#5 Me encantó...
Al entrar en la mansión, Amala se sintió un poco cansada después de un día lleno de actividades. Valentino la siguió en silencio, cerrando la puerta detrás de ellos.
La mansión estaba en silencio, solo se escuchaba el sonido de los pasos de Amala y Valentino en el suelo de mármol. Amala se dirigió hacia la escalera, pero se detuvo y se volvió hacia Valentino.
-Gracias por acompañarme hoy- dijo, sonriendo ligeramente.
Valentino asintió, su expresión seria como siempre.
-De nada.Es mi trabajo.
Amala se rió suavemente.
-Sí, lo sé...Pero gracias de todos modos.
Valentino la miró durante un momento, y Amala se sintió como si estuviera viendo algo en sus ojos que no había visto antes. Pero luego, la mirada de Valentino se desvaneció, y él se volvió para subir la escalera detrás de ella.
Mientras subían la escalera, Amala se volvió hacia Valentino y le preguntó:
-¿Cenaremos juntos otra vez esta noche?"
Valentino sonrió ligeramente, y Amala notó que su expresión se suavizó.
-Claro..Me gustaría.
Amala se sintió aliviada y feliz de que Valentino hubiera vuelto a su carácter amigable de la noche anterior. La forma en que la miraba y sonreía la hacía sentir cómoda y relajada.
-Genial! ¿Qué hora te parece bien?
Valentino pensó por un momento.
-¿Qué tal si nos vemos en el comedor en una hora?- sugirió- Me gustaría ducharme y cambiarme antes de cenar.
Amala asintió.
-Suena perfecto. Te veré en una hora.
Valentino sonrió de nuevo y se despidió de Amala con un gesto. Amala se fue a su habitación, sintiéndose emocionada y expectante por la cena que se avecinaba.
Valentino cerró los ojos y dejó que el agua caliente de la ducha se deslizara por su cuerpo. Sus manos se deslizaron por sus abdominales marcados, sintiendo la tensión en sus músculos. Pero su mente no estaba en su cuerpo, sino en otra cosa.
La sonrisa de Amala estaba invadiendo sus pensamientos, y no podía quitársela de la cabeza. Recordaba la forma en que sus ojos brillaban cuando se reía, la forma en que su boca se curvaba hacia arriba. Valentino se sintió sorprendido por la intensidad de sus pensamientos. No había esperado que Amala tuviera este efecto en él.
Se abrió los ojos y miró hacia abajo, sintiendo una sensación de incomodidad. No estaba acostumbrado a sentirse de esta manera. Siempre había sido un hombre controlado, que mantenía sus emociones en check. Pero Amala parecía haber trastocado todo eso.
Valentino suspiró y se enjuagó el cabello. Tenía que recuperar el control. No podía permitir que sus sentimientos por Amala lo distrajeran de su trabajo. Se salió de la ducha y se secó con una toalla, intentando sacudirse la sensación de incomodidad que lo había invadido.
Cuando ya estaba listo, sintió que golpearon a la puerta.
Valentino sonrió al ver a Amala en la puerta, su rostro iluminado por la luz del pasillo.
-La comida está servida- dijo ella, con una sonrisa juguetona.
Valentino asintió y salió de su habitación, cerrando la puerta detrás de él. Juntos, caminaron hacia el comedor, donde la mesa estaba puesta con una elegancia exquisita.
La cena fue una experiencia relajante y divertida, con ambos compartiendo historias y risas. Valentino se sintió sorprendido por la facilidad con que se sentía cómodo en compañía de Amala. Era como si hubieran conocido durante años, en lugar de solo unos días.
Mientras cenaban, abrieron un vino muy añejo, que Valentino había seleccionado especialmente para la ocasión. Amala se rió al probarlo, diciendo que era "demasiado sofisticado" para su gusto. Valentino se rió también, y juntos bromearon sobre la cara de Thomas esa tarde.
-Creo que le dimos un susto de muerte- dijo Amala, riendo.
Valentino sonrió, recordando la expresión de Thomas.
-Sí, creo que sí. Pero realmente lo merecía.
La noche siguió adelante, con ambos disfrutando de la compañía del otro. Valentino se sintió sorprendido por la conexión que sentía con Amala, y se preguntó si era posible que hubiera encontrado algo especial en ella.
Más tarde fueron al living
Amala se recostó en el sofá, sintiendo el calor del vino en su cuerpo. Valentino se sentó a su lado, su presencia cálida y reconfortante. Amala se sintió relajada y cómoda en su compañía, y no dudó en expresar sus pensamientos.
-Valentino, eres un hombre muy atractivo- dijo Amala, mirándolo con ojos brillantes- Tienes un cuerpo increíble. Me imagino que debes entrenar mucho para mantener esa forma física.
Valentino se sorprendió un poco por el comentario de Amala, pero se rió y se encogió de hombros.
-Sí, me gusta mantenerme en forma
Es parte de mi trabajo, después de todo.
Amala asintió, su mirada fija en Valentino.
-Sí, lo entiendo...Pero no solo es por trabajo. Tienes una presencia muy masculina, muy atractiva. Me imagino que debes tener muchas admiradoras..!
Valentino se sintió un poco incómodo por los halagos de Amala, pero se rió y se desvió el tema.
-No creo que sea tan atractivo como crees...Pero gracias por el cumplido.
Amala se rió y se acercó un poco más a Valentino, su rostro cerca del suyo.
-No, no te creo. Eres un hombre muy atractivo, Valentino. Y me gusta estar cerca de ti.
Valentino se sintió atrapado en la mirada de Amala, pero no pudo evitar que su atención se desviara hacia sus labios. La forma en que se movían al hablar, la curva suave de su boca, todo parecía conspirar para atraerlo hacia ella.
Se sintió como si estuviera bajo un hechizo, incapaz de desviar su mirada de la boca de Amala. La razón y la lógica parecían haber desaparecido, reemplazadas por un deseo primal y irresistible.
Amala, por su parte, parecía no darse cuenta del efecto que estaba teniendo en Valentino. Seguía hablando, su voz suave y melodiosa, pero Valentino apenas podía escucharla. Estaba demasiado ocupado tratando de resistir la atracción que sentía hacia ella.
Pero era una batalla perdida. La mirada de Valentino se mantuvo fija en la boca de Amala, y él se sintió cada vez más atraído hacia ella. Era como si estuviera siendo drawn hacia un abismo, sin poder evitar la caída.
Valentino se sintió abrumado por la atracción que sentía hacia Amala. Los cumplidos que ella le había hecho, el vino que había bebido, y la mirada fija en su boca... todo se combinó para hacer que perdiera el control.
Sin pensarlo, Valentino se inclinó hacia adelante y besó a Amala. Fue un beso apasionado e intenso, que pareció sorprender a ambos.
Amala se sintió aturdida por el beso, pero no se resistió. En lugar de eso, se rindió a la pasión del momento y devolvió el beso con igual intensidad.
Valentino se sintió como si estuviera en un sueño. El beso de Amala era todo lo que había imaginado y más. Se sintió abrumado por la emoción y la pasión, y no quiso que el momento terminara nunca.
Pero, eventualmente, el beso terminó, y Valentino se separó de Amala, mirándola con una mezcla de sorpresa y deseo. Amala lo miró a su vez, con una sonrisa suave y una mirada brillante.
-Lo siento- dijo Valentino, intentando recuperar la compostura- No debería haber hecho eso.
Amala se rió suavemente.
-No te disculpes...me encantó.