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Capítulo 3

TÍTULO: DESEOS.

Aleksander. 

Las chicas llegaron a la mesa y, en cuanto vi a la mía, jalé su brazo y la senté sobre mis piernas. Su cuerpo temblaba, la pequeña diabla tiene miedo.

Le dije unas palabras para ayudarla a calmarse, no tiene que tener miedo de mí, solo tiene que relajarse y disfrutar.

Las otras chicas también llegaron y mis hombres eligieron una para cada uno. Son chicas muy bonitas y podrían despertar el deseo incontrolable en cualquier hombre.

A Luka, mi mano derecha, le di dos de las chicas vírgenes; él se lo ganó, además es la persona en la que más confió, y merece pasar la mejor noche de su vida.

Aleksander ---Pequeña diabla, dime cuál era tu nombre, no lo recuerdo ---Dije levantando su traje de mucama traviesa y acaricié sus piernas hasta llegar a su zona íntima.

Ella se puso pálida como un muerto, pero fue una buena diabla. Se mantuvo sentada en mis piernas y, con su mano dentro de mi saco, acariciaba mi pecho sobre la tela de la camisa. Al sentir su tacto iba entrando en calor, no va a pasar mucho tiempo para que la lleve a la habitación y la haga mía.

Amara.

Amara -- Mí nombre no importa señor —Le dije después de oír su pregunta, y besé su cuello, Svetlana nos dio clases y explicó todo lo que deberíamos hacer, pero si no fuera por mi novio, me cortaría la garganta para morir rápido. Todo esto es demasiado asqueroso, no creo que pueda resistirlo por mucho tiempo.

Dimitri --- ¿Cómo la están pasando?

¿Las nuevas diablas se portan bien?

Luka --- Sí, son buenas diablitas.

--Y si me disculpan, me las llevo a la habitación, ya deseo que me devoren.

Aleksander  --- Ve, son todas tuyas, goza de ellas y de la noche.

Dimitri--- Por supuesto, ve, sonya dejó habitaciones VIP para ustedes, la tuya es la veinticinco y es una suite.

Luka--- Entonces no pierdo más tiempo. 

Pero, antes quiero ver algo excitante.

--Tais, Magdalena consuman una línea de cocaína, eso va hacer que se relajen.

Dimitri --- Háganlo, ustedes también.

Amara --- Pero… no es necesario.

Dimitri --- Que lo hagan, recuerden que no les conviene portarse mal, sean buenas diablitas y obedezcan.-- 

Aleksander. 

Después de una hora de beber y consumir, Luka y sus chicas se fueron, luego 3 más de mis hombres, y solo quedamos, serguei, nuestras diablas y yo.

A Luka  le cedí a la brasileña y también a la estadounidense, y me dejé a la griega. Desde que Elena me abandonó, me concentré únicamente en negocios y dejé mí vida privada de un lado, solo deseaba el cuerpo de ella, la mujer que amaba, pero esta chica volvió a despertar mis deseos.

Aleksander --- Ven conmigo hermosa, llegó la hora. -- Le digo y la levanto de mis piernas y me pongo de pie.

Amara --- s… s… sí señor.

Aleksander --- No tengas miedo de mí, sólo disfruta. --- Le dije y rodeé su cintura y, caminamos hacia la habitación.

Amara.

Después de estar en la mesa con esos malditos hombres, llegó Dimitri, nos obligó a consumir drogas y alcohol, cuando inhale ese desconocido polvo blanco, sentí cómo entraba por mis fosas nasales y recorría todas mis arterias y llegaba directo a mi cerebro, fue una sensación extraña y horrible, pero cómo dijo Dimitri, mí cuerpo involuntariamente se relajó un poco.

Seguimos bebiendo, Svetlana nos vigilaba de cerca, las chicas se fueron hasta que sólo quedamos 4 personas.

Pero pronto llegó mí turno, y tuve que ir a la habitación con el tipo que estaba conmigo.

Él me llevó a la habitación abrazada a su cuerpo, tuve muchas ganas de golpearlo y salir corriendo, pero si lo hacía, Dimitri iría detrás de mi novio para hacerle daño.

