Capitulo 3: Contrato Prematrimonial
Capítulo 3
"¿Qué? ¿Es siquiera posible?" Los miro confundida. El hombre asiente, tomando asiento en la silla vacía al lado de mí. Mientras tanto, un tercer hombre entra en la habitación privada donde me encuentro y se sienta al frente del escritorio. Extiende la mano hacia el abogado, quien le entrega una carpeta.
"¿Está usted aquí en representación del señor Walsh, verdad?" pregunta el juez.
"Sí, es correcto. Mi cliente no puede asistir porque se encuentra en un viaje de negocios. Sin embargo, hará una llamada en unos 10 minutos para estar presente vía telefónica."
"Vaya, qué considerado," susurro, lo que hace que mi madre me pellizque el brazo. No me había dado cuenta de que estaba parada detrás de mí.
El juez comienza a verificar que los documentos estén en orden y me sorprende que no me pida mi documento de identidad. Exactamente a los 10 minutos, el celular del abogado suena y él lo coloca en altavoz.
"Darren Walsh. No pude estar presente por motivos de trabajo, lo cual supongo que mi abogado ya le ha informado. Cuento con pocos minutos para esto, pero quería que escucharan de mi propia voz que acepto casarme con la señorita Elisa Brennan, y mi abogado está autorizado para firmar cualquier papel en mi nombre." La profunda voz al otro lado de la línea me deja paralizada en mi asiento y un escalofrío recorre mi cuerpo, haciendo que los vellos de mi nuca se ericen.
Levanto la cabeza para mirar a mi madre, pero ella solo mueve su mentón indicándome que debo mirar al frente.
"Estoy al tanto de todo, señor Walsh."
"Es bueno saberlo. ¿Se encuentra mi prometida presente?" En este momento, donde se supone que debo hablar, suena autoritario y oscuro, lo que me deja sin palabras. Mamá me da un suave empujón recordándome que debo hablar.
"Sí, estoy aquí." contesto con la voz temblorosa.
"Perfecto. Antes de casarnos, debes firmar el contrato prematrimonial que mi abogado te dará. Tienes 5 minutos para leerlo y aceptar o no."
Siempre va a ser así con este hombre, él dando órdenes y yo acatando cada una de ellas. Mis manos comienzan a sudar en el momento en que el abogado me entrega una carpeta marrón oscura. La abro y comienzo a leer rápidamente el contrato. Al finalizar, siento que mi cerebro va a estallar.
"Esto es absurdo, no puedo..." Estoy a punto de negarme cuando la puerta se abre y entra mi padre. La protesta muere en mis labios. Mis ojos van del contrato al abogado, luego al juez y de vuelta al contrato, maldiciendo para mis adentros tomo el bolígrafo que está en la mesa y firmo con toda la rabia y el odio que siento.
El abogado toma el contrato firmado y lo revisa rápidamente antes de firmar él también con el nombre de mi futuro esposo, luego el juez lo mira comprando no se qué cosa antes de guardarlo en la carpeta. el juez me entrega un libro de registro civil donde debo firmar, luego el abogado firma nuevamente con el nombre de Darren Walsh. aquí vamos directo al punto sin mucha perdedora de tiempo.
"Felicidades, señora Brennan. El señor Walsh y usted están ahora oficialmente casados", dice el juez con una sonrisa falsa en el rostro.
Me levanto de la silla con una mezcla de emociones, desde sorpresa hasta enojo. Mi padre me mira con felicidad. Por otro lado, mi madre me abraza y besa mis mejillas.
"Se una buena esposa. Compórtate y cumple con cada acuerdo de ese contrato, ¿Ok? Ahora sonríe para que tu padre te vea feliz." Me susurra al oído. Así que fuerzo una sonrisa que no siento para nada. No puedo creer que mi vida haya tomado este giro inesperado, pero al mismo tiempo sé que no tengo otra opción más que aceptarlo.
Salgo de la habitación con una sensación de vacío en el estómago y una rara determinación en el corazón. No sé qué me depara el futuro junto a Darren Walsh, y eso me asusta. Hay tantos rumores que me inquietan.
Cuando salimos del registro civil me subo nuevamente a la limusina, dándome cuenta de que mi madre no me sigue. Me asomo por la ventanilla y la veo hablando con el chofer antes de acercarse a mí con una sonrisa falsa.
"Oh, mi niña linda, el chofer me está diciendo que debemos viajar ahora mismo a Yellowknife."
"¿Qué? Pero pensé que habías dicho que iríamos a su mansión."
"Pero nunca dije a cuál mansión debías ir. Tu esposo se encuentra en Yellowknife, con un jet privado esperándote."
"Pe-pero no tengo mis maletas, ropa, no tengo nada. Tengo que ir primero a la casa." Mi madre hace un gesto con la mano y suelta una risa.
"No te preocupes por eso, ya tus pertenencias se encuentran en el jet. Tu padre se ha encargado de que te las envíen cuando venías para acá." Así que era mi padre porque estaba hablando por teléfono cuando me encontraba en aquella habitación. Muerdo mis mejillas por dentro con ganas de llorar, respiro profundo y clavo las uñas en la palma de mi mano para poder controlar el impulso de abrir la puerta y salir corriendo.
"Mamá..." Mi voz se quiebra en un último intento de encontrar compasión en mi madre, pero mi esperanza muere cuando me da una mirada mordaz.
"Tu padre te está mirando, haz el favor de quitar esa cara de llorona que tienes." Respiro y asiento. Veo que el chofer saluda a mi padre antes de subirse al auto, y papá se acerca a mí con una sonrisa.
"Mi pequeña niña se ha casado, espero que seas muy feliz y que seas una excelente esposa. Ahora solo falta Valentina para casarse..."
"Bueno, bueno, no nos apresuremos con la niña, ella aún está estudiando en la universidad y tiene mucho futuro como para dedicarse a tener un esposo."
¡Qué mierda! Estoy a punto de abrir la boca cuando el chofer pone en movimiento el auto y ni siquiera tengo tiempo de abrazar a mi padre. Simplemente sujeto mi mano y evito hacer contacto visual con ninguno de mis padres. No sé por qué, pero siento que voy directo al matadero. Puede que tal vez esté exagerando, pero los medios de comunicación y redes sociales dicen lo contrario. El enigmático Darren Walsh ha tenido unas cuantas prometidas y todas y cada una de ellas han desaparecido sin dejar rastro.
Respiro mientras me recuesto en el asiento, dejando que todo simplemente siga su curso.
Yellowknife. El lugar a donde me dirijo sin tener idea de lo que me espera. El vuelo se sintió eterno, cada minuto más tenso que el anterior. Al aterrizar, lo primero que veo es un manto blanco de nieve y luego miro mi ropa no iba vestida para nada de acuerdo al invierno que hace aquí. no tenía idea que estaba nevando, Si tan solo me hubieran dicho podría haberme cambiado pero prácticamente me echaron de mi hogar. el chofer me espera en la pista, Así que bajo del avión privado y me dirijo a él donde me espera en una camioneta negra.