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*CAPÍTULO 3*

Colt se mantuvo cabizbajo mientras estaba de pie, completamente inmóvil frente a la puerta que daba a la salida.

-Esto ha sido horrible - escuchó como Kitty comenzaba a llorar- no nos perdonará nunca Colt, la hemos perdido para siempre.

-Hemos sido unos absolutos tontos Kitty nunca voy a perdonarme haber lastimado de esta manera a la mujer que amo- dijo con profundo dolor.

-Cómo puedes decir que la amas? somos amantes, no te hagas el tonto, entiende que a mí también me duele pero no nos perdonará nunca, yo te amo Colt. Sé que lo que le hemos hecho a Sharon, es la peor de las traiciones pero podemos salir adelante juntos yo te tengo y tú me tienes.

-No te equivoques lo nuestro ha sido sólo sexo. Yo amo a Sharon, voy a casarme con ella, y si es necesario voy a rogarle de rodillas que me perdone, me arrastraré suplicando perdón, es a ella quien amo, ella será mi esposa y ha sido una completa tontería traicionarla, todo por no poder controlar nuestras pasiones, me duchare e iré a buscarla y a suplicarle perdón y tú deberías hacer lo mismo.

Kitty, se quedó allí observando como él desaparecía en dirección a la habitación, sintió ganas de llorar, de gritar, se sentía traicionada. Desde un principio supo que era el novio, el prometido de su mejor amiga pero, no había podido evitar enamorarse de él. amarlo en cuerpo y alma había sido una bendición y ahora él se plantaba frente a ella asegurando que no la amaba, después de haber hecho el amor durante todo un mes, estaba abatida, destrozada porque en un momento había perdido a los dos seres que más amaba.

Media hora más tarde, Colt estaba listo para ir tras Sharon en busca de perdón, Kitty no hacía más que llorar al ver cómo él hacía planes de irse tras ella, pero Colt no le daba mayor importancia en ese momento. No podía negar los fuertes sentimientos que tenía hacía Kitty, pero ahora, la prioridad era Sharon. Estaba por marcharse cuando su celular timbró, sorprendido observó que era la madre de Sharon.

-Hola.

-Oh Colt, hijo mío- la escuchó llorar desesperada y su corazón se detuvo momentaneamente- ha ocurrido una desgracia.

-Carol... no... no entiendo.

-Mi hija Colt, mi hija tuvo un accidente, se está muriendo, debes venir a la Clínica La Esperanza- no escucho más, había dejado de respirar, el oxígeno no llegaba a su cerebro.

Sharon, su Sharon estaba muriendo...

Cortó la comunicación cuando escuchó los gritos de Kitty, corrió a su encuentro. Ella gritaba y lloraba desconsolada, su celular en la mano.

-Kitty ...

-Oh no Colt, Henrry... Sharon, Sharon...- gimoteó.

-Carol me ha llamado- dijo con voz entrecortada y sus ojos produciendo lágrimas- vamos, debemos llegar a la clínica.

Sharon abrió los ojos lentamente, sus parpados estaban muy pesados, sentía una punzada en la cabeza, se sentía muy mal, así que volvió a cerrarlos.

-Hermana, hermanita. . . ¿Me oyes? – Henrry se escuchaba muy triste y Sharon supo que estaba llorando.

-Hija, Sharon por amor de Dios reacciona beba, ¡hija!- sollozó desesperadamente su madre – al oír tal desespero nuevamente abrió los ojos lentamente, haciendo uso de todo su valor para evitar todo el dolor que sentía en su cuerpo.

-Mamá - susurró- Henrry. . . .

-Hija- le besó la mejilla y la abrazó fuertemente.

-Nena, ¿te sientes bien?

-Me. . . me duele mucho la cabeza.

-Te golpeaste muy fuerte.

-¿Estoy en el hospital?

-Si, cariño- le dijo acariciándole la mejilla.

-¿Cuánto. . . cuanto tiempo llevo aquí?, siento que he dormido una eternidad.

-Es porque has estado tres meses en cama.

-¡Tres meses! – casi gritó y se llevó las manos a la cabeza, volteó un poco y se encontró con que dos pares de ojos la miraban – Kitty...¡Colt, mi amor!.

Estos se miraron y luego se volvieron hacia ella.

-¿Cómo te sientes?- preguntó Colt.

-No lo sé – miró fijo a los ojos de Colt y recuerdos atenazaron su mente, la realidad pasó ante ella como una vieja cinta, de una película muy antigua.

-¿Qué sucede? – preguntó Colt cuando lágrimas resbalaron por las femeninas mejillas.

