Sinopsis
Bianca fue secuestrada por el terrible descuido de un par de idiotas que no supieron hacer bien su trabajo, esta joven rubia después de salir de su trabajo muy tarde en la noche, es secuestrada por dos sujetos en la calle. La inocente rubia es llevaba a un club nocturno donde la vida no era nada fácil para las chicas de ese lugar. Y es aquí donde su destino estaría sellado de por vida, Bianca era la ofrenda perfecta para un italiano reconocido, Antonio Garibaldi, empresario, dueño de muchas compañías de coches prestigiosos. La virginidad de Bianca es lo que la lleva a unir su destino con este CEO de muy mal carácter, sin embargo, Antonio también podía ser su salvación. No tenía tantas opciones, o quedarse en ese club de prostitutas y ser vendida cada noche a diferentes hombres, o ser el obsequio para un solo hombre… En cuanto Bianca fija sus ojos en ese italiano, siente un espantoso miedo en su interior, pero también otra cosa más que no logra explicar o entender… sabía bien que irse con ese hombre era terminar en la cama con él. Antonio al observa a la rubia de pies a cabeza y al mirar esos ojos tan azules y tan penetrantes le provocaron cierta sensación extraña en su interior que no logro entender en ese momento. Sin embargo, dejarla en ese club no era precisamente lo que estaba pensando, y eso sí que era extraño. Definitivamente aceptaría su obsequio con mucho gusto…
capitulo 1. Probandola
Aquella lasciva mirada verdosa observaba a una joven de pronunciadas caderas bailar, gira el rostro hacia un lado cuando vislumbra que ella se da la vuelta y es cuando puede mirarle el culo a aquella chica de piel bronceada.
Muerde sus labios con gusto ya que se le hacen agua al pillar que esa jovencita tenía bastante potencial, desde que la vio no lo dudo ni por un segundo.
La joven castaña comienza a dar vueltas, luego abre sus piernas cuando se agacha sobre el piso iluminado por luces de colores, el rubio baja la mirada hacia los muslos de estas pudiendo percibir que su ropa interior era más pequeña de lo que pensó.
Se reclina hacia atrás y sonríe con morbo, la joven ni siquiera le había dedicado una sola mirada, pero eso le importaba una mierda.
Se cruza de brazos mientras que no deja de mirar a esa chica que llamo su atención desde el primer momento, luego hace una seña con la mano y la joven castaña presta atención. Se detiene mientras que lo observa con nervios.
—Eres más que perfecta para este trabajo, cariño.
Sin embargo, ella no dice una sola palabra, se queda allí parada sobre la tarima más pálida que nunca. Cuando observa que aquel hombre rubio se pone en pie ella retrocede un paso casi que tropezándose con aquellos enormes tacones que usaba.
—Ven aquí —le ordenan, ella mira hacia un lado y ve como otro hombre le hace una seña para que avance, así que ella lo hace —. Eres una criatura muy linda, ¿no me digas que eres virgen?
Ella niega rápidamente al mismo tiempo que baja la mirada, pero él le levanta el rostro para poder ver los ojos de esa chica.
—¡Qué pena! —responde decepcionado.
Luego toma a la joven de la mano y camina con ella sin decir una sola palabra.
—Fabio esta joven es perfecta para que comience esta noche —ordena justo cuando pasa frente al hombre quien asiente de inmediato.
—Por supuesto, señor Vittorio, como usted lo ordene.
—Pero primero veremos dé que está hecha.
Vittorio arrastra a la castaña hacia su oficina, en cuanto se encierra en la misma libera a la joven mientras que admira su cuerpo. La lencería que utilizaba era escasa y eso le favorecía.
—¿Tienes 20 años? —ella asiente.
El rubio camina hacia ella con pasos lentos, posa una mano sobre el hombro de ella al mismo tiempo que la siente temblar aquello lo hace sonreír, luego baja la mirada mientras que sus dedos hacen el mismo recorrido.
En cuanto llega a la altura del broche del sujetador lo suelta de inmediato. La castaña se estremece al sentir que sus tetas iban a ser expuestas, de inmediato coloca las manos en su pecho.
—¡Oh, no! Claro que no harás eso…—él quita las manos —. Debes ser una buena chica—musita contra su hombro —. Se buena conmigo, y prometo ser bueno contigo.
—Por favor…—Vittorio cierra los ojos cuando la oye suplicar con voz llorosa.
