capitulo 5. el beso con lengua
Vittorio bebe su trago en seguida para luego servirse otro y tomárselo de una vez, mira hacia el escenario mientras que las chicas arman su show de esa noche. Sin embargo, verlas bailar desnudas no le quitaba la ira que sentía por dentro.
—Señor —la voz de Fabian lo saca de su estupefacción.
—¿Qué diablos quieres?
—Me entere que al señor Garibaldi le ha gustado la jovencita, debe estar muy complacido con eso.
—Me parece que le gusto demasiado.
—¿Qué quiere decir?
—Que se llevó a la maldita rubia.
Fabian se sorprende puesto que eso nunca había pasado en el club, y menos de Garibaldi. Era un hombre al que se le conocían pocas mujeres, no le agradaban las putas y no era muy sociable con las personas.
Era despiadado y su paciencia era muy escasa. ¿Por qué se llevaría a una mujer del club?
—Pero, a él no le gustan las putas —Vittorio lo mira de reojo.
—Por esa razón ella le gustado, porque no era una maldita puta.
Vittorio toma la botella de la mesa para lanzarla contra la pared, estaba cabreado porque se habían llevado a una de sus chicas. Y precisamente tenía que ser a esa, no era su tipo de mujer, sin embargo, esa maldita cara tenía…
—¿Quiere que haga algo? Conseguiré más chicas como esa.
—Llama a Isabella.
Fabian asiente y sale de la sala vip…
Unos segundos después Isabela ingresa en la sala completamente asustada por como la iba a tratar su jefe.
—Ven aquí —ella obedece rápidamente situándose a su lado —. Estoy muy cabreado, y eso lo sabes.
—Yo no tuve la culpa de que esa muchacha no se arreglara.
El frunce los labios ante su respuesta, dirige uno de sus brazos hacia ella para tomarla por aquella mini falda que utilizaba esa noche. Arrastra el cuerpo de la castaña a la silla hasta sentársela a horcajadas sobre su regazo.
—Lo sé, lo se… —la sujeta por el cuello en forma de caricia, pero poco a poco empieza a apretar hasta que ella abre un poco más los ojos.
—No respiro…—dice a duras penas.
Vittorio la libera y ella comienza a toser, luego de eso él baja la mirada hacia la blusa, con ambas manos la rompe en dos pedazos hasta dejar libre sus tetas. Agarra una de inmediato para olerla primero y luego llevarse a la boca y empezar a chupar el pezón.
Masajea la otra teta con la mano libre y prosigue succionando el pezón que estaba dentro de su boca, utiliza sus dientes hasta morder la piel de la castaña.
—¡Ah! —desde luego que ella se queja y se encorva, pero él posiciona una mano en su espalda para retenerla donde quiere.
Incesantemente sigue halando su pezón hasta que lo libera y pasa a agarra el otro, primero lame toda la teta a su alrededor y por último se mete el pezón en la boca seguidamente de encajarle sus dientes.
—No, por favor —Isabella se queja y es cuando Vittorio se aleja de ella para tomarla por el mentón con brutalidad.
—¿Qué mierda te sucede? ¿estas buscando cabrearme más de lo que ya estoy?
—No, no… —responde con temo.
Vittorio regresa a seguir lamiendo el pezón de Isabella, luego conduce la mano por el medio de su cuerpo hasta llegar a la altura de la pretina de la falda. Con violencia alza la falda de la castaña hasta su cintura y hace a un lado las pantaletas que lleva puesta.
Desliza la mano por el medio de sus muslos hasta llegar a su vagina, utiliza dos dedos para rozar la parte superior del mismo por un rato.
—Que sueve tienes el coño —musita mientras que sigue chupando su pezón.
Luego utiliza el dedo medio para deslizarlo por el centro de los labios vaginales para encontrar su maldito coño seco y áspero.
—Maldita sea niña, cuando comenzaras a lubricar —la toma por el mentón —. Los que te follarán no serán nada amables contigo, y te meterán su verga aun cuando tu vagina no este lubricada, ¿lo entiendes?