-¿Pens . . . pensaste que no recordaría nada?, ¿qué olvidaría lo que me has hecho? Colt, vete, vete y no vuelvas jamás, no quiero volver a verte, váyanse, váyanse .

-Pero Sharon. . . hermana. . .

-Henrry, haz que se vayan, por amor a Dios, que se vayan, que se vayan, fuera, fuera – comenzó a dar gritos de histeria mientras movía el rostro de un lado a otro desesperada y las lágrimas abundaban - que se vayan, que se vayan – Kitty sollozó, fue lo último que recordó Sharon antes de sufrir un desmayo y caer nuevamente en una oscura y profunda oscuridad.

-Sharon- su madre llamó a la puerta de la habitación, ya tenía dos meses de haber salido del hospital - Sharon, hija ¿puedo pasar?

-Adelante, mamá – se quejó con la cabeza debajo de las almohadas, su madre entró con una bandeja que contenía el desayuno.

-Sharon, mírame- ella obedeció saliendo de su escondite.

-¿Qué sucede, madre?

-Es lo que yo pregunto – suspiró- ¿Qué sucede, Sharon?, llevas dos meses sin salir de tu habitación, haz abandonado el trabajo. . .

-Ambas sabemos que no necesito trabajar – gruñó y se odió por usar las mismas palabras de Colt.

-Antes te agradaba- dijo su madre triste.

-He cambiado de parecer – dio alzándose de hombros.

-No puedes seguir así, la última vez que te encerraste fue. . . fue cuando tu padre murió- ya su madre no soportó más y lágrimas brotaron de sus ojos .

-Solo estoy deprimida, no debes sentirte mal por mí, madre, esto que siento no será eterno.

-¿Por qué no has dicho como ocurrió el accidente?, no has parado de llorar, ¿qué sucedió, nena?, haz terminado con Colt, sin embargo él viene diariamente para intentar hablarte, y para saber cómo sigues y tú te niegas a verlo, lo mismo con Kitty- Sharon hizo un gesto- no quieres ver a nadie, estoy preocupada por ti.

-Basta madre, no quiero hablar – saltó de la cama y se dirigió al cuarto de baño- tomaré una ducha.

Mientras el agua tibia de la ducha resbalaba por su cabello revivía las imágenes del día en que descubrió la traición de su prometido y con su mejor amiga, las imágenes que tanto daño le hacían, que desgarraban su alma y llenaba su alma de dolor.

Dos días después cuando comenzaba a anochecer, alguien llamó a su habitación.

-Adelante, ¿qué sucede madre?- la miró fijamente intentando leer la expresión que tenía dibujada en el rostro.

-Tienes visita.

-No quiero recibir a nadie, dile a quien quiera que sea que se marche.

-Nena es Kitty, dice que necesita hablar contigo y que no puedes seguir evitándola.

-A ella menos que a nadie – dijo amenazante - no quiero verla, que se valla – su madre se giró y cuando se disponía a salir le dijo.

-¡Madre!- le llamó con un extraño tono de voz.

-Si, Sharon.

-Dile que suba la recibiré aquí en mi habitación – suspiró varias veces y caminó hacia el ventanal de la habitación que daba al jardín, cuando Kitty entró, ella le daba la espalda.

-¡Sharon! – dijo Kitty suavemente.

-Hola, Kitty – dijo volviéndose, pero el diminutivo que antes denotaba cariño y un profundo amor sincero ahora solo encerraba odio y el más profundo desprecio.

-Necesitamos hablar Sharon, sé que estas dolida, pero sigo siendo tu amiga.

-¿Amiga? – rió amargamente, avanzó hacia ella y le proporcionó una fuerte bofetada, luego chasqueó la lengua- las amigas no se acuestan con los prometidos de una Kitty, jamás imaginé, ni espere eso de ti.

-Perdóname, Sharon, regálame otra oportunidad.

-¿Otra oportunidad?, no me hagas reír, ¿qué es lo que quieres que te perdone?, ¿Qué me hayan visto la cara de idiota, que hayas dormido con mi prometido? Dime. . . ¿Quieres que olvide que te revolcaste con Colt?

-Si – dijo casi inaudible - me siento muy triste.

-Triste no estabas cuando Colt te hacía el amor, no tiene nombre lo que me hiciste, nunca te voy a perdonar, ¿me oyes bien?. . . nunca.

-Nada justifica mi actitud y lo sé, pero. . . en el momento me deje llevar.

-¿En el momento?. . .¡santo Dios! Llevabas un mes haciendo el amor con él y todavía tienes la desfachatez de venir aquí a pedir perdón.

