Capítulo 5. Nos volvemos a ver Bufón.
A la mañana siguiente, en una villa de lujo con grandes arbustos y frondosos árboles, cubriendo como un gran manto la villa, una risueña niña de seis años gritaba a todo pulmón con emoción —Aitor, Aitor… Ya estoy en casa, Aitor, Aitor –la pequeña llamaba a su hermano mayor, como no podía pronunciar bien la D, le salía mejor decir Aitor.
Declan que estaba terminando de alistarse en su habitación, salió de la misma con una gran sonrisa, su apuesto rostro estaba reluciente, dos encantadores hoyuelos salieron a relucir en sus mejillas, bajo las escaleras y se puso en cuclillas para recibir a su hermana Valentina —Mi pequeña Valentina ¿Cómo estás?
Valentina se agarró al cuello de su hermano con sus manos, lo abrazó con cariño y añoranza, luego lo beso en su mejilla —Te extrañaba mucho Aitor ¿Por qué no has ido a casa? –preguntó la pequeña mientras fijaba sus ojos azules a su hermano mayor.
—He estado ocupado con el trabajo, mi pequeña, pero dime ¿Ya desayunaste?
—Sí, tío Edgar me llevó a desayunar.
—¡Oh! Qué bueno mi niña, ¿Estás contenta de quedarse un tiempo conmigo?
—Sí, me gusta quedarme contigo Aitor, te amo mucho.
—Yo también te amo hermosa, bueno ve con la señora Dolores.
—Está bien Aitor, que te vaya bien en el trabajo.
—Gracias.
Declan se levantó con elegancia y camino hacia sus dos manos derecha —Vicente, ¿El detective llegó?
—Sí señor, llegó en la madrugada, ahora se encuentra en la residencia del norte esperándolo.
—Perfecto, andando entonces.
Los tres salieron de la villa de Declan, para dirigirse a una de sus casa, era una villa a nombre de su difunta madre Esperanza Quenzel Bauer, se subieron al automóvil y salieron de la villa, Declan iba en la parte de atrás viendo unas cosas en su móvil, luego de estar mirándolo por un rato, esté sonó, cogió la llamada y su voz era seca —Dime.
—Hola guapo, mañana es sábado y hay una cena de beneficencia para el podio del entretenimiento, ¿Te gustaría acompañarme? Sobre todo porque eres el mayor benefactor –dijo la mujer a través de la llamada.
Declan miró su agenda y preguntó —¿Hora?
—Será a las 8:00 p.m., ¿Irás conmigo?
—Le diré a Edgar que pase por ti, nos vemos en el hotel –sin más Declan colgó la llamada sin ningún tipo de sentimiento hacia la mujer.
Edgar que lo miro por el retrovisor se imaginó quien era —¿A qué hora pasó por ella?
—A las 7:30 p.m. –luego miró a Vicente —Tú irás conmigo.
—Entendido –dijeron los dos al unísono.
A una distancia de una hora y media llegaron a la villa Esperanza, cuando llegaron, vieron dos automóviles todoterreno, los tres se bajaron y caminaron hacia la villa, en la entrada estaba el mayordomo que cuidaba la casa —Buenos días amo Declan.
—Hola tío Arthur ¿Cómo sigue tu salud?
—Estoy mejorando poco a poco amo Declan.
—Solo dime Declan como siempre tío Arthur –le dijo Declan, quien siempre le apreciaba en su corazón a Arthur, él señor de mediana edad, era la mano derecha de su madre, era un fiel hombre que la cuidaba y la protegía en todo momento, hasta el día de su muerte.
—Bueno Declan, gracias.
—Bien, entremos.
Los cuatro entraron, en la enorme sala había un total de cuatro hombres de contextura gruesas y aspectos peligrosos, pero el que destacaba de todos ellos, eran el que estaba sentado en el centro, su rostro era frío, sobre todos sus ojos, esos ojos demostraban astucia y peligro, los hombres se levantaron y saludaron.
