentado en su banca— Esa cosa en la nuca suena como una maldita alarma cuando te alejas demasiado, este es el límite"
Fue entonces cuando aquel chico le explico lo que tenían bajo la piel, un dispositivo que emanaba un sedante si tratabas de alejarte del centro.
La historia concluía en que cada noche se reunían en esa banca y se pasaban la noche hablando bajo la luz de esa farola como compañía, solo ellos y una larga noche de historias. No era romántica, era de dos amigos que sobrevivían a su propia vida injusta.
Entregue el trabajo muy orgullosa y me fui de la clase.
Sabía que Lex salía de una clase al mismo tiempo que yo y daba la casualidad de que nuestras aulas estaban a la par.
—¡Hola Lixi!
Ella odiaba otro apodo que no fuera Lex o piruleta como la llamaban los demás y por eso le dije así intentando bromear.
Sentí pena cuando sus ojos estaban opacados y parecía cansada.
—Eh, Noah ¿Cómo estás?
Me resultaba raro que ella me llamase así y todos los demás cuando el único que me llamaba así era mi novio.
Entrelace mi brazo con el suyo y comenzamos a caminar, hoy estaba más animada de lo normal. Las cosas estaban yendo bien.
Recordé lo ocurrido ayer, cuando la vi llorar y poner su mano en su pecho tratando de secar el dolor que sabía que ella sentí en esos momentos. No sé quién era ese chico ni mucho menos por qué Lexie lloraba y suplicaba por él.
Fue muy triste verla así, igual de cómo me sentía cuando Josh se olvidaba de mi existencia.
—Más bien ¿Cómo estás tú? Ayer me dejaste muy preocupada.
Tristemente frunció el ceño.
—¿De qué hablas?
—Ayer saliste corriendo después de lo que te dijo ese patán en el aparcamiento, no supe más de ti.
—¿Tu... me viste?
¿Qué?
—Sí, ¿Logan no te dijo? Estábamos allí cuando te escuch...
—No, no me dijo.
Mierda ya la había cagado. Su respuesta fue rápida y con un poco de enfado mezclado en ellas, ¿y si me estaba metiendo donde no me llamaban?
—Bueno... eh... pues n-no fue mi intención escucharlo.
No, no, ahora no por favor.
Tape mi boca para no volver a tartamudear y ella me las bajo.
—Tranquila, no te preocupes —negó con la cabeza— eres mi amiga.
Su semblante flaqueo y vi como parpadeaba rápidamente para contener sus lágrimas,
—¿Quieres... quieres contarme?
Fue entonces cuando sus lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas y se le escapo un jadeo, la guie a hacia una mesa, la más alejada.
—Hace un año Noah yo... yo tuve un accidente en moto, según mi hermano salí muy grave de todo ello, me golpee la cabeza y algo me dijeron sobre mi pierna que no recuerdo muy bien que era. Yo estuve en coma durante el año pasado por el golpe de mi cabeza.
No me lo podía creer, si de algo le afectaba su accidente no se le notaba para nada. Me conto como se sentía luego de haber despertado hace unas pocas semanas y no era nada comparado a lo que demostraba.
—¿Por qué no me di cuenta?
—¿De qué cosa?
—Lexie, de cómo te sentías con eso. Las inseguridades que te genero ese puto accidente.
Se encogió de hombros.
—No quiero que America tenga otra cosa con la que atacarme. Por cierto America ahora es la novia de Sam.
Fruncí el ceño, tratando de memorizar sus nombres.
—¿Quién es Sam? —dije medio en broma. Por suerte sonrió y golpeo mi mano.
Tenía la mano pesada.
—Sam es... bueno era nuestro amigo, ¿para mí? Era más que eso, yo estoy enamorada del desde hace años Noah ¡años! Y cuando finalmente quise confesarme decirle los putos sentimientos que siento por el ocurre un accidente. —Bajo la cabeza mirando sus manos en su regazo— creí que las cosas seguían como habían quedado pero... Samuel y America ahora son novios.