No me quedó de otra que apretar los puños y adentrarme en la habitación, que sería mí deshonra, en la cual perdería lo más preciado que poseo, la pureza que tanto guardé para el chico que amo, pero que ahora voy a perder con un extraño, y mucho más mayor que yo.

Aleksander --- Baila para mí, y mientras lo haces quítate la ropa.--- Ordenó acostándose en la cama.

Amara --- ¿Qué?

Aleksander --- Que bailes para mí, y quítate la ropa mientras lo haces.

Al estar dentro de la habitación, el tipo se acostó en la cama y me pidió que bailara y me desnudara.

-- ¿Qué?— Pregunté horrorizada, y mí rostro ardía. Juraría que me puse roja, pero no soy yo quien debería tener vergüenza, ese debería ser él. No comprendo cómo no siente vergüenza, maldito degenerado. Pero al ver su rostro sereno cambiar por uno molesto, la segunda vez que me repitió la misma frase, comencé a bailar,

Baile lo más sensual que pude, novia mis caderas lentamente mientras quitaba la ropa que cubría mí parte superior, y dando los últimos movimientos, quité la parte inferior de la ropa que me quedaba.

Al estar sólo en ropa interior, me quedé parada, mí cuerpo se paralizó por completo, las tiras que tenía puestas no cubrían nada, estaba prácticamente desnuda, y él no dejaba de mirarme como si quisiera devorarme.

Aleksander --- Ven aquí.-- Al escuchar esas dos palabras me asusté aún más, y si mí cuerpo no se movía, ahora mucho menos.

Aleksander.

Estoy con la griega en la habitación, antes de comenzar, quiero jugar un poco, entonces le digo qué baile y quité su ropa, pero ella parece no entender lo qué quiero, y me encabrono, ella lo notó y comenzó a bailar, su delgado cuerpo fue quedando desnudo, las tiras de la lencería adornaban su figura excitándome.

Sentí una gran molestia en mi pentatlón. La erección que tenía me causaba cierto dolor, ya estaba demasiado erecto.

Le dije que viniera a la cama, pero desobedeció mi orden, logrando enojarme. Tenía pensado contener mi impulso animal, pero qué mierda, ya me sacó de quicio.

Me levanté y fui hacia ella, la tomé del brazo y la arrojé a la cama, me tiré sobre ella, su lencería dejaba todo su cuerpo a mi disposición y tomé lo que había pagado.

Con mi pierna ejercí presión entre las de ella y quedé en medio, quité el pantalón y la ropa interior  que  me estorbaban y, al tener el miembro libre, la embestí.

Amara --- Duele, duele, suéltame, maldito asqueroso.

-- Suéltame, suéltame, suéltame.

Aleksander -- Pagué por ti, eres mía.— dije  sosteniendo sus brazos y le di una embestida más.

 Era un poco difícil, no lograba entrar por completo, su intimidad quedaba muy ajustada, ella siguió gritando e insultándome, pero no me detuve, luego de varias embestidas su interior se ajustó a mi tamaño, mis fuertes rugidos sonaban uno tras otro, su intimidad apretaba mí miembro, incrementando la excitación de mi cuerpo, el cual se movía involuntariamente con más rapidez.

 (lo estaba gozando).

Mis caderas chocaban con su cuerpo, todo mi ser comenzó a dar espasmo, estaba por llegar al límite, coloqué mí rostro en su cuello, dejé varios besos y bajé a sus pechos, introduje uno de ellos en mi boca y lo mordí, logrando que diera un gemido agitado, ella intentó cerrar las piernas, pero lo único qué logró fue volverme aún más loco.

Mírame a los ojos —Ordené y giró, dejándome ver sus ojos hinchados y húmedos por las lágrimas que caían de ellos.

Di las últimas embestidas y llegué al éxtasis total del placer, mí pecho latía con fuerza, casi no podía respirar. Abandoné su cuerpo y caí a su lado. La griega cerró las piernas y se colocó en posición fetal, ignoré su comportamiento, pero me jodió como la madre.

¿Quién mierda cree que es?

Ella no tiene derecho a rechazarme, pagué por ella, sólo tomé lo que me pertenecía.

Me acosté de costado y me cubrí con las sábanas de seda.

--Duerme un rato, pienso seguir, pagué un millón por ti, tienes que complacerme — Advertí y sólo escuché un profundo silencio.

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