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CAPÍTULO 4

Un año más tarde Rita es una mujer feliz, alegre, divertida y lo más importante; es una mujer divorciada. Ha dejado atrás el amor que sentía por Michaell, ese amor que tanto daño le había hecho, ahora era una chica en busca de diversión, y de recuperar los años que había malgastado amando al infiel de su marido. Fue muy duro superar aquello, pero afortunadamente Connie y Gillian, nunca la abandonaron, le brindaron un apoyo incondicional en todo momento.

Michaell, no había querido entender que lo mejor era no seguirse lastimando y acabar con la falsa de matrimonio que tenían.

-No Rita, te lo suplico, cariño- había pasado sus nerviosas manos por el cabello- no me dejes, fui un tonto, lo sé. Cariño, he cometido errores pero te amo.

-¿Errores?, que no sepas mantener la bragueta en su lugar no es un error, eso se llama; traición Michaell, y yo no estoy dispuesta a tolerarlo, no soportaré ningún engaño, no pasaré por alto ninguna falta, porque no te he dado motivos para que me causes ésta herida. He sido tu esposa, tu amiga, tu compañera, tu amante, te he dado lo mejor de mí; mi tiempo, mis mejores años, mi amor, mi respeto, mi devoción. Ahora has arrojado todo a la basura.

-Rita. . .por Dios. . .

-No. Es irremisible Michaell, quiero el divorcio.

Después de tanto intentarlo Michaell cedió a darle el divorcio. Es más, aceptó un divorcio de mutuo acuerdo y amistoso, a cambio de la no revelación de su infidelidad. Luego de aquello vendió la casa, no soportaba tener que volver a ese sitio, ver aquella cama le causaba repulsión, deseaba comenzar una vida nueva y no quería nada de lo antiguo en ella.

Gillian y Connie, la ayudaron a vender la casa y hasta el auto, para luego buscar un apartamento, y un nuevo coche. Rita, se los agradeció, sintió que necesitaba comenzar desde cero.

Sus amigas eran adorables, Connie estaba un poco loca, pero eso la hacía más divertida. Amaba pasar tiempo con ellas. Su teléfono sonó sacándola de sus cavilaciones.

-Hola, guapa- respondió sonriendo.

-Cariño, estoy en busca de una buena amiga.

-Pues estás de suerte rubia, porque tienes dos- Connie rió feliz.

-En este caso te necesito a ti. Ya sabes que la pelirroja es una aguafiestas, conste que adoro a Gil, pero me desespera que sea tan calmada en todo.

-No puedes reprocharle su personalidad- le reprendió Rita.

-¡Le reprocho que se vaya siempre por lo seguro!

-No comprendo- Rita frunció el entrecejo.

-¡Gillian, tiene una cita!- gritó Connie desesperada.

-¡Eso es maravilloso!- Rita se sintió feliz.

-Oye nena, te digo que no lo es. Ha aceptado salir con el idiota de John. ¡Ese hombre es tan insípido, como una ensalada césar sin aderezo!

-Connie, por Dios. . .

-Connie, un cuerno, Rita. ¿Soy la única con sentido común?- su tono era exasperado.

-Puede que John, sea un buen chico- Rita intentó razonar.

-El chico trabaja en una aburrida biblioteca. ¡Ya es suficiente con que Gil se la pase pegada a los malditos libros todo el día!

-Oye rubia, cálmate.

-¡No!, ella necesita un hombre ardiente. Que deje de lado el idiota prototipo de príncipe azul, cursi y romántico.

-¡Son sus gustos, Cariño!

-No, es que es lo único que conoce. ¡Con un demonio Rita!

-Connie. . . - Rita rodó los ojos. Connie, podía ser tan exasperante.

-Es una romántica incurable. ¿ que no se da cuenta que si sigue así, saldrá lastimada?

-Es probable que. . .

-Al diablo con las probabilidades y las estadísticas, no estoy hablando de números- se quejó- solo te diré una cosa, ese chico es tan aburrido como una ostra. Y esos con cara de yo no fui, son los más peligroso. ¡Cómo que la haga sufrir y le doy un balazo!

-¡Hey, hey chica del lejano oeste!. . . guarda las armas, no puedes solucionar todo a punta de disparos.

-Pues mi pistola es la única que está de acuerdo conmigo. Ella no me cuestiona, solo obedece.

-Es porque no tiene cerebro, guapa. Hasta tu arma podría decirte que tus impulsos no te llevarán nada lejos. Quizás hasta termines presa.

-Eso es imposible cariño, mi papi tiene a los mejores abogados- respondió en tono autosuficiente.

-Connie. . .

-Ya basta. Gillian, es la serena Rita, no yo. Ella es de las amigas que te aconsejaría calmarte. Yo soy de las que te ayuda a matar al infeliz y a esconder el cuerpo. Nada podrá cambiar eso- le sonrió y Rita suspira cansada.

-Tienes razón. No cambiarás.

-Por supuesto que no - le aseguró- Habla con Gillian, y asegúrate de que le informe al desabrido de John, que sé cómo ocultar un cadáver.

-¡Loca!- le dijo Rita sonriendo.

-Oye, guapa. Por cierto, ¿cómo está el mangazo de tu jefe?

-Connie, Connie, Connie. . .

