Esa fiesta...
Ya era sábado, el viernes había sido un poco largo y agotador para mi, las mentiras ya tenían cara y se llamaban Dash Walker.
Aquel Sábado iban a suceder varias cosas, Owen y sus amigos se iban de fiesta con chicas, yo tenía que enfrentarme a mis primas con la verdad, aunque todavía no estaba segura si hacerlo o no y Ruth me debía una conversación, pero realmente lo que más me agobiaba era que Owen fuese a esa supuesta fiesta y que conociera a alguna chica le gustase, y yo tuviese menos oportunidad. Mi cabeza era un laberinto sin salida, más que nunca necesitaba ese consejo de Ruth, tenía que ir a por ella, teníamos que terminar esa conversación.
Sin pensarlo mucho me dirigí a su casa que quedaba a cuatro o cinco casas de la mia. Fuí temprano en la mañana a eso de las ocho y media.
Al llegar toque a la puerta —tun tun tun—. Nadie contestaba.
—¿Que pasa es muy temprano Ruth debe estar aquí?, creo que debería gritar —me dije.
—Ruth...Ruth —grité severamente alto y me tapé la boca con pena al ver a la vecina Ortensia de al frente mirarme con cierta cara mientras iba a botar la basura.
—Dash es muy temprano para esa gritería, vas a despertar a los vecinos que aún duermen —dijo Ortensia con desagrado.
—Disculpe Ortensia sé que el grito se me fue un poco de tono —contesté apenada.
Esta me miró y solamente me arqueó la ceja y siguió en lo suyo. Ortensia era la delegada y jefa de Comité del barrio y también la que más temprano se levantaba siempre para tener todo bajo control o mejor dicho estar en el chismoseo con Rita la de al lado, mi mamá y yo las llamábamos las cotorras chismosas.
Al darme vuelta veo la puerta abierta y a la madre de Ruth tratando de sostenerse en ella.
—¿Le sucede algo señora?, ¿se siente mal? —le pregunté asustada al ver su estado.
—Yooo estoy biiiiien, ¿a quién tú buscas a esta hoora? —dijo tambaleándose mientras se le trababa un poco la lengua al hablar.
La mamá de Ruth estaba ebria hasta más no poder. ¿Dios en donde estaría Ruth en esos momentos?. Se suponía que debía estar en su casa a esa hora de la mañana.
—¿Ruth se encuentra? —le pregunté.
—¿Ruth?, ¿quién es Ruth?...Ahhh... Ruth mi hija, —Ruth te buscan aquí en la puerta —gritó mientras trataba de subir las escaleras en sics sacs sin poder sostenerse a sí misma.
—Hola Dash, lamento que hayas presenciado este momento, es que mi madre...
No terminó de decir y agachó la cabeza muy apenada con aquella situación.
—No te preocupes Ruth, no pasa nada. ¿Estás ocupada ahora para ir a mi casa a conversar? —le pregunté.
—Si la verdad un poco, pero en cuanto termine de lavar voy allá y conversamos.
—Está bien te esperaré —me despedí algo confundida y mientras esta cerraba la puerta vi dos botellas de Tequila vacías al lado de un florero en la sala, esto me dejó pensando.
Dios, Ruth solo tenía trece años y vivía con dos personas totalmente alcohólicas, pero esto no era lo peor, lo peor era que una de ellas era su madre —flipé en mi mente mientras caminaba a casa.
También recordé esa conversación con mis primas la primera vez que conocimos a Ruth, cuando nos preguntamos qué hacía la mamá de esta con un hombre totalmente alcohólico, ahora lo entiendo todo, los dos son personas alcohólicas que tienen un gran vicio. ¡Wtf!, qué mal por Ruth, vivir con dos personas así es verdaderamente desagradable.
Llegué y mi mamá se encontraba sentada en el sofá de la sala disfrutando su delicioso té.
—¿Mami?.
—Dime Dash. ¿Que pasa?.
