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7

- ¡¿Qué mierda haces en mi cuarto?! - Me di la vuelta y lo vi cerca de la puerta, con una expresión de enojo y confusión en su rostro.

Rápidamente puse el arma en su lugar y cerré el cajón.

- n-nada - . Traté de fingir que no pasaba nada, aunque fuera inútil, él me había visto.

- ¡¿Qué mierda haces en mi cuarto?! - preguntó levantando un poco la voz, rápidamente se acercó a mí y me estremecí del susto.

- ¡Solo estaba ordenando! - No sé con qué coraje le respondía sin tartamudear ni temblar, por ahora.

- ¡No es excusa para espiar en mis cajones puto bebé! - tira la mochila al suelo.

- ¿Qué haces con un arma en la casa? – pregunté con más calma

– cuida tu polla – me miró a los ojos y yo me quedé mirándolos, no había luz. - ¿Te resulta difícil? ¡Siempre te encuentro en el camino! -

- pero si nos hemos conocido hace poco! - respondí.

- ¡Cierto, y en estos pocos días siempre te encuentro rompiendo mi polla! - gritó y yo lo miré, esta vez sin decir nada, hubiera sido inútil.

- Fuera - continuó y señaló la puerta.

Io asintió y salió de la habitación dando un portazo.

¿Quién diablos se creía que era? Si hubiera seguido así todos los días, mi paciencia no habría durado demasiado.

A las cuatro de la tarde me fui a casa, mi madre estaba descansando y por eso no me había dicho nada de la visita, esperaba que todo fuera normal y que nada hubiera empeorado.

Después de darme una ducha me subí a la cama y comencé a dibujar, no sabía qué exactamente, mis dedos hacían todo solos.

La cara, los ojos, el cuerpo musculoso empezó a tomar forma y al rato me detuve, había dibujado a Ethan.

- pero en serio? - Decidí arrancar la sábana pero antes de hacerlo, alguien tocó el timbre.

¿Quién podría ser a esta hora?

Salió de mi habitación y fui a la puerta y la abrí, eran Tyler y Alexa.

- entonces estás vivo - sonrió y me abrazó - te extrañé -

- tú también - sonreí y los dejé entrar.

- tu madre? - me preguntó Tyler

- Se duerme, vamos a la habitación -

Regresamos a la habitación y nos sentamos en la cama.

- cuéntanoslo todo - Alexa, la entrometida de siempre que quiere saberlo todo.

- Me fue bien, María otra sirvienta fue muy amable conmigo, a diferencia de la Sra. Lewis - comencé a contar

- de hecho leí que lo llamaste brujo - se rió Tyler, refiriéndose al mensaje que le había enviado.

- parece estarlo en todos los sentidos, es una mujer hermosa pero su carácter lo cambia todo, me mira mal desde que fui a hacer la entrevista y es solo el primer día - resoplé.

Alexa tomó el cuaderno de bocetos, aún abierto, y miró el papel.

- ¿Es un actor o un chico que has visto? preguntó con curiosidad .

A la mierda el dibujo, tuve que cerrar el cuaderno y esconderlo.

- um un chico que vi -

- ¿En serio? - Alexa sonrió - wow, ¿es realmente tan bueno y esculpido? - Tyler miró de inmediato el dibujo y luego a mí, con una extraña expresión en su rostro

- entonces lo conoces? me preguntó

- pequeño, es el hijo de Amelia -

- espera - Alexa abre mucho los ojos - me estás diciendo que este de aquí, un dios griego - puse los ojos en blanco - ¿lo verás todos los días? -

- pues en realidad no, el va a la universidad y mientras yo trabajo da clases, pero podrias verlo todos los dias -

- estan buscando otra sirvienta? - me preguntó y me eché a reír.

- ¿Cuál es su nombre? - Tyler siempre me preguntaba, ¿de dónde venía esta curiosidad?

- Ethan -

- y como es que lo dibujas? - sonrió con ironía, pero ¿qué le pasaba?

- bueno no puedo? No sé por qué, no es tan importante. -

niega con la cara y mira su celular.

- uh hoy tuvieron una pelea en la escuela ¿sabes? - Disss Alexa para romper el hielo que se creó. - entre Josh y Logan, se nota que son todo musculos y nada de cerebro, solo se peleaban por quien debia tirar la pelota primero, ridiculo verdad? -

- mucho - respondí

punto de vista de ethan

Salió de la ducha y me miré en el espejo, acababa de terminar de golpear el saco y ya estaba mucho más relajada.

Mis nudillos ardían a pesar de que los había cubierto con vendajes.

Suspiré y alisé mi cabello aún húmedo hacia atrás.

Miré mi cuerpo musculoso, un león tatuado en mi hombro que continuaba en la mitad de mi brazo, y un alambre de púas en mi lado derecho.

No era amante de los tatuajes, me gustaban algunos pero no quería sumergir mi cuerpo en dibujos.

Esos dos tenían un significado importante, que nunca le diría a nadie excepto a Sophie.

Empecé a prepararme, todos teníamos que hablar con García y luego íbamos a algún club a vender o golpear a alguien.