Que hijo de puta.
—¿Pero esa chica te odia no? —asintió— ¿y Samuel lo sabía? —Asintió otra vez— y entonces... ay no que hijo de puta Lexie.
Ay no... Que coraje dios.
Ella rio por lo bajo.
—¿Qué?
—Nunca te había oído maldecir, ¿te lo estaré pegando? —Abrió mucho los ojos— ¿estoy siendo muy grosera?
—¡No, no, no! Para nada.
—Es que a veces no me controlo —pareció recordar algo por qué volvió a emocionarse y golpeo mi mano— ¡¿sabes que hice anoche con Logan?!
—¿Qué? ¡Cuenta, cuenta!
—Nos colamos en la casa de America y Samuel. ¡Le destruimos los maquillajes a America y le tire su ropa a la piscina! Y eso no fue lo mejor ¡Logan y yo le rayamos el coche a Samuel!
¡Oh santa mierda!
Reímos a carcajadas y nos llevamos un regaño por las personas sentadas allí.
—Esa cabrona se lo merecía y ese gilipollas de Sami también.
Seguimos burlándonos de ese Samuel hasta que se me ocurrió una idea.
—¿Sabes qué?
—¿Qué?
Me mordí el labio antes de decirle.
—Hoy es mi cumpleaños —cumplir años era lo que más me emocionaba en el mundo y más ahora.
—Que mierda de amiga soy, lo siento mucho —me apretujo el rostro— ¡Feliz cumpleaños!
—Gracias.
—¿Qué tienes planeado?
Me encogí de hombros.
—Esta noche quede con Josh —ayer se coló en mi residencia estuvimos toda la noche juntos. Dándole que dándole— y estaba pensando...
—¡Dime ya!
Me reí ante su impaciencia.
—Tengo una clase dentro de nada pero después estoy libre, ¿Qué tal ir al centro comercial? Vivo aquí desde hace seis meses y aún no he salido.
Asintió con la cabeza y dijo.
—Pues te desvirgare, puedo llamar a Aleix para que nos ayude y lo conozcas.
¿Otro nombre más? ¿Cuántos amigos tenia Lex?
—¿Quién es Aleix?
—Un amigo, podre elegir un vestido para la fiesta de hoy ¿te vienes?
Me mordí el labio y negué por qué sabía muy bien cuales eran mis planes para el resto de la noche. Lo estaba ansiando.
Me miro de reojo, cómplice.
—Bien, entonces nos vemos luego Lixi.
Me levante de un salto y corrí la silla para irme de inmediato.
—¡Adiós, Noah!
Que bien se sentía tener una amiga.
Suspire completamente feliz de mi día, estaba yendo de maravilla. Fui dando saltitos hasta mi próxima clase cuando mi móvil vibro en el bolsillo trasero de mi pantalón. Me había puesto guapa hoy.
Aquí Liam.
Hoy conocí a tu cuñada, apesta ¿Cómo la soportas?
¿De qué mierda hablaba hoy?
¿Si?
Exacto, ¿Cómo tu novio soporta a su hermana? No paro de entrarme en toda la clase, no me quejo esta guapísima pero ¿podrías alejarla de mis pantalones? Podrías decirle que soy gay no se invéntate algo.
Mi corazón comenzó a acelerarse y le fruncí el ceño al móvil tratando de que mis manos temblorosas pudiera teclear todo lo que quería decir.
Josh no tiene hermana Liam, es hijo único ¿de qué hablas?
¿Tu novio se llama Josh y está en el equipo cierto?
Si ¿por?
Bueno, es que como vi a Kami sobre sus rodillas creí que era su hermana.
¿Cómo que sobre sus rodillas?
Liam, ¿Dónde estás?
Liam ha enviado una foto.