—¿Tú conoces a Toni hace mucho? —le pregunté mientras hacía volteretas con mi coleta.
—¿Que Toni, hablas de Toni nuestro vecino?.
—Si el mismo —respondí.
—Bueno realmente no lo conozco mucho, este hace solo tres años que se mudó para el barrio, pero es un hombre alcohólico, no cruza muchas palabras con nosotros los vecinos ya que siempre se encuentra en ese estado de ebriedad. Se nota que el alcohol lo domina a su máxima potencia y que esto se le fue de las manos completamente, pero ¿por qué me haces esta pregunta Dash? —me dijo algo confundida.
—No por nada mami, simple curiosidad —le solté una pequeña sonrisa.
—Bueno —dijo sin más.
Tenía la intención de sacarle alguna información a mi madre acerca de Toni que me llevase a saber algo más sobre la mamá de Ruth pero no, mi mamá sabía lo mismo que yo, que era una simple persona adicta al alcohol.
Pasaron unas horas y fui a la cocina a prepararme unas tostadas con mantequilla, cuando escuché a mi mamá recibir a alguien en la puerta.
—¿Como estás Ruth?, entra toma asiento, enseguida te llamo a Dash —escuché a lo lejos.
Sin darle oportunidad a mi mamá de que me llamase fui a la sala con el plato de tostadas y mantequilla.
—Dash...Ruth esta... —me dijo al verme llegar a la sala.
—¿Aqui?, si pude escuchar desde la cocina cuando la recibiste —soltera una carcajada.
—Bueno las dejo y ahora les alcanzo jugo de piña para que disfruten esas tostadas tan ricas que preparó la señorita Walker.
—¡Mami no me llames así! —exclamé mientras la miré y las dos nos reímos.
—Ella sabe que detesto que me llamen por mi apellido y aún así lo hace, pero ya me da gracia, sé que lo hace bromeando y para molestar —le conté a Ruth.
—Que simpática es tú mamá —dijo amablemente y con cierto dolor detrás de su mirada.
—¡Si es un amor, la amo demasiado!, Es lo más lindo que tengo, y para mí comprensivo que va a existir en la tierra.
Vuelvo a notar la tristeza detrás de sus ojos al yo comentarle esto, pero llegó mi madre con el jugo y desconecto mi contacto visual un poco más allá, por dios Ruth tenía una mirada pura pero también demasiado triste, una mirada que dolía, es algo así como cuando no conoces a alguien de nada pero su mirada te transmite mucho sufrimiento, bueno eso, eso transmitía Ruth, mucho dolor y angustia.
—Muchas gracias mami —le dije mientras se alejaba.
—Y bien Ruth ahora si, sin que nadie nos pueda interrumpir puedes decirme el consejo que no me terminaste de contar ayer, dime que hacer con este sentimiento de miedo de no saber si puedo llegar a ser o no suficiente para Owen.
—Yo solo te puedo decir que seas tú, que te avientes, que eres extremadamente hermosa como ya te había dicho, y que por solo no tener un cuerpo "top model" no significa que no tengas un alma maravillosa, un alma que atrae y quizás esto a Owen le guste más que tú físico. Lo peor que puede pasar es que no pase nada y bueno siendo sincera no es el fin del mundo si no ocurre nada, pero la única manera de averiguarlo es que lo intentes —me dijo con certeza.
Ruth tenía una bonita madurez para su corta edad, esta podía convencerte de cualquier cosa simplemente con las palabras precisas.
—Tienes razón Ruth debo estar un poco más segura de mi misma, he ir a por todo. Y mientras hablabas, ¿sabes lo que pensé?, qué debemos ir a esa fiesta, vestirnos divinamente y romper todo tipo de estereotipos, ser la luz de esta y yo demostrarle a todos que Dash ya no será la chica insegura que solía ser, sino que llegó con todo y más divina que nunca, debe ser nuestra noche, así que vamos con toda la mejor actitud hoy para allá —dije con voz de chica empoderada.
