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#4 Vestido azul

Al otro día

Amala se sintió un poco desconcertada al ver a Valentino tan frío y distante esa mañana.

La noche anterior, durante la cena, había visto un lado de él que no conocía, un lado más relajado y amigable. Pero ahora, mientras se preparaban para ir a la empresa de su padre, Valentino había vuelto a su expresión seria y profesional.

-¿Estás listo para ir?", preguntó Amala, intentando romper el hielo.

Valentino asintió sin mirarla.

-Sí, estoy listo.

Amala se sintió un poco herida por su falta de respuesta. La noche anterior, habían hablado y reído juntos, y ella había sentido una conexión con él que no había sentido antes. Pero ahora, parecía como si Valentino estuviera haciendo un esfuerzo consciente por mantener la distancia entre ellos.

-¿Qué pasa?- preguntó Amala, intentando entender su comportamiento- ¿Te pasa algo?

Valentino se detuvo y se volvió hacia ella. -Nada. Simplemente tengo que concentrarme en mi trabajo. Soy su jefe de seguridad, y mi responsabilidad es protegerla.

Amala asintió, entendiendo su explicación. Pero no podía evitar sentir que había algo más detrás de su comportamiento, algo que Valentino no estaba dispuesto a compartir con ella.

Después de un largo y silencioso viaje, llegaron finalmente a la empresa. Amala se sintió aliviada de salir del auto y estirar sus piernas. Valentino, por su parte, se mantuvo en un estado de alerta máxima, escaneando el entorno con una mirada intensa.

Al entrar en la oficina central, Amala fue recibida por su padre, el señor Headford, y un hombre amigable que se presentó como Thomas. Thomas sería su instructor durante las próximas semanas, enseñándole los movimientos de la empresa y ayudándola a entender su funcionamiento.

Mientras Amala se reunía con su padre y Thomas, Valentino se mantuvo en el fondo de la habitación, observando con una mirada crítica. No le gustaba la forma en que Thomas se acercaba a Amala, con una sonrisa demasiado amplia y una actitud demasiado confiada. Valentino se sintió incómodo, como si Thomas estuviera invadiendo el espacio personal de Amala. El señor Headford se fue y Amala preguntó al notar la cara de Valentino

-¿Qué pasa, Valentino?, preguntó Amala, notando su expresión seria.

-Nada- respondió Valentino, manteniendo su mirada en Thomas- Solo estoy asegurándome de que todo esté bien.

Amala sonrió y se volvió hacia Thomas.

-No te preocupes, Valentino. Thomas es un amigo de mi padre. Está aquí para ayudarme a aprender sobre la empresa.

Valentino no respondió, pero su mirada siguió siendo intensa, como si estuviera evaluando a Thomas y encontrándolo deficiente.

De repente...

Thomas se sorprendió al ver a Valentino acercarse a él con una expresión feroz en su rostro. No entendía qué había pasado, solo había intentado explicarle a Amala algunos conceptos de contabilidad y, en un momento de entusiasmo, había puesto su mano sobre la suya.

Pero antes de que pudiera siquiera disculparse, Valentino lo arrinconó contra la pared, su rostro a solo unos centímetros del suyo.

-Si la vuelves a poner incómoda, te haré pedazos- dijo Valentino, su voz baja y amenazante.

Thomas se sintió aterrorizado, no había visto a nadie reaccionar de esa manera antes. Intentó disculparse, pero Valentino no le dio la oportunidad.

-Lo siento, lo siento- dijo Thomas, intentando retroceder, pero Valentino lo mantuvo firme contra la pared.

Amala se acercó a ellos, preocupada por la escena que estaba desarrollándose. -Valentino, por favor déjalo!!

Pero Valentino no se movió, su mirada fija en Thomas.

-No se preocupe, Amala, solo la estoy protegiendo.

Thomas se sintió humillado y asustado, no sabía qué había hecho para merecer esa reacción. Se disculpó de nuevo y se alejó de la habitación, intentando escapar de la tensión que se había creado.

Amala se sintió un poco enojada con Valentino por su reacción exagerada, pero al mismo tiempo se sintió aliviada de que él se hubiera preocupado por su bienestar.

-¿Por qué reaccionaste de esa manera? preguntó Amala, intentando entender su comportamiento.

Valentino se encogió de hombros.

-Solo quería asegurarme de que estuviera segura. La puso incómoda su comportamiento?

Amala asintió, recordando la forma en que Thomas había puesto su mano sobre la suya.

-Sí, me hizo sentir un poco incómoda. -admitió.

Valentino asintió, como si hubiera confirmado sus sospechas.

-Hice bien en asustar a ese maldito- dijo, con una sonrisa leve.

Amala se rió, a pesar de la tensión que aún se sentía en el aire.

-Creo que sí...Pero voy a hablar con mi padre para que me asigne a otro instructor. No quiero que Thomas se sienta incómodo trabajando conmigo después de lo que pasó.

Valentino asintió, mostrando su acuerdo.

-Me parece bien.No quiero que tenga que trabajar con alguien que la hace sentir incómoda.

Esa tarde la secretaria le recordó a Amala que tendría un cóctel de presentación la noche siguiente así que Amala se sintió emocionada de ir a comprar un vestido de etiqueta para el cóctel de presentación. No había ido a una tienda de primera marca en mucho tiempo, y la idea de tener a Valentino como acompañante la hizo sentir un poco más relajada.

Mientras manejaban hacia la tienda, Valentino se mantuvo en silencio, concentrado en la carretera. Amala lo miró por el espejo retrovisor y notó que estaba muy alerta, siempre vigilante. Se sintió un poco más segura sabiendo que él estaba allí para protegerla.

Al llegar a la tienda, Valentino se estacionó en un lugar seguro y se bajó del auto para abrirle la puerta a Amala.

-Dentro de poco estaré lista- dijo Amala, sonriendo- No te preocupes, no te haré esperar demasiado.

Valentino sonrió ligeramente y asintió.

-No hay prisa.Tómese su tiempo.

Amala se rió y entró en la tienda, con Valentino siguiéndola de cerca. La vendedora los recibió con una sonrisa y se ofreció a ayudar a Amala a encontrar el vestido perfecto. Valentino se mantuvo en el fondo de la tienda, siempre vigilante, mientras Amala se probaba diferentes vestidos.

Amala le hizo un gesto con la mano y

Valentino se acercó al probador, curioso por ver cómo le quedaba el vestido a Amala. Cuando ella abrió la cortina, se detuvo en seco, sorprendido por la visión que tenía ante él.

Amala se veía radiante en el vestido azul profundo, que realzaba su figura y hacía que sus ojos brillaran. Las cuentas y brillos del vestido parecían bailar en la luz, y Valentino se sintió como si estuviera viendo a una diosa.

-¿Qué te parece?-, preguntó Amala, sonriendo nerviosamente.

Valentino se tomó un momento para responder, intentando encontrar las palabras adecuadas.

-Se ve... increíble- dijo finalmente, su voz baja y seria.

Amala se rió, pareciendo aliviada.

-¿De verdad?

Valentino asintió, su mirada fija en ella.

-Sí, de verdad...Ese vestido fue hecho para usted.

Amala sonrió, pareciendo satisfecha con la opinión de Valentino.

-Creo que me lo llevaré- dijo, cerrando la cortina del probador.

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