—Odio cuando lloran —vocifera con voz ronca y enojada —. Si no vas a ser una buena niña conmigo, entonces seré un mal jefe contigo.
La castaña lo mira de soslayo con ojos de temor, en eso él hace girar su cuerpo bruscamente para someterla, la coloca sobre el escritorio boca abajo y luego de eso le saca la pantaleta a la fuerza.
—Me gustan las calladitas, las que no son muy ruidosas y si no puedes ser eso para mí, entonces me tendré que portar muy mal contigo.
Cuando ella oye que él baja la cremallera de su pantalón su corazón se acelera.
—¡No! —él se detiene—. No, no, por favor, yo seré buena, lo prometo —Vittorio sonríe satisfecho.
—Buena chica, así las prefiero, dócil.
Rápidamente se despoja de la corbata seguido de la camisa, para luego librarse de los pantalones. Saca su verga el cual masajea suavemente, observa que ya estaba más que empapado con sus propios fluidos.
—Seré bueno contigo, a cambio quiero que me des mucho placer. Ya que no eres una virgen debes saber bien lo que se hace cuando tienes a un hombre bien excitado detrás de tu culo ¿no es así?
—Si.
—Entonces, probemos.
Sujeta a la joven por la cadera para luego abrir un poco sus muslos, toma su pene por la base guiándola hacia el culo de la joven, baja un poco hasta que siente la entrada del coño de ella. En cuanto la punta de su pito empieza a penetrarla Vittorio siente cierta presión.
—Definitivamente serás muy buena para el trabajo —la joven se sujeta de los bordes del escritorio mientras que ese hombre la penetraba.
Vittorio entra un poco más dándose cuenta de que realmente ya esa chica había follado otras veces, así que decide meterle toda su polla en una sola embestida.
—¡aaah! —ella grita cuando siente el empujón.
—Vamos relájate un poco, esto no es nuevo para ti.
—La tiene muy grande —se queja.
—Acostúmbrate, porque diario te follaran hasta 5 sujetos.
Él empieza a entrar y salir de la vagina de ella, baja la mirada para ver como su pene entra en ella con cierta dificultad, la maldita chica estaba tan seca por dentro.
—Maldita sea, ni siquiera estas lubricada —elle muerde sus labios puesto que le estaba doliendo aquella cogida.
Vittorio saca su polla, abre una gaveta para sacar una crema lubricante, le agrega algunas gotas a su pene para luego masajear, dos de sus dedos los desliza por los labios superiores e inferiores de la joven.
Aprovecha y decide introducir ambos dedos para masturbarla un poco, extrae sus dedos del cuerpo de ella y seguido de eso vuelve a conducir su verga hacia el interior de su vagina. Penetra su coño y esa vez con menos dificultad.
—Eso está mejor.
Vittorio comienza a penetrarla con fuerza consiguiendo que la mesa del escritorio se mueva hacia adelante y hacia atrás, baja la mirada para ver como su polla sale salpicada de los fluidos de esa chica.
—¡Oh, si! Joder, que buena estas.
La sujeta por el cabello para inclinar su cabeza hacia atrás, coloca una mano en la cintura ejerce presión hasta que sus dedos se marcan en su piel. Entra y sale de ella creando un sonido morboso.
Oye como la joven jadea, o se queja. Para él era igual, lo único que le importaba era que el coño de esa chica sí que era bueno. Muchos iban a desear cogérsela y eso indicaba que las ganancias estarían bastante buenas.
El rubio saca su polla hace girar el cuerpo de la joven para acostarla mejor sobre el escritorio, sujeta ambas piernas para colocarlas juntas sobre un lado de su hombro, vuelve a tomar su polla por la base y al ver la entrada de su vagina cerrada lo lleva a morder sus labios.
El glande de su pene empieza a penetrar aquellos dos labios rosados poco a poco hasta conseguir que su pene entrara por completo dentro de ella una vez más.
—¡Ahhhh! Mierda, pero qué coño más bueno tienes, mujer. Podría follarte todo el maldito día.
Baja la mirada para seguir viendo como su pene entra y sale de ella, y con el mismo movimiento observa que de los labios vaginales de ella brota una especie de baba que le hace agua la boca.
—Maldita sea, ya estás toda mojada.
La joven cierra los ojos cuando siente que ese hombre vuelve a penetrarla, a pesar de estar usando lubricante ella sentía mucho escozor en la vagina. Era doloroso follar con ese tipo que decía llamarse su jefe.
