Mi primera decepción
Ya eran alrededor de las ocho de la noche, había terminado de darme una ducha y me encontraba en mi habitación decidiendo mi outfit, tenía dos opciones, una opción era ir con un vestido beige de brillitos en los tirantes un tanto estilo princesa, súper sencillo y fino a la vez y mis zapatos blancos súper elegantes marca Guess. Estos me los había traído mi madrina cuando hizo su primer viaje a Italia, estaban divinos para esa noche, mi otra opción era mi outfit "Retro" el que realmente me gustaba, se basaba en un Loose Jeans ancho en la parte de los tobillos y un pulover blanco ancho igual con un letrero grande que decía "Thrasher" en color negro y mis tenis Vans negros también. La primera opción era realmente la más distinguida para esa ocasión y con la que llamaría más la atención, pero la segunda era mi estilo, era mi outfit favorito, con el que me sentía realmente cómoda.
—Oyee Dash eres muy indecisa siempre necesitas la opinión de alguien —dije en mi mente.
Pensé en preguntarle a mi madre pero esta no lo pensaría dos veces y se decidiría por el vestido, ya que odiaba que me vistiera ancho, muchas veces solía decirme que parecía varón y la verdad que si me gustaba vestirme como ellos, era la forma de esconder todos mis huesos lol, pero nunca perdía mi feminidad y eso era lo que me daba un toque atractivo.
Solo quedaba la opción de preguntarle a Ruth, sabía que su respuesta iba a ser la ideal, y mientras la esperaba me maquillé, me delinee los ojos, me pasé un poco de rímel por las pestañas y de último me pinté los labios con un brillo liso que tenía un olor a fresa divino, daban ganas de comérselo. Yo no era de usar mucho maquillaje solo lo básico, nunca me gustaron las exageraciones.
Transcurrió una hora.....
Ya eran las nueve de la noche, a Ruth le quedaba poco para salir de casa, y yo aún no me vestía, esta me iba a matar, pero lograría entender mi difícil decisión.
—¿Dash ya estás lista? —sentí que dijeron detrás de la puerta de mi habitación que se encontraba semiabierta.
—Si pasa Ruth. ¡Pero Ruth que hermosa estás! —exclamé.
Ruth llevaba puesto una falda alta de cuadros negros y blancos, un top rojo que hacía juego con un hermoso cintillo del mismo color, unos zapatos de tacón cuadrado en negros y el pelo suelto, su pelo era marrón y muy rizado, soltaba un aroma a uva estupendo, en fin lucía maravillosamente bella. Al contrario de Jaiz, Ruth era muy distinta a mí, teníamos gustos diferentes a la hora de vestir, por ejemplo yo nunca solía usar cintillos y tampoco las faldas me gustaban tanto, ya que no me asentaban bien en el cuerpo, pero a Ruth si, le quedaban muy bien y la hacían lucir muy guapa.
—¿En serio no estás lista aún Dash? —dijo Ruth frunciendo el ceño.
—Perdón Ruth sabés que soy algo indecisa y no logro decidir aún mi outfit, ayúdame por favor.
—¿Que opciones tienes? —me preguntó.
—Mira hacia la cama ahí están.
—Waoo este vestido está divino —me dijo agarrándolo en sus manos pero sin mirar hacia mi otro preciado outfit.
—Si está hermoso pero me gusta más la otra opción.
—No estás indecisa, solo no quieres verte varonil con este, ¿O me equivoco?, y que más da Dash como luzcas, si con solo mirarte esa cara preciosa Owen se enamorará de ti. A parte el otro no es varonil, estamos en el siglo XXI Lol, ya las chicas se visten así con esa onda y lucen estupendas, no me incluyo yo soy más de faldas y vestidos pero a las que he visto les ha quedado genial y puedo asegurarte de que ese outfit a ti te quedaría genial también. ¡No lo pienses más y póntelo!.
Nuevamente Ruth tenía razón en eso de que ese tipo de outfits eran los ideales hoy en día para la chicas, pero se equivocaba en la parte en que Owen se enamoraría de mi con tan solo verme, eso ya iba más allá.
—Pues decidido usaré este entonces, gracias Ruth.