-¡¿Qué?!, no soy Gillian, busco un hombre nena y ese Adam está como quiero. . .perdón, como quiere. Es un mangazo - estalló en carcajadas- quizás un día de estos le invite a salir.

-¡Atrevida!- no pudo aguantar la risa.

-Te juro de que me como a ese bombón, me lo como.

-Eres insoportable- rió.

-Rita. . . Gillian desea que la ayudemos a escoger que ponerse para la cita de hoy, yo me he negado y. . .

-¿Tu qué?- le preguntó asombrada.

-Me he negado, nena- dijo despreocupada.

-No puedes hacerle eso a Gillian.

-Si puedo. Ese John, me cae en el hígado. Que hombre tan huraño.

-Me interesa muy poco, John. Pero no puedes hacerle eso a Gillian, somos sus amigas.

-Y cómo amiga sé que ese hombre no le conviene.

-¡Eso no lo decides tú!, entiéndelo Connie, es su decisión.

-Me pudre ese hombre, y tú te estás volviendo fastidiosa.

-Me importa poco. Vas a llamarla y a ofrecerle una disculpa. Esta tarde iremos a su casa y la ayudaremos a prepararse para su cita.

-Pero. . .

-Nada de Peros, Connie. No dejaremos sola a Gillian, es mi última palabra.

-¡Demonios Rita, a veces te odio!- gritó enfurecida.

-Lo sé- sonrió.

-No solo te llamaba por Gil, quisiera que este sábado de amigas, fuésemos a una nueva disco. . .

-No- la interrumpió- quedamos en sábado de casa y películas.

-Pero, Rita- gimió frustrada- quiero ir a bailar.

-No, no y no. Podemos ir la semana que viene. Además estoy sumamente agotada Connie, no tener asistente agota cada reserva de mi energía.

-Punto a mi favor, necesitas desestresarte y ¿qué mejor lugar que en una discoteca y muchos hombres?- le sonrió con picardía.

-No cambiaremos nuestros planes.

-Hoy estás insufrible, estás más mandona que mi madre- le dijo enfadada- No quieres ayudarme con Adam, te molesta lo que opino de John, me obligas a aceptar ayudar a Gil para la sosa cita y de paso me niegas una salida a la disco.

-Es que ya teníamos planes- dijo firme.

-¡Necesito buscar nuevas amigas!

-¡Dramática!

-Dile a Adam que te busque con urgencia una asistente o terminarás por perder una hermana- sin más le colgó la comunicación.

-Connie. . .Connie. . .- Rita se quedó mirando la pantalla del celular.

Lo dejó sobre el escritorio y se llevó ambas manos a la cabeza. Connie tenía razón, desde que se quedó sin asistente el trabajo se ha acumulado y la ha obligado a dedicar más horas a las cuentas. Amaba los números pero la verdad es que últimamente llegaba al apartamento con fuertes migrañas, se sentía agotada al extremo, su humor estaba cambiando, no podía seguir así.

-¿Un mal día?- levantó la cabeza y dirigió la mirada hacia esa ronca y profunda voz. Connie, tenía razón nuevamente, ese Adam era realmente atractivo. Un verdadero bombón como ella decía.

-Algo así. . .

-Creo que traigo noticias que lograrán alegrarte.

-Eso espero- suspiró- estoy que ya no aguanto. Si no recibo buenas noticias lloraré de frustración.

Lo miró tomar asiento frente a ella, así que se inclinó hacia atrás y dejó reposar su cuerpo en el espaldar de la silla.

-Sé que últimamente te has esforzado mucho por seguir el ritmo de trabajo, y que estar sin asistente ha sido una verdadera pesadilla- le sonrió- a fin de mes te daré un jugoso bono especial.

-Espero sea muy jugoso- ironizó Rita.

-Lo será, volvió a sonreír- esa es una de las noticias. La segunda es que ya recursos humanos ha contratado una asistente para ti.

-¡Oh, sí!- elevó ambas manos al cielo- eso sí es una gran noticia. Eso me hace inmensamente feliz. Aunque en vez de bonos, deberías darme vacaciones pagadas- su carcajada la hizo reír.

-Lo pensaré. Lo prometo. Tu asistente comenzará el lunes. Es una chica muy preparada, su nombre es Karen Smith, te haré llegar su síntesis curricular para que te familiarices con ella.

-Genial, Adam- le sonrió aliviada.

-Lo tercero es que he contratado un nuevo consultor jurídico.

-Eso es maravilloso. Ahora la empresa contará con una persona capacitada.

-Sí. Solo que debo pedirte un favor, preciosa.

-Tú dirás, Adam.

-El nuevo consultor es amigo mío, tiene muchas especialidades en distintas áreas, es un hombre genial que comprende mucho de inversiones, llegó hace poco del extranjero, necesito que se ponga al día con todo. En especial con el área administrativa, necesito que trabajen de la mano, y necesitaré reportes semanales de los avances sobre las inversiones que queremos realizar, deben evaluar juntos las propuestas y analizar los pro y contras, tanto en el área administrativa, como en el área legal, si nos conviene el negocio mi amigo sabrá aprovechar la oportunidad. Es el mejor.

-Muy bien. Por mí no hay problemas, Adam.

-Bien. Él también llegará el lunes, su nombre es Hugh Scott. . .

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