Preferiría nunca haber abierto aquel mensaje, en él estaba Josh con Kamila, esa chica que me miraba todo el tiempo por los pasillos, esa que me hacía sentir insegura por ser tan cercana a mi novio. Esa chica estaba sentada en las rodillas de mi novio y él no se molestó en quitarla. Y lo que es peor, es que mi novio no mostro ninguna intención de querer bajarla de ese lugar.
Un lugar en el que debería estar yo, yo solamente como su novia. Pero en cambio me ocultaba.
Mi corazón se descontrolo por completo y sentí muchísimo calor recorrer mi cuerpo. Me dolía mucho que el hiciera cosas como esas.
Por qué yo quería ser esa chica.
Estaba siendo un gran día, lo era dios mío...
Maldito Liam, si solo no me hubiera informado de nada. E hice la cosa más estúpida que pude haber hecho, desquitarme con él.
Tú de verdad me odias ¿no? Eres un imbécil Liam, no me voy a cansar de decírtelo.
Y guarde el móvil en mi bolso para no caer en la tentación de volver a revisar aquella foto que me rompía el corazón y no dejaba de repetirse en mi cabeza.
Así que decidí que no era bueno quedarme aquí, cuando podría verlo por los pasillos y tener que contenerme para no golpearlo.
Por qué no quería arruinar lo que teníamos, aunque él ya lo hubiera hecho desde muchísimo antes.
Di media vuelta y dibuje una sonrisa de lo más falsa en mi rostro. Volví a la biblioteca y allí estaba, esperándome.
—Ey Lex, mi profesor está ausente ¿nos vamos? —dije con normalidad.
Mi amiga me sonrió y asintió recogiendo sus cuadernos y apagando la computadora que estaban al servicio para los alumnos.
Nunca me habían faltado tantas clases, el año pasado falte a muchas por venir a ver a Josh a los partidos, o para simplemente tener sexo rápido antes de volver.
Por eso estuve nerviosa mientras esperábamos al amigo de Lex.
Ella lo presento como Aleix y el me frunció un poco el ceño cuando me quede pegada mirando su maquillaje de ojos. Deseando poder tener sus manos para maquillarme de esa manera.
Lo elogie diciendo que estaba increíble su maquillaje y este hizo algo que verdaderamente no me lo esperaba ni en el más remoto caso.
Estampo su boca con la mía. No supe cómo reaccionar.
—¿Vas a elegir un vestido? —pregunto guiñándome un ojo.
—¡Aleix! No puedes besar a las personas así como así. —lo regaño Lex. No sabía qué hacer, ¿esto suponía un engaño hacia mi novio?— ¡Por qué no! ¿En qué momento te volviste tan gay?
Lo único que pude hacer fue reírme. ¿Cómo iba yo llamar eso un engaño? Si Aleix era gay.
Le hizo una mueca a su mejor amiga y dijo.
—Desde que me enrolle con dos tíos en una noche —mordió su labio.
Y acto seguido comenzó a contarme como le chupo el pene a un chico y luego como otro lo beso tan profundamente que no lo dejaba casi respirar. Lo escuche atentamente intentando ser amigable, no quería que se llevase una mala impresión de mí. Lexie se había quedado unos pasos atrás tapándose las orejas.
—No presumas tu vida sexual, hace que la mía se sienta ofendida —bufo alcanzándonos y encaminándonos a las tiendas.
Me sentí muy mal cuando me llevaron tienda tras tienda y nada me complacía del todo, quería cambiar un poco mi color negro a otro pero que este no sea tan brutal.
Liam.
Escuche atentamente la nochecita que tuvieron mi amigo y mi hermana. No sabía si golpearlo por estar a solas con ella o agradecerle por lo que hizo.
Resulta que ayer el imbécil de Samuel dejo en vergüenza a mi hermana diciendo barbaridades y dañando su corazón. Cosa que me hizo enfadar por no darme cuenta en el desayuno, creí que su silencio era por el duro día de ayer pero no, era por él.
Hijo de puta, quiero reventármelo.
Zac y yo chocamos puños con Logan cuando conto la parte donde rayaban el coche a Samuel. Ese vendito coche que no paraba de presumir.