Isabella intenta retener las lágrimas, pero era inútil.
—¡Oh! ¿vas a llorar? —niega rápido sin decir una palabra.
Lleno de ira y bastante cabreado Vittorio saca su polla de su pantalón muy rápidamente, la sujeta por la base, alza un poco el cuerpo de la castaña y posiciona la cabeza de su verga contra la vagina de ella.
De una única embestida penetra el coño de esa joven, pero de una manera tan violenta que la hace gritar del dolor.
—¿Lo ves? Si no te lubricas, te dolerá, imagínate que 5 penes te follen al día y no lubriques nada —le dice mientras que entra con rudeza en su vagina arrancándole lagrimas a la castaña —. Si te mojaras no sentirías esta clase de ardor.
—Para, me duele—hace amago de levantarse, pero él se lo impide.
—No te iras de aquí hasta que te folle hasta que mi ira desaparezca.
Sujeta a la castaña con ambas manos y empieza a levantarla y bajarla, pero cuando la baja lo hace con rudeza.
—¡Oh, si! Esto es muy bueno, siento que te mojas.
Nota como ella muerde sus labios y frunce el ceño, lo estaba pasando mal y eso le excitaba, cuando la mujer sufría durante el sexo le parecía placentero para él.
—Vamos, quiero que muevas las caderas para mi polla.
Agarra una de sus tetas y aprieta, luego se levanta con ella encima para acostarla sobre la mesa abre sus piernas de par en par y termina por halar la tira de su pantaleta hasta romperla. Mira como su polla entra en el pequeño agujero de esa vagina y se saborea.
—Tu coño es el mejor que he probado hasta ahora.
Escupe sobre la unión de sus sexos y comienza penetrarla con rudeza hasta que la mesa empieza a moverse de un lado a otro.
Se aferra de una de sus tetas mientras que la otra mano la posa en su cintura, se inclina hacia adelante y sigue entrando con fuerza. Las tetas de ella se mueven al compa de las embestidas entre tanto las mejillas de la castaña se volvían rosadas.
—Vamos maldita sea, gime, quiero que me des muchos gemidos de placer. Dime que lo estas disfrutando estúpida puta de mierda.
Vuelve a bajar la mirada notando que su pene salía salpicado de sangre con el fluido blanquecino de ella.
—Al menos comienzas a lubricar.
Sigue entrando en ella creando un sonido morboso por la unión de sus sexos, Vittorio abre más sus muslos logrando ver todo el interior del coño de ella. Uno que ya se encontraba hinchado y enrojecido.
—Joder que bueno que esta tu coño.
Continúa dedicándole toda su atención al coño de Isabella mientras que su polla entra y sale de ella. En cuanto siente que esta por eyacular acelera las embestidas volviéndolas veloz, luego de unos segundos es que termina por correrse dentro de ella.
—Mierdaaaa… —jadea inclinando la cabeza hacia atrás —. Si que me he desquitado.
Jadea al mismo tiempo que retira el pene del interior del cuerpo de ella. Isabella cierra los muslos de inmediato y termina sentándose.
—No quiero tener que verte chillar como una cría, si lo vuelves hacer juro que no dejare ni un solo rincón de tu cuerpo sin golpear ¿entiendes?
—Si.
—Lárgate y ve a limpiarte.
en lo que se queda solo toma otra botella para servirse un trago y bebérselo de inmediato. Limpia sus labios con el dorso de la mano y se sirve otro.
—Maldito Antonio.
[…]
Antonio detiene el coche en el estacionamiento de su mansión, al bajarse del mismo sigue escuchando los gritos de esa mujer que lo había sacado de sus casillas.
—Maldita sea, ¿para qué demonios la he traído? —camina con prisa a la parte trasera del auto, abre la maleta y la rubia se le escapa rápidamente.
Él gira el cuerpo violentamente para sujetarla casi en el aire, abraza su cuerpo de modo que queda su rostro muy cerca del de ella. Ambos se miran a los ojos y no dicen una sola palabra.