-Sharon, Sharon siempre has sido dulce, carismática, sencilla y sobre todo perdonadora ¿Dónde ha quedado todo eso?.

las palabras de Colt resonaban en su cabeza, logrando que se pusiera furiosa, la miró con ojos de infinito odio.

-Ustedes lo mataron – gritó- nunca volveré a ser la misma chica estúpida de la que se burlaron, desde este momento todo cambiará, juro que se arrepentirán de lo que me han hecho y de todo el daño que me han producido, y como no puedo mandarlos al infierno, yo trasladaré el infierno a sus vidas, seré cruel y despiadada como jamás pudieron imaginarlo, haré que se arrastren frente a mí, desearán no haber nacido, yo seré su verduga– Kitty observó que Sharon desde el fondo de su alma la despreciaba y estuvo segura que cumpliría sus palabras, un miedo paralizante se apoderó de ella.

-Sha. . . Sharon. . .

-Ahora vete de mi casa y olvida como volver, porque si lo haces yo misma te sacaré a patadas– se giró para esperar que Kitty saliera de su habitación. Kitty miró su espalada y sintió miedo, Sharon los odiaba, jamás los perdonaría, y estaba segura que se lo haría pagar muy caro, con un precio tan alto que seguramente no tendría como saldarlo .

-De verdad lo siento- hizo su último intento.

-Lo lamentaras mucho más que ahora. . . saluda a Keanyelis de mi parte.

-¿Qué es lo que tramas?- su angustia era casi tangible- a mi hermana no la incluyas en esto.

-Tú la has incluido y su suerte será tu responsabilidad como hermanita mayor.

-¡No puedes hacerle daño!- la escuchó gemir desesperada.

-¿Y quién te crees que eres para decirme lo que puedo o no hacer?.

-Solo tiene diecinueve años, piensa en ella no en mí- le daba una enorme satisfacción escucharla suplicar

-¿Y tú Kitty, pensabas en mi cuando permitías que Colt te hiciera el amor, pensabas en mi cuando gemías entre sus brazos?

-Es distinto Sharon, Keanyelis es mi hermana, sabes que no tenemos a nadie más. . . al menos mírame cuando te hablo, no es agradable hablar con tu espalda.

-Es más de lo que te mereces.

-De acuerdo – Kitty suspiró cansada, está nueva Sharon era tan distinta a la mujer que ella había conocido- Por favor Sharon, no le hagas daño a mi hermana.

-¡Qué tierna eres Kitty!. . . no sabes cuánto placer me produce escucharte suplicar.

-Te suplicaré todo lo que desees, lo haré de rodillas si es necesario, ella sólo me tiene a mí y yo sólo a ella, por favor no la incluyas en todo esto, ella es inocente de lo que está pasando.

-Antes de meterte en la cama con mi prometido debiste pensar en las consecuencias, debiste pensar que engañarme, que traicionar mi confianza tendría un precio, pero ¡claro!, pensaron que la dulce y cariñosa Sharon les perdonaría- dijo con gran amargura.

-No quisimos engañarte. . . ¡Nos amamos, Sharon!

-¡Qué asco!, era como tu cuñado, te consideré mi hermana, ¡te amé como una hermana!.

-Sharon este amor que siento por él es más fuerte que yo.

-Y este odio que yo siento por ambos es más fuerte que yo – dijo sin poder evitar que lágrimas de dolor escaparan de sus ojos – Él me amaba, debiste respetarlo, tú sabias mejor que nadie cuánto yo le amaba, sabias que mi vida se centraba en él, a ti te confié todo, a ti que eras mi amiga, pero tú no soportaste la tentación de irte a la cama con él, le permitiste hacerte el amor, sin importar que destrozabas con ello mi alma, mis ilusiones, ¡eres repugnante! ¡Jamás pensaste en mí!

-Me he culpado tantas veces por todo tu dolor Sharon, sé que no merezco que me mires , pero nos amamos, de verdad nos amamos.

-Ese amor está maldito. Si, maldito por mis lágrimas, por mi dolor, por mi tristeza, y hasta por mi sangre derramada en ese accidente, jamás estarán juntos. . . ¡ jamás!, esta humillación me la pagaran, me pagaran cada lágrima, cada día de estos cinco meses, juro que me pagaran con lo que más aman, y si para eso tengo que acabar con el amor que te tiene tu hermana, lo haré, créelo que lo haré.

-No Sharon, Por favor. . . por favor te lo suplico.

-Vete – fue en ese momento cuando se giró para mirarla de frente- Vete de mi casa y no vuelvas! – la miró irse entre gemidos y sollozos, su corazón estaba herido, Sharon sintió que acababan con la poca alma que le quedaba y sin poder evitarlo se arrojó en la cama para llorar, llorar todo lo que sus ojos le pedían.

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