A veces me preguntaba cómo me metí en ese lío, cómo mi vida había cambiado tan rápido de la noche a la mañana.

Pero ya sabía la respuesta, todo por culpa de la persona que se suponía que debía protegerme, pero que solo me había metido en problemas .

Después de un rato bajé, vestía una camisa blanca y jeans negros.

Tomé la llave del Maserati y estaba a punto de salir, hasta que una voz me detuvo.

- ¿vas a salir? - eslcamó esa molestia de mi madre.

- la respuesta me parece obvia - me giré hacia ella.

- Me gustaría que te quedaras conmigo una noche, se que las cosas no van bien entre nosotros pero al menos tratemos de recuperarnos... -

- ¿Recuperarnos? - reí irónicamente - ¿recuperar qué? -

- nuestra relación Ethan, soy tu madre, el único familiar que te queda. ¿Crees que es fácil para mí ver a mi hijo que no me considera? - Trató de ser dura, pero podía escuchar por la voz entrecortada que pronto se derrumbaría.

- Yo no quería, pero tú, también es tu culpa lo que me pasó. - Intenté mantener la calma pero los recuerdos se abrían paso en mi mente, y me dolía.

- Nunca imaginé que Ethan te haría algo así -

- No te lo hubieras imaginado... - Seguí riéndome - ¡Por lo que hiciste debiste esperar algunas malditas consecuencias! - grité, perdiendo los estribos. - ¡No me cuidaste como debe hacerlo una madre, no amabas a papá como debería hacerlo una esposa! -

- tu padre y yo ya no nos llevamos! ella también levantó la voz, pero temblando

. - ¡No es una maldita justificación! - le grité y la empujé, ella terminó en el suelo y me miró, desilusionada, triste.

Me alejo, con respiración irregular.

Otro ataque de ira, tenía que salir de aquí de inmediato, de lo contrario habría continuado.

María vino al rescate de mi madre y la ayudó a levantarse.

- Sra. Lewis, ¿se encuentra bien? - mi madre asintió con los ojos brillantes, pero sin perder la expresión en su rostro.

Nos miramos a los ojos y apreté los puños.

- Eres como tu padre - se secó las lágrimas y se dirigió al dormitorio.

Algo dentro de mí se rompió, tenía una sensación extraña en el estómago y mis manos comenzaron a temblar.

- sabes que no es verdad Ethan - María trató de acercarse, pero yo me aleje más y ella se detuvo.

- No me toques - susurré, tomé mi chaqueta y salí de la maldita casa.

Me metí en el coche, abrí la puerta y me alejé a toda velocidad, sin siquiera mirar el número de velocidad.

Apreté el volante y la caja de cambios, mirando la carretera y dando vida a mis pensamientos, a mis recuerdos.

Eres como tu padre.

resonó en mi mente.

punto de vista de ethan

Lentamente abrió los ojos, podía sentirlos arder y tenía un dolor de cabeza loco, ¿cuánto diablos había estado bebiendo anoche? Y sobre todo ¿cuánto había esnifado?

Me sentí todo mareado ya mi alrededor, la habitación parecía moverse.

Me senté en la cama y miré a mi alrededor, estaba en la habitación de invitados de mi casa, eso solo significaba una cosa.

Me giré y vi a Aria a mi lado, todavía durmiendo desnuda con la sábana cubriendo la mitad de su busto.

Entre ella y yo solo había sexo, nunca me vincularía con una persona, especialmente con Aria.

Me levanté lentamente y volví a ponerme los bóxers.

- mmh vuelve a la cama - dijo ella con los ojos aún cerrados y la voz somnolienta.

- tienes que irte, inmediatamente - . Respondí fríamente, como siempre. Abrió los ojos y me miró.

- hoy amaneciste con mala luna? -

- solo Aria hoy? Muevete. - Tomé su ropa y se la tiré.

Aria se levantó completamente desnuda y la miré. Era la chica perfecta que todos querían tener, hermosa, alta, delgada y con curvas en los lugares correctos.

Aparté la mirada o de lo contrario habríamos estado encerrados en esta habitación por un tiempo más.

- ¿Qué es? ¿Ya no te gusta lo que ves? - habló con una voz sensual y se acercó, tocando mi pecho desnudo.

- no rompas a Aria -

- sin embargo esta noche pareció gustarte - tomó mi barbilla con una mano obligándome a mirarla - te gustó cuando grité tu nombre, mientras gritaba para empujar más fuerte - sonrió con picardía .

Saqué mi mano de mi cara, tomando su muñeca.

- no me toques - La miré a los ojos.

- Sé que te gustaría una segunda ronda - con la otra mano tocó mi miembro por encima de mis boxers.

Solté su muñeca y suspiré, Aria sabía cómo hacerme ceder tan fácilmente, especialmente temprano en la mañana.

La tomé de las caderas y la empujé sobre la cama, mientras ella se reía satisfecha. Abrió las piernas y me paré frente a ella, con un dedo comencé a acariciar su clítoris lentamente, ya estaba húmedo para mí.

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