Frunce el ceño y muerde sus labios cuando el acelera las embestidas.
Vittorio extrae su pene del interior de ella para abrir sus piernas de par en par e inclinarse hacia la misma, con dos de sus dedos abre los labios principales y seguido de eso empieza a succionar el interior de esa chica.
Le sabia a nuevo, la esencia de esa mujer era casi pura y deliciosa. Por ende, chupa con más intensidad, metiendo su lengua hasta lo más profundo de la cavidad de su coño y es cuando oye un pequeño gemido de placer.
El rubio muerde el interior de su sexo provocando que ella se encorve y grite del dolor. La joven intenta levantarse, pero Vittorio se lo impide, se pone en pie para luego posar una mano sobre su pecho y hacerla acostarse de nuevo.
—¿A dónde crees que vas? No hemos terminado pequeña niña.
La cara de pavor que tenía esa mujer era complaciente para él, le excitaba ver temor en los rostros de las mujeres que se follaba, le resultaba emociónate.
—Ya lo comenzabas a disfrutar.
Ella lo ve y niega con la cabeza, si empezaba a disfrutar del sexo oral, pero cuando el escucho sus gemidos le hizo daño.
Vittorio desliza las manos por los muslos de esa chica mientras que muestra una sonrisa lasciva, poco a poco va gateando sobre ella mientras que observa su mirada de miedo.
—¿Asustada? —pero ella no le responde, se limita únicamente a mirarla.
El rubio sujeta su polla por la base mira hacia abajo y al ver el coño de esa chica abierto e hinchado la penetra de una sola embestida.
—¡Ahhh! —ella grita, pero no de placer.
El CEO la sujeta por la nuca bruscamente al mismo tiempo que penetra su vagina con violencia, baja la mirada para ver como su verga entra y sale del cuerpo de esa voluptuosa mujer, le gustaba mucho las chicas con mucho volumen.
—Te volverás mi preferida, por un tiempo solo seré yo quien te folle —los ojos de la joven comienzan a lagrimear luego de escuchar aquellas palabras.
Entre tanto siente la feroz embestida de ese hombre, se la estaba follando con violencia y rudeza y ella no estaba acostumbrada a ese trato. Muerde sus labios al mismo tiempo que se aferra a aquella incomoda mesa de escritorio.
Vittorio continúa follando a esa castaña sin parar, hasta que siente que estaba por eyacular, rápidamente saca su polla del coño de ella y obliga a la joven a agacharse ante él, abre los labios de ella y de inmediato derrama su semen dentro de su boca.
Observa que los ojos de ella derraman lagrimas mientras que él vierte su semen directo a su garganta, al vaciarse por completo rosa los labios de ella con el pulgar, vislumbra que ella no tragaba nada así que le cierra la boca.
—¡Trágatelo todo! —le ordena con voz de amenaza, en eso ella abre los ojos y él pilla que guardaba muchas lágrimas en ellos —. Traga maldita sea.
La joven obedece puesto que no deseaba ser golpeada, en cuanto lo hace baja la mirada y limpia su boca la cual estaba empapada de semen.
—Solo servirás tragos hasta que me aburra de follarte, cuando eso pase, serás una más del montón y tendrás que tragarte muchos más de estos y de diferentes clientes.
Vittorio coge sus pantalones para ponérselos mientras que observa a esa chica tirada en el suelo.
—Ve a lavarte, esta noche tienes mucho trabajo.
Ella asiente y se pone en pie, coge las pocas prendas de ropa que tenía y sale de la oficina. Unos segundos después aparece la mano derecha de Vittorio muy sonriente.
—¿Qué le ha parecido, señor?
—¿De dónde has sacado a esa idiota? No hizo más que llorar y quejarse mientras me la follaba, encima que no le gusta tragarse el semen, eso será un problema para ti Fabio —le reclama a lo que el hombre se atiesa.
—Yo, yo hablare con ella para que haga todo lo que se le pida.
—No trabajara en el bar como una puta más, la quiero para mí por algunos días. Yo le enseñare lo que debe hacer mientras se la follan otros, pronto será más dócil.
Fabio asiente rápidamente.
—Necesito chicas más atrevidas, las que has conseguido son unas monjas buenas para nada. Tienen miedo y no les gusta que se las follen, ¿de dónde mierda sacas a esas chicas? ¿de un maldito convento?