—A ver a ver Dash, ¿de que fiesta me hablas?, que te veo muy emocionada y yo que ni me entero —dijo entre risas y también algo confusa.
—¡Verdad! aún no sabes, te fuiste en cuanto mis primas llegaron, bueno te cuento, la locura de estas ayer fue porque ya saben el nombre de uno de los chicos y del mío, y bueno descubrieron también que estos van a una fiesta hoy a las diez con unas chicas.
—Ya ahora lo entiendo todo, quieres aprovechar esta fiesta para que todos vean y sobretodo Owen que Dash no es una niñata y tiene seguridad en sí misma, pues me parece perfecto y obvio te acompañaré. Aparte también es tú momento de averiguar si entre tú y él puede suceder algo, aunque sea un beso, y la fiesta es el lugar indicado, así que porsupuesto que vamos.
—Pero espera, no sabemos donde es. ¿Como haremos para averiguarlo? —dije.
—Muy importante pregunta, déjame pensar para que se me ocurra algo rápido.
Transcurren unos segundos.
—Ya lo tengo bajo control, ya lo pensé, es un poco loco pero es la única manera que tenemos de poder ir. Ya que me dijiste que es a las diez, lo que tengo pensado es vigilarlos, es decir nosotras debemos estar listas alrededor de las nueve y media, ya a esa hora estar escondidas en algún rincón de la pública y obvio si viven cerca de este lugar deben pasar por ahí, y pues ahí los vamos a esperar y en cuanto pasen los seguimos a donde vayan y listo, ¿qué crees? —me preguntó ante semejante pero divertida locura.
—¡Que loco todo Ruth!, pero me emociona y por supuesto iremos a esa fiesta a como de lugar —dije mientras sobresalía una amplia sonrisa en mi rostro—. Pues listo el problema ahora es que le decimos a nuestras madres —añadí.
—Pues por la mía no te preocupes, ella todos los días a las nueve cae en un profundo sueño, y ese será mi momento para escaparme —contestó con sonrisa maliciosa.
—¿No te traerá problemas esto Ruth?, ¿estás segura? —le pregunté algo preocupada.
—No te preocupes Dash mi madre muy pocas veces nota mi presencia en la casa, y cuando la nota no está ebria y ya que siempre lo está dudo que esta vez la note, no te preocupes por eso —dijo con la voz calmada, un poco fría y algo rota—. ¿Y a la tuya que le piensas decir? —agregó bien bajito.
—Bueno a la mía le diré que en la escuela harán una fiesta y que me encantaría ir —Nunca le he mentido a mi madre pero está vez valdrá la pena, lo sé.
—¿Y crees que te deje ir?.
—Si, es una simple fiesta y más en un lugar tan seguro como la escuela, lo que si me exigirá llegar temprano así que debemos aprovechar cada minuto en el que estemos allí —respondí emocionada.
—Bueno ya me voy, debo ir planeando el outfit de nuestra maravillosa y magistral noche —dió dando volteretas en el aire.
—Yo también voy a organizarlo todo y mirar que me pongo porque debo romper esa fiesta a lo grande.
—Ya me voy, nos vemos en la noche, un beso.
—Adios, un beso.
Me encontraba tan feliz que para mí nada en ese día podía salir mal, tenía el ánimo muy arriba y lo mejor de todo es que estaba decidida a ir por todas a esa fiesta y lograr algo, aunque fuese un beso.
Mi madre me dijo que si, pero debía estar en casa a las doce, no importaba algo lograría en esas pocas horas. ¡Que emoción!, todo estaba saliendo bien, solo faltaba que Ruth pudiese salir de su casa, y sabía que lo iba a lograr, así que nada en esos momentos era preocupación para mí. ¡Esa debía ser mi noche!.
¿Que creen le lograré dar un beso a Owen?...pues ya lo sabrán.