—Por favor tomen asiento –dijo Declan, haciendo que los cuatro hombres se volvieran a sentar —Iré al grano con ustedes, necesito que averigüen sobre la muerte de mi madre –Declan les entregó una foto de su madre a uno de los subordinados de su jefe.
El hombre se lo entregó a su jefe, el apuesto hombre miró a la mujer y luego miró al cliente que tenía al frente —¿Qué necesitas con exactitud?
Declan miró al hombre, se podía deducir que era mayor que él, pero su mirada le recordaba a una mujer, una mujer sumamente encantadora pero molesta —Mi madre murió el 8 de septiembre, mi primer sospechoso es la mujer de mi padre, esa tipa incito a que mi madre manejara ese día en un estado emocional desequilibrado, pero lo que quiero saber es ¿Por qué razón el cuerpo de mi madre no apareció ese día? Hasta el sol de hoy no he dado con su cuerpo.
Bartolomé se sintió extremadamente agitado cuando escuchó la fecha, ese día pasó la desgracia de su madre y hermanos, sus ojos denotaban tristeza, pero a la vez furia, esos ojos fueron visto por la mirada perspicaz de Declan, Bartolomé lo miró con seriedad y le dijo —Lo investigaremos señor Loftus.
—Gracias, el precio no es problema, solo quiero tener en mis manos al culpable y el cuerpo de mi madre para darle el descanso que se merece.
Bartolomé se levantó, cuando lo hizo, Declan hizo lo mismo, la diferencia de tamaño era considerable, de por sí Bartolomé era más alto y fornido que Declan, pero Declan no se intimidó con su tamaño —Espero grandes noticias de parte de usted comandante Bartolomé.
—Lo tendrá –los dos se extendieron la mano y su trato de búsqueda estaba iniciando.
Declan habló un poco más con él y en unas horas ya estaban todos fuera de la villa Esperanza, Declan iba en su automóvil con los chicos, la voz de Edgar salió a relucir —Ese hombre daba escalofríos.
—Sí –respondió con sinceridad Declan.
—Pero es uno de los mejores del mundo, no por nada se ha ganado su nombre como el “Lobo oscuro” –dijo esta vez Vicente.
Declan que lo escuchó, se sintió curioso por el nombre y preguntó —¿Por qué lo llaman así?
—¡Oh! Jefe ¿No sabe? Bueno le cuento, ese hombre es hijo del fundador del sistema de investigación gubernamental, ¿Se acuerda del famoso espadachín Shouta?
—Sí.
—Bueno, el comandante Bartolomé es su hijo mayor, pero dice que desde pequeño lo entrenó en el monte Fuji, como a los enormes lobos de la montaña nevada, su entrenamiento era tan duro que se volvió igual que un lobo oscuro, con el tiempo el poderoso Hiroto Shouta, se enamoró de una Holandesa y viajaron, de ahí no he vuelto a escuchar de él, hasta hace un par de años que en el bajo mundo volvió a relucir el nombre del antiguo dueño del sistema gubernamental, dice que volvió al ruedo con el lobo oscuro.
—¡Humph! Es interesante la historia, pero debemos tener cuidado con ese hombre, sus ojos irradian mucha astucia, es mejor tenerlo de amigo que de enemigo –expresó Declan.
De esa forma los tres iban rumbo al corporativo, en ese preciso momento iba una chica alegre conversando con su mejor amiga Nuria, quien estaba súper alegre porque su novio regresó anoche a dormir con ella —No sabes todo lo que hicimos anoche –dijo Nuria con alegría.
—No me quiero imaginar a mi hermano mayor teniendo relaciones contigo Nuria, eso es asqueroso.
—Bueno querida, consíguete un hombre rápido, ya es la edad que tengas pareja.
—Vaya, que traicionera eres, seguro que eso te dijo Barto anoche ¿Verdad?
Nuria la miró e hizo una mueca con las manos, como cerrando un zipper —Lo siento, le soy fiel a mi futuro esposo.
—Mira, después no vengas a mi enojada y llorando –le dijo la risueña Olivia, luego recordó algo —Vaya, que despistada soy, ayer conocí a un bufón.
—¿Bufón? No entiendo.