Terminé de vestirme, me miré al espejo, mi cabello tenía aún una coleta, me lo solté, me hice una raya al medio con el peine, me lo peiné bien, lo acomodé a los lados y listo ya nos podíamos ir.
—Somos una bellezas, romperemos con todos los estándares y tendremos todas las miradas encima de nosotras ¡waooo! —dijo emocionada Ruth, y mientras se tiró el cabello para atrás hizo un gesto divertido.
—¡Vámonos guapura! —le solté una sonrisa luego de una pequeña nalgada.
Mi mamá se había quedado dormida viendo la Tele, su programa favorito ya se había acabado, le sacudí despacio el hombro y le dije bajito:
—Mami ya me voy, ve y acuéstate ya se acabó el programa.
—Ok Dash coge tu llave —me dijo soñolienta.
Ya eran las nueve y media, Ruth y yo nos encontrábamos en la pública.
—Esperemos a que estos pasen ahora —le dije a Ruth.
—Si tranquila ya deben estar al pasar —me contestó
Pasó media hora, ya eran las diez de la noche.
—Ruth, ¿que habrá pasado?. ¿Se habrá cancelado la fiesta? —Ya me encontraba un tanto impaciente.
—Ya era hora de que pasaran por aquí, se suponía que a las diez deberían estar en la fiesta y ya son las diez y aún no han pasado —Ruth se encontraba igual de confundida que yo.
—Pues esperemos cinco minutos más y si no pasan tendremos que marcharnos —dije cruzándome de brazos.
En ese momento en el que me encontraba hablando con Ruth sentí risas a lo lejos.
—¿Escuchaste eso Ruth? .
—¿No, que pasa? —me preguntó.
—Pssssss silencio, y trata de escuchar.
...
—Si Dash escucho algunas risas pero, ¿De dónde vienen? —dijo algo confundida.
—No sé Ruth —le respondí anonadada.
Pero al voltearnos notamos a dos chicos muertos de risa que se acercaban a nosotras, eran Owen y Fabián y ya pasando por nuestro lado a carcajadas soltaron:
—Que tontas son, sabría que iban a caer —soltó Owen a carcajadas.
—Esto estuvo muy divertido —dijo ahogado de la risa Fabián.
Ruth me miró, yo la miré y las dos nos quedamos totalmente en shock al darnos cuenta de que todo era un juego, y esa maldita fiesta era mentira.
No sabría describirles ese momento, no sabría describir como me sentía, no podía creerlo, todo se tornó oscuro en aquel momento, solo podía ver las caras de estos dos muertos de risa y no pude quedarme quieta, algo en mi me dominó, algo más fuerte que yo me decía pégale una cachetada a este idiota.
Y allá fui sin pensarlo, sin mirar las consecuencias, haciendo solamente lo que sentía.
—¿Pero Dash a donde vas? —me gritó Ruth al verme caminar de prisa hacia ellos.
—Owen —PUUUUUMMMM—. Le pegué una cachetada explosiva que pude sentir el ardor en mi mano.
—Pero si es hasta ruda —soltó riéndose.
—Estúpido —le grité en su puta cara.
Y salí corriendo sin mirar atrás, sin mirar a Ruth, en fin sin mirar a que dirección me dirigía. La cara me ardía, pero puedo estar segura que la de él más por el fuerte golpe que le di, mis lágrimas estallaron una y otra vez, todo había fracasado, le había mentido a mi madre sin motivo y sin lograr ningún objetivo y más por un estúpido e imbécil que solo quería jugar conmigo, lo peor era que no podía llegar a casa así, así que logré sentarme en el muro de una acera que ni sabía a cual calle pertenecía. Estos les habían tendido una trampa a mis primas ya que estaban más que seguros que estás me lo dirían y allá iríamos como una tontas, debí ir a ese simulacro, quizás me hubiese dado cuenta de su infantil mentira al oírlos comentar, realmente cada minuto en el que pensaba y me venía la imagen de estos riéndose me hacía sentir más mal. El rímel ya me corría por toda la cara, mis lágrimas mojaban mi pulover, estaba hecha un desastre, y bueno ya me encontraba experimentando mi primera decepción, la que quizás fuese mi primera cicatriz.