Me levante al instante cuando vi y escuche como Samuel y su panda de imbéciles se nos acercó. En medio pude distinguir al novio de la princesita.
Aun no entendía en que la había cagado ahora la verdad. Pero supongo que ahora la pelirroja piensa que la odio o algo así. ¿Quién la entiende?
—¡¿Creíste que no me iba a dar cuenta de tu bromita?!
Vaya sí que le había dolido lo del coche, sonreí irónicamente al novio de la princesita. Algo tenía que no me gustaba ni un pelo.
—Deje firma.
Adair, Zac y yo nos reímos provocándolo. El primero avanzo y fue detenido por Logan.
Sam estaba como un toro de enfadado, pues se lo merecía. El coche no es nada comparado con los sentimientos de mi hermana y el me las iba a pagar.
—Vas a decirme ahora quien de estos hijos de puta te ayudo —sentencio con el dedo.
¿Insultándonos Sam? No saldrás de esta.
Logan insinuó indirectamente que había sido mi hermana y eso hizo que todo se descontrolara.
Mi amigo empujo a Sam hasta caer de culo...
Uno de esos tíos soltó algo sobre mi hermana y la sangre se me calentó, si ellos hablaban de ella era por qué este les informó.
Puede que los demás no lo escucharan pero yo si lo hice. Gran error Sam.
Se levantó para lanzar un golpe cuando yo fui más rápido e impacte mi puño en su nariz volviendo a dejarlo en el suelo.
Mi hermana no era la única de la familia que le gustaba dar golpes.
—Esto es por lo de mi hermana —volví a golpearlo esta vez en la mandíbula y luego en el estómago dejándolo sin respiración. No me corte, golpee y golpee hasta que me separaron de él.
Llevaba tiempo queriendo hacer esto.
Sus amigos se lo llevaron a cuestas mientras él se tocaba el labio, me lanzo una mirada que no supe como descifrar.
—Joder tío ¡que puñetazo! —comento Zac extasiado.
No estaba para eso ahora mismo. Mire a Logan y alce el puño ensangrentado como siempre hacíamos los dos, él lo choco conmigo.
—Gracias por cuidar de mi hermana.
Lex era mi tesoro, y todo aquel que le hiciera daño merecía una paliza. Ella era buena, pero siempre salía mal en todo, quizá sentía demasiado pero era una guerrera.
Una verdadera Anderson. Y Logan, él se estaba volviendo parte de nuestra pequeña familia. ¿Nos habíamos dispersado? Si.
Unos se fueron a cumplir sus sueños y otro eligió un destino por su cuenta.
Zac y Logan eran los reales, los definitivos al igual que Adair.
Mi familia.
Ainhoa.
Aleix había elegido por mí un vestido color vino con aperturas el costado del torso, no era mi estilo de siempre... pero él había amenazado con quitarme las pestañas una por una si no me probaba algo ya.
Este vestido... era demasiado pero muy lindo y sexy. Y yo quiero ser sexy por al menos una noche y se perfectamente que este tipo de vestidos le fascinaban a mi Josh así que salí del probador con una decisión.
Cuando me puse frente a mis amigos fue la confirmación de que ese era el elegido. Sin embargo...
—¿Me veo mal? Siento que...
Mierda ¿Por qué no puedo hablar bien de una vez por todas? Siempre me corto o mi voz es tan temblorosa que cualquiera pensaría que estoy a punto de ponerme a llorar.
Lex y Aleix se miraron entre sí, este último fue quien por poco me escupe en la cara de la emoción con que dijo:
—Eres la perdición de Liam — ¿eh?— ¡te queda genial!
Mordí mi labio evitando una sonrisa.
—Te ves muy sexy —dijo Lex acercándose a mi repasándome con sus espeluznantes y bonitos ojos.
Mire mi cuerpo en el espejo y no pude evitar compararme con mi amiga al verla a mi lado. Tan atrevida y segura y yo...