—Bueno te explicó, ayer llame a una agencia de payasos y pedí que me enviaran a un bufón, no un payaso, porque los niños le tienen miedo, pero un bufón es más alegre y divertido, así que me enviaron un hombre, realmente atractivo, pero se me olvido pagarle ayer, así que me acabo de acordar de eso.
—¿De qué te acordaste? ¿Del hombre guapo o del pagó? –preguntó Nuria con burla en sus palabras.
Olivia la miró y sonrió con gracia —La verdad de las dos cosas.
El camino fue divertido para esas dos mejores amigas, esta vez Nuria dejó a Olivia cerca de la empresa donde estaría trabajando hoy, luego se fue Nuria a hacer sus mandados, ya que hoy no tenía que impartir clases.
Olivia camino pocos pasos hasta llegar a la entrada, pero no contaba con encontrarse con el apuesto bufón, cuando entro a la recepción, el apuesto hombre que se recordó temprano con su amiga Nuria, estaba de espalda a ella, pero ella lo reconoció con claridad, al lado de Declan iba Vicente con Edgar, cuando Declan estaba por irse, se escuchó la encantadora voz de Olivia gritar con tanta pasión.
—¡Oh! Querido bufón.
Cuando Declan escuchó la voz de la chica, su rostro que ya estaba inexpresivo y molesto, sufrió una transformación extra, Edgar que estaba a su lado al igual que Vicente, los dos podían sentir la furia de su jefe. Vicente trago saliva al igual que Edgar.
La apuesta mujercita se acercó a Declan y lo tiró por el brazo para que este se girara, Olivia lo saludó cariñosamente —Vaya, que suerte encontrarte Bufón Armando Bronca –se rió con gracia Olivia, haciendo que Edgar casi se le saliera la risa del rostro.
Vicente que la miraba le volvió a pedir a los dioses que se compadeciera de la hermosa mujer.
La voz de Olivia volvió a sonar —Oye, se me olvido pagarte ayer –Olivia sacó su cartera y de ella sacó doscientos dólares —Ten Armando, ayer pasó todo muy rápido que me ocupe, por eso no me acordé de ti, sino hasta ahorita.
El rostro severo e inexpresivo de Declan estaba lleno de furia, sus ojos azules estaban más oscuros que antes, no sabía que decirle a la pequeña chica, sus labios no podían emitir ningún sonido, la voz de ella volvió a sonar.
—Armando, ¿No vas a agarrar el dinero? –Olivia veía como el apuesto hombre no tomaba el dinero, ella pensó que le daba vergüenza, así que descaradamente le metió el dinero en el bolsillo.
El tacto de las suave y caliente manos de la chica en el pantalón de Declan fue como una caliente sensación, Declan trago saliva, no podía creer que esa mujer volviera a seducirlo sin pudor, las manos de ella eran suaves, el tacto a través de la tela se podía sentir, todo ese fuego que estaba creciendo fue apagado por segundo por esa misma mujer.
—Bien, ahora dime ¿Qué haces aquí? Tienes algún trabajo de nuevo –Olivia lo miro y vio su estilo de vestir, tenía un pantalón de tela negro un poco sucio y un suéter rojo vino con un dibujo de un girasol amarillo con una sonrisa, se veía encantador —Vaya, tienes un estilo gracioso –la sonrisa de Olivia no se podía esconder —Dime ¿Por qué no tienes tu gafete? Espera no me digas –dijo ella mientras posaba las suaves manos en los suaves y coquetos labios de Declan.
Declan estaba sufriendo los peores espasmos en su cuerpo, quería tomar a esa mujer y darle una gran lección, agarrarla y ponerla en su regazo y alzarle ese sexy vestido negro y darle duro en ese enorme trasero, pero toda su lujuria terminaría con la desgracia y la humillación de ella.
Olivia metió su mano en su cartera, mientras ella hacía eso, Vicente y Edgardo estaban sudando a cantaros, jamás se imaginaron que su respetado jefe fuera humillado y ultrajado en su propio edificio, había muchos empleados mirando todo lo que pasaba.