—Si continúas gritando pondré una bala en tu cabeza.
Bianca se aquieta, piensa en sus abuelos y en que si muere nadie cuidaría de ellos. Sin embargo, estaba atrapada en las manos de ese sujeto y sin modo de escaparse.
—Así está mejor, bien calladita.
Antonio se la carga al hombro para levarla dentro de su casa, entre tanto Bianca mira todo el lugar percatándose de que estaba una enorme casa. Bueno, al menos la entrada era lo que estaba viendo.
Al ingresar en la mansión empiezan a subir unas escaleras, ella mira todo a su alrededor y confirma sus sospechas, era una enorme casa.
Al cabo de unos segundos ingresan en una habitación y ese hombre la tira sobre una cama donde rebota. Se le queda mirando y ella solo frunce el ceño y empieza a retroceder sobre la cama.
—¿Cómo te llamas? —pero Bianca se queda callada mientras que no le quita los ojos de encima —. ¿No vas a decir nada? —se cruza de brazos al mismo tiempo que su paciencia se agota —. Afuera has hecho un completo escándalo, y ahora no dices nada.
—Déjeme ir.
—No.
Bianca comienza a derramar lágrimas. Sigue mirando a ese hombre y piensa que debe encontrar la manera de convencerlo para que la dejara en libertad.
—Necesito irme.
—No te iras de aquí —Antonio mete las manos en sus bolsillos —. Dime como te llamas —él espera una respuesta, pero sospecha que ella no le responderá nada —. Será mejor que me lo digas por las buenas y no por las malas, no soy un hombre paciente.
—Bianca.
Antonio asiente, luego la ve a cuerpo entero. Se aproxima a la cama y empieza a gatear sobre la misma.
Cuando Bianca lo ve aproximarse a él empieza a retroceder rápido para alejarse de ese extraño que no traía buenas intenciones con ella, la había comprado, ¿Qué demonios podía pensar? Pero sus intentos de escape se evaporan cuando este la sujeta por el tobillo para halarla hacia él.
—¿A dónde vas? —Antonio se sitúa sobre ella, sujeta sus muñecas por encima de su cabeza y acerca sus labios lo más que puede a los de ella—. No hay escapatoria, Bianca.
—Por favor, no haga esto —él se acomoda en medio de sus muslos hasta conseguir abrirlos completamente para él.
—¿Qué edad tienes? —los ojos de ella empiezan a derramar lágrimas que le impiden al CEO avanzar —. Dimee…
—20… tengo 20 años.
Culmina soltando más lágrimas al mismo tiempo que cierra sus ojos, no lo soportaba más, ya no podía hacer nada más que rendirse.
El CEO la ve llorar a mares, aquello era como una barrera para él. Era la primera mujer que le resultaba complicada para follarse, ¿Por qué? Traga saliva al mirar esos labios carnosos y rosados, relame sus labios mientras que poco a poco va acercándose a ellos.
Hasta que consigue rozar sus labios con los de ella y en ese instante Bianca abre sus ojos, pero él no se aleja de su boca.
Los labios de ella eran dulces, pero salados debido a sus lágrimas. Sin embargo, le resultaron deliciosos. Afianza el beso, sujetando las muñecas de ella con una mano y con la otra sujeta el mentón de la chica.
A duras penas consigue abrir la boca de Bianca para poder introducir su lengua en el interior de su boca. Al rozar la lengua de esa mujer Antonio siente que se debilita por completo. Continúa besando a Bianca sintiendo la torpeza de ella.
Bueno, de hecho, ella no lo estaba besando. No obstante, eso no lo detiene y el sigue jugando con la lengua de ella… pero al separarse el CEO mira los ojos azules de esa chica, sinceramente era muy ingenua.
—¿Nunca te han besado con lengua? —Bianca parpadea varias veces y se pregunta, ¿Qué demonios fue todo eso?
Sintió la lengua de ese hombre dentro de su boca, era tibia y suave y hacia movimientos extraños en su interior. ¿Eso era un beso con lengua?