¡No!
Revise mi espalda en el espejo y casi lloro de alivio cuando la piel está cubierta.
—Creo que muestra demasiada piel.
Y era enserio la tela dejaba al descubierto mi cadera y toda mi pierna, se me veía hasta la braga de abuelita. Si lo llevo... no tendría que usar bragas o arruinaría el diseño.
Eso le agradara a Josh, digo más fácil ¿no?
No pienses en esas cosas ahora Ainhoa.
Mi amiga inspecciono mi cuerpo una segunda vez y se mordió el labio cuando asintió en mi dirección.
—¿Quieres que ese chico se quede babeando? —Asentí— entonces lo llevamos, y como regalo de cumpleaños lo pago yo.
Por más que trate de convencerla que podía permitírmelo ella se negó rotundamente a cualquier excusa mía. De verdad lo pago ella y en parte me sentí un poco mal...
No me gustan los regalos de cumpleaños, por qué nunca nadie sabe que comprarme y... ya tengo demasiado calcetines a rayas de los pasados años.
—Mhn, tengo que ir a comprar unas cosas a la tienda. Adelántense. —les avise a mis nuevos amigos.
Aleix asintió y se despidió de mí, por suerte no de beso en la boca. Y Lexie me acompaño a hacer las compras.
Necesito algunas cosas para la cena de esta noche, no quiero comer pizza ni algo basura. Quería tener algo especial con Josh, hace tanto tiempo que no tenemos nada así.
—¿Qué compraras Noah? —pregunto Lex a mis espaldas.
—Oh, em... aun no lo sé —mierda no había pensado en algo en concreto— supongo que, macarrones con queso. La cocina de mi habitación prácticamente es miniatura así que es lo único que puedo hacer. Además a Josh le gusta.
—Así que... ¿tú eres la cumpleañera y tu planearas tu cita con tu novio...? —pregunto cómo quien no quiere la cosa.
Traje saliva sin volverme a mirarla.
—Si —reí tratando de sonar despreocupada— hace un tiempo Josh dijo que extrañaba mí comida ¿Qué mejor momento que este?
—Ya... pero ¿no es el novio que hace todo eso? Bueno, supongo que será así ¿no? En las películas es así.
—Si...
—¿Y por qué no te lleva a cenar a algún lado? Podrían ir a un lugar especial como... nos, ¿una escapadita a la costa? ¡Oh ya se! Podr...
—¡Lex! —grite volteándome hacia ella. ¿Por qué no paraba de decir tantas cosas que de verdad dolían?— simplemente vamos a cenar en mi habitación. Me gusta que sea así ¿bien?
Parpadeo sorprendida sin comprender nada y asintió.
—Lo siento —forzó una sonrisa— no quería entrometerme demasiado...
Apreté mis labios volviendo a lo mío.
De verdad que eres imbécil Ainhoa.
Mierda, ahora se instaló un silencio incomodísimo entre nosotras que no sé cómo frenar. Por el rabillo del ojo puedo ver como Lex le frunce el ceño a sus dedos mientras se los aprieta con nerviosismo.
Bufo, ¿Por qué eres de esta forma?
—Oye, no quería que sonara de esa manera. Es solo que...
Me miro con los ojos bien abiertos y abrió la boca para replicar.
—Oh no, está bien lo entiendo —traga saliva mientras inspecciona mi rostro— no he tenido nunca novio así que tenía un poco de curiosidad.
¿Ves cómo eres de idiota? La he cagado.
—Lex...
—¡Esta bien! ¡Está bien! —Dice con nerviosismo adelantándose unos pasos— ¿Qué tal estos macarrones con queso? Dice aquí que es uno nuevo. ¿Le gustara a tu novio?
La miro sin saber cómo volver a nuestro ambiente de antes, decido no volver a mencionar nada o disculparme otra vez.
Le sonrió mientras ella me tiene su bolso.
—Sí, claro. Llevemos ese.